Justice League: I can't get enough

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Bueno, sublimé algo de la adicción investigando y escribiendo esto.

Estaba pensando que me gusta más la parte Unlimited de la serie, pero la verdad es que resulta algo injusto, porque son muy diferentes.

En primer lugar, las dos primeras temporadas son algo estáticas. Son 52 episodios dedicados a 7 personajes muy fuertes, y aunque la cosa no resulta repetitiva en cuanto a las historias, sucede algo raro con el ritmo. Son todos episodios dobles, y hay un puñado de episodios triples (más un navideño, que es unitario). Es decir que los episodios son compartimientos estancos, que explotan cosas a veces muy interesantes y llenas de acción, pero que luego no se continúan entre sí y no tienen un orden cronológico fuerte (salvo alguna que otra excepción). Otro factor a tener en cuenta es que gran parte de sus episodios los había visto y los recordaba, de manera que la sorpresa inicial no estaba allí.

En contrapartida, en Unlimited tenemos 39 episodios unitarios (con una sola excepción, doble). Ya no son 7 superhéroes, sino una tonelada de ellos, lo cual da una potencialidad mucho más grande a la hora de crear y adaptar historias de otros comics. Estas dos cosas hacen que las historias se continúen de maneras insospechadas, no linealmente, con actos que repercuten directa e indirectamente en los capítulos siguientes sin que lleven el mismo nombre.

De todas maneras, hasta ahora la he pasado muy bien, sobre todo con la película (Starcrossed), que agrupa los tres capítulos finales de la segunda temporada. La verdad es que ha sido una experiencia alucinante, a nivel visual, acción, personajes, guión, etc.

Aunque todavía estoy por la mitad de Unlimited, me animo a hacer un ranking de las dos partes de la serie.

De las dos primeras temporadas:
  1. Legends (ep. 18-19), por su exploración tan nostálgica de la Golden Age y el Multiverso DC, dedicados al genial Gardner Fox.
  2. Wildcards (ep. 47-48), porque es el único en el que aparece fuertemente Joker, con los resultados esperados. Contiene gran cantidad de acción y un final que termina de preparar todo para el gran final de esa etapa de la serie.
  3. Only a Dream (31-32), por lo original de la trama y la exploración de las debilidades personales de cada superhéroe.
  4. A Better World (37-38), por lo que plantea a nivel moral, por la acción y porque crea el gran arco argumental de Unlimited.
  5. The Savage Times (24-26) porque nadie resiste ver a sus superhéroes favoritos peleando contra extrañas máquinas nazis en una Segunda Guerra Mundial alternativa.
También me han gustado mucho Maid of Honor (ep. 33-34), que de alguna manera continúa The Savage Times, por las relaciones personales que aparecen y por la acción; Hearts & Minds (ep. 35-36) por lo cósmico que tiene y la acción y las relaciones interpersonales, y The Terror Beyond (ep. 41-42) por el uso de los mitos de Cthulhu (sí, superhéroes contra gugs e y'golonacs!!!) y la explicación de algunos elementos que luego definen el resto de la serie, además de las cuestiones personales conflictivas que surgen.

Claro que dejo afuera los tres capítulos finales que conforman Starcrossed, por razones obvias: son demasiado buenos y es preferible verlos como una película.



De Unlimited, los episodios que puedo alabar son:
  1. Double Date (ep. 19) por la mejor combinación de peleas a piñas y patadas, romance y argumentos que se desenredan constantemente. Ah, claro, y las altas dosis de humor, coincidiendo con la seriedad de los personajes en sus intenciones.
  2. The Once And Future Thing (partes 1 y 2, ep. 12-13) por una sublime combinación de viajes temporales, referencias de todo tipo a personajes y hechos del mundo DC, dosis de humor y acción, y muchos otros detalles que te hacen emocionar mientras reís.
  3. The Greatest Story Never Told (ep. 17), por la mejor utilización de un personaje secundario de manera cómica, trágica y heróica, todo a la vez. Por suerte es una historia que decidieron contar :D
  4. Kid Stuff (ep. 3) por no tomarse las cosas en serio y hacer que nos divirtamos de lo lindo en un mundo muy particular, con personajes muy particulares.
  5. This Little Piggy (ep. 5) por tomarse las cosas en serio sobre un argumento que parece algo absurdo, poniendo a los personajes con dignidad en situaciones bastante ridículas.
También rescato mucho Wake The Dead (ep. 11) por lo que plantea en ciertos personajes y continuar de alguna manera The Terror Beyond, y The Cat And The Canary (ep. 14) por la acción a puñetazo limpio y los conflictos entre personajes. Iniciation, por otra parte, el primer episodio, me gustó por lo que plantea a nivel emoción: no hay que tener superpoderes para ser un superhéroe. Con ese inicio, la segunda parte de la serie ya marca a las claras que va a ser muy interesante.

Además de los grandes cambios a nivel estructura argumental, creo que la serie mejora al presentar cambios en el diseño de personaje y m
ás fluidez en la animación. El hecho de que muchos personajes no tengan grandes poderes y arreglen todo a las patadas pega justo con esta mejora.

Pues ahí ya tienen, una reseña de la serie, para que la disfrute cualquiera.

Y para cerrar, comentarles que esta serie es la espina dorsal del Universo Animado DC, que contiene 8 series animadas (dependiendo de la forma de dividirlas) y 4 películas (todas de Batman o Batman Beyond, pero la única recomendable, la más excelente, es la primera, Mask of the Phantasm). Así que animo a todos a que también revisen las demás, porque he visto la mayoría y son también muy interesantes.






Recuperando el tiempo perdido

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Después de haber visto unos 10 capítulos de la Liga de la Justicia (contando la película, Starcrossed, que integra 3 episodios), en dos días, puedo decir que oficialmente soy adicto.

A todo el Timmverso, pero principalmente a la Liga.

Si bien me perdí algunos capítulos de la serie animada de Batman y bastantes más de la de Superman, y solamente seguí Batman Beyond por algunos episodios, la Liga fue una excepción. La miraba religiosamente. Hasta que en cierta época empecé a entrenar Taekwondo los sábados, y la cita semanal con Cartoon Networks se terminó. Para cuando me enteré de que empezaba Unlimited, ya me había perdido una de las dos temporadas anteriores.

Y después, la nada.

Así que ahora, a disfrutar. Y encima en vacaciones. Recuperar esa parte perdida de mi juventud comiquera. No solo porque me gusten los diseños de personajes, que por otra parte están moldeando seriamente mi siguiente proyecto de comic. Sino porque los creadores realmente saben sacarle jugo a los personajes. Y con eso hacen malteadas de todos los colores y sabores.

¿Qué más puedo decir? Saben que me gusta el tema de los personajes. Y que haya amores y odios entre la gente de la Liga, que haya explosiones y guiños de todo tipo, sutilezas, chistes zarpados de doble sentido, salvadas superheróicas por los pelos, referencias cruzadas a todo el Universo DC, coherencia argumental entre las varias series del Timmverso, cuidadas exageraciones, ingeniosas frases en lugares seleccionados... Como digo, se nota el amor de los creadores por los comics, chorreando en cada gesto y situación.

Bueno bueno, ahora debería estar con mi novela. Voy a ver si puedo hacer algo. Pero la tentación llama... y los capítulos de Unlimited son unitarios, no como los de la primera serie que eran todos dobles y triples.

Como diría Homero: "Hmm... unitarios" (inserte baba aquí).

¿Falta aclarar que la recomiendo encarecidamente a todos?

Una idea general

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Hace tiempo que manejo la idea de juegos de rol basados en cartas.

También hace tiempo (pero menos) que manejo la idea de un juego de rol que plantee algo similar a la obra de teatro tipo Shakespeare, pero con una ambientación con vampiros, etc.

El otro día me vino a la cabeza una idea para combinarlas. Habría cartas de personajes principales, secundarios y extras. Se podría tener uno principal y un extra, o uno secundario y dos extras. Estos serían personajes que se tienen que interpretar, o usar para algo en el caso de los extras.

Las otras cartas tendrían elementos de la ambientación, como armas, venenos, disfraces, diarios personales, cartas, etc. etc. etc. Serían lo que más definiría la ambientación, desde lo gráfico hasta lo argumental, estableciendo qué cosas son comunes y utilizables.

Después habría otras cartas que, como adjetivos, establecerían características. Así podríamos hacer que una daga esté oculta, que un veneno no tenga antídoto, que un disfraz sea particularmente bueno.

Combinando estos elementos, el jugador intervendría en la historia narrando una parte, de acuerdo a ciertas reglas, antes de pasarle el control de la narración a otro.

Muchas cartas tendrían porcentajes, para el caso de tener que hacer tiradas de dados, como si fueran habilidades del sistema Chaosium. Estoy haría también que los porcentajes pudieran combinarse o restarse, o hacerse tiradas enfrentadas (en el caso de combates, venenos, enfermedades, mentiras, etc.).

Había pensado también en un sistema para regular el uso indirecto de ciertas cosas, principalmente para la cuestión del armado de complots y traiciones. Se me ocurre por ejemplo el caso de una mujer que bebe una poción de amor para que un vampiro, al alimentarse de ella, se enamore al beber la poción en su sangre. Podría funcionar o no de acuerdo a la fuerza de la poción, la actuación de la mujer, etc.

Me imagino a un grupo de personas jugándolo casualmente, porque serían historias de una sesión. Se repartirían al azar ciertas cartas, otras se elegirían. No habría DJ, pero sí un sistema democrático (que podría incluir el azar para casos puntuales) para dirimir diferencias de criterio.

Aunque no estoy con tiempo ni con ánimo de diseñar juegos de rol por un buen rato, de pronto me resurgen ciertas esperanzas en la cabeza.

Justice League: The New Frontier

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A veces uno encuentra joyas de casualidad, como cuando tropieza en una librería de usados una cosa que no sabía que existía pero que de pronto uno no puede vivir sin ella.

Justamente eso me pasó con esta película.

Venía de comerme uno o dos episodios de la serie animada de la Liga de la Justicia. Una justa revancha, porque solamente pude seguir la primera y parte de la segunda temporada, y luego se me hizo imposible por cuestiones de horarios. Por años, una verdadera tortura saber que no podía ver el show.

Pero ahora gracias al milagro de la red, puedo.

Así que estaba en eso, informándome en Wikipedia sobre algunas cuestiones técnicas y de las historias de los personajes, cuando de pronto apareció.

Estrenada en este año que se nos va, se trata de una obra de arte. Verdaderamente. He leído comentarios sobre que desde The Mask of the Phantasm no había nada parecido. Estoy totalmente de acuerdo.

La historia se centra en la década de 1950, con un mundo sacudido por el final de la Guerra de Corea y el inicio de la Guerra Fría. Los superhéroes de la Edad de Oro de los comics se enfrentan a su ocaso: el gobierno solo les deja seguir estando activos si firman un acuerdo de lealtad. Solo Superman y Wonder Woman aceptan, y se dedican a batallar a los comunistas en Indochina. Mientras tanto, Batman y Flash se mantienen luchando contra el crimen en la clandestinidad.

Plagada de referencias a nuestra realidad y a la historia de los comics, la película dura poco más de una hora, pero tiene la ventaja de parecer que dura dos. Mientras vemos las realidades complejas de estos héroes, asistimos al origen de Martian Manhunter y Green Lantern, dos íconos de la Edad de Plata, quienes con sus nuevos uniformes aparecen mucho más modernos que los de la vieja JSA.

Bien en el fondo, la película no es más que una serie de metáforas políticas, sociales y comiqueras, que no hace agua por ninguna parte. Leí también en una parte que un crítico dijo que es una de las pocas películas de superhéroes sobre las cuales uno no puede quejarse de nada. Contentan y no dejan lugar a decir "esto no estuvo tan bien". Y creo que es así. La vi con mucha espectativa, y no me defraudó ni un instante. Y si algo de la trama hace referencia a una parte bastante chota de la historia estadounidense (justamente el macartismo que censura, discrimina y prohíbe), la película no hace patrioterismo ni nada similar. Claro que es una película con contenido político yanki, porque es yanki, como una película política argentina tendría contenido político argentino. Pero los creadores han logrado mantener eso en un plano estrictamente histórico.

Mención aparte, lo visual. Un estilo hermoso, haciendo honor a lo viejo (como los uniformes de la década de los 40 y el estilo pulp de esa época). Realmente una linda experiencia.

Un clásico hecho ayer, que hay que ver ya. Y de regalo, para que vean, la portada del comic a partir del cual se creó la película. Sí sí, Superman está en segundo plano.


Glosario de estupideces 1

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¿Quién puede ser tan idiota como para ripear una película de un BluRay y pasarla a formato anamórfico?

En serio, hay que ser aparato.

¿Terminó la historia?

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Ayer vi de nuevo La historia sin fin.

Volví a ser un nene feliz.

Además de ver que podía hacer el jueguito de dedos de la primera escena y de enterarme que Bastian había leído El Señor de los Anillos, pude ver de lejos muchas cosas que deben estar en el libro. Saber que hay un libro detrás de una película te impulsa a mirarla buscando las cosas adaptadas, quitadas, intraducibles, etc. Por otra parte, me arrepentí nuevamente de no haberlo comprado el libro, que lo vi hace unos meses pero estaba sin dinero.

Recordé muchas imágenes hermosas de mi infancia, y no me avergüenzo de decir que me puse a cantar la canción (eso sí, estaba solo en casa). Yo soy así.

Si bien películas como esta, Laberinto y El Cristal Encantado aparecieron en el cine cuando yo tenía poquitos años, definieron mi infancia cuando, tiempo después, empezaron a verse en la TV. No, nunca tuve videocassetera. Éramos clase media pobre. También tengo el recuerdo de haber visto El Cristal Encantado en el Cine Madre Cabrini, que un cine de barrio que todavía hoy subsiste repitiendo películas viejas. Si no fuera porque hace rato que no repiten estas películas, las seguiría viendo.

Ellas definieron mi infancia hacia la fantasía, decía, mientras empezaba a asomarme a la ciencia ficción de la mano de los libros que traía mi hermano. Así que son piezas entrañables de mis recuerdos.

Desde hace tiempo me puse a pensar en que este tipo de películas ya no aparecen en las carteleras de cine, y por eso creo que muchos chicos, lean o no, están como dormidos. Algunos me dirán "Harry Potter". Puede ser. Pero no. HP es un supercomercio, y es una iniciativa aislada. Vende solamente porque el libro pegó y vendió muchísimo. Pero los que siguen a HP no siguen al género en sí mismo. Alguno por ahí se pasa a otras sagas como El Señor de los Anillos, pero de ellos muchos quedan en el camino en los primeros capítulos. Lo cual ya es una señal.

Hablo, entonces, de una cosa totalmente diferente: una corriente. Llama la atención que durante los 80s hayan surgido tantas películas de fantasía, algunas muy buenas, como Willow, Fire and Ice (que descubrí hace poco), Ladyhawke, Leyend (con Tom Cruise!!!), las de Conan, las ya mencionadas, etc.

Puf, casi me cansé de recordarlas. Pero sí, todas de los 80s. ¿Qué pasa ahora? No puedo opinar sobre la calidad de las actuales, porque no las fui a ver. Pero ciertamente los films de fantasía para jóvenes y/o adultos no son ya una parte importante del mercado (*). Y realmente no creo que sirvan para abrirle la cabeza a los chicos sobre qué bueno está leer o hacerse fan de cierto autor, o tratar de buscar películas del mismo género.

Tal vez por eso me gustó tanto Stardust. Me trajo a la mente estas películas que eran magia pura. Ese tipo de películas que ahora ya no se hacen. No es raro que venga de la mano de Neil Gaiman, que de esto sabe mucho. Pero, ¿cuántas otras historias merecen ser adaptadas o contadas de cero desde una película?

Por otra parte, ¿de qué me sorprendo? Hollywood está en piloto automático desde hace años, repitiendo ya no recetas, sino argumentos enteros. Cagándose en los clásicos del pasado, tanteando en la oscuridad para buscar cosas que truchar, haciendo malas copias de cualquier cosa que encuentra. ¿Qué puedo pedir?

Mejor, mejor que se olviden de los 80s. Que no hagan remakes de estas joyas. Que se olviden y nos dejen recordarlas con cariño. A ver si el día de mañana el género se pone otra vez de moda y empiezan a surgir películas (buenas, malas, regulares) que pueda llevar a mis chicos a ver al cine.


(*) Alguno también mencionará a Shrek o cosas así. Sí sí. Me encanta Shrek. Y es fantasía pura, pero es una película principalmente cómica. Yo me refiero a la fantasía de aventuras, a la fantasía oscura tipo Conan, y otros subgéneros. Ahora mismo pienso en Pratchett. Sí, tenemos el subgénero de la fantasía cómica, pero de nuevo, Shrek es una experiencia aislada, que atrae a su público pero luego este público no puede habituarse al género porque no hay películas similares.

Dudas y no-dudas existenciales

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Ayer empecé a leer de nuevo Arkham Asylum. Hoy me compré la segunda entrega de la Colección de Batman de Clarín: El hombre que ríe. Pensar que todavía no la vi, a pesar de que me la bajé hace meses.

Medité sobre si habrían basado o tomado algo de la célebre película en el comic, como referencia cruzada barra homenaje. Pero no creo. No sé qué hacer. Me gusta ver primero la obra original, cuando hay algo derivado o inspirado, etc.

Ahora también tengo la duda sobre si seguir leyendo Arkham Asylum o empezar con El hombre que ríe. También dudo, lamentablemente, sobre si podré conseguir el primer número de la colección, porque caminé y caminé y en todos los kioscos me dicen que volaron, que se agotó el primer día. Ya lo pedí en el kiosko de mi barrio, a ver si lo pueden conseguir... ojalá.

De lo que no dudo es que cada vez que veo más de Bruce Timm, más me gusta y más cosas quiero ver. Desde ayer estoy saqueando una galería de imágenes inmensa que encontré en la red, después de haber agotado la anterior fuente de recursos. Creo que con esta tardaré un día más, pero vale la pena. Tiene muchas imágenes que ya tengo, pero con mayor calidad.

Desde hace semanas estoy volviendo a ver la Liga de la Justicia, y junto con estas imágenes, han ayudado a terminar de formar en mi mente la idea básica de un nuevo proyecto. Uno del cual no digo nada ahora, porque espero decirlo pronto con cosas en la mano.

De eso sí estoy seguro.

¿Para tanto?

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El otro día se me dio por releer comics de superhéroes, en gran medida porque estoy masticando un proyecto de este tipo. Quería ver viñetas, recursos gráficos, onomatopeyas, diálogos, etc. Todo lo técnico, más allá de lo argumental.

Fue así que regresé a uno de mis orgullos de la adolescencia: 8 números de X-men dibujados por Jim Lee, editados por editorial Pavón y luego por Columba hacia 1995 (*). Justo en la época en la cual conocí a un amigo batmaníaco que me metió en los comics de lleno.

Recuerdo que fue algo difícil para mí ahorrar el dinero para comprarlos, porque estaban ¡2 pesos! y en ese momento mi madre, que cobraba muy bien, perdió el trabajo y pasamos a ser "clase media arrastrada".

Pero lo compré y, aunque no entendía nada de la trama porque estaba entrelazada con mil otras series yankes, me sentí en la gloria. El dibujo de Lee era tan bueno como me lo habían mostrado, y las chicas que dibuja... bueno, las chicas que dibuja.

Así que volví a esa especie de "primer amor", aunque no fue, creo, el primer comic que compré, fue el primer intento de seguir una serie en lugar de comprar unitarios de Batman.

Y encontré una cosa: ¡demasiado texto!

Los primeros 4 números (que son los que leí hasta ahora) fueron guionados por Chris Claremont, un enorme autor del género que revolucionó varias veces personajes y series de la Marvel. Ahora que lo miro con ojo crítico, veo varias cosas.

Los diálogos son muy largos, y a cada piña hay un soliloquio a lo Shakespeare. O dos. Y, para colmo, la gente dialoga mientras se pega. Dialogan siempre y los globos se alargan y se alargan y se pegotean con los otros como si fueran un virus mortal, comiéndose gran parte del dibujo. Y los globos pegoteados son muy jodidos de leer.

Lo de los soliloquios se entiende, supongo que por la época, o lo que sea. Se sabe que en los comics el tiempo transcurre diferente. Pero lo otro... Claremont era y es muy aclamado por haber resucitado en esa época a los X-Men, y de hecho dejé de comprar la serie (además de por el dinero) porque me anunciaron que cambiaba de guionista y que las historias ya no eran tan buenas (no sé si era cierto, pero me dejé influenciar).

Tal vez era su estilo, porque la verdad es que hay mucha información en cada página. Jim Lee dibuja muy bien, con esas poses exageradas de pelea que te meten en onda rápido. Pero en el guión a veces las cosas saltan, aparecen en una viñeta de pronto cosas que nadie había visto antes, y los diálogos, si bien son trascendentes, creo que tienen demasiadas palabras. También veo que algunos dibujos de Lee tienen fondos demasiado detallados, haciendo que lo que está en primero y segundo plano sea confuso, lo cual se agrega a lo de los globos. Para colmo, algunas viñetas están muy pegadas o superpuestas, lo cual suma más "apelotonamiento" (vocablo argento bastante expresivo en este caso).

También sé que los dos autores tuvieron problemas artísticos en la época. De hecho a Claremont lo echaron de la serie porque no se ponía de acuerdo con Lee, que era "el chico nuevo del barrio" y muy popular. Tal vez ahí está la cuestión de todo. Demasiada información, tironeos entre quien cuenta cada cosa... Es evidente que los dos querían lucirse con lo que mejor sabían hacer, y no lo hacían de manera coordinada.

¿Qué me deja esto? Supongo que los grandes también pueden hacer mal las cosas, y en definitiva, si es por gustos, siempre habrá gente que no le gustará como haces algo. No sé si lo que hizo Claremont con el guión está "mal", porque como digo, a lo mejor eran cosas de la época y no soy quien para juzgarlo. Y definitivamente los problemas de comunicación entre los dos autores se notan: se ve que hay algo que no funciona.

Así solo duraron 4 números, que son los que leí. Ahora voy por los otros cuatro que tienen una lucha contra Omega Rojo, guionados por John Byrne. A ver cómo cambia la cosa.


(*) X-Men nº 1 de 1991, el que acá fue editado en 1995, sigue siendo el comic más vendido de la historia, con 8 millones de copias. Influyó no solo la popularidad de Jim Lee, sino el mercado especulativo que se había armado en la época, en el que se veía como una inversión real a los comics (tanto como comprar inmuebles o acciones de empresas líderes). La edición incluyó 4 tapas diferentes, de manera que la gente se compró varias veces el mismo número; también había creo una edición especial con tapa desplegable que las incluía a todos. En la edición argentina se fraccionó ese desplegable en los tres primeros números, y luego se vendió una recopilación que consistía en los tres números (con tapas en papel ilustración) encuadernados para formar una revista más grande. En esta edición, que yo tengo, la tapa incluía la mitad central de la tapa desplegable original, que es la que está bajo estas líneas.

Llamarada

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Hace casi dos semanas empecé mi tercera novela.

La verdad es que, como ya lo había expresado acá, tenía muchas ganas e ideas, y se nota.

Doce días y llevo 70 páginas. Sin bloqueos ni nada; no hubo un día en el que no escribiera un párrafo o varios.

Claro que no pretendo decir que estos cuatro capítulos sean perfectos. Pero no podía parar de escribir y los pocos intentos corrección seria que hice fracasaron. Por lo general, siempre leo la última página, cambio o corrijo algo, y sigo. Mientras tanto, voy anotando los errores o problemas más grandes.

En estos días terminaré el capítulo 4; por hoy ya escribí demasiado. Como ya no tengo idea de cómo seguir, releeré todo y corregiré esas cosas que fui anotando en mi mente.

Lo peor es que en mi mente ya se acomodó el final y el otro final. ¡Por fin escribo algo en el orden correcto!

Tarde de café, con dibujos

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Ayer nos juntamos de nuevo con la gente de Pencilvania, a quien hacía rato que no veía (bueno, a Jorge sí).

La buena nueva es que Exequiel, un compañero nuestro que está trabajando fuera de la ciudad, volvía para visitarnos.

Le había pasado un guión corto de 6 páginas para que practicara, que a mí también me sirvió para aprender algunas cosas. Con gran alegría pude ver que ya había resuelto casi dos páginas de una manera muy interesante. Es una lástima que trabaje mucho y que todavía se esté acomodando a su nueva vida, pero pronto ya tendrá todas las herramientas necesarias.

Exe maneja bien la fantasía medieval, como se puede ver en algunos de sus dibujos, y es fana del WOW y juegos de ese tipo.

Más allá de que todavía tiene que aprender a manejar algunas cosas (como todos en el grupo), está poniendo mucho empeño. Me gustó mucho ver que las viñetas eran dinámicas, y que Erien está quedando muy linda, como lo había pensado. Ahora, a ver cómo le queda la magia.

Destino

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Reseña de Animate 2008

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Desde hace unos meses leo el blog de Diego Agrimbau, guionista del que no he tenido todavía el placer de leer nada (pero así soy yo).

Me encuentro ahora con que ha hecho una linda reseña de Animate 2008, una de las convenciones porteñas de rol de esta época.

Me resultó interesante para ver algunas de las cosas que menciona Dogui en los comentarios de mi reseña de Leyendas, y otras cosas que he escuchado por ahí. Ahora sí me lo imagino a Trillo puteando por tener el bafle saturado a dos metros de distancia.

Al final, acá los roleros se quejan del cosplay pero podría tocarles algo peor... :D

El verdadero mundo del revés

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Mi amigo Fernando desde hace años vive en Liechtenstein, con su familia. Siempre me cuenta las ridiculeces políticas, económicas y culturales de uno de los países más pequeños del mundo. Para colmo de que le sobra material, tiene un humor bastante cáustico que siempre me gustó. Leer su blog siempre era una fiesta.

Pero ahora que puedo leer en este blog muchos más datos acerca de este raro principado, la verdad resulta ser todavía más ridículamente absurda.

Así que este post va dedicado para vos, Fernando, que hace rato que no nos vemos en el MSN y que siempre me acuerdo de vos por vivir en semejante mundo del revés. Un argentino que demuestra que nuestro país no está tan loco como parece... los hay peores :D

Hermoso día de lluvia

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Joy.

Agua cayendo del cielo, en diminutos fragmentos. Ayer casi 40 grados. Hoy somos Londres. Hermoso.

Estalla en cámara lenta el frío, barrido por el viento húmedo. Siempre me gustaron los días de lluvia. Me levantan el ánimo. Sobre todo cuando éste estaba derretido en el suelo.

Comparto la alegría del momento. Como pocas veces, no me siento totalmente solo, ni totalmente fuera de foco. Es raro. Me gusta.

Una persona me lastima. Ey, no eres mejor que yo por tener un buen trabajo. No merezco eso. Se suponía que te conocía… que habíamos compartido la misma trinchera, el mismo barro.

Odio a la gente así.

Eso me aplasta de nuevo. Me voy algo pensativo, dudando de mi futuro. No es el que buscaba, aunque tiene rastros de éxito. O, al menos, de progreso. Pero no del progreso que yo quiero.

Cuando nos dispersamos, me doy cuenta de que la lluvia se sigue regalando, y ahora a mares. Soy feliz de nuevo. Cuatro árboles, cuatro tonos de verde, sobre un cielo acerado y los adornos del shopping. Parecen un cuadro en movimiento, un holograma que da miedo. De nuevo estoy en foco, y todo parece perfecto. Sonrío. Soy feliz viendo esos colores, soy feliz con la lluvia en la cara.

Me debato entre apurarme o mojarme. Lo segundo no me molesta, pero realmente tengo algo de prisa. Me lo tomo con calma, me apuro de a poco. Cambio de ritmo, de marchas.

Estoy solo en la vereda y eso me encanta. Tarareo canciones en inglés. Vuelvo a los 80s que nunca viví, porque era muy chico.

Llego a ese punto en la avenida. Hace un par de años vi allí un cuento que era un poema, y un poema que era la memoria de un mago y la promesa de un futuro. Vi un texto y una pared de ladrillo rojo que se demolía a sí misma, con el tiempo, con el grave abandono del martillo. Ahora hay otra cosa allí. Cosas del progreso. Pero me gusta. Sigue habiendo varios tonos de verde.

Todo se olvida. De nuevo soy la lluvia, el agua que se escurre, el ruido de los neumáticos patinando suavemente. Soy feliz y nada me lo puede quitar. Ni el trabajo perfecto de otro. Disfruto esta alegría secreta, única y personal de los momentos que no se pueden describir.
Hacía tiempo que pensé que había muerto.

Exitos

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Miércoles 26 de noviembre. Año y medio sin el Negro Fontanarrosa. Para mí sigue ahí.

Hace unos días me enteré por el diario que mi amigo Jorge Matar había sido uno de los ganadores del concurso de historietas organizados en su nombre. Así que es una alegría poder acompañarlo a la ceremonia de premiación.

El bar del shopping está de fondo, aunque uno preferiría que fuera El Cairo, donde el Negro habitó tanto tiempo. Cosas de los patrocinios, he de suponer.

Viene el intendente, me entero, y que cambiaron el horario para que él pudiera asistir. Igualmente se queda diez minutos, habla y se va (cosas de las agendas apretadas). Yo le insisto a Jorge con que eso le da pedigrí al concurso y a la ceremonia en general. Están los cuatro canales de la zona, muchas cámaras y micrófonos.

Cafecito y medialunas gratis. Dan los premios y Jorge me autografía una copia de la revista que editaron, con todas las obras ganadoras y las menciones. La suya es la única que no tiene palabras. No le incluyeron la tapa, eso sí. Pero igual es mucho, muchísimo.

Los medios finalmente lo entrevistan, después de que todos le insistimos para que haga cámara. Se queja de que le hacen preguntas de respuesta “si/no”. Es lo mismo que los cassettes de los futbolistas, le digo: las respuestas son idiotas porque las preguntas son idiotas.

Hay invitados conocidos, otros que no, otros que mejor evitar. Se echan en falta Sasturain y Rep, que eran dos de los tres jurados, pero bueno, no se puede todo. Vino Tolj, que es de acá, y no lo pusieron a decir nada.

Nos vamos cuando ya no queda nadie, esperando que Jorge termine de hablar con sus camaradas ganadores.

Lo único que me queda desearle es que le den pronto el premio y se puede comprar la Mac que merece (y necesita).

Ansiedad

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Estos días han mantenido una insistente presión sobre mi cráneo. No solo por el nerviosismo de mi nuevo trabajo, a veces sorpresivo en horarios y en resultados. Había un no sé qué por ahí, algo que me aturdía y me ponía las cosas de punta.

Hace unos días me dí cuenta que esa sensación de aburrimiento, ansiedad y vacío, ganas de no hacer nada y de desperdicio, venía de mi falta de actividad. No estaba escribiendo.

En verdad, tengo en la cabeza ideas para una buena docena de guiones de comics, pero me cansé un poco de eso. Ya estoy trabajando en otro proyecto con Fernando y no es cosa de escribir docenas de guiones para que nadie los dibuje. Quiero enfocarme.

Me dí cuenta de que quiero volver a las novelas.

Así que descansé unos días más, trabajé, descansé y ahora me dispongo a plasmar en el papel algunos garabatos.

Después de enviar mi novelita de ciencia ficción al concurso, me quedé con dos ideas de fantasía oscura, y en esos días de descanso medité sobre los detalles más finos y las partes de la trama que, siendo importantes, no podía desarrollar sobre la marcha. Estoy dispuesto a dejar que ciertas partes se escriban solas durante el proceso, porque si tuviera que planear todo de antemano, sé que no podría. Pero lo grueso y lo intermedio deben estar allí, o me pasará lo mismo que me ocurrió varias veces con Ojos de plata. La sensación de que la historia vivorea, llega a alguna parte, pero que pierde fuerza en el camino.

Esta tarde, hace unos ratos, decidí cuál novela empezaré antes, aunque no sé si luego la abandonaré por la otra o qué haré. Así que me pongo a eso.

Lo raro es que, anulada la duda, sabiendo de donde surgía la ansiedad, no estoy ansioso por escribir. O a lo mejor es el calor que hace aquí, que te quita las ganas de hacer cualquier cosa.

El último de la serie

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Creo que debe haber pocas cosas más feas que leer dos libros de una trilogía y no conseguir el del final. Es lo que me pasó, hace tiempo, con la saga del Éxodo de los gnomos de Terry Pratchet.

No he leído nada de él, y comprar los dos primeros libros era una apuesta a enmendar el error. Lamentablemente, no pude conseguir el último. Nunca más.

Ahora un amigo me ha prestado La nave. Empecé a leerlo ayer, y porque me tomé tiempo para releer los otros dos y disfrutar en serio de la historia, sin olvidar nada. Ha valido la pena.

Estoy contento, aunque sé que tendré que devolverlo. Más adelante tal vez pueda conseguirlo, pero mientras tanto podré ver el final.

Lo curioso es que no lo saco de casa. Los otros dos los he devorado en el colectivo, en mis frecuentes viajes. Este no. Cuando alguien me presta algo, no lo saco a pasear, no sea que le suceda algo. Queda en casa hasta que se devuelve.

Lo otro curioso, es que mi amigo, que tiene una biblioteca similar a la mía en alcances y tamaño, pareciera gozar de escribir su nombre y dirección de mail en la tapa y en hojas sueltas. Sí que se pueda perder y todo eso, pero me parece que con una vez, ya es suficiente.

Lo que quiero de un SW RPG

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Desde hace tiempo vengo pensando en esto. La verdad es que no soy ningún indeciso, pero hasta hace unas semanas no sabía cómo definir, en pocas palabras, qué me gustaría tener en un juego de rol de Star Wars.

En Leyendas 2008, charlando con la gente que jugaba wargames y se armaban sus propias maquetas de cartón, le puse nombre.

Quiero un juego táctico narrativo.

Sí sí, así como suena. Quiero que tenga miniaturas, y un tablero no cuadriculado, pero sí en 3d, con escenarios reales para mejorar la inmersión táctica (y porque queda bonito y tengo el trauma de las maquetas desde niño). No me molesta tener que medir con regla para, más o menos, ver si la dificultad del disparo.

Pero también quiero que mi personaje de pronto diga "no puedo permitir que ese tipo ponga en peligro a la Galaxia y mate a otros como hizo con mi hermana. No sé de donde, pero tengo que sacar fuerza para vencerlo". O "mi personaje busca venganza. Pura y dura. Así que no me importa si muere, pero me lo llevo al infierno".

Lo primero, lo reconozco, vino de ver las minis de SW d20. Lo segundo, en cambio, es un pedido que siempre tuve para con SW. Viendo las películas, y después leyendo algunos comics, y sobre todo consultando la Wookiepedia, me di cuenta de que hay muchas buenas historias que pueden ser contadas a través del juego. Personajes emblemáticos que deberían estar al alcance de cualquiera. Desde el mercenario/rata callejera de Nar Shadda que se arrepiente y se enmienda salvando a otros, hasta el piloto imperial que traiciona su causa, pasando por el soldado cansado de luchar y luchar, o la mujer que ha perdido hijos en la guerra y decide hacer algo. No sé, son solo ejemplos que se me ocurren ahora. SW es un universo rico, que permite la maduración de mucha fruta podrida, pero también de cosas interesantes.

Así que ahí lo tienen. Juego táctico narrativo. ¿Que no se puede? Veremos. Tengo mis dudas de poder lograrlo, pero el fracaso solo marcaría mi ineficacia, no la imposibilidad de alcanzarlo.

Los puntos de Destino de Saga Edition me marcan una pauta, y me gustaría profundizarlos. Aunque, como me ha recomendado en su momento René, trataré de modificar las cosas sólo después de haberlas probado como están en el manual. A su vez, quiero simplificar un poco más la parte táctica del juego, que creo que está bastante simple, pero para gustos...

Los exitosos Pells

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Hacía raaaato largo que no veía una serie argentina que me enganchara. Desde Los Simuladores o Hermanos y detectives (nada curiosamente, del mismo autor).

Si vivís en Argentina, ya sabés que el 99% de la televisión es una bosta. Incluyendo los noticieros, que además de ser todos amarillistas, están conducidos generalmente por malos locutores que no pueden articular una frase entera sin romper las reglas de la gramática o la lógica.

Así que, a pesar de que no soy de hacer críticas de series en el blog, me decidí por encarar esta: Los exitosos Pells.

Para resumir, es una muestra del talento argentino en materia de producción. Todo encaja, desde los pequeños detalles visuales de la presentación, muy elaborada, hasta el casting, que es perfecto. Mi madre me lo resumió así después de ver los dos primeros episodios: está tan bien armada que parece una serie yanki, no una serie argentina.

Lamentablemente me perdí los dos primeros episodios (y no siempre puedo ver todos los capítulos, por temas de horario). Pero la historia es básicamente así: un matrimonio exitoso de conductores de noticiero: Martín y Sol Pells, la pareja perfecta de la TV. Salvo que él es gay y ella mantiene una relación oculta con su colega, Diego. Este matrimonio por conveniencia (conocido por sus jefes) les permite mantener el éxito en el canal y ser dos personas muy queridas y famosas. Franco, el dueño del canal, es padre de Tomás, la pareja de Martín: un gay bastante evidente y obsesivo.

Ya con eso se podría haber hecho una buena serie. Pero hay más. En el primer episodio, Martín tiene una lucha con Franco, ya que pensaba cambiarse de canal. Martín es herido por su jefe y queda en coma. Para tapar el hueco, tanto criminal como profesional, a Franco no le queda otra que suplantar al verdadero Martín por un doble: Gonzalo, un sujeto que encuentra en la calle, arruinado.

Esto es lo que termina de cerrar el rizo. Él es totalmente diferente, a pesar de lo físico, a Martín. Es una persona noble, y, sobre todo, heterosexual. Lo cual hace que su convivencia forzada con Sol, una mujer hermosa y sexy, sea una tortura.

De ahí ya se imaginan los papelones, ya que existe una fachada dentro de otra fachada. En el canal, muchos saben que el matrimonio son una farsa, pero solo unos pocos saben que el verdadero Pells no está ahí, y que el otro es un doble. Y todos empiezan a preguntarse qué bicho le picó a Martín, que de pronto cambió tanto.

Con tan buen piso argumental, la única manera de arruinar la serie era poniendo malos personajes o malos actores. Error que no se cometió. Por un lado, el casting, como ya dije, es perfecto. Los dos protagonistas, Mike Amigorena y Carla Peterson, son actores poco conocidos (aunque ella se hizo algo famosa hace poco con Lalola, otra comedia de éxito con buenas críticas por su argumento). Los dos demuestran una gran precisión en el momento de realizar todo, ya que sus papeles tienen personalidades bastante amplias, a veces extrañas. Principalmente Sol, que tiene conductas a veces contradictorias.

Los demás están todos en el lugar perfecto. Actores muy conocidos y otros no tanto, pero con papeles bien definidos y cuidados.

Esta es la parte actoral que más me gusta comentar. La definición de los papeles, que es tanto precisa como nebulosa. A pesar de que es fácil saber qué papel, qué lugar ocupa cada uno, no hay estereotipos fáciles ni absurdos. Tomás, la pareja de Martín, es un buen ejemplo. Es el clásico gay "loca loca", como diría Homero Simpson, pero rebajado con una buena dosis de decoro y "armario". No va por ahí gritando que es gay, porque su padre y él tienen que guardar las apariencias. Pero se da tiempo, en privado, para maquillarse, llorar como nena o preguntarse qué le pasa a ese nuevo Martín que ya no lo trata como antes.

Con este punto cierro. Por lo que pude ver, y es algo que me gusta porque me descoloca, la serie no está armada en base a estereotipos. Los personajes son contradictorios, raros. No hay voz en off con sus pensamientos, así que a veces uno no sabe si esa pose es fingida o real; pose que también, a veces, es ambigua. Durante el primer capítulo que vi, uno no sabía si Sol era una mujer falsa y manipuladora o una mujer algo ingenua e inestable. Para colmo, en el canal todos son grandes chismosos y están serruchándose el piso de manera constante, unos a otros. Lo cual hace que el espectador siempre sospeche que algo de esos rumores puedan ser ciertos.

Así que, si están en Argentina o la pueden conseguir, véanla. Es una joya de la TV. Y si lo digo yo, debe ser cierto, porque ya me da asco la TV argentina.


PD: un detalle que marca a las claras la calidad de los guionistas (y del proyecto en general) es el humor que manejan. Este se ve cristalizado en los bloques que cierran con publicidades hechas por los Pells (que se transmiten por el mismo canal en donde ellos trabajan). Jugueras, pastillas para el stress, electrodomésticos y todo tipo de estupideces absurdas típicas del clásico "Llame ya". Publicidades muy idiotas, al nivel de Homero exprimiendo una naranja contra su cabeza o Joey de Friends vendiendo un perforador de cartones de leche. Todo hecho igual que en la TV real, con los Pells actuando mal (actores que actúan de periodistas actuando mal, ¿se entiende?), desenfocados, dudando de las líneas mal memorizadas, fallando al demostrar en cámara las cosas. Cuando vi eso, me terminaron de comprar. Y lo peor es que a veces hay dos por episodio. Todo un chiche.


Dulce fracaso

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Bueno, como lo había anticipado, no gané nada con Ojos de plata en el concurso al que lo presenté, en España. Pero no me quejo, había una competencia enorme, de 80 novelas, y además parece que todas de buen nivel. Además, no había escrito la novela para el concurso, sino "de oficio".

Pongo la palabra "fracaso" en el título porque últimamente estoy muy poco inspirado para éstos, y no se me ocurre otra cosa. La verdad es que haber terminado mi primer novela, aunque tenga defectos y cosas que puedan ser mejoradas, es mucho.

Espero poder abordar su relectura para diciembre, cuando me libere de ciertos compromisos y ya no tenga que dar clases. Después tal vez empezaré otra novela. Todavía no sé si será su continuación o si empezaré con las ideas más nuevas que he tenido en estos meses.

¿Mi objetivo? Pues concursos el año que viene. Principalmente el de cierta editorial de nombre mitológico, pero otros que surjan, también. Creo que con la experiencia acumulada en estos años puedo hacer algo mejor todavía. Mejor dicho, estoy seguro de que puedo.

PD: segundo concurso, allá voy!!!

Maldición de Lovecraft

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Para matar un poco el rato en esta tarde da calor agobiante continué leyendo El manuscrito olvidado, de Horacio Lalia, que adapta cuentos de Lovecraft. Allí me encontré con uno que desconocía.

El alquimista es un relato que bien podría ser el planteamiento de una aventura corta para Maldición de Sangre. Solo accedí a la trama a través del comic, pero habiendo leído a Lovecraft calculo que no será muy largo. Sin revelar nada de ella, solo diré que mantiene la estructura básica de mi juego: el protagonista que descubre que morirá en una fecha señalada y debe encontrar la manera de evitarlo. Excepto por el hecho de que es uno solo y no un grupo, en el comic encontré muchos pequeños detalles que quiero explotar en el juego.

Hace tiempo que quiero retomar la idea de jugar MdS por foro, pero no me animo a hacerlo hasta estar más cerca de diciembre y empezar a plantearlo. Por otra parte, ahora se me ocurre otra alternativa de juego, el one on one: un DJ y un jugador. Sí que cambiaría la dinámica de juego que pretendo, eliminando al grupo (de personajes y de jugadores), pero por otra parte permitiría llenar un espacio para cuando uno tiene pocos jugadores (de hecho, uno solo). Esto me ha pasado, a veces. Y las partidas de a uno que he tenido no han sido malas, tengo que decir. Siempre olvido contarlas.

Para diciembre, entonces, enfoco todo. Y si pueden, lean el cuento, que seguro lo pueden usar de inspiración. Y después manden el actual play.

Breve pero bueno

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Estos días estuve escribiendo muchos guiones. Después de la novela corta, que todavía no tiene título, para un concurso por venir, sabía que iba a necesitar escribir cosas breves.

Creo que nunca escribí nada para practicar. En eso me equivoqué. No está mal buscar siempre lo mejor, pero a veces debe haber ejercicios de escritura, así como los dibujantes hacen bocetos o dejan por la mitad ciertos dibujos. Practican, no sale, se arranca de nuevo, se usa lo que se aprendió para otra obra.

No todas las ideas sirven para llegar a algo bueno.

Siempre traté de sacar EL cuento, con todas las ideas que tenía. Algunas eran buenas, otras complejas, otras pobres. Desde hace tiempo he aceptado que hay cuentos que empezaré y que tal vez nunca termine. Y que no está nada mal retomar algo que comenzó a ser tejido años atrás. De hecho, es un reto interesante.

Y eso así que escribo guiones sin pensar en grandes cosmogonías, historias largas, tiras ni continuaciones. Historias breves, sencillas, tal vez usadas, sin mucha innovación, pero que buscan ser buenas: transmitir algo.

He descubierto que me gusta mucho. Ya preparo el siguiente proyecto con Fernando Kern, quien ahora ya tiene blog. Están invitados a pasar y dejar comentarios. Ahora que han pasado algunos nubarrones y apuros personales, estamos de lleno en las trincheras.

Desertificación

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Bueno, el concurso de Maldición de sangre terminó hace ya una semana, y ni he tenido tiempo de cerrarlo como se debe.

24 personas bajaron las bases: ninguna envió nada. De manera que tengo que declararlo desierto.

Varias de estas personas me han manifestado que tenían ganas e ideas para participar, pero que el estudio, trabajo, etc. no le permitían hacer algo razonablemente bueno en el tiempo planteado. Pensé en alargar el tiempo de la convocatoria o en lanzar de nuevo el concurso, pero si no se dio, ya está.

Sin embargo, teniendo en cuenta las ganas de participar de esta gente, he decidido que cualquiera que no haya podido participar puedan enviarme este material. Simplemente escriban al mail que está en las bases, avísenme de su interés y cuando tengan listo algo, me lo envían. Cuando el 2º ahscan de MdS salga, añadiré esas Maldiciones como lo pretendía el concurso, solo que no habrá ganadores.

No tengo todavía fecha establecida para este ashcan, aunque calculo que será antes de marzo. De manera que tienen mucho tiempo para escribir. Ahora sí que no hay excusas.

Mes deprisas

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Cosas que hice en octubre:
  • cuatro mañanas y dos tardes de reemplazo en la escuela de mi barrio.
  • terminé de escribir y revisar una novela corta para un concurso literario.
  • empecé a leer La Historia de los Hijos de Húrin y me leí entero el tomo de Nippur de Lagash.
  • Armé y subí mi nuevo sitio en Internet.
  • Organicé el concurso de Maldición de Sangre, dedicándome especialmente a la promoción del mismo.
  • participé del Desafío musical de SAS (te odio, Dogui, te odio!!!) con mi juego Vs. (Five Against One). Fui el único que terminó. Por lo tanto, soy Amo del Universo. Que mis contrincantes no quieran decir nada y se suman en un vergonzoso silencio, es otra cosa.
  • continué con mis dos blogs y algunas participaciones en los foros de siempre.
  • empecé a dar clases de Autodefensa.
  • dirigí dos mesas de rol en Leyendas 2008, 10º edición de la clásica convención rosarina (sábado y domingo).
  • conocí a Horacio Lalia y a Carlos Trillo, me cansé de charlar con Carlitos y aprendí una bocha de cosas sobre guiones de comics en los talleres de Leyendas 2008.
  • ya me leí varios comics de los que gané ahí.
  • escribí 4 guiones de comics (de entre 1 y 6 páginas)
Y me quedaron algunas cosas en el tintero. Otras se cancelaron. Pero valga esto como post 200. Linda coincidencia para el mes más agitado que tuve en muuucho tiempo (y pudo serlo más).

Maldición de Sangre, capítulo 4

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-Che… pobre Flavia.

-Le viene tocando lo peor.

Era una de las conversaciones telefónicas más tontas que había hecho. ¿Qué podía hacer por su prima desde tan lejos, más que desearle suerte? Se sentía impotente, absurdamente impotente.

-Avisame si necesita algo…

-Por ahora se calmó. Menos mal que tenía el teléfono de este amigo mío… no me preguntó nada, le dije que era algo familiar… Esas pastillas son muy jodidas. Va a dormir un buen rato.

La leve estática que surgió cuando movió el cable apagó el sonido del “no sé qué más decir”.

-Bueno… lo que a mí me queda claro es que hay que juntar más cosas de esa época.

-¿Qué cosas?

-No sé… cosas. Yo creo que hay una relación. Si Flavia se pudo comunicar con esta mina por un medallón que era de ella, entonces, ponele, si encontramos algo que sea del bisabuelo…

Escuchó todo el razonamiento pensando que estaba dentro de una película de misterio barata. Manuel tenía una forma muy sencilla de convertir lo fantástico en natural. Después de todo, era parte de su trabajo.

-Está bien, lo voy a pensar. Pero ahora no se me ocurre nada.

-De todas maneras, hay que ser discretos. Yo tengo un trabajo tremendo haciendo que mamá no se entere de todo esto con Flavia… y tengo laburo también.

-Sí, tenés razón. Te dejo, me tengo que ir. Nos vemos.

No fue nada sutil ni en las palabras ni en los gestos, cuando soltó el teléfono y miró a su esposa.

-Gimena… escuchá, no te vayas…

-No me quiero ir. Vos querías que yo me vaya.

-Perdoná… te estuve esperando. Vamos a charlar, ¿eh? Hice comida, te compré la gaseosa que te gusta…

Mientras repetía todo lo que había ensayado, Gimena recorrió las habitaciones con la vista, hasta detenerse en una botella vacía escondida detrás del tacho de la basura.

-Y también me compraste whisky, ¿eh? Ahora que me encanta tomar alcohol todos los días…

Sonrió burlonamente, en un gesto que había tomado de Manuel sin siquiera darse cuenta, y agregó:

-Sí, pero me lo bajé para que no te tentaras.

Exteriormente a su mujer no le hizo nada de gracia, pero por dentro tuvo que admitir que José al menos lo estaba intentando.

Demostración empírica de que Rosario es un pañuelo

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Uso el caso de Leyendas como prueba. Una especie de 6 degrees of separation friki:
  • conocía a Carlos, pero por el lado del rol y los wargames, y ahora lo conozco también por lado de Fernando.
  • una de las participantes de la última jornada de Sierpes está en la ADL, que dirige Carlos.
  • ahí también está un amigo de Drake, quien nos donó tantos premios para la jornada.
  • la novia de un amigo mío de RA iba a japonés con mi hermano.
  • a ver esta: una amiga de mi hermano tiene un primo que es amigo del hermano del organizador principal de Leyendas. Yo conocí a dicho primo en la facultad.
  • Conozco al baterista de San Hoshi Hino, que está en Pencilvania (no estuvo en Leyendas porque estaba tocando en Europa). Pero fui a ver a la banda porque un amigo mío tiene un amigo que es el guitarrista. Y conozco a Damián, Lider de RA, que es amigo de una de las chicas que canta.
No se me ocurre ninguno más. Pero da para pensar. Por Dios, conozco a tanta gente!!!

Mal reseteado

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Hacía rato que no me despertaba tan boleado, sin siquiera tener conciencia de qué día era. Debe ser una resaca legendaria.

Hoy cambiamos guión y empezamos otra parte del "Plan". Damos vuelta el cassette...

10 Leyendas - 2º parte

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Ante el éxito inmediato del post anterior (lo leyeron al menos dos personas), me veo en la obligación de continuar con la crónica de esta jornada. Bueno, por eso y porque igual lo iba a hacer.

Gracias a un colectivo "rápido y furioso" llegué media hora antes de la apertura, así que cuando me metí ni había gente cuidando la puerta. Aproveché para sacar muchas fotos de los espacios vacíos, sin gente, que después colgaré cuando tenga ganas.

La parte del rol tardó MUCHO en arrancar. Como yo lo había esperado, no vino ni el loro. El día era perfecto para estar afuera; además acá se había adelantado el huso horario, así que eso seguro desconsertó a muchos. Encima era día de la madre, peor. Es un karma de Leyendas. No es la primera vez que coincide con esta celebración tan "latina" (y judía, si nos quedamos con ese estereotipo cómico). También creo que influyó que la entrada de 10 pesos hace que muchos vengan solo un día de los dos, y como el sábado está el concurso de disfraces, la elección de muchos es obvia.

En fin, que yo tenía UN jugador, Santiago, que vino de La Plata como el año pasado a jugar en mi mesa. Gran honor, que vengan a jugar de tan lejos en TU mesa. Pero estaba solo, así que esperamos un rato. Y otro rato. Los DJs de las otras mesas no tenían gente, salvo por una de D&D que se llenó a rebalsar de pibes. Discutimos sobre si valía la pena jugar entre nosotros, que dirigiera uno de todos como pasó otros años. Eran las 1530 (se abría a las 1400) y nada. Desierto con el pasto seco rodando.

Al final, para alivio de mi mesa, a Santiago se le agregó un muchacho de Buenos Aires que, según él, no jugaba rol desde hacía 6 años. Así que tuve que achicar un poco mi aventura, de 5 a 2 jugadores, y también de tiempo porque todos queríamos hacer algo más adelante y eran como las 1600. Piña va, tiro viene, se metieron justo por donde debían ir para ahorrar camino (nunca los dirigí, simplemente la pegaron). Así que para las 1730 estábamos libres.

Con la curiosidad de que, en el medio, al chico de Baires y a mí nos hicieron entrevistas filmadas para un documental de los 10 años de Leyendas. Así de la nada nos cayó. Él porque estaba colaborando desde el principio (no sé con qué stand u organización, no llegué a preguntarle), a mí porque soy el único que está dirigiendo desde hace 7 años (u 8, la verdad no recuerdo). Tuve que explicar qué es el rol, como se juega, mis experiencias en la jornada todos estos años, etc. La verdad que mis profes de Locución tendrían que darme otro 10 porque no titubeé nunca.

Al taller de guión que era a las 1700 caí con un amigo a las 1730, solo para descubrir que no había empezado porque no había nadie!! Así que lo hicimos entre los dos, la pasamos bien. Si bien muchas cosas que charlamos yo las intuía o las sabía (Trillo había dado muchos datos la tarde anterior), nunca está de más repasar lo aprendido.

De ahí con mi amigo nos fuimos a charlar un rato. Quería ir a una supuesta charla de Casalla y Morhain que empezaba a las 1830, pero nos habían avisado a los masters que el sorteo de premios era a las 1900.

Puntualmente dejaron sobre la mesa, cual Papá Noel Friki, una docena de suplementos o manuales de rol, tocos de cartas, comics, remeras, un muñeco de Han Solo, etc. Primero me cebé con ese muñeco (todos los libros de rol eran manuales VIEJOS que ya tenía o no me interesaban, o suplementos de D&D). Si no podía elegir el Han Solo, pensé en agarrar un toco enorme de cartas de Mythos, la fallida iniciativa carteril de Chaosium con CoC (difunta hace largo rato). Pero después sacaron un toco de comics, entre ellos Chicanos, el primer número de Magma, El Manuscrito Olvidado, 1806 - Invasión y algunas cosas menores. Apunté a eso y me tranquilicé porque todos estaban buitreando ya los manuales de rol.

No hizo falta más. Tiré primero el d20 y saqué un 13. Después otro sacó un 12, un 11, un 5, un 1, un 7... sí, gané con un 13. Me abalancé sobre los comics y dije: ya está, ya fue, me reivindiqué frente a todos los años que tuve que elegir chucherías o cosas que no me gustan y después tengo que vender/regalar. Más comics. (*) Qué coincidencia, en un año tan comiqueril para mí.

Al final, fui a la charla de Casalla pero era como un documental sobre él, una especie de reality. No me dijo nada, así que al ratito me fui despacito. Charlé con muchos amigos más, escuché algo de Kiroi y de San Hoshi Hino, bandas que hacen covers de canciones de anime, y charlé con más gente. Con un bolso que debe pesar como cinco kilos de rol, comics y papeles, me despedí de Carlos Barocelli y de casualidad lo ubiqué a Horacio Lalia, quien amablemente me firmó El Manuscrito Olvidado. Y eso que lo interrumpí hablando con alguien. La verdad es que me voy más que contento de haber conocido a varios artistas de ese calibre y ver que todos son así, humildes y amables y muy dados al público. Eso que a lo mejor encuentran especialmente en Leyendas y no en otras partes, como ya comenté en otro lugar.

Así que acá estoy, escribiendo esto y calculando como voy a hacer. Tengo que redactar una crónica para una revista virtual de Rosario, tengo que ordenar fotos, ordenar el bolso que tiene mil cosas adentro, ordenar mis libros de rol, encontrar espacio para mis nuevos comics, empezar con cosas nuevas... Así que calculo que por varios días más voy a seguir hablando de Leyendas y todo lo que me dejó. Espero que les interese.


(*) el anteaño pasado, creo, elegí un ejemplar de Merlín, de Alcatena, y otro de El Grimorio Maldito, de Horacio Lalia (el que me firmó ayer). Así le hago el aguante a la historieta argentina. Me la gano en sorteos.



La primera parte, acá.

10 Leyendas - 1º parte

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Sábado 18 de octubre. Lindo día, mucho sol y un río lleno de barcos. Ir al CEC de nuevo es, como siempre, gratificante.

Ni bien entrar mostrando mi credencial, me puse a recorrer toda la convención. Como habitué de toda la vida, noté en seguida los cambios de escenografía. El rol en un rincón, con una especie de arrecife coralino formado por las gruesas estructuras donde van las muestras de dibujos. La otra mitad estaba comprendida por el hall central y el hall secundario, en donde había lugar para sentarse a charlar. La mayor sorpresa era que el escenario era una pasarela para el concurso de disfraces y por lo tanto la pantalla de proyecciones estaba girada. Un cambio interesante, que comentaré en otra parte, en otro momento.

Pero después de ese reconocimiento rápido, me tenía que acomodar para el rol. Cosa que hice rápido, saludando a los primeros Djs que llegaban. Mi mesa no tenía gente anotada, así que con el paso de los minutos comprendí que sería una de esas Leyendas en donde solo dirijo un día. Mientras esperaba, charlé con otros amigos roleros del club, que dirigían o estaban allí cerca de la mesa de wargames.

Acá me di el gran gusto. Hace unos días me enteré que Carlos Barocelli está a cargo de la continuación oficial de El Eternauta. La adaptación de una novela de Oesterheld. Continuación posta posta. Y él fue elegido personalmente por Solano López, Maestro del comic argentino y coautor del memorable personaje.

Ah, me olvido de mencionar, conozco a Carlos por un par de amigos, y es una persona de lo mejor. Nunca olvidaré que nos prestó (al club de rol Sierpes del Sur) una ilustración para el poster de la multitudinaria jornada de 2005 (además de dos pinturas de su autoría para los premios). Lamentablemente la impresión de dicho poster es atroz, pero todavía conservo esos ejemplares como recuerdo personal y ahora como reconocimiento a un tipo que además de en su arte, es grande en las cosas pequeñas de la vida.

Así que pensaba ir a saludarlo, pero él me encontró paveando junto a la mesa de wargames y lo felicité. Charlamos un rato. Un lindo momento que continúo más adelante.

Al poco tiempo se canceló la mesa de SW, por suerte la única de la jornada sin jugadores. Las otras 7 se llenaron bastante rápido.

Alejandro, uno de los organizadores, me recomendó comprar la revista del 10º aniversario de Leyendas en el Stand de la AHI, y cumplí. Aunque no sea más que para tener una foto mía en una revista. Joyita de colección, que le dicen; todavía la tengo que hojear en serio. Viene con llavero de regalo!!! Con eso ya se pagó sola.

La gente comenzó a caer en masa entre las 4 y las 4,30 de la tarde, más o menos. A esa altura ya empecé a cansarme, gratamente, de tener que saludar a tantos conocidos y amigos de Rosario Anime. Gente que misteriosamente se habían quedado sin stand, a pesar de ser el único grupo de fans de anime de la ciudad.

Parecía un hombre orquesta, saludando a diestra y siniestra, y también yendo de acá para allá. Después de abortar la mesa de SW, me dediqué a charlar con José, un compañero de Pencilvania. Hasta que se hizo la hora del taller de guión y dibujo de Horacio Lalia y Lara Maruca, hacia donde partí solo (José iba a la charla de Tolkien).

Pero faltaba algo más. Cuando me di cuenta de que el taller era de guión Y dibujo, y me estaba empezando a caer la gota de la cabeza (cual personaje de anime), aparece mi salvador Fernando. Tal como Carlos me lo había predicho (habían hablado el viernes), ahí estaba para terminar de formar el equipo.

De manera que de nuevo se formó el equipo que de seguro pronto revolucionará el comic intergaláctico. Charlamos y nos reímos como pibes de secundaria. La verdad es que lo extrañaba tanto en lo personal como en lo profesional. Y ahora que aprendí a guionar, tendrá más oportunidades de lucirse.

Al terminar el curso, que tal vez detalle mejor más adelante, me retiré con un Grimorio Maldito autografiado por Lalia y algunos consejos. Fuimos con José a la charla sobre guiones y presentación de proyectos, a cargo de Carlos Trillo.

Lamentablemente Fernando se tenía que ir y yo me quedé en esa charla, que resultó muy interesante. Tipo capaz y ameno, fue casi una charla de café con un conocido. A poco de terminar apareció Eduardo Risso a saludarlo, porque se iba. Pensé que era lindo, tener a dos grosos así tan cerca. Incluso para mí que soy analfabestia en el cómic y no sé qué dibujaron ni leí nada de ellos. Después en el colectivo leía la minibiografía de Risso y veo que tiene cuatro premios Eisner!!!!! Estuve a metro y medio de un tipo que tiene 4 PUTOS PREMIOS EISNER!!!!

Me llevo eso como final. Cuando bajé saludé a algunos amigos más, miré la mitad del concurso de disfraces, pero ya el hombre orquesta estaba cansado de tanta adrenalina. Menos mal que el colectivo llegó rápido a la parada.

Hoy sigue la experiencia. Totalmente diferente y adrenalínica, como todas las Leyendas.


La segunda parte, acá.

Final del círculo

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Contaba ya de rebote el otro día, que me compré el tomo de Nippur de Lagash correspondiente a la Biblioteca del Comic de Clarín.

Bueno, el jueves a la noche, demolido físicamente después de toda una semana de laburo, terminé de devorar las últimas migajas.

Lo hacía sabiendo que cerraba una etapa en mi vida, curiosamente mientras estoy abriendo una nueva, tan interesante.

Nippur, y gran parte de la obra de Robin Wood, define mi vida a través de una importante parte de mi infancia y pre-adolecencia. Sin esos comics no conocería ni la fantasía, ni la literatura, ni los comics, ni (tal vez) me interesaría tanto la historia (principalmente la bélica, gracias a su glorioso retrato de la Legión Extranjera). De manera que, más adelante, espero poder hacer un buen repaso de todo lo que significa para mí estas cosas.

Menciono ahora, sin embargo, algunas cosas que termino de hilar. Yo recordaba con amor esos dibujos, principalmente los de Lucho Olivera, que ilustraban a un Nippur tan heróico y al mismo tiempo tan mundano, tan poco arrogante, tan curtido. Fernando me decía, al hablar de gustos de dibujantes y de comics, que a él no le gustaban aquellos comics. No me costó darme cuenta, analizando todo con mi recién crecida mente de guionista, el por qué.

Como dice Martín Caparrós en el prólogo al tomo mencionado, "Yo no era un lector de historietas -nunca fui. A veces sospecho que por eso leí tanto a Nippur de Lagash: Nippur es escasamente una historieta. Sus dibujos son una ilustración, no una de las dos formas que dialoga con la otra para armar una historia. Nippur son textos que, a lo largo de veinticinco años, fueron ilustrados por una docena de distintos autores: ningún personaje cuya imagen fuera decisiva habría soportado tal maltrato".

Y es así. Muchas páginas tienen entre 9 y 12 viñetas con textos apiñados. A veces, las imágenes son las de una espada en el suelo, una silueta de una cabeza cortada, la sombra de una estatua en la pared. Por más que los dibujantes son buenos y cambian, la estructura no: una cara sin espacio para el cuello es algo totalmente normal. Apenas hay medias páginas, ni hay recursos de lectura dinámica para cambiar de viñeta, ni onomatopeyas, ni viñetas alargadas o superpuestas. No, es un enorme tablero de ajedrez con alguna página entera, generalmente la primera o alguna del medio, cuando para algo importante. Todo lo demás es texto.

Porque lo que te come el coco es la prosa. Wood escribe como un hijo de puta (que lo diga un argentino es un halago, que conste).

Quiso la fortuna que Wood fuera guionista de comics, pero bien pudo haber sido escritor de novelas pulp, a lo Howard y compañía. Porque su prosa es la base de estos personajes (y pienso otros, además de Nippur). Esa prosa me modeló, y eso lo veo ahora, después de tanto tiempo. No es solo el amor a los títulos hermosos: también es el amor a las frases que se clavan y te hacen poner los pelos de punta.

Todo esto, sin desmerecer a los dibujantes, todos muy buenos (aunque clásicos, podríamos denominarlos). Respetaban el guión de un grande que, tal vez por autodidacta, no respetaba ninguna convención de la época, ni se preocupó por agregar cosas innovadoras. Si lo que ya estaba, funcionaba...

Tal vez por eso me llama tanto la atención la final de este círculo que cerré ayer. No leí ni el 10% de las 450 historias de Nippur de Lagash. Todas excelentes. Pero el tomo incluía las de importancia trascendental para el personaje: el inicio de su destierro, el encuentro con sus amistades de toda la vida, el nacimiento de su hijo, etc. etc. Y su nuevo lanzamiento a los caminos (Adiós a Lagash), luego de concretar su destino.

Y es esta la única obra, de todas las que he leído, que falla. Y no sé por qué. El guión cojea (mejor decir que no tiene piernas) al unir la trama de Nippur con la de los personajes secundarios (algo que nunca ha pasado, según las que he leído). Y para colmo, el dibujo de Mulko pierde toda la fuerza de los capítulos anteriores (es el que más capítulos de Nippur dibujó, unos 150). Como si el dibujante hubiera cambiado de mano, digamos. Es otra persona. Y no es que cambie el estilo: el dibujo es malo (*).

Es casi totalmente inexplicable. Sí, Editorial Columba se moría, y tal vez no había plata para colorear. Pero los dos errores, que coinciden, llaman demasiado la atención.

La verdad, no sé qué decir. No es que se me pinche el globo frente a un mal final, porque todas estas historias me han llenado el alma. Las últimas dos páginas y media, en donde él parte, son todo lo que esperaba en su simpleza y grandeza, pero el resto está totalmente mal. Resulta un capítulo totalmente olvidable, vacío, soso. Me quedaré con la reconquista de Lagash y todo eso en la mente, y luego ni me acordaré del mal sabor de boca.


(*) buscando datos de Mulko, veo en la red dibujos parecidos a las bazofias que dibujó en ese capítulo de Nippur. Creo que tal vez se debe a un cambio radical de estilo (él también era autodidacta, y seguimos contando...). Demasiado radical y no madurado.

Vacío de las horas

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Ayer terminé de escribir mi nueva novela. Va para un concurso de ciencia ficción de un portal chileno.

Hay muchas cosas curiosas.

En primer lugar, surgió de un cuento, formato que se quedó chico para la idea que tenía. Así que es un cuento con esteriodes que apenas llegó a novela corta. El concurso va de eso, por otra parte; tuve la suerte de encontrar justo lo que buscaba, porque tampoco da para novela "normal".

En segundo lugar, lo escribí de a pedazos, como otras cosas, porque ya tenía el final y lo del medio bocetado en el cuento. Sin embargo, y aquí va lo más curioso, no me quedó mal. Cuando terminé de escribirlo en bruto, hace ya unas dos semanas, creía que era una mierda y que necesitaba mucho trabajo de limpieza y reescritura. Incluso le negué la lectura a un voluntario porque me daba algo de vergüenza anticipada.

Día a día, noche a noche, me puse a releer el "manuscrito" y a corregir. Se suponía que esta semana iba a terminar, el lunes o martes a más tardar, pero estuve tan ocupado que nunca podía. Y cuando podía, no estaba concentrado. Y cuando estaba concentrado, había ruido en la casa o tenía sueño.

Faltaba solamente una página (el final tenía que cambiar de tono), pero no podía. Es la primera vez que no escribo porque no puedo, literalmente.

Ayer tenía sueño, pero más voluntad. Así que apreté los dientes y metí todo lo que faltaba. Y es un éxito.

Así que ya me quedo tranquilo con mi segunda novela. Ahora falta ver qué pasa con la primera. Mientras tanto, ya planeo, por lo que queda del año, seguir con los guiones de comics y con algunos cuentos que tuve que dejar en espera. La vida de escritor de novelas requiere más planificación horaria y ahora todo está cambiando rápido.

Sin embargo, lo más raro hasta ahora, lo realmente curioso y estúpido, es que no se me ocurre un título. Sí, yo, Mr. Título, que hago cuentos en base a una frase linda o absurda. Me ha dejado perplejo. El pozo no se agotó, pero cada vez que quiero pensar, no sale nada. Me tiene algo preocupado.

Épocas y creencias

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Es probable que Robin Wood haya hecho muchas cosas sin querer; para empezar, llamarse Robin Wood. Cuando leía sus historias -Nippur, por supuesto, pero también Jackaroe, su equivalente en cowboy, Dennis Martin, un 007 más canchero todavía, o Gilgamesh, directamente mito-, yo estaba convencido de que Robin Wood era el seudónimo de un grupo de escritores. Sonaba a seudónimo, y además, nadie podía escribir solo todo y tanto más. Pero ahora me enteré de que Robin Wood existe y, para colmo, se llama Robin Wood. De que es un paraguayo autodidacta que fue obrero y obrajero hasta 1966, cuando se le ocurrió presentar unos guiones de historietas en la vieja editorial Columba -y allá fue. Desde entonces escribió miles y miles; Robin Wood es una especie de Arlt de la historieta: mezcla de lecturas bien dispersas, estilos mal digeridos, el respeto por la "gran cultura" y un talento indudable. Como Arlt, Wood crea un símil de lo culto que termina por apartarse de su supuesto modelo y arma un modelo propio.

Ahora, cuando se lo preguntan, Robin Wood insiste en que nada de todo esto le importa demasiado. Que es feliz, que ha hecho lo que quería de su vida, que nunca reflexionó mucho sobre lo que hacía, que sus personajes son así porque así le salieron: seguramente.

Martín Caparrós, en el Prólogo al tomo 9: Nippur de Lagash, de la Biblioteca Clarín de la Historieta

El otro día pude juntar unos pesos como para comprar este volúmen, que encontré de casualidad en una de las mejores librerías de usados y saldos de Rosario (mejores porque siempre traen lo que me gusta). Falta el de Batman. Pero vuelvo a ser chico. Creo que ninguna de las historias que tengo en mi biblioteca están en el volúmen. Debía ser, porque hay miles de historias de Nippur (y ahora termino de caer).

Me falta mucho por leer. Me gusta.

Siempre que mencionan a Arlt, algo salta. Porque me gusta como escribe y sobre todo porque algo me identifica con él. Soy un autodidacta de todo, y sobre todo de la literatura. Leo cosas raras y me salteo clásicos. No he leído la obra completa de nadie (ni siquiera de Arlt). Leo historietas y libros de historia, pero me falta la amada filosofía y los textos académicos que picoteé en la facultad. Me mantengo al tanto de la tecnología (fervientemente, así como Arlt) pero estoy fuera de muchas experiencias humanas. Mezcla de todo: géneros, estilos...

Lo curioso es que también me identifico con lo que dice Caparrós. Con ese nombre y ese apellido, yo pensé que Robin Wood no era argentino, de tampoco de por acá cerca. Cuando leía Nippur, Aquí, la Legión y Savarese, pensaba que debía ser yanqui o algo así, y que las historias debían estar traducidas. Y si pensé lo del seudónimo, en todo caso creí que era una ocurrencia de alguien por hacerse el langa con nombre raro, de extranjero. Pero después leí Mi novia y yo, y eso no podía ser más argento.

Qué tiempos esos, en los que uno podía ser escritor de historietas o dibujante con 16, 17 años. Da algo de sana envidia el habérselos perdido. Pero como siempre pensé yo, desde chico, hay tiempo para ser escritor. Si uno falla, por suerte, lo puede seguir intentando.

A ver qué pasa en estos días.



Postdata.

No fuimos los únicos. Wood era prolífico, y la palabra le queda corta. Buscando más datos suyos en la web, descubro lo siguiente:

Los guiones de Wood ocupaban una parte importante de las cuatro revistas de Editorial Columba: El Tony, Intervalo, Fantasía y D´artagnan. Se consideró que no era bueno que su nombre se repitiera tanto en el índice, por lo que empezó a firmar con seudónimos como Robert O'Neill, Mateo Fussari, Roberto Monti, Noel Mc Leod, Joe Trigger, Carlos Ruiz y... Cristina Rudlinger. Según Wood: "Yo fui la primera escritora femenina de historietas". Debió también aclarar varias veces que su propio nombre no es un seudónimo, y que Robin Wood es una sola persona, y no un grupo que escribe bajo esa denominación.

Lo que dije antes. Vuelvo a ser chico. Pero ahora tengo otro ídolo a quien seguir.

El rol y la economía mundial

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En estos días estuve viendo que la gente de los medios no sabe nada de nada (bueno, ninguna novedad). Ni siquiera pronuncian bien el inglés. Los nombres de las entidades bancarias y financieras que quiebran son igualmente quebrados por estos sujetos, una y otra vez, sin remordimiento.

A la diaria repetición de "Down Jones" de la locutora (hermosa, ella, divina) del noticiero local a mediodía, ahora se suma el de América, que por quince minutos estuvo hablando del "Donjon".

No sé. A lo mejor es que es viernes y está pensando en jugar esta noche, y lo traiciona el inconciente.

Nuevo espacio

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Hace unas semanas abrí un nuevo sitio: Las costas de Avalon (sí, pero en sitio).

Ahora lo estoy moviendo a otro servidor, porque el que elegí entonces es todavía peor de lo que había visto.

Así que la dirección es esta: www.lascostasdeavalon.zendfree.com

Se agradecen comentarios, críticas y sobre todo problemas con links rotos o cosas que no se vean. Por las dudas.

Hay algunos artículos que he sacado de este blog, algo aumentados o cambiados, pero también material nuevo que me gustaría ver más en un sitio. Y la estética justa que yo quería.

¿Cuanta gente juega 4º?

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Escuchando podcasts, leyendo blogs y foros, etc., veo que relativamente mucha gente juega D&D 4º edición. Muchos de ellos son argentinos. Ahora, sabiendo el costo de este material en dólares, y sabiendo que recién ahora están saliendo las ediciones en castellano, me pregunto realmente cuánta de esa gente está jugando con el verdadero libro en las manos.

Me cuentan que hay muchas versiones scaneadas de los libros, principalmente del extraño incidente de la "fuga de información". Ediciones perfectas, como si fueran PDF de venta, pero son piratas.

Lo cual me hace temblar. ¿Wizards no habrá aprendido de Microsoft? Domina el mundo, cobres o no por ello.

No desmerecer los esfuerzos

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Como en años pasados, se ha dicho en algunos foros que Leyendas ha perdido lo rolero, que ahora es todo manga y anime, que los organizadores no piensan en el rol, y todo eso.

Sí. Puede ser. Pero no rompamos nada. Todavía.

Hay que saber ver los pequeños éxitos, y los esfuerzos que se hacen, aunque estos podrían ser mayores/mejores. Y el caso de los juegos de rol en Leyendas (cuya décima edición ya he anticipado en este blog) es uno de esos casos. Sí, hubo años en los que había 16 mesas de rol. Los he vivido. Estuvieron geniales (o así lo vi yo en ese momento). Pero no sé si había más o menos manga/anime. No sé si tienen que ver uno con otro.

La convención no puede ser toda de rol, ni toda de anime, ni toda de disfraces. Habrá un lugar para cada cosa. Cuando éramos 16 mesas, nos ponían en lugares horribles, donde no se escuchaba nada. A veces, no pocas, las mesas no se llenaban y los masters, como yo, nos metíamos en otra mesa (recuerdo una en la que les dirigí a dos o tres Djs más, creo). No pocas veces vi jugar (y sufrí) gente "obligada" por los organizadores a sentarse en mi mesa. Convencidas a último momento de llenar un espacio que tal vez no buscaban. Y que, a veces, no podían llenar porque debían hacer algo más en la convención.

Así que en lugar de ver lo malo, trato de ver lo bueno. Y el reverso de lo que ya mostré en este blog, que recién ayer descubrí:


La convención ha logrado poner la frase "juegos de rol" en una tarjeta de transporte público. Adelante y atrás. Literalmente miles de personas leerán eso, aunque no vayan: somos una ciudad de casi 1 millón de habitantes con un enorme conurbano, y estas tarjetas de dos viajes se usan diariamente a toneladas. Juegos de rol aparece de segundo, en el título de la jornada y luego en el conteo de actividades a realizar...

¿Eso es poco? Para nada. Es un montón de publicidad gratuita para una actividad que antes estaba encerrada, estigmatizada, sectorizada, ignorada.

¿Podría ser mejor o mayor? No sé si por agregar dos, cinco o diez mesas de rol más, sería mejor. Si luego quedan vacías, ¿de qué sirven? Mi experiencia me marca que hay un límite de personas que juegan en esos días. Tal vez los organizadores descubrieron lo mismo.

Sí, las convenciones de este tipo sirven para meter gente nueva, reencontrarse con la que estaba perdida, etc. etc. Pero no todo el mundo va a sentarse a jugar. Lo que está genial es que todos te ven hacerlo, y de pronto dejas de ser una supuesta secta o "tribu urbana". Y eres el compañero de estudio o trabajo que tiene dados raros en su casa, y ahora saben para qué los usas.

Maldición de sangre, capítulo 3

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La mujer adormecía al bebé a base de palabras mal pronunciadas y fragmentos de canciones de cuna. Su vestido, lleno de volados y sombras del blanco, se fundían con el pequeño bulto que crecía en sus manos, en el cual sus ojos se hundían hasta lo profundo.

Flavia recuperó sus recuerdos y buscó a su hermano y a su primo. Estaba un poco más atrás, de pie junto a una puerta cerrada. Cuando la vieron, se acercaron. La mujer reparó en ellos y levantó los ojos, mostrando una sonrisa de satisfacción.

-Vinieron… qué lindo… Mirá, mi amor, te vinieron a visitar…

Sorprendida por las dulces palabras, Flavia distinguió los gestos y giros de la mujer que había aferrado su mano luego de morir en el parto.

José se quedó a un lado, conmovido por una experiencia que nunca había tenido. Manuel, recordando el sueño anterior, comprendió que estaba pasando de nuevo, pero sintió algo diferente…

Su hermana, mientras tanto, se acercaba despacio a la mujer, sentada en la silla mecedora.

-Sí… vinimos, como me dijiste. Tu medallón… -Flavia vio que lo tenía en la mano, y que la mujer tenía el cuello desnudo-. Muchas gracias. Es hermoso.

-¿Viste? Me lo regaló mi marido… es tan bueno… va ser un excelente papá, aunque tiene miedo… Su mamá no me quiere mucho, pero ahora que le di una nietita tan linda, me va a tratar mejor, ¿cierto, mi amor? –le dirigió las últimas palabras a la beba-. Mirá que hermosa que está… ¿la querés cargar?

Sin saber qué más hacer o decir, asintió levemente. Quería preguntar algunas cosas, pero no sabía como. No comprendía como aquella mujer podía ser la misma de la otra vez…

Mientras se acercaba con pasos cortos, pensó en cómo armar una frase. Si lograba acercarse a ella, quien la reconocía de otro sueño, y se ganaba tanta confianza como para cargar a su beba, tal vez pudiera obtener algo más…

La mujer alargó los brazos, con mirada perdida. Flavia bajó la mirada para ver a la beba, mientras se congelaba ante la visión de un bebé sin rostro que se agitaba, incómodo.

-¿Qué pasa? –dijo la madre, mientras la puerta cerrada se abría de un golpe.

José y Manuel se apartaron, claramente asustados. Una mujer mayor entró, y le quitó la beba a la madre. Ella trató de retenerla, pero sus manos atravesaban tanto a la niña como a la ladrona. La silla cayó a un costado, igual que la madre. Flavia intentó detenerla, pero era demasiado tarde.

-No… mi bebé… de nuevo no…

La mujer mayor ni los había visto. Sus gestos habían sido mecánicos, pero había en ellos un rastro de odio.

-Mi bebé… -la joven seguía llorando en el suelo. Flavia se sentó junto a ella y la abrazó. Manuel y José intentaban abrir la puerta, en vano.

La mujer de pronto miró a los ojos a Flavia y con el rostro golpeado de lágrimas, le dijo:

-Es ella, es ella… me quitó a mi nena… Maldita… yo me muero y ella la cría…

-Tranquila, tranquila… -era todo lo que podía repetir.

Flavia sacó el medallón, pensando en usarlo para volver a hablar del tema.

-Muchas gracias por dármelo. Cuando lo use me voy a acordar de vos.

-Mi medallón… mi marido… mi nena… Me lo quitó todo. Todo es culpa de la maldición… -la madre cerró los ojos y acarició el trozo de plata-. Hay que usarlos… para hablar con los demás. Yo no sé nada… Pero hay muchos que sí, sí, muchos que saben qué hacer. Hay que usarlos para hablar con los demás. Preguntales a ellos, porque si no te va a pasar lo mismo… y yo no quiero que te pase lo mismo, ¿entendés?

Las lágrimas de las dos mujeres se extendían sobre el suelo blanco como una negra sombra, que tomó la forma de una nueva visión. En ella, José y Manuel pudieron ver un funeral de principios del siglo XX, en el que una gran familia lloraba un pequeño ataúd y la mujer mayor, escoltada su esposo y su hijo, cargaban a una beba regordeta, colorada como un tomate.

-Claro que te entiendo. No sabés como te lo agradezco… te juro que vamos a hacer todo lo que se pueda, querida, quedate tranquila…

-Gracias, gracias… la quiero mucho a mi bebé… la quiero mucho…

La mujer expiró en sus brazos, como si muriera de tristeza en lugar de parto.