La escritura o la escritura

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Fueron días complicados. Marzo se pasó en un suspiro, a diferencia de enero y febrero. Creo que es por la ansiedad de conseguir algo más que hacer, sobre todo algo de trabajo docente. Tal parece que este año, la economía desacelera toda la vida en Argentina, y muchas costumbres y regresos se ven frenados. Espero que no sea la calma antes de la tormenta.

Pero en fin, con algunos problemas, momentos malos y de mucho cansancio, logré bastante. Ante todo, logré cumplir varios objetivos con Aerith, el juego de rol que estoy desarrollando desde hace tiempo. Terminé la ambientación, que está siendo leída por un amigo, y ahora ataco el reglamento.

De comics, poco y nada. Es decir, no escribí ningún guión, pero sí hubo trabajo tras bambalinas, buscando formas de presentar y editar proyectos ya terminados, o casi. En unos meses tal vez haya alguna novedad.

Mientras tanto, me enfoco en un nuevo proyecto. Hoy comencé a releer y revisar una novela corta que había terminado (y revisado, pero bueno, ha habido cambios) hace unos años. Me enfoco firme en buscar una forma de editarla.

Si no hay trabajo, hay que crearlo. Si algo me ha enseñado la experiencia de estos meses, es eso. Si no consigo rápidamente trabajo docente, al menos puedo hacer lo que me gusta, y ganar, en lo posible, algunos pesos en el camino, para poder seguir encarando esta maravillosa profesión.

Robocop (2014)

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Hay películas que uno va a ver igual, aunque considere que serán malas. Es el caso de muchas remakes o secuelas. Simplemente por ver si uno se equivoca o no, o para honrar la película anterior, por un presentimiento o algo así.

En este caso, todo fue ayudado por un amigo, que comparte algunos gustos, y me recomendó que la fuera a ver. Tengo que coincidir con sus razones para recomendármela, y recomendarla yo mismo también. Tal vez sin superar a su predecesora (pero, ¿hacía falta, o era mejor plantear algo diferente?), esta versión del brasileño José Padilha es realmente muy buena.

Si la dividimos en tres partes, podemos ver que todo encaja, y funciona muy bien entre sí. En primer lugar, tenemos un excelente, que digo, más que excelente reparto. Joel Kinnaman, tal vez el menos conocido, resulta un gran hallazgo para el papel, que en un principio fue pensado para un nombre mucho, pero mucho más conocido. Si bien lo vemos como Robocop la mayoría del tiempo, no deja de expresar su humanidad en cada momento. Algo así como lo que Karl Urban hizo en Dredd, pero al revés.

Con el resto, no nos podemos quejar: Gary Oldman como el científico que crea a Robocop; Michael Keaton como el dueño de Omni, la empresa que lo financia y lidera mundialmente la producción de robots; Samuel L. Jackson como el conductor de TV influyente que articula el discurso pro-robot que se da en la ficción. Personajes muy bien marcados por el guión y muy bien interpretados por verdaderos maestros de la actuación, que se camuflan luego de haberlos visto en cientos de películas tan diferentes.

En segundo lugar, como decíamos, tenemos un guión muy bueno, sin pretenciones exageradas ni intentos de emular cada aspecto de la película original. Hay homenajes, cameos y situaciones muy similares, pero lo central es que nunca se trata de copiar, sino de actualizar, algo que es fundamental en una remake. Si esta Robocop es superior a la anterior es algo que muchos se han preguntado, pero que en mi opinión es una pregunta absurda. Es como comparar un limón y una naranja: ambos son cítricos, pero a cada cual le gustará uno más que el otro.

En este sentido, es de agradecer que no sea simplemente una película sobre un policía honesto que casi muere en un atentado y que es reconstruido como cyborg. Tiene toda la suciedad de la película original (aunque como dije, actualizada: no es la misma Detroit ciberpunk de los 80s, sino un lugar más real, más actual y luminoso, y por lo tanto, más peligroso por lo ilusorio). Pero además plantea cuestiones éticas y morales sobre la vida de una persona que estaba prácticamente muerta y es "resucitada", sobre los alcances de la robótica y de la investigación sobre el cerebro humano, y principalmente, sobre la manipulación de la sociedad a través de los medios y sobre cómo delegamos en las máquinas las cosas que no queremos hacer, porque en el fondo sabemos que están mal.

Es interesante saber que al alejarse Darren Aronofsky de este proyecto, Padilha descartó su guión sin leerlo. Según declaró el director, el guión previo tenía lugar varios miles de años en el futuro, en un ambiente totalmente diferente. Padilha quería mostrar un mundo más actual, especulando con muchas situaciones que suceden actualmente, principalmente con la proliferación de drones y dispositivos automáticos en el campo de batalla, y la posibilidad de que el día de mañana los robots peleen nuestras guerras. Una apuesta sencillamente brillante, y como he dicho, atractiva justamente por lo actual y lo bien desarrollado.

Finalmente, los efectos visuales y especiales son exactamente los que tienen que estar, ni más ni menos. Una buena mezcla de prótesis y de imágenes generada por computadora nos meten rápida y creíblemente en un mundo en donde EEUU mantiene dominio en ciertas partes del planeta gracias a los mismos robots que sus ciudadanos no quieren tener en las calles. Un mundo muy cercano al nuestro, tan real como peligroso y apabullante. La dosis justa de efectos visuales ayudan justamente a esto, a dar un realismo inquietante, a dejar picando la pregunta: ¿algo de esto podrá suceder mañana?

Después de todo esto, ¿cuál es el principal punto negativo? En mi opinión, el hecho de que no sea más violenta. Hubo mucha controversia sobre el hecho de que esta versión fuera para mayores de 13 años, en lugar de para mayores de 18.

La Robocop de 1987 fue una de esas películas que metió lo sangriento en el cine, un éxito de culto para adultos, algo poco común incluso ahora. Una de esas películas que te dejaba un poco marcado, en el buen sentido.

Si bien esta versión no se ve, en mi opinión, tan perjudicada, hay sitios en los que uno lamenta no ver algo más. No sé si pierde realismo, pero sí dramatismo y un "no sé qué" que es palpable.

Sea como sea, me alegro mucho de que la película no haya sido un fracaso en la taquilla; aparentemente ya se rumorea una secuela. Dicen que el director admitió en algún momento que fue la experiencia más traumática de su vida y que no la repetiría; se sabe a ciencia cierta que el desarrollo de esta película, que comenzó en 2005, no fue nada sencillo. Ojalá lo tengamos a él de nuevo, ahora con mayor libertad creativa, para que nos dé una obra maestra.