Los exitosos Pells


Hacía raaaato largo que no veía una serie argentina que me enganchara. Desde Los Simuladores o Hermanos y detectives (nada curiosamente, del mismo autor).

Si vivís en Argentina, ya sabés que el 99% de la televisión es una bosta. Incluyendo los noticieros, que además de ser todos amarillistas, están conducidos generalmente por malos locutores que no pueden articular una frase entera sin romper las reglas de la gramática o la lógica.

Así que, a pesar de que no soy de hacer críticas de series en el blog, me decidí por encarar esta: Los exitosos Pells.

Para resumir, es una muestra del talento argentino en materia de producción. Todo encaja, desde los pequeños detalles visuales de la presentación, muy elaborada, hasta el casting, que es perfecto. Mi madre me lo resumió así después de ver los dos primeros episodios: está tan bien armada que parece una serie yanki, no una serie argentina.

Lamentablemente me perdí los dos primeros episodios (y no siempre puedo ver todos los capítulos, por temas de horario). Pero la historia es básicamente así: un matrimonio exitoso de conductores de noticiero: Martín y Sol Pells, la pareja perfecta de la TV. Salvo que él es gay y ella mantiene una relación oculta con su colega, Diego. Este matrimonio por conveniencia (conocido por sus jefes) les permite mantener el éxito en el canal y ser dos personas muy queridas y famosas. Franco, el dueño del canal, es padre de Tomás, la pareja de Martín: un gay bastante evidente y obsesivo.

Ya con eso se podría haber hecho una buena serie. Pero hay más. En el primer episodio, Martín tiene una lucha con Franco, ya que pensaba cambiarse de canal. Martín es herido por su jefe y queda en coma. Para tapar el hueco, tanto criminal como profesional, a Franco no le queda otra que suplantar al verdadero Martín por un doble: Gonzalo, un sujeto que encuentra en la calle, arruinado.

Esto es lo que termina de cerrar el rizo. Él es totalmente diferente, a pesar de lo físico, a Martín. Es una persona noble, y, sobre todo, heterosexual. Lo cual hace que su convivencia forzada con Sol, una mujer hermosa y sexy, sea una tortura.

De ahí ya se imaginan los papelones, ya que existe una fachada dentro de otra fachada. En el canal, muchos saben que el matrimonio son una farsa, pero solo unos pocos saben que el verdadero Pells no está ahí, y que el otro es un doble. Y todos empiezan a preguntarse qué bicho le picó a Martín, que de pronto cambió tanto.

Con tan buen piso argumental, la única manera de arruinar la serie era poniendo malos personajes o malos actores. Error que no se cometió. Por un lado, el casting, como ya dije, es perfecto. Los dos protagonistas, Mike Amigorena y Carla Peterson, son actores poco conocidos (aunque ella se hizo algo famosa hace poco con Lalola, otra comedia de éxito con buenas críticas por su argumento). Los dos demuestran una gran precisión en el momento de realizar todo, ya que sus papeles tienen personalidades bastante amplias, a veces extrañas. Principalmente Sol, que tiene conductas a veces contradictorias.

Los demás están todos en el lugar perfecto. Actores muy conocidos y otros no tanto, pero con papeles bien definidos y cuidados.

Esta es la parte actoral que más me gusta comentar. La definición de los papeles, que es tanto precisa como nebulosa. A pesar de que es fácil saber qué papel, qué lugar ocupa cada uno, no hay estereotipos fáciles ni absurdos. Tomás, la pareja de Martín, es un buen ejemplo. Es el clásico gay "loca loca", como diría Homero Simpson, pero rebajado con una buena dosis de decoro y "armario". No va por ahí gritando que es gay, porque su padre y él tienen que guardar las apariencias. Pero se da tiempo, en privado, para maquillarse, llorar como nena o preguntarse qué le pasa a ese nuevo Martín que ya no lo trata como antes.

Con este punto cierro. Por lo que pude ver, y es algo que me gusta porque me descoloca, la serie no está armada en base a estereotipos. Los personajes son contradictorios, raros. No hay voz en off con sus pensamientos, así que a veces uno no sabe si esa pose es fingida o real; pose que también, a veces, es ambigua. Durante el primer capítulo que vi, uno no sabía si Sol era una mujer falsa y manipuladora o una mujer algo ingenua e inestable. Para colmo, en el canal todos son grandes chismosos y están serruchándose el piso de manera constante, unos a otros. Lo cual hace que el espectador siempre sospeche que algo de esos rumores puedan ser ciertos.

Así que, si están en Argentina o la pueden conseguir, véanla. Es una joya de la TV. Y si lo digo yo, debe ser cierto, porque ya me da asco la TV argentina.


PD: un detalle que marca a las claras la calidad de los guionistas (y del proyecto en general) es el humor que manejan. Este se ve cristalizado en los bloques que cierran con publicidades hechas por los Pells (que se transmiten por el mismo canal en donde ellos trabajan). Jugueras, pastillas para el stress, electrodomésticos y todo tipo de estupideces absurdas típicas del clásico "Llame ya". Publicidades muy idiotas, al nivel de Homero exprimiendo una naranja contra su cabeza o Joey de Friends vendiendo un perforador de cartones de leche. Todo hecho igual que en la TV real, con los Pells actuando mal (actores que actúan de periodistas actuando mal, ¿se entiende?), desenfocados, dudando de las líneas mal memorizadas, fallando al demostrar en cámara las cosas. Cuando vi eso, me terminaron de comprar. Y lo peor es que a veces hay dos por episodio. Todo un chiche.


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