Crack Bang Boom 5: la conclusión

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Bueno, finalmente dejé atrás muchos compromisos (los más grandes, al menos) y puedo sentarme a escribir el cierre de lo que fue una de las experiencias más importantes en los últimos tiempo.

Ya comenté, día por día, lo que pasó en la Crack Bang Boom 5 (jueves, viernes, sábado y domingo). Me detengo ahora no en lo puntual de cada día, sino en cuestiones transversales, en procesos que vi desarrollarse durante esos días y en cosas que se verán a futuro.

Para organizarnos mejor, los dividiré en items específicos.



1 - El callejón de los artistas
La gran adición de este año, aunque creo que el año pasado ya estuvo pero en una versión menor, de prueba. Justamente, una de las limitaciones que se vio el año pasado fue la falta de espacio: el evento había crecido mucho y hacían falta otras sedes.

Este año, con la adición del Galpón 11 (del cual hablaremos luego), ese espacio se amplió enormemente, y así se pudo plantear un "Callejón de los artistas" que para mí era más bien un boulevard: amplio, con espacio para la circulación y la presencia cómoda de los artistas, y con una ubicación preferencial. Era la columna vertebral del galpón, dividiendo las dos alas de stands.

El callejón el jueves a la mañana, antes de la apertura,
mientras se instalaban los stands. Puede verse su tamaño.
En este sentido se puede mencionar un detalle: estaba totalmente dividido del resto de la convención, a los costados, por las mismas paredes de los stands. Era como entrar en un valle, o un verdadero callejón, con paredes a los dos costados. Yo y otros expositores habíamos pensado que la distribución iba a ser diferente, que nuestros stands iban a mirar al callejón, en lugar de darle la espalda. Pero comprendimos que no había otra forma de organizar el espacio, que esa forma era la correcta y que eso, además, les daba espacio a los artistas del callejón de exponer mejor sus obras, al tener donde colgarlas.

Sin embargo, muchos no se dieron cuenta hasta uno o dos días después. El callejón, creo yo, funcionó bien, pero sufrió de factores que no se pueden achacar a ninguna torpeza ni mala organización. Veamos algunos de estos factores.

En primer lugar, ciertos invitados o visitantes ilustres vinieron solo el fin de semana. El jueves y viernes, el callejón estuvo vacío o casi vacío, lo cual confundió a algunos, que pensaron que faltaban stands, y dejó con un sabor raro a otros, que pensaban que el espacio estaba mal armado o mal organizado. La cuestión es que no se le puede poner una pistola en la cabeza a los artistas para que vayan. No es culpa de nadie, pero habría que ver si ese espacio no se puede llenar con otras iniciativas durante esos dos días. Al menos algo que no lo deje completamente vacío.

En segundo lugar, aunque había muchos invitados, no todos lo utilizaron, y no todos lo hicieron al mismo tiempo. Creo, en lo personal, que muchos dibujantes no están acostumbrados al formato. A excepción de los más afortunados, que participaron de convenciones en el extranjero (destaco el caso de Marcelo Frusín y también el de Damián Couceiro, en menor medida), muchos lo utilizaron de manera tímida, sin saber realmente qué hacer con él. Tardaron en arrancar y para cuando lo habían hecho, el evento estaba terminando.

No quiero generalizar porque no conozco a todos los que fueron, ni vi a todos, pero creo que muchos artistas argentinos sufren de no conocer a su público en Argentina, y por lo tanto, no tienen experiencia mostrándose, dialogando, firmando, dibujando e interactuando en público. O tal vez su experiencia es fragmentada, en charlas de parado en convenciones sueltas o en pequeños encuentros en comiquerías locales. Solo recientemente ciertas convenciones les han permitido esta posibilidad en grande, y pocas tienen espacios como el Callejón de los artistas. Este es un espacio más amplio, en donde hay constantemente personas mirando, tratando de comprar y charlar, y donde uno realmente debe hacerse "vendedor" de lo mismo que produce.

En eso, de todas maneras, creo haber notado una progresión. El jueves, no fue nadie o casi nadie. El viernes algunos se animaron, tímidamente. El sábado se anotaron más, y estuvieron más tiempo. El domingo, viendo la repercusión del sábado y el enorme incremento de público, el callejón funcionó casi en su totalidad (creo que nunca o casi nunca estuvo totalmente lleno, pero era enorme, así que resultaba un verdadero reto). Esos dos últimos días muchos llevaron libros propios para vender, proponían firmas o dibujos, charlaban, etc.

Lo bueno de todo esto es que estos dibujantes, creo yo, se van a ir soltando a participar en estas iniciativas y así, el año que viene, viendo lo positivas que son, van a participar más y mejor en ellas.

Como algo a mejorar, se me ocurre que si se colgara un cartel que explicara bien el espacio, también el público sabría cómo funciona y no se decepcionaría cuando lo viera vacío o medio vacío. Y también se animaría a preguntar y charlar.


2 - El Galpón 11
La gran estrella del evento. Todos quedaron complacidos con dos cosas: primero, el espacio se había duplicado. Segundo, el lugar elegido era nuevo y perfectamenta acorde para el evento.

Como el CEC, el Galpón 11 es un viejo galpón de puerto, que fue refaccionado y remodelado para adaptarse a una actividad totalmente diferente. Tiene un espacio en la historia cultural rosarina ya que fue el primer espacio municipal, oficial, de gran tamaño utilizado para expresiones alternativas como pista de skate, conciertos de rock under (en esto no sé si el CEC estuvo primero, pero vale), etc.

Sin embargo, al igual que el CEC en su momento, sufría de muchos problemas edilicios por su edad y mala atención. Desde hace varios años, este espacio y otros galpones linderos venían siendo remodelados. Es por eso que el año pasado se utilizó el Centro de la Juventud para alojar una parte del CBB 4.

Días antes de CBB5, se pudo ver, al menos por fuera, cómo estaban quedando los galpones. El excelente estado de las estructuras, el uso de paneles solares y todo eso les daban un aspecto tremendo. Al entrar por primera vez el jueves vi que era un sitio perfecto para la convención: vidriado, ya no se oscurecería tanto como el CEC cuando caía el sol; amplio, con el techo reconstruido, no se llovería. Incluso tenía Internet wi-fi, aunque no funcionaba bien, pero era lo de menos.

En resumen, fue uno de los grandes éxitos del evento. Todos lo alabaron, y los expositores quedamos muy complacidos con el lugar, ya que era cómodo, muy amplio y permitió que el público se desplazara sin problemas ni atascos.

El único inconveniente comenzó el sábado, cuando el calor y la afluencia de público nos obligó a ponernos ligeros de ropa. No había ventanas que pudieran abrirse, y las cercanas al techo hacían que el lugar fuera un invernadero. Apenas corría el aire dentro del lugar.

Nos preocupó el detalle, así que lo comentamos con personal de la Municipalidad, que siempre se dedica a escuchar y responder nuestras preguntas con la mejor de las predisposiciones. Nos plantearon que el sitio todavía requería unos retoques, no estaba completamente terminado pero se lo había abierto justamente porque era fundamental para la convención, y querían probar su funcionamiento. Nos comentaron también que esa era una de las cuestiones a mejorar en los siguientes meses.

Así que el único punto en contra resultó ser perfectible y espero que para la próxima Crack, estemos en el mismo lugar, sintiéndonos todavía más cómodos.




¿Qué más puedo decir? Sinceramente, al escribir este artículo vi que no quedaba mucho, porque todo fue sobre rieles y el resultado fue prácticamente perfecto.

CBB se afianzó, sin duda alguna, este año como la mayor convención de comics del país, con una fórmula probada y sustentable. Ya eso es mucho. Pocas convenciones pueden decir que soportaron tantos años no solo no demostrando altibajos sino creciendo de manera organizada, constante y permaneciendo atractiva, sin traicionar su espíritu. Es cosa de los organizadores, pero también del público, que se mantiene firme.

Crack Bang Boom 5 en fotos

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Se quedaron afuera, en los artículos, algunas anécdotas y comentarios, y sobre todo, fotos. Así que acá va este mini reportaje fotográfico.

Viernes, a pocas horas del inicio
El CEC lleno de potenciales compradores. La cosa se iba moviendo.



Una página de Términus 2, que hicimos con Lisandro Estherren, estaba a la vista de todos en el Centro de la Juventud
Ni se imaginan mi alegría, fue una de las cosas que me hizo caer a la realidad de que éramos invitados.



Una cena maravillosa
Como conté, el viernes confundí el hotel y llegué ultratarde a la cena de los invitados. Las preocupaciones, vergüenzas por la demora y la desprolijidad, y todo eso, se borraron cuando encontré espacio en esta mesa y por eso quise inmortalizar el momento. Sin desmerecer la compañía de otros invitados, con quienes compartí mesa las otras noches, fue sin duda la mejor cena de la convención para mí, por un montón de cosas que se dieron de manera irrepetible. La pasé genial y por eso va la foto.


Legionarios al pie de la lanza
Ya mencioné la hermosa atención que le dispensaron los compañeros de este libro a los interesados que se acercaron al stand, ofreciendo charlas, ilustraciones, autógrafos y dibujos en los libros recién comprados, etc. Acá va un ejemplo que me cautivó, el de Juan Vázquez dedicando una ilustración a uno de los visitantes del stand. Saludos a todos, los recuerdo en mis libaciones.


Comparativa del sábado a la mañana y a la tarde.
Día hermoso por todas partes, a la mañana, obviamente, sin público. A la tarde, lleno de gente. Perdón por sacar tanto "cielo", pero por el sol no veía nada en la pantalla, y encuadré al tun tun.




Foto con un amigazo: Lisandro Estherren
En ediciones anteriores, por tener la cámara sin batería y confiar en personas sin pulso, perdí fotos con grandes amigos y personas importantes para mí. No iba a dejar que eso pasara de nuevo, así que a pesar de las muchas obligaciones, me hice un ratito para adelantarme a la mala suerte.


El staff de Términus con el "Pelado"
Como muchas veces, está la foto seria y la más desestructurada. Esta, ¿adivinen cuál es?


Bueno, se terminó. Por ahora. Estoy tapado de cosas pero ya en proceso de acomodarme mejor, así que pronto, espero, el blog tendrá más entradas mensuales. Faltan algunos comentarios sobre la Crack, una reflexión final, y volver al ritmo de siempre.