Convenciones: un mundo aparte (I)

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Es el lunes 23 de noviembre, son las 2316 horas y no tengo nada que hacer. No escribí nada durante todo el día, salvo emails, y por lo demás, hice cosas importantes, pero nada de lo que suelo hacer en un día común.

Estoy aburrido. No tengo sueño. Falta para medianoche. Estoy vacío creativamente, no puedo sentarme a escribir guiones, ni cuentos, ni nada. En los últimos días vacié frenéticamente mi lista de cosas para hacer.

Entonces leo este artículo de comienzos de año y termina de caerme la ficha.



Tengo que escribir sobre convenciones.

El tema viene dominando mi vida desde hace meses, cuando comenzamos a armar Dibujantes con la gente linda de la ADL. Ahora que eso ya pasó, viene la parte de la exégesis, de las comparaciones, de la investigación, de la corrección y demás.

En el análisis del evento, el grupo organizador quedó muy contento, sobre todo porque tanto el público como los expositores así lo estuvieron. Hubo errores pero fueron pocos y localizados; algunos que no se podían preveer, otros que lamentablemente no pudieron ser corregidos a tiempo; otras cosas que simplemente no salieron como lo esperábamos.

Ahora bien, analizando otros eventos, y con la experiencia local de haber participado y asistido a las 10 ediciones de Leyendas, y de haber leído durante años sobre los eventos realizados en Buens Aires, se forma un patrón.

Después de publicitar Dibujantes en un conocido foro de comics, y sin que nadie respondiera mis post ni me hiciera preguntas de ningún tipo, pensé en una especie de burbuja que (esto lo sé) impide que muchos porteños se den cuenta de que fuera de su ciudad hay un país entero por descubrir, con gente que hace esas mismas cosas pero de otra manera. El reciente posteo en el mismo foro, en el hilo que comenta Animate 09, y la nueva falta de respuestas, comentarios y todo lo demás, me hace pensar más sobre lo mismo.

Nosotros tuvimos nuestra "burbuja", pero infinitamente más federal, en Leyendas. Incluso hubo años en donde vinieron expositores de Uruguay. De hecho, tenemos que agradecer por siempre la existencia de Leyendas y su buen andar, porque gracias a que muchos invitados quedaron contentos con lo que vieron acá, año tras año, no tuvieron problemas en repetir su presencia en Dibujantes, ellos en persona o grupos de conocidos o colaboradores, etc.

Pero dije que había visto formarse un patrón, y no dije cuál. Bueno, es este:
  • convención hecha en un galpón reciclado, sin ventilación ni calefacción
  • sistema de sonido muy malo
  • falta de salas separadas y acondicionadas para diferentes usos, como aulas para dar talleres, auditorios para charlas o proyecciones, etc.
  • entrada "cara" y stands de venta sin descuento y/o a precios exorbitantes
  • invitados de peso que tienen que dar charlas en salas casi vacías, con pobre equipo de sonido y/o al lado de un escenario en donde una banda de covers de anime satura los parlantes y/o donde hay un concurso de disfraces o similar (*)
  • invitados de comic nacional o internacional (occidental): cero o muy pocos; invitados de manga/anime: cero. Invitados que son actores/actrices de doblaje: 1 o más.
  • servicios adicionales dados a los visitantes (estacionamiento, baños decentes, muestras y exhibiciones, etc.) escaso o nulo.
(*) Este tema fue mencionado tanto por gente que me comentó su experiencia en Baires, por experiencia propia en Leyendas y comentarios de Carlos Trillo y otros historieristas, efectuados en publicaciones y sitios de Internet. Según estas declaraciones, los invitados no van o van sin ganas porque saben que tienen que luchar contra el griterío de los de afuera y todo lo ya mencionado.


¿No nos merecemos algo mejor?


Este patrón, aclaro, no incluye a Leyendas (aunque en esta convención se vio una parte del mismo, principalmente en lo edicilio, que fue corregido en los últimos años). En todo caso, es el patrón que veo en todas las convenciones hechas en Buenos Aires.

Como dije antes, lo que terminó de hacerme caer la ficha fue este excelente artículo sobre alguien que la tiene mucho más clara que yo en este tema: Andrés Accorsi. Y para peor, lo escribió hace ya meses. El texto me alegró porque muchas de las consignas allí expresadas se cumplieron en Dibujantes: nos fuimos contentos porque todos se fueron contentos.

El lugar tenía aire acondicionado, auditorio para 200 personas o más con asientos muy cómodos y un ambiente insonorizado, mucho espacio interior, estacionamiento, baños que parecían los de un cine por su lujo y limpieza, un bar surtido y con precios razonables. No perdimos a ningún visitante o expositor, todos fueron recibidos en la Terminal y llevados personalmente al predio. Las comiquerías vendieron muy bien, según yo mismo pude ver, y tenían cosas a buen precio, cosas nuevas y viejas, incluso material muy difícil de conseguir (hasta había stands que vendían comics antiguos!!!). Mi única y principal "queja" fue el tema de los horarios de ciertas charlas, pero no vi a nadie quejándose y creo que tampoco se corrieron tanto, excepto la última charla del domingo. Alguna tenía que pasar, nada es perfecto.

Ahora bien, comparo lo organizativo de Animate 09 (más o menos lo mismo que dije en el foro): sin estacionamiento (a uno le remolcaron el auto), entrada de 20 pesos (lo nuestro fue gratis y a beneficio de una entidad de lucha contra la leucemia!!!), stands con precios decentes y otros caros (eso es así, tiene que haber competencia), pero también stands que vendían CDs y DVDs truchos (y no me importa si lo hacemos en casa, vender cosas truchas es ilegal), sonido malo, bandas que copaban el espectro auditivo sin dejarte escuchar charlas y demás... ¿Se acuerdan del patrón ya mencionado?

Ojo, claro que son dos paradigmas diferentes: Buenos Aires y el Interior. Por un lado, organizadores que buscan hacer dinero (y no hay nada malo en ello). Por el otro lado, organizadores con metas más bien culturales y artísticas, que quieren promover el comic como género y como industria. Y no me vengan con que Leyendas cobraba entrada: que yo sepa nunca dio dinero a lo grande, y más de una vez fue a pérdida. ¿O acaso en este pueblo que es Rosario vimos alguna vez a los organizadores manejando un convertible?

El tema en todo caso es que nosotros, con un evento gratuito, dimos mejores servicios que ellos, con un evento con entrada y mucho más masivo y promocionado. Me siento un poco con lástima hacia los que fueron a Animate 09 y se perdieron lo nuestro.

Siempre hay que mirar... profundamente

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En un post de hace varios días contaba mi experiencia arqueológica en negocios de libros y revistas usados. Desde hace años recorro varios, siempre a la caza de libros usados y antiguos, , y alguna que otra revista o enciclopedia. Sin embargo, ahora se me dio por buscar comics, tanto porque son más baratos como por una cuestión personal.

Hoy, después de cobrar un dinerillo, aproveché que estaba cerca de una librería a la que voy muy de vez en cuando (tienen los libros muy caros, y a veces en mal estado... pero tienen cosas MUY raras, como el diario de Goebbels... bueno, ese no lo compré :D). Para mi asombro, había una mesa completamente ocupada con comics de todo tipo, origen, época y precio, principalmente usados.

Estamos hablando de pilas y pilas y pilas... a ver si recuerdo todo: el grueso era de Marvel e Image (algunas enfoliadas lujosamente), y de DC. No sólo superhéroes, también cosas raras de Star Trek, Babylon 5, etc. Además de los mangas (que no revisé) y de las revistas eróticas de diferente procedencia (que tampoco miré), abundaba el material nacional. Kilos de revistas de El víbora, Intervalo, Fierro (de la época actual, impecables), Nueva Aventura, algunas Comiqueando sueltas, de diversas épocas, también algunas Skorpio y Cimoc perdidas... entre otras cosas nuevas, como números de Bastión, Batman y ciertas series que estaban ahí como saldo y no como usados... Había cosas en inglés, obviamente en castellano e incluso ví un comic de X-men editado en Brasil. Me tomé todo el tiempo del mundo para revisar, ya que tenía tiempo, muchas ganas y algo de dinero (no puedo gastármelo todo!!!).

En realidad no me interesaba casi nada de lo que encontré; ningún número de Batman que me moviera, salvo tal vez el cuarto de La Espada de Azrael, pero solamente estaba ese. Casi no había tomos autoconclusivos o recopilatorios, de manera que la cosa era más para llenar huecos en una serie que para comenzarla. Los números de Comiqueando no tenían historias de Cybersix, así que lentamente volví a mi primera elección: la caja de material nacional "antiguo".

Ahí descansaba una gran cantidad de Nueva Aventura, la mítica revista de comics que venía con el diario La Capital cuando yo era chico (esa historia ya la conté). Afortunadamente, a diferencia de otros comics mucho más modernos y de mejor papel (había revistas muy maltratadas, incluso sin tapa!), casi todas estaban en condiciones buenas o muy buenas, sobre todo teniendo en cuenta el papel casi de diario en el que estaban editadas. A 2,5 pesos cada una, eran una ganga, así que me llevé seis, y planeo repetir el asalto la semana que viene. Espero que nadie más se avive... pero creo que hay para todos.

Mientras leí algunas cosas y pensaba en donde conseguir folios para mis nuevas adquisiciones, y en contar esto en el blog como otra historia de cacería, me puse a pensar (estoy muy pensativo estos días, pero de escribir en el Word, ni de casualidad) sobre la cultura comiquera argentina y los formatos que han tenido. El otro día leía en un foro a un colombiano que lamentaba que en Latinoamérica no hubiera cultura de comics, alabando la enorme trayectoria de cantidad de artistas argentinos, muchos de los cuales triunfan y/o triunfaron en el exterior. Ese post, creo, nos hizo ver a todos que, por comparación, la malaria actual y pasada no era para tanto.

Recordé entonces el debate que suscitó Andrés Accorsi en la charla sobre la revista Fierro, en Dibujantes, sobre las publicaciones que serializan material y a veces los cortan donde no deben. No conozco casos puntuales más allá de Nueva Aventura y Cimoc, las cuales leo cada tanto. Sí creo que tiene razón en algo, yo prefiero las que incluyen capítulos que se continúan no directamente; así me eduqué con Nippur, La Legión, etc.

Lo que me planteo ahora, es qué papel tienen estas revistas en la industria argentina del comic. Lamentablemente, mucho material no puede salir solo, en una revista propia, debido a diversos problemas. Este formato no es único de Argentina, ha existido y sigue existiendo en muchas partes, sin ir más lejos (no puedo, estoy en las antipodas), así es como funciona todo en Japón. Con sueños editoriales en la cabeza, empiezo a creer que hay que apostar fuerte por el formato, sin ir en detrimento de las series convencionales pero sabiendo que existe una alternativa fuerte.

Y ahora me voy a dormir. Me leí una historia de Nippur de Lagash que no había leído, y como siempre, me saca piel de gallina la prosa. Voy a soñar con Sumeria.

Estoy harto de...

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... que haya gente que putee a Leyendas y se "alegre" porque Dibujantes "le rompió el culo".

En realidad no lo escuché muchas veces pero con una sola basta. Como siempre, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. O sea: el que haya organizado un evento multitudinario de comics, rol, anime y varias cosas más durante 10 años seguidos, que se sienta libre de criticar... de buena leche. La mala leche no se permite nunca.

Este comentario me hace enojar por partida doble. Por un lado Leyendas, con todo lo mejorable o discutible que haya podido tener, marcó un antes y un después en la historia del fandom rosarino, provincial y nacional. Pocas o ninguna convención de este tipo en Argentina duró tantos años seguidos, sin experimentar cortes ni bajones repentinos, incluso en años en donde el país estaba hundido hasta la coronilla, como en 2001-2002. Por si fuera poco, lo hizo con mucho estilo, siempre cambiando y mejorando, siempre tratando de agregar más a la experiencia. Sus organizadores me merecen el mejor de mis respetos, porque lo hicieron de corazón, ninguno se llenó los bolsillos y casi seguro que más de una vez perdieron plata.

La otra parte que me duele es que nunca nos propusimos Dibujantes para demostrar quién era más macho o la tenía más grande, ni ninguna pelotudez similar. Lo hicimos para homenajear a Osvaldo Laino y todo su labor y su dedicación, al testimonio de trabajo que les da a todos los dibujantes; con él también queríamos homenajear a otros muchos grandes que lamentablemente son poco conocidos pero son puntales para la historia del comic nacional. Lo hicimos para foguearnos como asociación, para mostrar nuestro trabajo y esfuerzo a otros, para motivar a otros, para enseñar a otros, para ayudar a otros. No vino del egoísmo sino del darse, del compartir, tanto dentro de la ADL como con los demás. Por eso me jode que hagan comparaciones que, más que odiosas, son detestables.

Siempre hay que mirar

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El viernes fui a mi librería favorita a pagar cuentas ya pasadas. No iba a comprar nada, pero como siempre, encontré cosas que tenía que mirar.

Primero fue una pila de comics (luego regreso sobre eso), y de ahí salté a algunos libros sobre historia militar y finalmente a un asombroso descubrimiento: el nº 17 de Nam, una enciclopedia de 20 fascículos sobre la Guerra de Vietnam. Hace AÑOS que busco ese número, el único que me faltaba. Así que lo tuve que comprar. Qué lástima.

Vuelvo al tema de los comics. No son el fuerte de UyS, no es por eso que voy ahí. Pero había una extensa colección de revistas antiguas de comics Paturuzito (ahora entiendo por qué nos dijeron en Dibujantes que NO eran como las que nosotros imaginábamos). También había una gran pila de revistas Skorpio en perfecto estado.

Me detengo en esto. Antes de ir a UyS pasé por Rayuela, recordando que tienen una gran pila de comics usados de todo tipo, supuestamente a precios razonables. Bueno, no está más. Había solamente dos cajas casi vacías con cosas de Amalgam (qué asco, por Dios!!!) y números sueltos de Spiderman y otras cosas de Marvel, y nada más. Me llamaron la atención las Cimoc, pero principalmente las Skorpio a 4 pesos, en excelente estado.

Las mismas Skorpio con las que me encontré en UyS. Lo que resaltaba más era el estado: todas impecables, como sacadas de un depósito. Eran de 1993, por lo que vi en una de ellas. No parecían ser usadas, salvo que el dueño fuera coleccionista y las vendiera en paquete, pero creo que algunas estaban repetidas. Las Paturuzito, en cambio, sí eran material viejo de colección, remarcado por su precio de 10 pesos.

No tenía más dinero, y de hecho como estaba en rojo, no compré ninguna; igualmente miré con curiosidad otra revista que nunca había visto, Bastión, que sacó Gárgola. Sinceramente ni la conocía, ¿será eso parte de su fracaso, la poca publicidad/mala distribución, o simplemente la extinción de la rama comiquera de la editorial?

Reflexiones mercantiles sobre saldos, usados y nuevos. Qué sé yo. Aprovechen los que se interesen. Pero aprendan la lección que aprendí yo: siempre hay que mirar. Es mejor lamentar no poder comprar algo, que morir en la ignorancia.

Dibujantes: una experiencia inolvidable (y III)

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La segunda parte está acá.

Creo que ya casi todos saben que hace tiempo que no tengo trabajo, algo que lamentablemente no es poco común en un país tan inestable como el nuestro. Cada uno, sin embargo, lo sufre de manera diferente.

Mi forma de sufrirlo fue no dejarme caer, levantarme siempre que una entrevista no resultaba, que me prometían un encargo de diseño que no se cumplía (si tuviera 25 centavos por cada vez que me pasó...), o que la suma de un montón de iniciativas terminaba en la nada. Claro que eso cuesta, y cada tanto se hace pesado; luchar contra algo así desgasta mucho el ánimo.

De manera que el proceso por el que estaba atravesando estos días no era raro. Por un lado, había concluido dos novelas y algunos proyectos menores, con lo cual estaba más desocupado; por otra parte, tenía más tiempo para pensar y una sensación, tal vez errónea, de que tomarse un descanso era negativo, porque desaceleraba mis proyectos. Tenía varios proyectos a punto de comenzar, pero había dejado atrás la certeza de que me ayudarían a conseguir algo; simplemente los hacía para no volverme loco. La lucha entre la necesidad de hacer algo y la de no hacer nada fue algo sutil pero constante. También, la sensación de que, hiciera lo que hiciera, no sería suficiente.

De esa negatividad, de ese pesimismo mezclado de esperanza, de esa depresión en la que no quería caer, pasé a un estado de ansiedad. Quería estar en Dibujantes. Algo me decía que iba a encontrar algo muy importante.

¿Qué fue? Una nueva familia. Un nuevo modo de ver, hacer y pensar las cosas.

Creo que puedo ejemplificar los diversos aspectos de este sentimiento, de esta idea, en tres simples anécdotas, que no por ser pocas dejaron de ser intensas.
  1. El sábado cerramos con una hamburgueseada, en la cual todos estábamos mezclados: famosos con no famosos, etc. etc. Por una cuestión de casualidad, en la última mesa que armamos se sentaron varios pesos pesados del comic nacional e internacional: Eduardo Risso, Marcelo Frusín, Diego Agrimbau, Laura Vazquez, Diego Accorsi, Leonardo Fernández... Yo estaba en la mesa contigua, y después de comer algo, me empezaron a temblar los dedos. Mi espíritu periodístico, que había cubierto ya muchas Leyendas y otros eventos rosarinos, me decía que tenía que tomar esa foto, esa foto que sería única y ¿daría la vuelta al mundo? Bueno, no por mí, sino por lo que significaba tanta gente junta en nuestro evento. ¿Qué pasó? De todo, como pueden ver. Mala luz, el pobre de Risso salió con los ojos rojos, cuernitos... Lo peor fue que en el momento no me di cuenta de todo eso, estaba tan limado que fue una suerte que saliera bien encuadrada. Más tarde, lo que parecía una foto para borrar y una oportunidad desperdiciada, sin embargo, se me presentó como una metáfora. Más que una foto profesional, hecha en serie, era reflejo de un momento irrepetible. No había salido seria porque no estábamos en un funeral: era una foto de familia, de esas que cualquier de nosotros saca al voleo y que luego, técnicamente, está llena de errores, pero que uno no tira porque hay algo ahí que nos ata a eso. Y a mí me ata al recuerdo de que tengo una especie de familia profesional que me apoya, me cuida, me integra.
  2. Al mostrar mi carpeta de Cuna de Héroes, uno de los invitados de LA Comics se me acercó para elogiar el dibujo de Sebastián Zalasar. Charlamos acerca de influencias, estilos y demás, y él me aseguró que quería un dibujo de Sebastián. Yo todavía no había captado, pero empezaba a hacerlo, esa forma hermosa de regalar que es hacer un dibujo. Es algo que yo no puedo hacer, y que me deja con la boca abierta. Le respondí a este muchacho que Sebastián no estaba, pero que tal vez vendría; yo no había recibido confirmación sobre su asistencia. El domingo se reiteró su pedido, y le dije lo mismo. En las últimas horas de ese día, se me hizo evidente que Sebastián no iba a venir. Como único gesto posible, se me ocurrió regalarle las tres primeras páginas de Informe especial, tanto para agradecer su interés y como para dejarle anotada la dirección del blog. ¿Qué hizo este muchacho? Me regaló una pila de sus fanzines, los cuales no había podido vender. No supe qué decir: no era uno, son como media docena!!! y de muchas páginas. Es así como debería ir el mundo, me parece: cierto que no se puede comer el amor, pero si fuéramos apenas un poco más atentos con los demás, si no mezquináramos tanto, si viéramos que hay cosas que valen mucho más que el dinero... ¿Saben qué es lo curioso, cómo se cierra el círculo? Esas hojas fueron impresas por un amigo mío, cuando le pedí un favor porque mi impresora andaba mal. ¿No es maravilloso? De regalo en regalo...
  3. En la última charla del domingo, se recordó al Oso Rosello, ilustrador y músico tucumano. Yo no lo conocí personalmente, y desde hace un tiempo vengo viendo comentarios que lamentan su muerte por todas partes. Estar allí, sin embargo, fue diferente. Varios lloraron sus pérdidas, y no sólo la suya, sino otras más viejas. La mención tan emotiva del Oso casi me hace llorar, a mí, que nunca lo conocí. Había ahí tanto amor, tanta amistad, tanta comunidad, que todas las dudas que expresé antes, todas las dudas que tenía al momento de comenzar el evento, se evaporaron. Estaba en casa. A lo mejor iba a seguir sin trabajo y mal de amores, pero tenía eso que no encontré, hasta ahora, en ninguna otra parte.
Creo que todo esto ya cierra lo que tengo que decir. Probablemente mi corazoncito de periodista me obligue a escribir, en estos días, una crónica paralela, más sobria y formal, de lo que pasó. Claro, no demasiado formal ni sobra, porque no se puede enfriar tanto algo tan pasional, tan hermoso.

Pero hasta acá llego. Por lo menos, por ahora: la influencia de este durará mucho, mucho. De eso estoy seguro.

Dibujantes: una experiencia inolvidable (II)

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La primera parte está acá.

El domingo amaneció amenazante, si me permiten la cacofonía (:D). Pasé a buscar a Guido para darle una visita guiada por el centro de la ciudad, llena de la arquitectura antigua que tanto me apasiona y me gusta presumir. Una intensa lluvia y un fuerte viento nos empaparon de pies a cabeza en la mitad del recorrido. Esperamos a que terminara la tormenta primaveral y seguimos caminando, secándonos en el proceso. Después de pasar por muchos edificios emblemáticos, llegamos finalmente al Monumento a la Bandera, donde planeaba terminar el tour para dar paso al almuerzo.

Allí nos alcanzó la casualidad: nos encontramos con Kiro, quien estaba esperando a Cristian Mallea, que había ido, erróneamente (no fue el único) directamente al Distrito Sur sin saber que a la mañana el evento estaba cerrado. Cuando llegó Mallea y sus acompañantes nos refugiamos debajo de un ombú, porque el frío nos pegaba a todos por igual (yo apenas tenía una chomba mojada). Al poco tiempo cayó Carlos Barocelli y su esposa, así que nos quedamos conversando sobre diferentes cosas.

Esta coincidencia nos permitía colarnos en la visita guiada por dentro del Monumento a la Bandera, a la Sala de las Banderas de América, así que esperamos la llegada del contingente. El grupo venía de haber realizado una visita guiada por el Centro Municipal de Distrito Norte (también conocido como Villa Hortensia, ya que era un palacete de una importante familia del pueblo de Alberdi, cuando todavía no era parte de Rosario). Se desplazaban en la mítica Merenguita, un colectivo disfrazado de tren que sirve para fiestas juveniles. Más de uno quería verlo al señor Horacio Lalia al frente de tan alocado grupo, pero parece que no fue, y no podemos culparlo. El sábado nos había dejado agotados a todos, y más de uno tengo entendido que se perdió la expedición o estuvo cerca de hacerlo.

Después de una pequeña espera, el bizarro engendro descargó al grupo del otro lado del Monumento, así que luego de unirnos junto a la llama votiva pasamos al tour guiado. De ahí nos tuvimos que ir apurados porque el engendro se quería ir. La mayoría se quedó para realizar otro tour guiado, este hacia el mirador del Monumento; creo que otros se fueron a comer o a hacer otros asuntos, y un puñado de nosotros nos dirigimos directamente al Distrito Sur. Ante la falta de barcitos o lugares más casuales por la zona, con Guido nos dedicamos a disfrutar de una parrillada muy buena y completa.

Para esa hora (entre las 14 y las 15, creo) ya el evento tenía una buena cantidad de público y empezaron a aparecer amigos y conocidos, con las obvias presentaciones y charlas sobre temas que iba desde el rol hasta la lluvia. Lamentablemente ese día muchos de mis amigos tampoco pudieron venir, con lo cual las presentaciones fueron muchas menos. Por lo menos algunos sí lograron llegar, enterados a último momento.

Después de asistir a algunas charlas y de conversar algunos temas con diversos dibujantes, llegó lo que muchos estaban esperando: la charla-panel con los invitados más distinguidos: Mulko, Cristian Mallea, Horacio Lalia, José Masarolli, Leonardo Manco, Eduardo Risso, Marcelo Frusin, Osvaldo Laino, Gabriel Ipolitti, Diego Agrimbau y Leonardo Fernández (en orden en la foto). Como pueden ver, tuvimos que usar dos mesas y dos moderadores: Andrés Accorsi y Leandro Arteaga. Literalmente, siglos de experiencia de en hacer comics (hasta Laino y Lalia se competían con eso, con una obvia cuota de humor). La verdad es que, sin haber participado en ningún evento organizado en la ciudad de Buenos Aires, me atrevo a decir que nunca se juntaron tantos maestros del dibujo y el guión, en ningún otro evento, y sobre todo en el mismo día y charla. Sin duda alguna, un record difícil de superar, incluso de igualar.

La única cosa no tan buena fue que, como las actividades de ese día se habían ido atrasando más y más, ya estábamos en el borde. Para esa altura el horario de cierre del evento había sido superado. Guido se tuvo que ir antes de escuchar la charla, que estuvo precedida por una gran actuación de la banda juvenil del Distrito Sur. Finalmente, la charla en sí no fue muy larga, yo calculo menos de una hora, en la cual cada uno se presentó y contó algo de su experiencia, motivando a los jóvenes artistas a seguir adelante, y a explorar todas las posibilidades laborales, editoriales y artísticas. Muy positivo, a pesar de lo corto que fue.

Después de esto vino la entrega de plaquetas y medallas a todos los invitados especiales, que como eran muchos, se tomó también su tiempo. Este momento estuvo amenizado con todo tipo de ocurrencias por parte de los dibujantes, así como también del presentador Carlos Barocelli, como para remarcar la naturaleza familiar del evento. A nadie le hubiera importado un pequeño discursito por parte de los agazajados, pero realmente ya no quedaba tiempo, y no todos pudieron darlo.

Finalizado con esto el evento, los más fieles se quedaron a charlar con los invitados de honor, mientras la gente de la ADL comenzaba a desarmar las cosas que ya no estaban en uso. Pasados algunos minutos de caos, porque había mucha gente yéndose, fuimos quedando solamente los invitados que venían de lejos y los de la organización, y entre todos terminamos de levantar y guardar las cosas propias del distrito, y de separar las cosas nuestras para el retorno a casa. Para muchos, el regreso en colectivo fue complicado por el cierre de la Feria de las Colectividades (ya habíamos tenido problemas el sábado). De todas maneras, con un cansancio para muchos pocas veces visto, nos manteníamos de pie gracias a lo contento que estábamos, tanto por los resultados obtenidos como por el hecho de saber que lo habíamos hecho entre todos, a pulmón, y con la ayuda de tanta pero tanta gente linda.

La tercera parte, el sábado.

Dibujantes: una experiencia inolvidable (I)

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Por una vez como pocas, me resulta difícil poner en palabras todo lo que sucedió en esos dos días. Tal vez porque no parecen dos días, aunque las horas se iban volando. Tal vez por esto mismo, comenzar por el principio, lo más previsible y usado, hasta se me ocurre inútil. El cronista de eventos que siempre creí ser, el relator de anécdotas y detalles, de pronto me da la razón. Por lo menos hacé un resumen previo, me dice.

Podría comenzar con esto. Siempre me consideré un tipo desubicado, un outsider, alguien que no quedaba bien en ninguna parte. ¡Soy un guionista en una asociación de dibujantes! Fui un tipo en una carrera casi exclusivamente femenina, fui un periodista que no escribía, un escritor autodidacta y solitario, un tipo que pocos tuvieron en cuenta a la hora de conseguir trabajo. Fui un tipo que nunca pegó una: si me ponía a hacer algo que me diera dinero o que me causara alegría, de pronto el foco estaba en otra parte, como si fuera una película de Chaplin o algo así. Soy, y tal vez seré, un tipo que nunca se pudo parar con los dos pies en el mismo lugar (llámese asociación, grupo, etc.), siempre con la sensación de la desubicasión, de la falta de inclusión, del "estoy a medias", de la torpeza, del "nadie me quiere", del "lo mío no será interesante", y cosas así. Para qué aburrirlos, al final pareciera que me tiro abajo yo solito. Pero es verdad, y tal vez es la primera vez que la hago pública de esta manera, como una catarsis.

¿Qué fue entonces Dibujantes, más allá de cronologías? Fue darme cuenta de que pertenezco. De que estoy, de que tenía una familia "política" que desconocía, y que, a diferencia de las otras familias políticas que tengo, no me ignora. Es más, me pide que esté cerca.

El domingo, cuando regresaba del evento (viaje largo y muy agotador), meditaba esto. No cumplí con muchos de mis objetivos, pero tal vez porque estos no eran tan relevantes y también, porque no se puede todo. Sí, regresé sin haber pedido autógrafos o fotos con famosos, pero ¿qué importa? No pude hablar de ciertos temas con algunos, no llegué a saludar a otros; muchos de mis amigos ni siquiera vinieron. No estuve en todas las charlas de pasillo ni de auditorio. Pero todo lo demás que conseguí supera con creces mis objetivos previstos, alguno de los cuales estaban algo corridos de lugar.

Tal vez también puedo empezar por ahí. Como miembro de la ADL y ayudante en la organización, también formaba parte del stand de Dibujantes y Guionistas Independientes, el cual había sido gestionado por Juan Vásquez para aglutinar a muchos de estos seres que vagamos entre la nada y el fanzine. Cuando, el sábado a la mañana, él me preguntó sobre mis expectativas, si pensaba que el evento sería todo lo que habíamos pensado, yo le fui sincero. Tenía muchas ganas de pensar que sería algo astronómico, pero mi historial de mala suerte y de otras cosas me hacía meditar seriamente la posibilidad de que, para mí, Dibujantes no resultara tan bueno (más allá de cómo fuera para los demás).

La realidad tardó en llegar, pero finalmente lo hizo. Durante una larga mañana de pegar ilustraciones en el stand, y de ayudar esporádicamente a la organización del evento, fui conociendo gente. Walter Koza, guionista rosarino que me permite decir que estoy menos solo en el mundo; el "Gaucho" Beas, humorista gráfico del diario La Capital, que nos obsequió con chistes, comentarios oportunos y la primera sensación de que ahí había gente que te cuidaba y te ayudaba, aunque no te conociera; algunos otros expositores que se iban sumando para charlar.

Al comienzo de la tarde sucedió lo otro que esperaba: la llegada de un amigo que tampoco conocía, al menos personalmente: Guido Quaranta, que se venía de Buenos Aires, como muchos otros. Una excusa más para charlar de mil cosas; tengo que decir que, sin su presencia (y sobre todo teniendo en cuenta que ninguno de los amigos que invité pudo venir) me hubiera sentido mucho más solo durante esos días.

Hasta las cinco de la tarde, más o menos, tuve la extraña y ominosa sensación de que iba a venir poca gente. Tomando una gaseosa con Guido, en el bar del Distrito, empezamos a ver que aparecían más y más personas, y me tranquilicé. Horacio Lalia llegó más tarde, no sé si tuvo algún problema; también aparecieron dos no-invitados pero que obviamente fueron muy bienvenidos: Diego Agrimbau y Laura Vazquez. En las idas y vueltas de la organización, nos quedamos sin recursos para invitar a algún guionista (algo que yo lamenté, obviamente), de manera que su llegada completamente voluntaria nos cubrió el bache (muchas gracias!). También por ese horario empezaron a aparecer algunas caras que yo no conocía, pero que pude conocer al día siguiente; si no me equivoco llegaron Mulko, Ippoliti y algunos más.

No se puede resumir muchas de las charlas de pasillo, idas y vueltas para ver stands o para escuchar las cosas que decían otros. Finalmente participamos de la charla sobre la revista Fierro, moderada por Andrés Accorsi, en la cual hablaron Salvador Sanz, Lucas Varela y Max Aguirre. Una muestra de lo que hubo y de lo que se viene, y una breve pero interesante exposición sobre la naturaleza actual de la revista de comics más vendida de Argentina.

La última actividad del día fue el lanzamiento de la edición virtual de la revista Dibujantes; de más está decir que Osvaldo Laino fue el más homenajeado del evento, junto con su emprendimiento. En la charla se fue desgranando un poco la historia de su vida y de los muchos que lo acompañaron, tanto en Argentina como en EEUU. Sus reflexiones sobre la perseverancia y sobre el enorme potencial y talento de los jóvenes artistas argentinos creo que encendieron las mentes de todos. Así se cerró un día, lleno de esperanzas y promesas positivas, futuros por construir poco a poco.


La segunda parte el jueves.

Estoy harto de...

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... que AVH saque películas animadas de DC sin subtítulos en castellano y con audio 2.0!!!

Entiendo que grabar el doblaje en 5.1 por ahí está fuera del interés de la compañía distribuidora, y que les vendan un paquete cerrado. Pero los subtítulos hasta se pueden conseguir gratis en Internet (alguien ve la ironía?), y en el peor de los casos se los puede traducir a mano del original yanki. ¿Tanto cuesta?

Primero First Flight sale así, y ahora Superman/Batman: Enemigos Públicos. Para meter más la púa, editan esta última con audio y subtítulos en TAILANDES!!!! ¿Quién carajo en Argentina y Sudamérica habla tailandés? ¿O acaso hay una colonia o provincia que desconozca y fundaron los tailandeses?

En fin, como decía en un foro. No se trata de una tonta reivindicación friki, solamente. En los DVDs de EEUU las películas vienen ya subtituladas en inglés, para las personas que tienen problemas de audición (como los llamaría Borges, sordos). Es como poner rampas en las calles. Ah, me olvido. En Argentina apenas hay rampas en las calles y los que van en sillas de ruedas casi no pueden salir de sus casas. Cierto.

Bueno, hay que cambiar eso. Si los discapacitados salen a protestar, yo también quiero mis subtítulos, aunque no sea sordo. Es un derecho que tenemos. Compren, y quéjense. Es un derecho adquirido.

Dibujantes 2009

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Y sí, tarde pero seguro. Después de muchos meses de planificación, la ADL anuncia que ya se viene Dibujantes 2009. Se viene este fin de semana :D

Igual, en realidad, ya empezó. Como puede verse en este cronograma, las actividades arrancaron el martes, en recordatorio de la semana del dibujante (por Alberto Breccia). Lamentablemente no voy a poder participar en estos eventos y charlas, pero bueno, no se puede todo.

El fin de semana, igualmente, es lo más fuerte, y lo tengo apartado desde hace rato. ¿Por qué no avisé acá? Porque soy un colgado y estos días estuve tan ocupado que ya quiero que sea enero. Ni se imaginan: todos los días salir de casa, esto, aquello, lo otro, mil cosas a la mañana, insomnio, problemas estomacales, en fin... ya quiero apagar la luz.

Por otra parte, la mayoría de los que pueden venir ya les avisé por mail o por teléfono o personalmente, y hay muchos que siguen el blog que están en España u otros lugares, así que... después habrá fotos.

¿Qué es? Una convención de dibujantes, con enorme apoyo institucional (está declarado como de Interés Municipal y Provincial, además de Turístico) y privado (sponsors importantes, los pueden ver en el poster). En ella habría gente de la talla de Horacio Lalia, Eduardo Risso, Cristian Mallea, Marcelo Frusin, Leonardo Manco, Max Aguirre, Salvador Sanz, Leonardo Fernández, Esteban Tolj, Lucas Varela, Gabriel Ipolitti y Wally Gomez. Gente muy conocida afuera, gente muy conocida acá dentro. Con toda la mejor onda se acercan para dar charlas, talleres, participar en paneles, y bueno, estar ahí. Estoy muy emocionado por conocer a más de uno, a unos pocos ya los conozco un poco, a otros que irónicamente los tengo cerca nunca les pude ni dar la mano (caso de Risso y Frusín, que viven acá nomás).

Además de participar en la organización como miembro de la ADL (no hice demasiado, tampoco me pongo mérito ajeno) voy a estar en el stand de dibujantes y guionistas independientes, gestionado por el amigo Juan Vásquez, quien ya colaboró conmigo en varias cosas (muy pocas salieron a la luz). Particularmente voy a estar presentando una carpeta con mucho material de mi blog de superhéroes, Cuna de Héroes, y algunas sorpresas que ya se verán...

Otra parte de la emoción es conocer a otras personas que ya aseguraron presencia, o casi, y que confluyen en esta fecha casi de manera mágica. Espero que todo coincida y podamos hablar un montón, porque a veces la comunicación por mail y todo eso se hace pesada. Así mismo espero que, con algunas de estas personas, que son dibujantes, se pueda comenzar alguna colaboración para hacer ALGO el año que viene, porque ya me cansé de "rasguñar las piedras" sin conseguir nada.

Así que hay mucha, mucha expectativa, y espero no ser defraudado en mi buena fe. Lo que sí tengo seguro es que voy a volver molido de dos días tan lejos de casa, yendo y viniendo. Pero seguramente valdrá la pena.

Ya me estoy llevando un comic de Risso para que me lo autografíe. Los dos tomos de Lalia adaptando a Lovecraft ya pasaron el mismo proceso :D Qué cholulo de mierda que soy...

Dos libros al hilo

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Ayer a la noche terminé de leer La caza al Octubre Rojo, de Tom Clancy. La película es una de mis favoritas (la tengo en DVD), y gracias al detalle de un camarada, que me la regaló para mi cumpleaños, finalmente pude leer la historia original, que es mucho más rica y entreverada.

Un efecto secundario de la lectura es que ahora comprendo más el éxito de Clancy. Es muy buen narrador, no teme repetir para hacerse entender y mantener coherencia de diálogos, y sabe sintetizar lo mucho que sabe de inteligencia y armamento, doctrinas y estrategias, como para que la acción tenga sentido y sea dinámica. Yo, que sé muchas cosas de esos temas, aprendí alguna que otra, casi sin darme cuenta.

Mi segundo intento de novela fue una de ciencia ficción bélica, que no resultó por diferentes cuestiones. Otro efecto secundario de la lectura es que ahora tengo una idea más cabal de lo que quiero, de lo que busco: algo así de sencillo en la forma de narrar, pero con menos personajes y un poco más de profundidad en ellos. La escritura fragmentada, las cosas que suceden en todo el mundo a la vez es preciosa, y eso algo similar a lo que estaba pensando hacer. Agregarle a eso un poco de mi propio estilo de futurismo... Bueno, de todas maneras falta tiempo para que las escriba.

Para finalizar: claro que la novela tiene un toquecito pro-yanqui, pero las he visto MUCHO, MUCHO PEORES. La cosa no va más allá de la cuestión de la libertad, y los estadounidenses no aparecen ni como buenos impolutos ni como genios que se las saben todas. Hay mucho realismo en todas partes.

Como en estos días tengo insomnio, no es la primera noche que paso de medianoche en la cama, leyendo. Ayer justamente terminé de leerla a esa hora, viendo que ya faltaban pocas páginas. Lo gracioso es que cuando terminé recordé que había comprado un libro llamado Doctrina Militar Soviética (escrito por Raymond Garthoff), hace ya unos meses. No pude resistir la tentación de leerme ahí mismo el prólogo y los datos bibliográficos. Un análisis un poco más profundo que el que hice cuando lo compré me confirma que el libro fue escrito hacia 1952-3, porque uno de los libros mencionados es de 1952 y el autor menciona la sucesión de Stalin como algo que todavía no ha sucedido, pero se ve venir (murió en 1953). La edición en castellano, que creo no mencioné, es de 1956.

Así que ahora sigo con ese. Es del mismo tamaño que La caza al Octubre Rojo, pero menos pesado porque tiene páginas más gruesas. Otra ventaja para la lectura: la edición del clásico de Clancy tenía letras en dorado que se deshacían al ponerle mucho tiempo los dedos encima, así que tenía que tomarlo de una manera incómoda. Este tiene una tapa entelada, así que no hay problema. Así aguantó más de 50 años...

El secreto de sus ojos (2009)

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Vengo de verla. Por lo general, cuando una película ME ENCANTA, hago su reseña el mismo día o el siguiente, cuando todavía está fresca.

¿Qué puedo decir? En castellano: que es una obra maestra. En criollo: es un peliculón de la reconcha de la lora. Otros pondrás otras calificaciones, seguramente similares, pero en su propio idioma.


Sutileza en cada trazo
Creo que esta es la clave de la película (basada en la novela casi homónima "La pregunta de sus ojos", de Eduardo Sacheri). Es la causa de su lento pero inevitable correr, como el río de la historia, personal y nacional, que puede servirle de metáfora.

El secreto de sus ojos tiene algo de humor, pero es un policial. Un policial sin policías, claro, porque los protagonistas son funcionarios judiciales. Tiene aire de película de época, porque parte de la trama transcurre en los meses previos a los Años de Plomo. Pero no es una película de época. Tiene algo de sutil romance, pero es más bien trágica que otra cosa. En todo caso, hay parte de la tragedia con la cual es mejor reír, algo a lo cual estamos acostumbrados los argentinos. Porque se me olvida esto. Es una película netamente argentina, en su historia, en su lenguaje, en sus personajes y sus anécdotas. Pero al mismo tiempo es una película universal, que se puede ver en cualquier país sin perderse casi nada.


Las razones de la perfección
Esta suma de raros contrasentidos puede marear, así que vayamos a lo de siempre: desmenuzarla.

Por un lado, tenemos evidentemente un buen guión, lleno de idas y venidas del presente al pasado. Esto está apoyado en una buena edición y rodaje; el espectador siempre sabe donde está parado, y no pierde el hilo de la historia. A diferencia de una enorme cantidad de películas que supuestamente intentan sorprender al espectador mil veces (en realidad, aburriéndolo), acá es todo lo contrario. Se lo deja ver todo, y lentamente armar el rompecabezas, al cual súbitamente se le agregan más y más piezas, hasta que el final resulta ser una lluvia de piezas que encajan solas, de manera rápida, lógica y creíble. Nada sobra, ni hay que limar bordes. Todo cierra perfectamente. Tal vez se deba a que los guionistas son el director, Juan José Campanella, y el autor de la novela en la cual se basa la película, Eduardo Sacheri.

Por otra parte, tenemos a un grupo de excelentes actores y actrices. Ricardo Darín ya es palabra mayor; lo secunda una muy expresiva Soledad Villamil, que descubrí gratamente hace tiempo en la tira Vulnerables. El argumento requería actores de este calibre, porque las expresiones, los gestos y las miradas lo son todo; ninguno defrauda. Pablo Rago, lejos de sus años juveniles en tiras ligeras y en su papel de galancito, demuestra finalmente que es un actor tremendo, intenso, centrado, que puede con un papel muy particular. Finalmente, un irreconocible Guillermo Francella, quien sin el mostacho es otra persona, aporta el toque de humor, pero esta vez lejos de los papeles chabacanos y mujeriegos, y mucho más cercano a lo tragicómico, demostrando que también puede con estos roles.

Y volvemos a la historia, sin decir mucho de la misma. Pero sí de su estructura. Como decía antes, lejos de ser una película cargada de giros sorpresivos, conspiraciones absurdas o continuos intentos por marear innecesariamente al espectador para que este, al final, diga "no entendí nada" o "ahh....", y se quede pensando en mil detalles mientras se rasca la cabeza, poco convencido, la cinta propone algo diferente. Nos habla del pasado, del recuerdo, y particularmente de los recuerdos que nos marcan el presente, esos que no nos podemos despegar. Esos recuerdos que a veces son sombras del recuerdo original, pero que siguen definiendo nuestras vidas, atándonos en un círculo viciosos conciente, del que no podemos escapar. Esa parte del pasado que, durante la película, vuelve a acosar el presente de todos los personajes, arrojándolos hacia los cabos que nunca se atrevieron a atar.

Allí la historia tiene su mayor fortaleza: en su humanidad, en su intimidad con el espectador al presentar personajes llenos de (vuelvo a remarcar) sutiles dudas, temores, amores, fallos, silencios, repeticiones. Para cerrar con las contradicciones: es un policial en donde el misterio del asesino no es lo principal, ni la investigación, ni los entresijos judiciales ni nada de eso, sino todo lo anterior, al expresarse este conjunto en una historia viva, lamentablemente todavía muy argentina, lamentablemente muy creíble y posible.

Los amplios salones de justicia llenos de mármol blanco, las pilas de expedientes cosidos a mano, las salidas a los cafés de barrio y la corrupción jurídica y policial que termina en servidumbre política son los ingredientes bien argentinos que tiñen la historia, que también está plagada de elementos universales: el miedo al rechazo, las vidas vacías de los que no se animaron en el momento justo, las vidas destrozadas de los que soportaron la tragedia. Por un lado, una reflexión sobre la justicia, no desde los altos ojos de los conceptos e ideas abstractos, sino desde lo humano; por otra parte, una reflexión sobre los riesgos que uno corre al arrojarse al río de la vida, que nos lleva por lugares inesperados en los que tenemos que tomar decisiones que nunca sabemos sin acertadas o no... hasta que puede ser demasiado tarde.


Repercusión
A nivel nacional, la película ya se convirtió en la más vista de Argentina, superando hace unos días los 2 millones de espectadores (más de uno seguramente la fue a ver dos veces). Eso por sí ya es una señal, teniendo en cuenta que destronó a Manuelita, una película animada para niños (la cual, obviamente, tiene el tirón de los padres). Por una vez, la calidad y el éxito en taquilla vienen de la mano.

La película ya fue seleccionada como candidata oficial por Argentina a los Oscars. Si lo gana o no, me tiene sin mucho cuidado (aunque obviamente me gustaría que ganara). De todas maneras ya sé que es perfecta. En todo caso, sí me gustaría que tuviera repercusión en otros países, en donde el cine argentino es más apreciado que aquí mismo (nos hemos quemado con cada cosa...).

Los dejo con el trailer, el cual les dirá algunos detalles más de la trama. Pero no esperen. Vayan a verla. Ya. Ahora. Sí.


Estoy harto de...

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... la gente que postea "quiero que me enseñen a jugar rol" en un foro, y saltan diez mensajes a darle ideas y hacerle preguntas amables, y después nadie responde.

Fácil, ya debo haber visto una docena de casos.

Marvel Divas (2009)

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Bueno, sí. La tapa engancha a muchos. Pero en realidad, lo raro es que dentro podemos encontrar algo diferente, mucho menos "explícito".

Marvel Divas es un producto fuera de lo común, aunque no realmente revolucionario. Esta miniserie de 4 comic books de 24 páginas cada uno nos muestra la férrea amistad entre cuatro superheroínas del mundo Marvel, ninguna de las cuales es superfamosa, ni se desvive por serlo. De hecho, el título no es más que una pequeña broma, como podremos verlo ya en el primer número.

Promocionado como "Marvel + Sex & the city", en realidad nos encontramos frente a la historia de cuatro mujeres, sus amoríos y sus problemas laborales/personales de todos los días, pero sin caer en escandaletes ni nada por el estilo (Joe Quesada no lo permita :D).

Patsy Walker (Hellcat, en el centro, abajo) es una famosa escritora que acaba de publicar una autobiografía sobre su identidad ya no tan secreta. Monica Rambeau (Photon, la "afroamericana") es una mujer de fuerte personalidad y gran independencia, que intenta sacarse de encima a un superhéroe que trata de seducirla. Felicia Hardy (Black Cat), ya lejos de su relación con Spiderman y de sus días de ladrona, intenta ganarse la vida como detective privado, enfrentando tanto la falta de dinero para invertir en un local como la buena voluntad de un "novio" rico que quiere ayudarla... y ella no quiere ser una mujer "mantenida".

Por si esto fuera poco, Angelica Jones (Firestar) sacude al grupo con su gran noticia: tiene cáncer. La pequeña y aparentemente delicada superheroína tiene que hacer frente a una de las peores batallas de su vida. Y allí está su grupo de amigas para ayudarla en el proceso.

A partir de ahí, las situaciones se pasan un poco de lo convencional: sumergidas en un mundo en donde las superheroínas tienen agentes y son la atracción de fiestas privadas, o en donde hay gimnasios para superhéroes, y estos no siempre tienen identidades secretas (*), consultar a un verdadero mago es algo común, y cualquiera conoce a un científico genial que puede dar un diagnóstico más preciso del problema.

La historia es breve, y se desarrolla bien en esos cuatro números, sin errores narrativos ni grandes metidas de pata pero también sin grandes genialidades ni riesgos.

En este sentido, no se puede dejar pasar un cierto grado de incoherencia dentro del producto. Se lo promocionó como algo un poco más "escandaloso" al compararlo con una serie que tiene la palabra "sexo" tanto en el título como en las historias que narra. Esto no es más que un amague, que se disuelve rápidamente en las primeras páginas, para dar paso a una historia mucho menos superficial. Por otra parte, la tapa del primer número, que levantó algunas controversias al ser tildado de sexista (y qué no lo es en este mundo de comics para adolescentes frikis que no consiguen novia), no refleja para nada el tipo de situaciones que cuenta la historia (por otra parte, no sería la primera vez que se ve algo así).

Lamentablemente, la cosa se queda allí a medio camino. Lo que se planteaba como revolucionario es más de lo mismo. No hay que dejar de lado el cambio de tono: un comic con un toque bastante femenino, y protagonizado totalmente por mujeres normales (más allá de sus poderes). Pero, más allá de esto, nada. Ni el escandalete del "sex" ni la profundidad de la "palabra con c", ni un giro sobre la dificultad de ser mujer Y superhéroe... de hecho, sin ningún giro.

Guionado por Roberto Aguirre-Sacasa, dibujado por Tonci Zonic y coloreado por June Chung, en conjunto es una buena idea realizada de una manera prolija y medida. La composición de la página es tradicional, y el tono del dibujo es muy adecuado para la historia, aunque a veces el nivel decaiga. El coloreado, simple pero efectivo, calza muy bien con el estilo de los lápices. Los diálogos son los que aportan las principales dosis de humor, para rebajar las situaciones no tan graciosas a las que son sometidas las protagonistas.

En resumen, es una miniserie recomendable para pasar el rato con algo más sustancioso, pero sin cruzar los límites de la genialidad.


(*) no sigo el Universo Marvel, así que no sé por qué es esto. Supongo que como la historia sucede después de que los mutantes fueron registrados por el gobierno, es normal que todo el mundo conozca su verdadera identidad y se los vea por ahí volando sin uniforme. En todo caso, no termina de gustarme esta idea, de que todo está lleno de personas con poderes. Es solamente una opinión personal.

[Pueden encontrar una nota al respecto de la serie aquí, con algunos comentarios míos y de otras personas que me resultaron interesantes. Es de cuando sólo se habían publicado 3 números.]

[Es la primera entrada con el tag "comics". Calculo que de acá a unas semanas podré ir escribiendo otras más.]