Crack Bang Boom 2: Conclusiones y anécdotas

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Un evento al que asisten 9.500 personas no puede ser algo pequeño. Como en el caso anterior, quedaron ciertas apostillas, anécdotas y comentarios que no tuvieron lugar en los otros artículos y me gustaría enumerarlos aquí:
  • fue un suceso menos estridente, menos dramático que el año pasado. Un ejemplo: a poco de iniciar la escritura de estos artículos, revisando las fotos, me di cuenta de que no me había sacado fotos con nadie, y de hecho apenas fotografié a nadie. Ya los conozco a todos y no le vi sentido. No existía, de mi parte ni de muchos otros, esa emoción incontenible del año pasado. Lo cual no era nada malo: habla de que estamos seguros de que va a seguir existiendo y nos acostumbramos a ello.
  • Alguno podrá decir que fue un evento más tranqui, más aburrido, menos lleno de estrellas, etc. No creo que sea el caso. Mucho de lo que se dijo del anterior tenía ese espíritu de "¡WOOOOOOOOW!". Este fue diferente pero mantuvo el espíritu, lo que todos queríamos tener: artistas nacionales e internacionales de renombre, interacción con ellos, espacios para mirar lo ajeno y para mostrar lo propio. Creo que ese es, en el fondo, la idea del evento: una interactividad verdadera. Algo más que sacarse una foto o pedir un autógrafo.
  • La mejor organización es la que no se muestra. Todo funcionó perfecto. Hasta me regalaron revistas traídas el año pasado por la gente de DC, que habían sobrado.
  • All Star Superman tuvo su único pase cinematográfico de la historia mundial (al cual no fui). El cine El Cairo fue el lugar elegido para este evento, y se la pudo ver GRATIS. ¿Falta algo más que decir en favor de la administración socialista de la ciudad y la provincia, y del comité organizador?
  • Otro punto a favor fue la gratuidad de la entrada al Galpón 11, en donde estaban los fanzinerosos y autoeditados. Esto, y la ausencia de bandas de J-rock, hizo que muchas familias entraran con sus hijos y se planteara un espacio mucho más agradable. Lo cual redundó, a su vez, en más y mejores ventas.
  • El concurso de disfraces tuvo su lugar, más medido y tal vez por eso más acorde. Tal vez por el frío, no hubo chicas muy escotadas, pero igualmente se pudo ver un poco de todo (excepto, creo, chicos disfrazados de colegialas, experiencia que NO QUIERO REPETIR EN MI VIDA). El concurso en sí fue breve, bien organizado, cortito y al palo. No molestó a nadie y de hecho fue ignorado por los no interesados. Como debe ser, cada loco con su tema.
  • Es muy duro comprar un comic a $45 pesos, supuestamente agotado, y después verlo a $12 en la batea de saldos de otro lugar. También, comprar un comic por Internet, supuestamente agotado en edición nacional, para descubrir pilas del mismo en el stand de una editorial. Lo bueno: conseguí el nº 1 de Sick Bird a $10 pesos, así que ya tengo todos los números. Ah, y Frank Quitely me firmó JLA Tierra 2, el cual leí al poco tiempo. Me gustó mucho!!!
  • Después de animarme a pedirle un autógrafo (bueno, técnicamente no lo hice, solamente le acerqué el comic y él entendió el gesto), y de decirle un "thank you very much" a Quitely, pensé en ir con Risso a agradecerle como fan por todo lo que él y el resto de la organización habían hecho. Pero estaba rodeado de gente que lo solicitaba para todo. Volví al stand de la ADL, en donde poco podía colaborar ya que casi todo estaba hecho. Le comenté a Carlos Barocelli lo sucedido y me dijo que lo acompañara. Esperamos un rato a que Eduardo estuviera más liberado, me presentó rápidamente y me dio espacio para el saludo, el cual, sinceramente, me salía del alma. Era lo menos que podía hacer.
¿Qué es lo único que lamento? Que ahora hay que esperar más de un año para la siguiente, ya que aparentemente se regresaría al mes de octubre. ¿Qué es lo único que puede aguar la fiesta? Que un cambio de signo político en la administración provincial pueda poner en riesgo los fondos y el apoyo no económico al evento. Esperemos, en todo caso, que esto no suceda y podamos tener Crack Bang Boom para rato. Todavía recuerdo a Risso diciendo que no sabemos lo que tienen preparado...

Crack Bang Boom 2: Domingo

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Mucho, mucho más descansado después de la jornada sabatina, con menos sueño encima y viendo que el Gran Premio de Canadá, como se corría en un meridiano horario similar al mío (y por lo tanto era de tarde) me lo iba a perder, fui después de comer a la convención, para su último día.

Compré el ticket pero fui al Galpón 11, en el que no había que pagar entrada. Me quedé ayudando a Omar a pegar ilustraciones de la ADL en un espacio de muestra; se sumaron Elías y varias otras personas más, hasta que llegó Carlos Barocelli a ofrecerme una acreditación que sobraba, para que entrara gratis al CEC. Le dije que ya había pagado y que quería pagar, para bancar el evento, así que me la dejó como recuerdo.

Una vez más me quedé un rato en lo de LA Comics, además de charlar con Oenlao e intercambiar publicaciones. Me dio gusto ver que él también había estado teniendo muy buenos resultados en cuanto a ventas.

Un paneo general del Galpón 11 y sus stands


Volví a observar que muchos espacios del Galpón 11 estaban vacíos, como si se trataran de stands no ocupados por falta de ofertas o cancelados a último momento. Es algo que puede verse claramente en las fotografías. Lo bueno es que en los otros stands generalmente había gente y cada tanto hasta se formaban grupos que no nos dejaban ver el interior.

Me quedé un rato en los dos stands que la ADL tenía en el evento, particularmente en el que estaba en el mencionado Galpón 11. El del CEC era muy pequeño, solamente cabían tres personas que parecían enlatadas, y había que hacer toda una operación de ingeniería para entrar. Saqué las últimas fotos y compré las últimas cosas. Como no había charlas que me interesaran ese día, lo guardé para conversar con todas las personas (muchas) con las que todavía no había hablado. Me quedaron un par que no pude ubicar, como Andrés Valenzuela (apenas lo pude ver, este año se ve que trabajó todavía más y/o era invisible) o Maximiliano Traverso, artista que pronto aparecerá en Cuna de Héroes.

Compré dos cosas: JSA Clasificado, edición nacional, que tenía escaneado pero quería tener en papel, y JLA Tierra 2, pensando en pedirle a Frank Quitely que me lo fimara. Gastos inesperados, pero necesarios.

Noté inmediatamente la cantidad obscena de gente en el CEC. Había que hacer cola para entrar y para salir, la temperatura era de varios grados más que en el exterior y había un cierto tufillo a transpiración y aire viciado. Luego de un rato tratando de no pisar ni ser pisado, fui al baño, miré un rato la charla de José Villarubia, de pie, y salí.


Volví entonces al Galpón 11. Se había anunciado que Eduardo Risso y Ariel Olivetti estarían mirando carpetas. Rápidamente se formó una fila laaaarga. Muchos que habían accedido, o no, a la entrevista con Cebulski tuvieron una segunda chance, esta vez con explicaciones y correcciones.

Fue entonces cuando me quedé a conversar nuevamente con Oenlao, quien tenía junto a su stand semejante marabunta, lo que, creo, le ayudó a vender lo poco que le quedaba. Cuando el grupo disminuyó, me acerqué para pedirle a Risso que me firmara Broken City, pero se colaron más dibujantes con carpetas. Pacientemente me quedé en el grupito y aproveché para escuchar escuchar la clase de Eduardo, que tiene fama de ser tajante y duro, pero lo es por una razón: el mercado no un lugar amable.


Muchos de sus consejos apuntaron a que el dibujante tenía que desarrollar su estilo personal, no siendo "seguidor" de nadie en particular (aunque pudiera haber influencias, claro). También debía trabajar mucho en la narrativa, que era lo que los comics estadounidenses, con sus splash pages, estaban perdiendo. Había que ser mejor que los demás, en definitiva, y no quedarse en el montón de gente que "dibuja parecido a...", porque cuando viene una crisis editorial, esos son los primeros que caen víctimas de la guadaña.

Como dato curioso, de pronto escucho a alguien hablando en inglés a un costado mío, y sí, era C.B. Cebulski!!! Le dijo a alguien que quería sacarle a Eduardo una foto, y así lo hizo, mientras el dibujante posaba, porque había escuchado lo que decía. Intercambiaron algunos comentarios y chistes. Luego Eduardo se puso a hablar sobre que los aspirantes a dibujantes no debían dibujar superhéroes, porque ese mercado los chupaba y les quitaba todo lo bueno. Comentó que, si bien él cada tanto hace un Batman, lo hace con gente de confianza como Brian Azarello, porque sabe que sus historias son buenas. Y deslizó que estaba preparando algo mucho mucho mejor que Broken City... Obviamente también con Azarello.

Con lo justo, porque estaba apremiado por sus obligaciones como organizador, logré que me firmara mi copia. Lamentablemente un amigo mío, Santiago Madile, con quien estamos trabajando desde el anterior CBB, no tuvo tanta suerte. Pero el destino da vueltas...

Nos quedamos charlando con Santiago, a quien había visto brevemente el viernes. Teníamos una charla pendiente y temía perder la oportunidad. Había venido con su familia y estaba por irse, pero logró quedarse un rato más para charlar conmigo. Me mostró lo que había traido a CBB2, un trabajo realmente hermoso sobre un guión mío (presentado al concurso del evento, no premiado) y otros trabajos que no había visto. Muchos esfuerzo y amor que espero pronto tenga fruto.

Nos pasamos al CEC para seguir charlando. De pronto me pidió ir hacia los stands de venta de comics para ver algo, y por una de esas casualidades, nos topamos frente a frente con Marcelo Frusín. Yo no sabía que se conocían, así que me resultó muy grato ver que Marcelo opinaba bien de los avances de Santiago. Nos quedamos un rato charlando e intercambiando opiniones sobre la convención, hasta que nos tuvimos que separar. La verdad, un lindo encuentro fruto de una total casualidad, que compensó un poco que Santiago no haya podido mostrarle su carpeta a Eduardo.

Finalmente me quedé solo de nuevo, y me dediqué a vagar y charlar con algunos amigos que estaban dentro de la convención, con quien nos cruzábamos cada tanto. Pude encontrarme así con mi padrino Ariel, a quien no veía desde hacía rato, y a varias personas más.

El concurso de disfraces fue el evento previo al cierre, en donde se congregaron muchas personas. Sinceramente no le presté mucha atención, ya que después de muchos años de Leyendas, ya no hay mucha novedad. La buena noticia fue que Mercedes sacó el segundo premio con su disfraz de Anita, la hija del verdugo. Buena noticia salvo para el novio, pero en todo caso a esa altura le daba lo mismo que ganara o que perdiera, creo yo.

Luego de esto, nos movilizamos en masa hacia el bar, en donde tuvo lugar el cierre del evento. Una vez más nos encandilamos con una hilera laarga de guionistas, dibujantes y periodistas de comics que apenas cabían en el escenario (de hecho, en las fotos algunos no salen por el ángulo, los tapan el telón).

Risso y compañía agradecieron a todo Cristo por el evento, fueran tanto políticos, funcionacios, particulares o empresas. Y falta que hacía: nos informaron entonces que el número de asistentes en los cuatro días había sido de 9.500 personas, cifra muy superior a la del año anterior, en la cual las estrellas de DC y la publicidad en televisión y diarios había atrapado a muchos.

Esa fue la primera de muchas tandas de aplausos. Risso también comentó que ya estaba confirmada la continuidad del evento para el 2012, regresando a la fecha original de octubre. El dato no es menor: este año se elige gobernador e intendente en julio, y los organizadores adelantaron la fecha por si se daba el caso de que los socialistas perdieran una o las dos posiciones. Los peronistas no se caracterizan por dar dinero a eventos culturales, ni por hacer nada innovador, ya que vamos al caso. Luego del anuncio del futuro Crack Bang Boom 3, otra tanda de aplausos.



Este año, con más presupuesto y menos prisas, los invitados fueron obsequiados con un recuerdo más elaborado que el del año anterior. Se trataba de un busto de Sonomán, en honor al homenajeado Oswal. El mismo estaba asentado en una reproducción a escala del Monumento a la Bandera, todo en textura de mármol. A excepción claro del que se llevó Oswal, que estaba pintado según los colores originales del superhéroe.

Poco quedaba ya, salvo ir al stand de Renato Guedes y mirar su estatuita. Por cierto, ahora recuerdo que olvidé comprarle un poster de Super Girl. Y bueno, será el Crack Bang Boom que viene.

Crack Bang Boom 2: Sábado

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Uno de los principales motivos para ir el sábado era la charla/taller de Agrimbau, que reemplazaría a Carlos Trillo, recientemente fallecido, en dicho menester.

Había logrado anotar a Oenlao en la misma, gracias a la coordinación por FB. Pensé que encontrarnos sería complicado, pero no fue así. La complicación se dio en todo caso porque el encargado de la charla llegó casi una hora tarde, por una confusión personal en el horario de la misma. La organización estuvo muy bien en avisarnos de que no lo podían ubicar y casi canceló el evento, pidiendo disculpas. Por suerte se pudo realizar, y sin pisar el taller siguiente.

La charla, que alcancé a grabar en parte (maldita ocurrencia de escuchar Roxette mientras caminaba hacia el CEC!!! se me terminó la batería), fue realmente muy interesante. Comenzó con una introducción sobre la relación de Agrimbau con Trillo y cómo se introdujo en sus métodos de trabajo, para luego pasar a cuestiones más técnicas. En este sentido, algunos criticamos la extensión de la primera parte, que le quitó espacio a la segunda, la cual muchos considerábamos más importante. Cuestión de gustos; en todo caso, como dije antes, todo fue muy interesante.

El tema principal de la charla fue "cómo surgen las ideas", y fue abordado desde diferentes ángulos, todos muy educativos. Si bien no es garantía de nada, el saber que Agrimbau había dado clases ya en la Universidad de Palermo y en otros lugares me dio una cierta tranquilidad, una confianza que se vio confirmada. Finalizamos la charla con un ejercicio práctico interactivo con el público. Además de aprender cosas que no tenía en mente, aprendí otras que estaban en mi agenda de "cosas para preguntar apenas pueda".



Ya conforme con el arranque de la jornada, me fui a comer con Plober y Mercedes, y una pareja de comiqueros que venían, creo, de Mar del Plata. Tarde me di cuenta de que esto comprometía seriamente mis posibilidades de asistir a la charla de C. B. Cebulski en el cine El Cairo, pero bueno, así es la cosa. Finalmente llegué a escuchar una media hora, y cuando se fue la mayoría de la gente, logré ubicar a Lisandro y me senté junto a él para escuchar a Frank Quitely.



El Cine El Cairo, hermoso como está.
Recuerdo que, antes del cierre y remodelación,
lo último que fui a ver fue La Secretaria.


Ante todo: no lo conocía más que como dibujante de lo nuevo de Batman. Pero unos días antes había leído una larga entrevista publicada en Zona Negativa. Y me compró. Me cayó tan bien que fui a verlo y escuchar más o menos lo mismo que ya había dicho, eso sí, claro, entrevistado por Mr. Accorsi. Me resultó un tipo super piola, que aparenta fácil unos 20 años menos de los que tiene, lo cual refleja de alguna manera su vitalidad como artista. Me gustó mucho el hecho de que no se cierra a ningún tipo de influencia y mira todo, desde artistas clásicos hasta manga (hay fotos de él mirando una Fierro, también).




Finalizada la charla, volví al CEC con Lisandro, mi hermano y su novia, que me ubicaron gracias a la magia del celular. Fui inmediatamente a saludar a los chicos de LA Comics, que me dieron una mano enorme al ayudarme a vender los fanzines de Cuna de Héroes y a difundirlos. Me quedé un rato largo con ellos e incluso me senté del otro lado del mostrador para hacerles el aguante. También di vueltas por el stand de la ADL y charlé un poco con varias personas que hacía rato no veía. Compré algunas cosas más, aunque estaba "a dieta" y no quería exagerar comprando algo muy caro, sino cosas más o menos baratas. En fin, lo de siempre.

A eso de las 18 me quedé en la charla de guionistas, en la que participaron Pablo de Santis y Diego Agrimbau (faltó lamentablemente Sampayo).


Inmediatamente después estuvo la charla homenaje a Trillo, sin duda el momento más alto del día y posiblemente de la convención. Moderaba Laura Vázquez Hutnik, y participaban Eduardo Risso, Diego Agrimbau, Lucas Varela y Pablo Túnica. Con respecto al tono de la charla, Risso lo dijo rápido y claro: no debía ser triste ni melancólica. Para él, Carlos estaba de viaje y nunca se iba a ir, porque estaba allí en su obra. Bajo esa condición, cada uno de los presentes brindó anécdotas de su relación profesional y humana con este gigante tan humilde, tan tierno y cotidiano. Es más que necesario desgranar al menos unas pocas:
  • se reiteró la anécdota sobre cómo Trillo "torturaba" a sus dibujantes, llamándolos para imitar el sonido de un reloj y luego colgar, etc. A la ristra de ejemplos, Risso cortó a los torturados (Varela y Túnica) diciendo que no podían hablar así de Trillo, que a él nunca se lo habían hecho y que seguro que pasaba porque eran tortugas dibujando. Las risas inundaron la sala.
  • Pablo Túnica imitando el tono de voz de Trillo no paró de arrancar carcajadas, cuando se prestaba a escenificar escenas graciosas que habían sucedido tiempo atrás.
  • Agrimbau, desde la perspectiva de un guionista, contó muchas anécdotas sobre cómo Trillo lograba "colar" guiones en Francia retocando aquí y allá alguna tontería, o incluso engañando a ciertos editores a los que les vendía una idea que luego transformaba en cualquier otra cosa.


Todos coincidieron en que se trataba de una persona afable, que nunca había dejado de ayudar a nadie, muy profesional en lo que hacía pero también sin método, a veces puro instinto. Que tenía muy claro que en cualquier momento cualquiera se podía ir, sobre todo después de perder a gente muy allegada a él como fue Meglia, y que expresaba las cosas grandes en pequeños actos o palabras. Una persona tremendamente activa, que nunca descansaba de hacer lo que tanto amaba, rasgo gracias al cual vamos a poder seguir disfrutando de su compañía en incontables obras, muchas de las cuales permanecen no publicadas en castellano o hasta perdidas en el tiempo.

Fue un hermoso cierre para un día muy positivo. Estaba demolido pero no tanto como el viernes. Cerré el sábado acompañando a Lisandro a la Terminal, ya que tenía que regresar a Paraná. Final feliz, con una birra y una pizza de por medio, y una larga charla sobre proyectos personales que estaremos encarando definitivamente en estos días, si todo sale bien.

Crack Bang Boom 2: Viernes

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Como ya conté previamente, estuve hasta la coronilla de cosas parar leer/estudiar, cuestiones de falta de tiempo, cansancio, etc., lo cual demoró una semana completa mi reseña sobre CBB2. Le doy inicio oficialmente ahora, y espero terminarla durante esta semana, sin falta.

Debido a que el jueves tenía facultad hasta la medianoche, no pude participar de ninguna de las actividades. Así que comienzo por el viernes.

Me fui directamente desde el trabajo, para ahorrarme más o menos dos horas y media de viaje y otros menesteres. Apenas llegar me crucé con Lisandro Estherren, quien había sido seleccionado (de nuevo) por el editor invitado, esta vez C. B. Cebulsky, de Marvel. (Por cierto Lisandro, me da gusto que hayas colgado de tu blog algunas de las cosas que me mostraste, hacía rato que no había nada nuevo).

Alegrándome mucho por él, ya entré de buen humor. Me quedé un rato en el stand de la ADL, pero después me dirigí a sacarle foto a cuanta cosa interesante encontré. Particularmente, las esculturas del Sr. Canale, que más que respeto ya inspiran miedo. Uno teme que se puedan salir de la vitrina...




En esta serie podemos ver una terminada y la otra en proceso, desde diferentes
puntos de vista. Puede apreciarse el trabajo de monos que implica!!!

¡Me quiero volver chango!











Mi favorita es la de Thor y Loki, tal vez porque no era una pose, sino una "foto" de algo en acción, y tenía un dinamismo impresionante. El lujo de detalles no puede verse en estas fotos sacadas de manera apresurada y con una cámara común... baste decir que en la de Hulk podían contarse, individualmente, las quebraduras del asfalto, cada una de las cuales tenía milímetros de profundidad. Una cosa de locos.

Como digo, las fotos no le hacen mucho honor a las esculturas, ya que también fueron sacadas con algo de apuro. Compré alguna que otra cosa, entre ellas un tomo recopilatorio de Nippur, de Doeyo, que no tenía y que me constaba como agotado. De hecho Ariel Avilez me comentó que era el último que tenían y que lo habían encontrado de casualidad, así que ¡matanga!

Regresé entonces al stand de la ADL, dudando sobre si ir o no a la Sala Lavardén, en donde Enrique Breccia iba a dar una charla. El tema era que justamente había caminado desde la Lavardén hasta el CEC cuando me bajé del colectivo minutos antes, eran bastantes cuadras y estaba cansado. Nadie tenía ganas de ir, para colmo, y ayudarme a matar el tiempo muerto. Entonces Lisandro llegó de nuevo a cambiarme el humor: estaba esperando para hablar con Cebulsky (a todo esto, habían pasado un laaaaargo rato), y volvió para buscar su campera al stand de la ADL. Para no dejarlo solo y charlar con él, ya que lo veo muy poco, la acompañé en su espera. Charlamos un largo rato, poniéndonos al día con nuestras vidas. Todo fue bien y de nuevo tiene una oportunidad para hacerse un lugar en el mercado del comic americano. ¡¡Ojalá que esta vez se le dé!!

Después de esto ya era algo tarde, así que di unas cuantas vueltas más y regresé a mi casa, completamente destruido. Había sido una semana larga, muy larga, y recién comenzaban las actividades.

Hasta decir basta

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Hacía tiempo que no estaba tan cansado de estudiar, de hacer las cosas de todo el día. Desde hace dos semanas no hago nada más que leer libros y apuntes, resumir, releer, repensar. Mañana debo entregar un trabajo de Antropología Filosófica y el sábado rindo un parcial muy grueso de Psicología de la Educación. Creo que no me siento así desde primero o segundo año de mi carrera anterior. Por lo general, las materias eran espaciadas y como algunas eran cuatrimestrales y otras anuales, se podían intercalar y elegir. Aquí todo cayó junto, y no hay muchas opciones.

A este constante leer y releer, en el colectivo, en el baño, en la cama (cuando el cuerpo ya no da más, lo cual es muy frecuente), se le suma que todo lo demás se detuvo. No tengo tiempo ni para anotar resúmenes de ideas, de leer comics, etc. Crack Bang Boom 2 fue un gran paréntesis, muy necesario. Lo cursé sabiendo que tres días de no hacer nada iban a tensar más mi situación, pero lo necesitaba anímica y profesionalmente. No era una opción.

Lo bueno es que ya es miércoles, casi jueves. Para el sábado, rendiré la última materia que falta, terminarán las clases y a estudiar más tranquilo para los finales. Varias materias se rinden con trabajos prácticos, así que me estoy dentro de un campo mucho más agradable y fácil para alguien que ya cientos de páginas encima. Estoy harto de tanto estudiar; quiero aplicar algo.

Y después vendrá todo lo que está retrasado... Como las reseñas de CBB2, que se vienen a partir de este fin de semana largo.

X-men: First Class (2011)

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La falta de tiempo me impiden escribir la larga reseña que me gustaría, y que esta película merece; posiblemente aumentaré esta entrada más adelante. Pero no quiero dejar de dar mi opinión ahora que la película sigue en cartelera, y ojalá sea así por un buen rato.

El consejo, en pocas palabras: vayan a verla.

Una excelente base, excelentemente llevada a cabo
Hace años, al ver la primera X-men, me resultó soberbia la primera escena: un joven Erik Lensher, en los campos de concentración, siendo separado de su madre, aferrándose a una reja de metal que estaba a varios metros de distancia.

Con un enorme acierto, esta película nos retrotrae a ese momento tan dramático, y comienza a agregarle más y más. Por un lado, vemos a Erik, judío y mutante, siendo bienvenido a los campos por un malévolo personaje, caracterizado por un perfecto Kevin Bacon. Su camino será totalmente opuesto al de Charles Xavier, un niño de familia rica que vive en las afueras de Nueva York, en una mansión gigantesca, poseedor de un don radicalmente diferente pero igualmente poderoso.

Ninguno lo sabe, pero las acciones que definen sus primeros años serán la base de una serie de acontecimientos que transformará radicalmente al mundo, haciéndolos primero amigos y colaboradores, y luego enemigos despiadados.



Se dice por ahí que esta cinta tomó lo mejor del cancelado filme Origins de Magneto. Es muy posible que esto sea cierto, en lo cual radicaría un enorme acierto. La película, si bien trata sobre la génesis del grupo y de su principal antagonista, es más una historia acerca de dos ideologías enfrentadas, dos formas de pensar el mundo en las mentes de dos individuos que, debido a una serie de situaciones, concentran un enorme poder. El cómo y para qué lo usarán será el motor de toda la cinta. Si a esto le agregamos que el villano no planea nada bonito, tenemos ya un triángulo de situaciones tan interesantes como llenas de acción.


Personajes y actores
La cinta presenta una serie de personajes conocidos y otros inventados o rescatados por razones diversas: Beast, Emma Frost, Moira Mcthagert (en un papel muy especial, a veces algo cómico, pero muy cuidado), Mistique, Havoc, Banshe... Pero lejos de ser una galería de gente con poderes, los importantes tienen el espacio que merecen, y los demás son funcionales al guión.

En realidad, poco hay que decir sobre las actuaciones y la elección del elenco, más que aplaudir. Como ya dijimos, Bacon hace un perfecto Sebastian Shaw: amoral, cínico, frío. Mientras tanto, Michael Fassbender plantea un interesante Erik Lensher, con la mente torturada por lo que ha visto y hecho y el alma consumida por el deseo de venganza, oscuro y sin esperanza. Cerrando el trío, la sutil sabiduría, disfrazada a veces de ingenuidad, que plantea James McAvoy en el papel de Xavier, es lo que le da a la historia, y a los personajes, esa misma esperanza.

Si a esto le agregamos que estos personajes tienen escenas enteras habladas en ruso, alemán o francés (el cual suena bien, aunque no hablo ninguno de estos idiomas), suma varios puntos extras a la credibilidad de su actuación.

El resto de los actores y actrices hacen muy bien su papel, incluso si este es muy menor, lo cual ayuda a sostener el trabajo de los ya mencionados. Y atención a un cameo muy, pero muy especial...



Sobre la representación audiovisual
Como ya hemos dicho, el motor de la cinta es una historia, y no una sucesión de poderes y personajes llamativos: cómo se enfrentan dos formas radicalmente diferentes de ver el mundo, encarnadas en dos personas que a su vez arrastran a otras para crear algo más grande que ellos mismos.

Situada en los años 60s, en plena crisis de los misiles cubanos, la cinta plantea una estética muy cuidada, propia de la versión Ultimate. No vemos trajes estrambóticos, ni poderes demasiado exagerados. Muchas escenas beben de un buen espíritu a lo James Bond, particularmente todo lo referente a Sebastian Shaw y su conspiración para "destruir el mundo" (por así decirlo); Emma Frost es el epítome de este espíritu, la gran femme fatale de la historia.

Sin embargo esto no desentona para nada: ver al Blackbird en su época originaria es un gusto. Por si fuera poco, los efectos en sí no sobresalen: están para ayudar a contar la historia. La mayoría son "simples" gráficos generados por computadora, como cuando Magneto hace volar cosas, etc. Agradezco mucho que la cinta no fuera hecha en 3D, ya que hubiera agregado poco y nada, y tal vez hasta habría arruinado alguna que otra cosa.

Como pequeño detalle, solamente queda mencionar que hay una escena en donde se hace mención a una parte de la geografía argentina que está mal, radicalmente mal... Pero como detalle gracioso, es el único.

Lo dicho, vayan a verla.

Tenerla muy clara

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Algunos fanáticos dijeron "No, esto está mal!!!" Pero por eso lo hicimos, justamente, porque era más interesante.

Bruce Timm, principal creador de
Batman: The Animated Series,
comentando la decisión de hacer que
Batman y Batgirl tuvieran un affaire.