En el vértice

0 comentarios

Una vez más estoy en el vértice de la pluma.

Ayer lancé al papel algunos trazos para el final de mi novela de fantasía oscura. Hacía mucho tiempo que no la tocaba: principalmente a causa del Rolero de Hierro 2009, pero también debido a cuestiones personales. Estoy acostumbrado a ese tipo de detenciones, así que lo dejé correr; siempre es bueno dejar que la tinta se seque un poco.

Pero en el medio me encontré con varias cosas, que solo hoy pude dejar listas. Algunos artículos para mi otro sitio, que requerían actualización urgente. También dejar listos dos o tres cuentos para el Premio Avalón de Relato Fantástico 2009. Muchas, muchas palabras en el medio.

Una y otra vez tuve que alargar la espera, aunque por suerte siempre exagerar cuando calculo plazos. Así que hoy puedo hacer lo que planeé para el lunes.

Y por si fuera poco, René (gracias... totales!!!) me acaba de pasar el dato de un concurso de novela fantástica en Argentina. Cosa que no creí ver nunca. Aunque lo realiza una editorial pequeña, el premio es a lo que aspiro: la publicación. Así que no tengo tiempo para volver a los cuentos sin terminar (algunos ni empezados) que tengo anotados desde hace meses. El círculo retorna, una y otra vez, a la novela (esta vez, de fantasía contemporánea).

La otra noche no pude resistir y terminé las dos primeras páginas. De hecho en pocos días tuve la idea general, que ya apareció en este blog previamente (todavía no diré cuándo). Ahora solo falta saber qué hará (y quién será!!!) cada personaje.

A todo esto, no tengo ganas de escribir. Estoy harto de la computadora, del teclado, de tener la cabeza en otro lado. Ver capítulos de series me atonta un poco, pero tampoco es la respuesta, y luego viene la culpa. Sé que, aunque no tenga ganas, puedo hacer un trabajo bueno, como mínimo decente. Así que a eso voy, a terminar mi tercera novela, y a empezar la cuarta para mitad de marzo.

Del tiempo y la productividad

1 comentarios

"¿Pero dura una semana?"; "el concurso tendría que durar dos semanas, o un mes, incluso"; "no, es muy poco, no llegamos a nada"; "el concurso ese es una mierda, en una semana no podés tener ni una idea decente".

Algunas de las versiones de la misma pregunta/cuestión de siempre. Pobres almas enfermas que creen que el Rolero de Hierro es un concurso "fallido" porque dura una semana.

En esta edición se han entregado 11 juegos, y creo que hubo 15 o 16 proyectos iniciados. Obviamente, como sucede siempre, hay algunos que no llegan. Si fuéramos algo más exquisitos, deberíamos hablar de 13 juegos en total: Mantalath no llegó a entregarlo por 11 minutos y Arturo se moría por participar pero estaba de viaje durante esa semana (y yo sé que algo hubiera entregado).

Lo cual me lleva a la típica moraleja de que cuando hay gente que quiere, se puede. Podemos quejarnos mucho desde afuera, pero son opiniones poco valederas si ignoran esta realidad. Me siento contento de tener nuevos compañeros en el foro, gente que ha demostrado una gran creatividad (y no creatividad fumada, "jipi", sino cosas hermosas como Hijos de Gaia, que acabo de leer y reseñar). Espero verlos seguido por el foro y seguir demostrando que las cosas en serio se pueden, aunque haya gente que no sabe nada y critica desde afuera.

La razón del azar en un juego de rol

1 comentarios

Dogui nos mandó a ver los Oscars y distendernos después de una semana de concurso, pero yo me quedé pensando en rol. Sobre todo en algo que conversamos este mediodía con Mauro (Drake), mi hermano y un amigo de ambos en mi casa.

La cosa comenzó cuando, al explicarle de qué iba el Rolero de Hierro, este amigo de Mauro y de mi hermano (lo llamaré Jimmy para proteger su identidad) se preguntó seriamente acerca de cómo un juego de rol podía no tener dados, y por lo tanto, no tener azar.

Mauro le explicó que, en definitiva, el azar podía surgir de otros elementos, como cartas, monedas, o simplemente descartarse por una cuestión de administración de recursos o de derechos narrativos.

No llegó a explicar bien qué era todo esto, porque el diálogo se desvió y no había tanto interés de la otra parte. Jimmy tendía a insistir en que el juego de rol debía tener azar. Entonces se planteó allí un tema interesante (por supuesto que fui yo el que lo hizo, ¿quién más?). Y es este: en un juego de rol el azar debe estar en el jugador, particularmente si este juego de rol no tiene azar (sea en forma de dados o de otra cosa).

Lo que planteo es que un "buen jugador" debe ser alguien que puede cambiar de pensamiento, no solo teniendo ideas originales y "locas", sino poniéndose realmente en las botas de su personaje. Por eso planteé en ese momento que ciertas personas no son "buenos jugadores" de ciertos juegos, ya que tienden siempre a repetir esquemas. Y en un juego donde no hay azar y con ciertos recursos uno puede lograr algo, todo se podría volver un videojuego.

Podemos establecer un paralelo entre las malas películas de acción (como Duro de Matar 4.0, que lamentablemente vi esta tarde), con personajes que repiten diálogos y ataques y situaciones, o buenas películas de acción, en donde los personajes aprenden, cambian de chistes, pelean de otra manera en la secuela, etc. etc., y cada tanto nos sorprenden con acciones totalmente inesperadas pero lógicas y más o menos prácticas.

Como digo, el diálogo se desvió, pero esta tarde, después de enviar mi juego al Rolero de Hierro, me quedé pensando. ¿Cuál es el verdadero lugar del azar en un juego de rol?

Tiene que haber azar para que haya algo impredecible, para que haya "diversión" y expectativa. Hablamos de lo que da D&D, y es justamente eso: la esencia de muchos juegos de rol está directamente ligada al temor de sacar una pifia, a pesar de que tu personaje es un archihéroe de nivel 47F.

Nada malo con eso, pero había que decirlo. Con una introducción de este calibre, paso a describir lo que pensé entonces: un nuevo sistema que pondría en otro lugar al azar.

Pero paso antes a otro tipo de introducción. Mi filosofía personal dice que todo puede lograrse si hay una buena combinación de tres elementos: voluntad, capacidad y suerte. La capacidad puede lograrse si uno tiene voluntad (para entrenar, estudiar, etc.). La voluntad también puede cultivarse y a veces aparece y no se va fácil. La suerte es una perra, una novia infiel que a veces está y a veces no: no puedes depender de ella. Si te falla uno de los dos componentes, puede ser que lo logres, aunque te cueste más. Pero si te fallan dos (y la suerte será la que más fácilmente falla, porque no depende de ti), olvídalo.

Dos introducciones más tarde puedo darle paso a este esquema: en este sistema confluirían tres "filosofías" por así decirlo, de diseño de rol. Para lograr algo (supongamos una tirada de habilidad), el jugador debería sumar tres valores. Uno, fijo, sería su Capacidad: el valor de la habilidad que muestran muchos juegos. Otro, su Voluntad: un valor metalúdico, un recurso de guión que el jugador administraría libremente, quitando o agregando motivos para que el personaje apriete los dientes y se aferre a su posición o soporte los avatares de la trama. El tercero, finalmente, su Suerte: un dado que lanzamos ciegamente, y cuyo resultado puede darnos el empujón que nos hace falta.

Tenemos una aproximación tradicional en el dado (Fortuna), una no tan tradicional en el hecho de tener un valor de Habilidad fijo (que se compararía a un nivel de dificultad), una más o menos tradicional (bastante usada en algunos juegos indie, similar al Karma) en el hecho de administrar recursos narrativos como los comodines dramáticos, roleando con "metajuego" al crear argumentos que ayudan o perjudican al personaje. Los tres valores se sumarían y se compararían finalmente a un nivel de dificultad, el cual debería ser superado para que la acción tenga éxito.

¿Qué les parece? Ya me está pareciendo lindo para cierto tipo de juego, porque realmente no pretendo que sirva para todos: el sistema importa. Pero algo me dice que se puede intentar una aproximación más o menos "realista", para ciertas ambientaciones, lográndose también un sistema rápido de aprender e intuitivo, que mezcle cosas conocidas y otras no tanto en cuanto a diseño.

Lo dejo en el baúl de herramientas, por ahora no me hace falta.

¡Es una ganga! para el Rolero de Hierro 2009

5 comentarios

Antes de tiempo, pero sin mucho que pudiera hacer en ese espacio restante, entregué mi juego para el Rolero de Hierro 2009. Ayer decidí que se llamaría ¡Es una ganga!

Este año fue rara la competencia para mí. Como ya marqué, las palabras no me inspiraron y las limitaciones no fueron tan limitantes, locas y limadas como esperaba, lo cual me terminó limitando por la falta de ideas.

Así que todo lo que se me ocurrió fue esto, que, sin embargo, en conjunto terminó siendo algo bastante entretenido. Me gustó el resultado, aunque no el proceso de creación.

Este año la semana de creación del juego se me planteó complicada por los horarios. El miércoles estuve ocupado toda la tarde, y a la mañana tampoco pude hacer nada. El sábado por la tarde tampoco pude hacer mucho. Dejé de lado otras cosas no urgentes, pero cuando tenía que sentarme a escribir, no tenía ganas.

Al principio la idea del juego se me presentó demasiado nebulosa y por eso perdí tiempo y ganas peleando con algo que no sabía que era. Para el miércoles/jueves, creo, ya tenía una idea más firme, y si hubiera tenido más tiempo y ganas hubiera podido entregar algo más completo y sólido. (Pueden ver cómo progresó el concepto acá. Me siento muy contento por la cantidad de feedback, ahora que lo veo todo junto me doy cuenta de la dimensión que tuvo. A veces era casi un chat.)

Para colmo, ayer tuve cena familiar y hoy asado, lo cual me dejó con sueño y dolor de panza por tanta comida. Cuando me levanté, todavía algo aturdido, me di cuenta de que el límite del concurso eran las 24 GMT y no las 24 de Argentina. Había hecho mal mis cálculos porque toda la semana pensé que tendría libre la tarde del domingo. Así que rejunté lo poco que tenía en la cabeza, lo metí y bueno, lo mandé. (Aquí pueden verlo entre la lista de juegos entregados.)

¿Qué quedó? Un juego de rol para un solo jugador, que no usa dados, en donde el jugador tiene como personaje al dueño de una tienda de un mercado callejero de medieval. Sea lo que sea que vende, debe competir con otros tenderos que venden lo mismo dentro del mercado, para hacerse con una posición estratégica que le permita superarlos definitivamente. Para ello debe hacer uso sabio de su dinero, y de las cosas que sus hijos e hijas pueden hacer.

Puede parecer un juego de tablero, pero de hecho no tiene tablero. Descarté la limitación "Sin hoja de personaje" porque la necesitaba para el concepto: hay que llevar la cuenta de varias cosas.

A ver cómo termina todo, pero ya veo que mucha gente que decía que no llegaba finalmente entregó. Algo muy bueno.

RdH09 y yo sin ideas en la cabeza

0 comentarios

Hasta ayer a la noche estaba totalmente en blanco. Nada de nada. Había tenido, previamente, una idea general, tanto de un juego como de ciertas cosas para un sistema sin dados, con monedas y otras cosas. Pero todo suelto.

De las limitaciones, ganaron las más "convencionales". Cierto, algunas estaban relacionadas: sin dados y con monedas es técnicamente lo mismo, por ejemplo. Otras opciones eran, en mi opinión, malas o demasiado absurdas (como un juego que no se puede jugar o debajo del agua): tal vez incluso ayudan a perpetuar la impresión de que los juegos indie son justamente injugables y totalmente fumados. No es que nos tengamos que camuflar, pero si le damos más argumentos a los que ya de por sí no saben mucho...

Estas opciones eran las que iban a perder, excepto por una psicosis colectiva. Pero otras muy interesantes quedaron en el tintero, como lo de la noche, o jugar con fuego, o cosas así, que me gustaban mucho. En fin, que no estoy descontento con los resultados, pero esperaba una cosa más picante. Realmente no me cuesta pensar en un juego de rol sin dados o sin hoja de personaje.

Sobre las palabras.... Ya lo dije en el foro de Sierpes del Sur, es una mala coincidencia que haya tantos bosques y árboles en los últimos concursos de diseño... pero es una coincidencia ya que las palabras eran elegidas al azar. Si bien en el concurso del Foro Derol las palabras a veces están demasiado cargadas, porque son elegidas en base a cosas que evocan mucho, acá creo que el tema del azar puede jugar malas pasadas, justamente porque pueden caer cosas medio raras. Pero prefiero eso porque, justamente, le agrega un sabor picante al juego. Lo que sucede es que palabras como "mercado" ya envían demasiado el juego hacia una parte, porque no tienen varios significados y hay poco margen para maniobrar con ellas.

Finalmente ayer se me ocurrió algo. Pensaba usar todas las limitaciones, porque ya tenía la idea de un juego en solitario, pero tal vez use hoja de personaje. Y las palabras son Mercado y Control. Ya nos veremos en SAS; espero poder aprovechar esta tarde de domingo. Después viene una semana movida...

Early Edition (1996-2000)

2 comentarios

Hace unos años (menos de los que recordaba) era seguidor de una serie sobre un tipo con un gato manchado que recibía el diario de mañana.

Hace unos días descubrí que a las 11:00 esa serie estaba en Space. Como a esa hora tengo cosas de la casa que hacer, solo ví fragmentos de episodios sueltos. Hoy, algo cansado y disperso por una mala noche y la choripaneada rolera de la noche anterior, dejé todo para ver un episodio entero. Y era el final, que nunca había visto. Siguiendo la lógica interna de la serie, me atrevo a decir que no fue una coincidencia. Así que tengo que actuar de esa manera y hacerle honor en este blog.

En primer lugar, la serie es un ejemplo personal de que no sé situar recuerdos en el pasado. Estaba seguro de que la veía cuando tenía 15-17 años, pero en realidad la serie comenzó en EEUU cuando yo tenía 16 recién cumplidos, así que debo haberla visto más en la franja de los 17-20.

¿Por qué me gustaba tanto? Pues por la premisa de la serie y el personaje. Acá teníamos a un sujeto normal, un average Joe yanqui, sin nada fuera de lo común: es un corredor de bolsa en Chicago, ni fracasado ni exitoso, a quien de pronto su mujer echa de casa sin razón aparente. ¿Y qué hace? Trata de seguir adelante, muy confundido. Entonces le pasa algo todavía más confuso. Mañana tras mañana, un gato aparece en su puerta, maúlla y le trae el diario Chicago Sun-Times... del día de mañana.

Aquí se activa el personaje, porque la premisa ya lo dijo todo. Gary Hobson es un sujeto normal, pero más tirando a callado, tranquilo, "bueno". Buenudo, incluso, como le diríamos en Argentina. No se aprovecha de todo lo que averigua: no juega a la lotería, ni a los caballos, ni nada similar (su amigo Chuck si lo intenta, claro, pero nunca lo dejan). No, él decide que es mejor salvar vidas. Ni siquiera duda. Como un caballero que desface entuertos, comienza a apagar incendios, rescatar chicos que estaban por caerse de un árbol, evitar tiroteos y robos, salvar gente de ser atropellada, y todo lo que sucede cualquier día en una ciudad grande como Chicago.

El idealismo del personaje, que suele ser demasiado inocente (pasando entonces a ser ingenuo), era algo que siempre disfruté. Algo así como Sir Perceval pero no tonto, aunque sí puro de corazón. Un personaje silenciosamente temerario, que no piensa en sí mismo sino en los demás; cero egoísmo o maldad, que confía en lo bueno de los demás, y finalmente logra rescatar esa chispa de muchas personas con graves problemas.

Como puede verse, el tono de la serie era bastante familiar, y según lo que leo ahora en Wikipedia, eso le ganó muchos fans incondicionales. La gente moría, sí; había violencia y Gary no siempre lograba todo lo que quería. Había consecuencias no deseadas y descubrimientos feos y malos momentos. Pero la comedia cotidiana (los intentos de Chuck por aprovecharse del diario, o las torpezas amorosas de Gary) y el hecho de que la violencia no fuera excesiva, que no hubiera sangre y que Gary tuviera mucha suerte (y siempre cayera parado, justamente como Perceval, aunque enfrentara a pecho desnudo gente armada) te daban una sensación de certeza: todo lo que sucedía pasaba por algo. No había coincidencias, había destinos que uno podía, a veces forjar, y a veces no. Gary ayudaba a las personas, pero solo momentáneamente. Generalmente, el verdadero problema seguía estando y él solo podía aconsejar; la decisión le era ajena, aunque él se quedaba esperando lo mejor.

Acabo de leer un comentario de IMDB que lo dice todo:
Fue realmente triste ver que este show había sido cancelado. [...] Aquí teníamos un show inteligente, sin cliches, sin melodrama, sin basura. Aquí teníamos un show con el que podías realmente sentirte cómodo al verlo con cualquiera, desde tu hijo/hija de 13 años hasta tu abuela. Aquí teníamos un show que atrapaba la atención de la familia, y, por una vez, la mantenía. La actuación era muy buena, la historia era original, y la ambientación para este show era perfecta: Chicago. Todo lo que necesitabas saber es que hay un sujeto (Gary Hobson), con mala suerte, que empieza a recibir hoy el periódico de mañana. A diferencia de mucha gente, lo usa para salvar vidas, no para ganar la lotería. Esto se convierte en su vida. El show tenía enseñanzas morales. ¿De cuántos shows en televisión hoy en día se puede decir algo así?
La verdad, podría haber empezado con ese comentario, pero recién lo encuentro. Es lo que hay que decir. Era un show familiar, pero no era tonto ni vacío, aleccionador o que tuviera moralinas. Había silencios, esperanzas de que algo fuera cierto, dudas, conflictos entre personas que tenían sus vidas arruinadas, o trataban de repararlas, desde estafadores, mafiosos, adolescentes con problemas familiares o con la policía, etc. etc. Dudas sobre el alma humana que Gary disipaba con su gesto serio y su esperanza ciega en el mañana.

Esa era la base del show, y nada más. Un superhéroe sin poderes, un caballero sin armadura, una persona que simplemente sigue haciendo lo correcto, sólo que ahora tiene más información disponible.

Tal vez por eso es normal ver que la serie no respondía rápidamente todas las preguntas ni ponía en el centro, como sucede ahora con otras, el descubrimiento de LA VERDAD (en este caso, por qué Gary recibe en diario y de donde viene). Muchas otras series centran en eso todo su éxito, llegando a veces a extremos ridículos y decepcionantes: John Doe (que iba bien pero fue estúpidamente cancelada cuando todo iba a ser descubierto, idiotas de la FOX!!!), Prison Break (se les terminó el cartón de droga y empezaron a fumar la alfombra), 24 (ahí no sé qué fuman, ni quiero saber) y Lost (merca interplanetaria). Early Edition no muestra apuro en hacer eso, porque se basaba en otra cosa. Una decisión más que acertada viendo los malabares absurdos que hacen las series actuales para mantener su éxito a toda costa.

El protagonista y sus amigos tratan de descubrir por qué sucede lo del diario, y con el tiempo consiguen algunas certezas. Pero no todo lo que buscan, ni en el orden que uno espera. La serie puede funcionar sin eso.

Lamentablemente, como muchas otras series buenas, se las cancela por razones estúpidas que luego nadie sabe. Fue una de las pocas series que intentó ser rescatada por el correo de los televidentes, aunque lamentablemente no lo logró.

90 episodios y 4 temporadas, de todas maneras, nos deja mucho tiempo para disfrutar. Yo ví muchos, sino todos, los capítulos de las dos primeras temporadas, en las que Gary es escoltado por Chuck (su amigo no tan puro de corazón que quiere usar el diario para ganar dinero y es una especie de comic-relief) y Marissa (su amiga ciega que es la voz de la conciencia y lo ayuda con consejos y otras cosas). A partir de la tercera temporada Chuck se va de la serie, y esta toma otro formato; por otra parte, los cambios en la vida de Gary se acumulan (compra un negocio, sus padres se enteran de lo que sucede, etc. etc.).

Como dije antes, es una serie perfecta para ver en familia y pasar el rato yéndose con una sonrisa. Entre tantos policiales forenses y no forenses y tantas series sobrenaturales montadas en el "tipo/tipa normal de pronto escucha a los muertos/descubre vampiros/ve extraterrestres en su bañera", es un golpe de aire fresco que viene directo del pasado. Sin un metaplot supergigante, además, tiene la ventaja de que puede ser retomado en cualquier momento sin ningún problema.

Realmente me da un enorme gusto haber visto el episodio final esta mañana. ¿Cómo supe que era el final? Porque la historia lo decía implícitamente; es un hermoso final de temporada que hubiera permitido continuar la serie. Curiosamente, es el episodio 88, no el 90, al menos en el orden en que salieron al aire. Lo cual tal vez me da oportunidad de ver los dos que faltan el lunes y martes.

Me entero ahora que, además de repetirla mucho en varios canales de todo el mundo, la están sacando de a poco en DVD (en 2008 salió la primera temporada). La gente seguía pidiéndola y era una de las series que estaba en el Top10 de las más pedidas en este formato. Sólo queda esperar que, recesión o no recesión, la sigan sacando este año. Y que ustedes la recuerden y la vean, si pueden, claro.


The Spirit (2009)

2 comentarios

El miércoles pasado fui a verla, en parte porque quería arriesgarme, en parte porque todavía no había estrenado El extraño caso de Benjamin Button (que tal vez vea este miércoles).

Y digo arriesgarme porque había escuchado que Frank Miller no hacía un buen papel como director.

En primer lugar tengo que decir que no sé nada del personaje, más que fue creado por uno de los historietistas más grandes de todos los tiempos, Will Eisner, y que duró muchos años y que fundó la base de la historieta moderna a golpe de viñeta e innovación (¡¡tengo que seguir leyendo sus libros!!).

Así que, a diferencia de otras películas como Watchmen, no leí la obra en la cual está basada, en gran medida porque no tuve tiempo. Espero poder resolver eso el día de mañana: me va a llegar unos años porque el personaje empezó en los 40s, pero bueno...

Volviendo a la película, la afirmación de que "Frank Miller, como director, es buen dibujante" fue un resumen de lo que vengo escuchando cada tanto en varias partes. Lo dijo un comentarista de la tele; no tenía por qué creerle, pero a la suma de opiniones le otorgo algo de validez. Así que no fui esperando gran cosa, sino más bien con ganas de ir al cine.

Mucho se la había comparado con 300 y con Sin City, solo por la coincidencia de creadores. Lo que decían las malas lenguas es que, si bien lo visual era impresionante, la película no lo era. Tengo que disentir. Tal vez no sea la mejor película del año, ni la mejor adaptación de un comic, pero no es nada mala.

Primero por lo que decían que era bueno: lo visual. El estilo recuerda a las dos películas anteriores, ciertamente, pero es propio. Hay escenarios reales de fondo, y hay interacción con él, a diferencia de 300 en donde todo era computadora salvo la gente en primer plano. Hay escenas evidentemente similares a Sin City: siluetas rojas sobre negro y cosas así bien de Miller. Pero no toda la película es así, y la textura se logra a base de iluminación y algunos trucos de cámara, nada digital ni muy raro. Lo cual da un buen sabor de boca.

Vamos a lo argumental y a la dirección, que era la base de la crítica (ya que Miller también se encargó del guión). The Spirit, hay que decirlo, tiene una trama bastante sencilla, y eso no tiene nada de malo: básicamente es el malo que busca la cosa con la que destruirá el mundo y el héroe debe primero enterarse, y luego detenerlo con la ayuda de amigos y enemigos. Trillado, ¿no? De hecho, después de tantos comentarios, era lo que estaba esperando y lo que encontré. Y sé de películas y realizadores que ni siquiera con algo con tan sencillo pueden sacar un resultado decente...

Si vamos a pegarle a la película, que sea por eso, que sea porque no hay un argumento super loco que te vuela la mente. Sencillo, compacto, conocido, sin embargo, da resultado. Engancha y no decepciona, y tiene muchas perlas que sorprenden o agradan. La narración es buena, y no encontré saltos ni nada suelto que pueda usarse contra Miller (cosa que sí me sucede en otras películas: sin ir más lejos lo digo de nuevo: Spiderman tiene muchos errores de cámaraaaaa!!!!).

No sé si es solo por eso, pero tal vez la forma de encarar el personaje y la historia han hecho que muchos comentaristas, sin saber nada de comics y esas cosas, critiquen demasiado la película. Como dije antes, no sé cuánto hay de Eisner y cuanto de Miller en la cinta, y muchas cosas me sorprendieron y me quedé con esa duda: ¿era así el personaje? Aparentemente sí, pues mezclaba géneros tan dispares como el cine negro y la comedia ligera con toques de romance, lo sobrenatural y lo violento. Ahora me quedo más tranquilo, Frank. Pero visto por otro tipo de gente, es una de esas películas que parecen malas por meter demasiado en la bolsa, por ser "ridículas". De hecho estoy seguro que toda la (escasa) gente que la vio conmigo en el cine se fue pensando que era una mierda. No lo lamenté, tampoco: eran unos idiotas (:D).

En resumen: que no te metan el perro. Si sos del mundillo, te va a gustar, porque tiene cosas totalmente brillantes, como los diálogos internos del personaje (con el toque justo de cursilería, que te saca una sonrisa pero siguen siendo serios porque el personaje lo es), algo de comedia romántica sobre la atracción (inexplicable, pero contundente) que tienen las mujeres hacia el protagonista, o escenas que nunca en la cabeza te podían haber crecido de no ser por Miller (la contaría, pero sería muy cruel matarlte la sorpresa).

Creo que los actores han disfrutado haciéndola. Mucho elenco femenino (de hecho, casi todo), y muy sabia la decisión de Miller de poner a un actor desconocido, que no manchara el personaje con cosas anteriores. Su trabajo es bueno, y todos hacen muy bien su papel. Me gustó también que no se exagerara la pulposidad sensualidad de las protagonistas (hay que decirlo) Scarlett Johansson y Eva Mendez. Están en su tono justo y no hace falta recordar que son femmes fatale. Es otro ejemplo del cuidado equilibrio de estilo y narración que consiguió Miller.



Como nota final, quería agregar que la película me dio algo que no sentía en mucho tiempo. Cuando salgo de ver una película, me gusta tardar en volver a la realidad; me agrada recordar escenas y sentir que vuelven a suceder, y que tal vez las reglas de esta realidad han cambiado un poco. Es una sensación de alegría difícil de explicar que relaciono a la confluencia de lo fantástico/ficticio que se hace real.

The Spirit me dio esa sensación, que no se disolvió sino muchas cuadras después, cuando tomaba el colectivo de regreso a casa. Solo por eso me encantó.

Definición

0 comentarios

Estoy por comenzar a escribir la parte final de mi nueva novela. Los últimos fragmentos se vienen arrastrando, aparecen de a poco un día sí un día no, un día otro poquito, ya que estas últimas semanas tuve muchos asuntos que atender, siendo no menor el de la supertormenta del lunes.

Con mi querida planta de zapallos en terapia intensiva y la casa un poco más limpia y ordenada, espero poder hacer bastante esta noche y mañana a la mañana. Ya lo demoré demasiado. En parte es, creo, porque quiero definir el estilo de la escritura en esa parte. Estuve revisando cosas que no me gustan de las 140 páginas pasadas, pero solo hice reescrituras puntuales, de coherencia argumental y detalles menores. Cuando termine de escribir todo volveré sobre mis pasos y tomaré de la parte final las soluciones de estilo que me parezcan más adecuadas. Espero que salga como quiero, porque hay muchas partes de la novela que me gustan.

Si todo sale bien la tendré lista para marzo, y a partir de ahí volveré a reescribir todo lo que haga falta. No veo prisa por terminarla, pero tampoco quiero demorarla más de lo necesario.

Del fin del mundo

2 comentarios

Vientos que derriban voluntades,
aérea espuma que ciñe todo
de coronas de ínfimo rocío,
largas lanzas, monumentales
abrazos de tierra y cielo.

La bóveda es un río de fuego blanco,
el aire es un millón de sentidos golpeados.
La tierra es agua, está viva, rebota
golpeada por titánicos mundos.

Del río es un afluente la calle;
batallas navales de hombres que recuerdan
a Venecia surcada por la tierra,
prisiones de correntadas y pie de trincheras;

días todavía en la memoria, que deseamos
tener lejos, en el olvido, en la nada.
El aire se inunda también de burbujas y gritos,
la luz baila y canta en colores al compás del agua.

Y yo que quería inspiración en la lluvia,
y yo que disfrutaba el viento huracanado,
el teclear del hielo sobre los tejados,
el rocío marino, el aire acuoso y los ríos de lodo,

yo que cazaba el relámpago que saltaba en manadas
por los oscuros campos celestes,
yo que buscaba el momento más perfecto de todos,
yo que me estremecía de gusto, frío y humedad,

debo ahora recoger los pedazos de muerte y caos
y lanzarlos a las fauces de la tierra, madre del cambio
y del renacimiento. Es otro día en este mundo:
ayer fue otro final y otro comienzo, y nada se ha ido para siempre.

2

4 comentarios

Es la segunda persona que muere casi bajo mi ventana, en la calle que he pisado miles de veces.

El barrio está despertando de la siesta y empieza a enterarse. Yo ni siquiera escuché el golpe.

Me baño y trato de quitarme el sueño de la siesta que no pude iniciar, además de un sentimiento que no puedo denominar.

En esos minutos concibo dos historias sobre personas que mueren en las primeras páginas, en diferentes accidentes.

De alguna manera debo mantenerlas vivas, aunque no las conozca.

De alguna manera tengo que quitarme esto de encima.

Ubicación

1 comentarios

Me siento en la cama y de pronto hay una sensación de realización. La pieza está como nueva. Nuevo piso, nuevas paredes, nuevas sábanas, nuevo ventilador (ya no es la matraca que no te deja dormir).

La verdad es que da ganas de usarla.

A lo mejor hay que prenderle una velita a "Santa Kristina", bajo cuyos divinos auspicios a mi viejo le duplicaron el sueldo. Aunque es una lástima que no pueda usar el Tren Bala para tirarnos unos cuandos calefones y televisores de plasma, como hizo su antigua reencarnación usando muñecas y pelotas de fútbol.

Pienso que el peronismo es una extraña forma de budismo político.
Muy degradada, claro. Los condenados regresan a hacer lo mismo,
pero el karma lo pagamos todos.


Días después me dedico a ordenar las bibliotecas. La idea la tuvo mi hermano y no es nada mala: aprovechar las cajas para poner allí los libros de nuestra infancia y adolescencia que no queremos regalar/vender, pero que no leemos. Así guardo un diccionario inglés-castellano en fascículos y pongo los mangas. En ese nuevo espacio puedo organizar mis DVDs, que siempre estuvieron tirados sobre el escritorio. ¡Ahora sí parece una colección! Después guardo otras enciclopedias y enroque va, enroque viene, mis tomos de la Segunda Guerra Mundial dejan de dormir acostados. Y lo mejor de todo: mi Biblioteca Tolkien deja de estar arrumbada y tiene espacio propio. ¡Cada tomo con su folio original!

Así también queda espacio para mis tomos de Batman y de historia medieval. Podría hacer más espacio, pero estoy cansado y no hace falta por ahora. Los pocos libros que están acostados son los que esperan que los despierte.

La sensación de ubicación no es solo espacial, de las cosas materiales. A través de ella siento que yo también estoy empezando a encontrar un lugar. Mi casa es más parecida a como debería ser, a como siempre la hemos querido tener. El desorden de los últimos meses se fue, hay espacios vacíos tan necesarios para la vista y para la vida. Hay tiempo libre, hay sueños que vuelan de día. Yo también me siento ubicado en una realidad, tal vez no perfecta o ideal, pero que puedo ordenar lentamente a mi gusto.