Mes deprisas

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Cosas que hice en octubre:
  • cuatro mañanas y dos tardes de reemplazo en la escuela de mi barrio.
  • terminé de escribir y revisar una novela corta para un concurso literario.
  • empecé a leer La Historia de los Hijos de Húrin y me leí entero el tomo de Nippur de Lagash.
  • Armé y subí mi nuevo sitio en Internet.
  • Organicé el concurso de Maldición de Sangre, dedicándome especialmente a la promoción del mismo.
  • participé del Desafío musical de SAS (te odio, Dogui, te odio!!!) con mi juego Vs. (Five Against One). Fui el único que terminó. Por lo tanto, soy Amo del Universo. Que mis contrincantes no quieran decir nada y se suman en un vergonzoso silencio, es otra cosa.
  • continué con mis dos blogs y algunas participaciones en los foros de siempre.
  • empecé a dar clases de Autodefensa.
  • dirigí dos mesas de rol en Leyendas 2008, 10º edición de la clásica convención rosarina (sábado y domingo).
  • conocí a Horacio Lalia y a Carlos Trillo, me cansé de charlar con Carlitos y aprendí una bocha de cosas sobre guiones de comics en los talleres de Leyendas 2008.
  • ya me leí varios comics de los que gané ahí.
  • escribí 4 guiones de comics (de entre 1 y 6 páginas)
Y me quedaron algunas cosas en el tintero. Otras se cancelaron. Pero valga esto como post 200. Linda coincidencia para el mes más agitado que tuve en muuucho tiempo (y pudo serlo más).

Maldición de Sangre, capítulo 4

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-Che… pobre Flavia.

-Le viene tocando lo peor.

Era una de las conversaciones telefónicas más tontas que había hecho. ¿Qué podía hacer por su prima desde tan lejos, más que desearle suerte? Se sentía impotente, absurdamente impotente.

-Avisame si necesita algo…

-Por ahora se calmó. Menos mal que tenía el teléfono de este amigo mío… no me preguntó nada, le dije que era algo familiar… Esas pastillas son muy jodidas. Va a dormir un buen rato.

La leve estática que surgió cuando movió el cable apagó el sonido del “no sé qué más decir”.

-Bueno… lo que a mí me queda claro es que hay que juntar más cosas de esa época.

-¿Qué cosas?

-No sé… cosas. Yo creo que hay una relación. Si Flavia se pudo comunicar con esta mina por un medallón que era de ella, entonces, ponele, si encontramos algo que sea del bisabuelo…

Escuchó todo el razonamiento pensando que estaba dentro de una película de misterio barata. Manuel tenía una forma muy sencilla de convertir lo fantástico en natural. Después de todo, era parte de su trabajo.

-Está bien, lo voy a pensar. Pero ahora no se me ocurre nada.

-De todas maneras, hay que ser discretos. Yo tengo un trabajo tremendo haciendo que mamá no se entere de todo esto con Flavia… y tengo laburo también.

-Sí, tenés razón. Te dejo, me tengo que ir. Nos vemos.

No fue nada sutil ni en las palabras ni en los gestos, cuando soltó el teléfono y miró a su esposa.

-Gimena… escuchá, no te vayas…

-No me quiero ir. Vos querías que yo me vaya.

-Perdoná… te estuve esperando. Vamos a charlar, ¿eh? Hice comida, te compré la gaseosa que te gusta…

Mientras repetía todo lo que había ensayado, Gimena recorrió las habitaciones con la vista, hasta detenerse en una botella vacía escondida detrás del tacho de la basura.

-Y también me compraste whisky, ¿eh? Ahora que me encanta tomar alcohol todos los días…

Sonrió burlonamente, en un gesto que había tomado de Manuel sin siquiera darse cuenta, y agregó:

-Sí, pero me lo bajé para que no te tentaras.

Exteriormente a su mujer no le hizo nada de gracia, pero por dentro tuvo que admitir que José al menos lo estaba intentando.

Demostración empírica de que Rosario es un pañuelo

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Uso el caso de Leyendas como prueba. Una especie de 6 degrees of separation friki:
  • conocía a Carlos, pero por el lado del rol y los wargames, y ahora lo conozco también por lado de Fernando.
  • una de las participantes de la última jornada de Sierpes está en la ADL, que dirige Carlos.
  • ahí también está un amigo de Drake, quien nos donó tantos premios para la jornada.
  • la novia de un amigo mío de RA iba a japonés con mi hermano.
  • a ver esta: una amiga de mi hermano tiene un primo que es amigo del hermano del organizador principal de Leyendas. Yo conocí a dicho primo en la facultad.
  • Conozco al baterista de San Hoshi Hino, que está en Pencilvania (no estuvo en Leyendas porque estaba tocando en Europa). Pero fui a ver a la banda porque un amigo mío tiene un amigo que es el guitarrista. Y conozco a Damián, Lider de RA, que es amigo de una de las chicas que canta.
No se me ocurre ninguno más. Pero da para pensar. Por Dios, conozco a tanta gente!!!

Mal reseteado

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Hacía rato que no me despertaba tan boleado, sin siquiera tener conciencia de qué día era. Debe ser una resaca legendaria.

Hoy cambiamos guión y empezamos otra parte del "Plan". Damos vuelta el cassette...

10 Leyendas - 2º parte

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Ante el éxito inmediato del post anterior (lo leyeron al menos dos personas), me veo en la obligación de continuar con la crónica de esta jornada. Bueno, por eso y porque igual lo iba a hacer.

Gracias a un colectivo "rápido y furioso" llegué media hora antes de la apertura, así que cuando me metí ni había gente cuidando la puerta. Aproveché para sacar muchas fotos de los espacios vacíos, sin gente, que después colgaré cuando tenga ganas.

La parte del rol tardó MUCHO en arrancar. Como yo lo había esperado, no vino ni el loro. El día era perfecto para estar afuera; además acá se había adelantado el huso horario, así que eso seguro desconsertó a muchos. Encima era día de la madre, peor. Es un karma de Leyendas. No es la primera vez que coincide con esta celebración tan "latina" (y judía, si nos quedamos con ese estereotipo cómico). También creo que influyó que la entrada de 10 pesos hace que muchos vengan solo un día de los dos, y como el sábado está el concurso de disfraces, la elección de muchos es obvia.

En fin, que yo tenía UN jugador, Santiago, que vino de La Plata como el año pasado a jugar en mi mesa. Gran honor, que vengan a jugar de tan lejos en TU mesa. Pero estaba solo, así que esperamos un rato. Y otro rato. Los DJs de las otras mesas no tenían gente, salvo por una de D&D que se llenó a rebalsar de pibes. Discutimos sobre si valía la pena jugar entre nosotros, que dirigiera uno de todos como pasó otros años. Eran las 1530 (se abría a las 1400) y nada. Desierto con el pasto seco rodando.

Al final, para alivio de mi mesa, a Santiago se le agregó un muchacho de Buenos Aires que, según él, no jugaba rol desde hacía 6 años. Así que tuve que achicar un poco mi aventura, de 5 a 2 jugadores, y también de tiempo porque todos queríamos hacer algo más adelante y eran como las 1600. Piña va, tiro viene, se metieron justo por donde debían ir para ahorrar camino (nunca los dirigí, simplemente la pegaron). Así que para las 1730 estábamos libres.

Con la curiosidad de que, en el medio, al chico de Baires y a mí nos hicieron entrevistas filmadas para un documental de los 10 años de Leyendas. Así de la nada nos cayó. Él porque estaba colaborando desde el principio (no sé con qué stand u organización, no llegué a preguntarle), a mí porque soy el único que está dirigiendo desde hace 7 años (u 8, la verdad no recuerdo). Tuve que explicar qué es el rol, como se juega, mis experiencias en la jornada todos estos años, etc. La verdad que mis profes de Locución tendrían que darme otro 10 porque no titubeé nunca.

Al taller de guión que era a las 1700 caí con un amigo a las 1730, solo para descubrir que no había empezado porque no había nadie!! Así que lo hicimos entre los dos, la pasamos bien. Si bien muchas cosas que charlamos yo las intuía o las sabía (Trillo había dado muchos datos la tarde anterior), nunca está de más repasar lo aprendido.

De ahí con mi amigo nos fuimos a charlar un rato. Quería ir a una supuesta charla de Casalla y Morhain que empezaba a las 1830, pero nos habían avisado a los masters que el sorteo de premios era a las 1900.

Puntualmente dejaron sobre la mesa, cual Papá Noel Friki, una docena de suplementos o manuales de rol, tocos de cartas, comics, remeras, un muñeco de Han Solo, etc. Primero me cebé con ese muñeco (todos los libros de rol eran manuales VIEJOS que ya tenía o no me interesaban, o suplementos de D&D). Si no podía elegir el Han Solo, pensé en agarrar un toco enorme de cartas de Mythos, la fallida iniciativa carteril de Chaosium con CoC (difunta hace largo rato). Pero después sacaron un toco de comics, entre ellos Chicanos, el primer número de Magma, El Manuscrito Olvidado, 1806 - Invasión y algunas cosas menores. Apunté a eso y me tranquilicé porque todos estaban buitreando ya los manuales de rol.

No hizo falta más. Tiré primero el d20 y saqué un 13. Después otro sacó un 12, un 11, un 5, un 1, un 7... sí, gané con un 13. Me abalancé sobre los comics y dije: ya está, ya fue, me reivindiqué frente a todos los años que tuve que elegir chucherías o cosas que no me gustan y después tengo que vender/regalar. Más comics. (*) Qué coincidencia, en un año tan comiqueril para mí.

Al final, fui a la charla de Casalla pero era como un documental sobre él, una especie de reality. No me dijo nada, así que al ratito me fui despacito. Charlé con muchos amigos más, escuché algo de Kiroi y de San Hoshi Hino, bandas que hacen covers de canciones de anime, y charlé con más gente. Con un bolso que debe pesar como cinco kilos de rol, comics y papeles, me despedí de Carlos Barocelli y de casualidad lo ubiqué a Horacio Lalia, quien amablemente me firmó El Manuscrito Olvidado. Y eso que lo interrumpí hablando con alguien. La verdad es que me voy más que contento de haber conocido a varios artistas de ese calibre y ver que todos son así, humildes y amables y muy dados al público. Eso que a lo mejor encuentran especialmente en Leyendas y no en otras partes, como ya comenté en otro lugar.

Así que acá estoy, escribiendo esto y calculando como voy a hacer. Tengo que redactar una crónica para una revista virtual de Rosario, tengo que ordenar fotos, ordenar el bolso que tiene mil cosas adentro, ordenar mis libros de rol, encontrar espacio para mis nuevos comics, empezar con cosas nuevas... Así que calculo que por varios días más voy a seguir hablando de Leyendas y todo lo que me dejó. Espero que les interese.


(*) el anteaño pasado, creo, elegí un ejemplar de Merlín, de Alcatena, y otro de El Grimorio Maldito, de Horacio Lalia (el que me firmó ayer). Así le hago el aguante a la historieta argentina. Me la gano en sorteos.



La primera parte, acá.

10 Leyendas - 1º parte

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Sábado 18 de octubre. Lindo día, mucho sol y un río lleno de barcos. Ir al CEC de nuevo es, como siempre, gratificante.

Ni bien entrar mostrando mi credencial, me puse a recorrer toda la convención. Como habitué de toda la vida, noté en seguida los cambios de escenografía. El rol en un rincón, con una especie de arrecife coralino formado por las gruesas estructuras donde van las muestras de dibujos. La otra mitad estaba comprendida por el hall central y el hall secundario, en donde había lugar para sentarse a charlar. La mayor sorpresa era que el escenario era una pasarela para el concurso de disfraces y por lo tanto la pantalla de proyecciones estaba girada. Un cambio interesante, que comentaré en otra parte, en otro momento.

Pero después de ese reconocimiento rápido, me tenía que acomodar para el rol. Cosa que hice rápido, saludando a los primeros Djs que llegaban. Mi mesa no tenía gente anotada, así que con el paso de los minutos comprendí que sería una de esas Leyendas en donde solo dirijo un día. Mientras esperaba, charlé con otros amigos roleros del club, que dirigían o estaban allí cerca de la mesa de wargames.

Acá me di el gran gusto. Hace unos días me enteré que Carlos Barocelli está a cargo de la continuación oficial de El Eternauta. La adaptación de una novela de Oesterheld. Continuación posta posta. Y él fue elegido personalmente por Solano López, Maestro del comic argentino y coautor del memorable personaje.

Ah, me olvido de mencionar, conozco a Carlos por un par de amigos, y es una persona de lo mejor. Nunca olvidaré que nos prestó (al club de rol Sierpes del Sur) una ilustración para el poster de la multitudinaria jornada de 2005 (además de dos pinturas de su autoría para los premios). Lamentablemente la impresión de dicho poster es atroz, pero todavía conservo esos ejemplares como recuerdo personal y ahora como reconocimiento a un tipo que además de en su arte, es grande en las cosas pequeñas de la vida.

Así que pensaba ir a saludarlo, pero él me encontró paveando junto a la mesa de wargames y lo felicité. Charlamos un rato. Un lindo momento que continúo más adelante.

Al poco tiempo se canceló la mesa de SW, por suerte la única de la jornada sin jugadores. Las otras 7 se llenaron bastante rápido.

Alejandro, uno de los organizadores, me recomendó comprar la revista del 10º aniversario de Leyendas en el Stand de la AHI, y cumplí. Aunque no sea más que para tener una foto mía en una revista. Joyita de colección, que le dicen; todavía la tengo que hojear en serio. Viene con llavero de regalo!!! Con eso ya se pagó sola.

La gente comenzó a caer en masa entre las 4 y las 4,30 de la tarde, más o menos. A esa altura ya empecé a cansarme, gratamente, de tener que saludar a tantos conocidos y amigos de Rosario Anime. Gente que misteriosamente se habían quedado sin stand, a pesar de ser el único grupo de fans de anime de la ciudad.

Parecía un hombre orquesta, saludando a diestra y siniestra, y también yendo de acá para allá. Después de abortar la mesa de SW, me dediqué a charlar con José, un compañero de Pencilvania. Hasta que se hizo la hora del taller de guión y dibujo de Horacio Lalia y Lara Maruca, hacia donde partí solo (José iba a la charla de Tolkien).

Pero faltaba algo más. Cuando me di cuenta de que el taller era de guión Y dibujo, y me estaba empezando a caer la gota de la cabeza (cual personaje de anime), aparece mi salvador Fernando. Tal como Carlos me lo había predicho (habían hablado el viernes), ahí estaba para terminar de formar el equipo.

De manera que de nuevo se formó el equipo que de seguro pronto revolucionará el comic intergaláctico. Charlamos y nos reímos como pibes de secundaria. La verdad es que lo extrañaba tanto en lo personal como en lo profesional. Y ahora que aprendí a guionar, tendrá más oportunidades de lucirse.

Al terminar el curso, que tal vez detalle mejor más adelante, me retiré con un Grimorio Maldito autografiado por Lalia y algunos consejos. Fuimos con José a la charla sobre guiones y presentación de proyectos, a cargo de Carlos Trillo.

Lamentablemente Fernando se tenía que ir y yo me quedé en esa charla, que resultó muy interesante. Tipo capaz y ameno, fue casi una charla de café con un conocido. A poco de terminar apareció Eduardo Risso a saludarlo, porque se iba. Pensé que era lindo, tener a dos grosos así tan cerca. Incluso para mí que soy analfabestia en el cómic y no sé qué dibujaron ni leí nada de ellos. Después en el colectivo leía la minibiografía de Risso y veo que tiene cuatro premios Eisner!!!!! Estuve a metro y medio de un tipo que tiene 4 PUTOS PREMIOS EISNER!!!!

Me llevo eso como final. Cuando bajé saludé a algunos amigos más, miré la mitad del concurso de disfraces, pero ya el hombre orquesta estaba cansado de tanta adrenalina. Menos mal que el colectivo llegó rápido a la parada.

Hoy sigue la experiencia. Totalmente diferente y adrenalínica, como todas las Leyendas.


La segunda parte, acá.

Final del círculo

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Contaba ya de rebote el otro día, que me compré el tomo de Nippur de Lagash correspondiente a la Biblioteca del Comic de Clarín.

Bueno, el jueves a la noche, demolido físicamente después de toda una semana de laburo, terminé de devorar las últimas migajas.

Lo hacía sabiendo que cerraba una etapa en mi vida, curiosamente mientras estoy abriendo una nueva, tan interesante.

Nippur, y gran parte de la obra de Robin Wood, define mi vida a través de una importante parte de mi infancia y pre-adolecencia. Sin esos comics no conocería ni la fantasía, ni la literatura, ni los comics, ni (tal vez) me interesaría tanto la historia (principalmente la bélica, gracias a su glorioso retrato de la Legión Extranjera). De manera que, más adelante, espero poder hacer un buen repaso de todo lo que significa para mí estas cosas.

Menciono ahora, sin embargo, algunas cosas que termino de hilar. Yo recordaba con amor esos dibujos, principalmente los de Lucho Olivera, que ilustraban a un Nippur tan heróico y al mismo tiempo tan mundano, tan poco arrogante, tan curtido. Fernando me decía, al hablar de gustos de dibujantes y de comics, que a él no le gustaban aquellos comics. No me costó darme cuenta, analizando todo con mi recién crecida mente de guionista, el por qué.

Como dice Martín Caparrós en el prólogo al tomo mencionado, "Yo no era un lector de historietas -nunca fui. A veces sospecho que por eso leí tanto a Nippur de Lagash: Nippur es escasamente una historieta. Sus dibujos son una ilustración, no una de las dos formas que dialoga con la otra para armar una historia. Nippur son textos que, a lo largo de veinticinco años, fueron ilustrados por una docena de distintos autores: ningún personaje cuya imagen fuera decisiva habría soportado tal maltrato".

Y es así. Muchas páginas tienen entre 9 y 12 viñetas con textos apiñados. A veces, las imágenes son las de una espada en el suelo, una silueta de una cabeza cortada, la sombra de una estatua en la pared. Por más que los dibujantes son buenos y cambian, la estructura no: una cara sin espacio para el cuello es algo totalmente normal. Apenas hay medias páginas, ni hay recursos de lectura dinámica para cambiar de viñeta, ni onomatopeyas, ni viñetas alargadas o superpuestas. No, es un enorme tablero de ajedrez con alguna página entera, generalmente la primera o alguna del medio, cuando para algo importante. Todo lo demás es texto.

Porque lo que te come el coco es la prosa. Wood escribe como un hijo de puta (que lo diga un argentino es un halago, que conste).

Quiso la fortuna que Wood fuera guionista de comics, pero bien pudo haber sido escritor de novelas pulp, a lo Howard y compañía. Porque su prosa es la base de estos personajes (y pienso otros, además de Nippur). Esa prosa me modeló, y eso lo veo ahora, después de tanto tiempo. No es solo el amor a los títulos hermosos: también es el amor a las frases que se clavan y te hacen poner los pelos de punta.

Todo esto, sin desmerecer a los dibujantes, todos muy buenos (aunque clásicos, podríamos denominarlos). Respetaban el guión de un grande que, tal vez por autodidacta, no respetaba ninguna convención de la época, ni se preocupó por agregar cosas innovadoras. Si lo que ya estaba, funcionaba...

Tal vez por eso me llama tanto la atención la final de este círculo que cerré ayer. No leí ni el 10% de las 450 historias de Nippur de Lagash. Todas excelentes. Pero el tomo incluía las de importancia trascendental para el personaje: el inicio de su destierro, el encuentro con sus amistades de toda la vida, el nacimiento de su hijo, etc. etc. Y su nuevo lanzamiento a los caminos (Adiós a Lagash), luego de concretar su destino.

Y es esta la única obra, de todas las que he leído, que falla. Y no sé por qué. El guión cojea (mejor decir que no tiene piernas) al unir la trama de Nippur con la de los personajes secundarios (algo que nunca ha pasado, según las que he leído). Y para colmo, el dibujo de Mulko pierde toda la fuerza de los capítulos anteriores (es el que más capítulos de Nippur dibujó, unos 150). Como si el dibujante hubiera cambiado de mano, digamos. Es otra persona. Y no es que cambie el estilo: el dibujo es malo (*).

Es casi totalmente inexplicable. Sí, Editorial Columba se moría, y tal vez no había plata para colorear. Pero los dos errores, que coinciden, llaman demasiado la atención.

La verdad, no sé qué decir. No es que se me pinche el globo frente a un mal final, porque todas estas historias me han llenado el alma. Las últimas dos páginas y media, en donde él parte, son todo lo que esperaba en su simpleza y grandeza, pero el resto está totalmente mal. Resulta un capítulo totalmente olvidable, vacío, soso. Me quedaré con la reconquista de Lagash y todo eso en la mente, y luego ni me acordaré del mal sabor de boca.


(*) buscando datos de Mulko, veo en la red dibujos parecidos a las bazofias que dibujó en ese capítulo de Nippur. Creo que tal vez se debe a un cambio radical de estilo (él también era autodidacta, y seguimos contando...). Demasiado radical y no madurado.

Vacío de las horas

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Ayer terminé de escribir mi nueva novela. Va para un concurso de ciencia ficción de un portal chileno.

Hay muchas cosas curiosas.

En primer lugar, surgió de un cuento, formato que se quedó chico para la idea que tenía. Así que es un cuento con esteriodes que apenas llegó a novela corta. El concurso va de eso, por otra parte; tuve la suerte de encontrar justo lo que buscaba, porque tampoco da para novela "normal".

En segundo lugar, lo escribí de a pedazos, como otras cosas, porque ya tenía el final y lo del medio bocetado en el cuento. Sin embargo, y aquí va lo más curioso, no me quedó mal. Cuando terminé de escribirlo en bruto, hace ya unas dos semanas, creía que era una mierda y que necesitaba mucho trabajo de limpieza y reescritura. Incluso le negué la lectura a un voluntario porque me daba algo de vergüenza anticipada.

Día a día, noche a noche, me puse a releer el "manuscrito" y a corregir. Se suponía que esta semana iba a terminar, el lunes o martes a más tardar, pero estuve tan ocupado que nunca podía. Y cuando podía, no estaba concentrado. Y cuando estaba concentrado, había ruido en la casa o tenía sueño.

Faltaba solamente una página (el final tenía que cambiar de tono), pero no podía. Es la primera vez que no escribo porque no puedo, literalmente.

Ayer tenía sueño, pero más voluntad. Así que apreté los dientes y metí todo lo que faltaba. Y es un éxito.

Así que ya me quedo tranquilo con mi segunda novela. Ahora falta ver qué pasa con la primera. Mientras tanto, ya planeo, por lo que queda del año, seguir con los guiones de comics y con algunos cuentos que tuve que dejar en espera. La vida de escritor de novelas requiere más planificación horaria y ahora todo está cambiando rápido.

Sin embargo, lo más raro hasta ahora, lo realmente curioso y estúpido, es que no se me ocurre un título. Sí, yo, Mr. Título, que hago cuentos en base a una frase linda o absurda. Me ha dejado perplejo. El pozo no se agotó, pero cada vez que quiero pensar, no sale nada. Me tiene algo preocupado.

Épocas y creencias

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Es probable que Robin Wood haya hecho muchas cosas sin querer; para empezar, llamarse Robin Wood. Cuando leía sus historias -Nippur, por supuesto, pero también Jackaroe, su equivalente en cowboy, Dennis Martin, un 007 más canchero todavía, o Gilgamesh, directamente mito-, yo estaba convencido de que Robin Wood era el seudónimo de un grupo de escritores. Sonaba a seudónimo, y además, nadie podía escribir solo todo y tanto más. Pero ahora me enteré de que Robin Wood existe y, para colmo, se llama Robin Wood. De que es un paraguayo autodidacta que fue obrero y obrajero hasta 1966, cuando se le ocurrió presentar unos guiones de historietas en la vieja editorial Columba -y allá fue. Desde entonces escribió miles y miles; Robin Wood es una especie de Arlt de la historieta: mezcla de lecturas bien dispersas, estilos mal digeridos, el respeto por la "gran cultura" y un talento indudable. Como Arlt, Wood crea un símil de lo culto que termina por apartarse de su supuesto modelo y arma un modelo propio.

Ahora, cuando se lo preguntan, Robin Wood insiste en que nada de todo esto le importa demasiado. Que es feliz, que ha hecho lo que quería de su vida, que nunca reflexionó mucho sobre lo que hacía, que sus personajes son así porque así le salieron: seguramente.

Martín Caparrós, en el Prólogo al tomo 9: Nippur de Lagash, de la Biblioteca Clarín de la Historieta

El otro día pude juntar unos pesos como para comprar este volúmen, que encontré de casualidad en una de las mejores librerías de usados y saldos de Rosario (mejores porque siempre traen lo que me gusta). Falta el de Batman. Pero vuelvo a ser chico. Creo que ninguna de las historias que tengo en mi biblioteca están en el volúmen. Debía ser, porque hay miles de historias de Nippur (y ahora termino de caer).

Me falta mucho por leer. Me gusta.

Siempre que mencionan a Arlt, algo salta. Porque me gusta como escribe y sobre todo porque algo me identifica con él. Soy un autodidacta de todo, y sobre todo de la literatura. Leo cosas raras y me salteo clásicos. No he leído la obra completa de nadie (ni siquiera de Arlt). Leo historietas y libros de historia, pero me falta la amada filosofía y los textos académicos que picoteé en la facultad. Me mantengo al tanto de la tecnología (fervientemente, así como Arlt) pero estoy fuera de muchas experiencias humanas. Mezcla de todo: géneros, estilos...

Lo curioso es que también me identifico con lo que dice Caparrós. Con ese nombre y ese apellido, yo pensé que Robin Wood no era argentino, de tampoco de por acá cerca. Cuando leía Nippur, Aquí, la Legión y Savarese, pensaba que debía ser yanqui o algo así, y que las historias debían estar traducidas. Y si pensé lo del seudónimo, en todo caso creí que era una ocurrencia de alguien por hacerse el langa con nombre raro, de extranjero. Pero después leí Mi novia y yo, y eso no podía ser más argento.

Qué tiempos esos, en los que uno podía ser escritor de historietas o dibujante con 16, 17 años. Da algo de sana envidia el habérselos perdido. Pero como siempre pensé yo, desde chico, hay tiempo para ser escritor. Si uno falla, por suerte, lo puede seguir intentando.

A ver qué pasa en estos días.



Postdata.

No fuimos los únicos. Wood era prolífico, y la palabra le queda corta. Buscando más datos suyos en la web, descubro lo siguiente:

Los guiones de Wood ocupaban una parte importante de las cuatro revistas de Editorial Columba: El Tony, Intervalo, Fantasía y D´artagnan. Se consideró que no era bueno que su nombre se repitiera tanto en el índice, por lo que empezó a firmar con seudónimos como Robert O'Neill, Mateo Fussari, Roberto Monti, Noel Mc Leod, Joe Trigger, Carlos Ruiz y... Cristina Rudlinger. Según Wood: "Yo fui la primera escritora femenina de historietas". Debió también aclarar varias veces que su propio nombre no es un seudónimo, y que Robin Wood es una sola persona, y no un grupo que escribe bajo esa denominación.

Lo que dije antes. Vuelvo a ser chico. Pero ahora tengo otro ídolo a quien seguir.

El rol y la economía mundial

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En estos días estuve viendo que la gente de los medios no sabe nada de nada (bueno, ninguna novedad). Ni siquiera pronuncian bien el inglés. Los nombres de las entidades bancarias y financieras que quiebran son igualmente quebrados por estos sujetos, una y otra vez, sin remordimiento.

A la diaria repetición de "Down Jones" de la locutora (hermosa, ella, divina) del noticiero local a mediodía, ahora se suma el de América, que por quince minutos estuvo hablando del "Donjon".

No sé. A lo mejor es que es viernes y está pensando en jugar esta noche, y lo traiciona el inconciente.

Nuevo espacio

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Hace unas semanas abrí un nuevo sitio: Las costas de Avalon (sí, pero en sitio).

Ahora lo estoy moviendo a otro servidor, porque el que elegí entonces es todavía peor de lo que había visto.

Así que la dirección es esta: www.lascostasdeavalon.zendfree.com

Se agradecen comentarios, críticas y sobre todo problemas con links rotos o cosas que no se vean. Por las dudas.

Hay algunos artículos que he sacado de este blog, algo aumentados o cambiados, pero también material nuevo que me gustaría ver más en un sitio. Y la estética justa que yo quería.

¿Cuanta gente juega 4º?

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Escuchando podcasts, leyendo blogs y foros, etc., veo que relativamente mucha gente juega D&D 4º edición. Muchos de ellos son argentinos. Ahora, sabiendo el costo de este material en dólares, y sabiendo que recién ahora están saliendo las ediciones en castellano, me pregunto realmente cuánta de esa gente está jugando con el verdadero libro en las manos.

Me cuentan que hay muchas versiones scaneadas de los libros, principalmente del extraño incidente de la "fuga de información". Ediciones perfectas, como si fueran PDF de venta, pero son piratas.

Lo cual me hace temblar. ¿Wizards no habrá aprendido de Microsoft? Domina el mundo, cobres o no por ello.

No desmerecer los esfuerzos

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Como en años pasados, se ha dicho en algunos foros que Leyendas ha perdido lo rolero, que ahora es todo manga y anime, que los organizadores no piensan en el rol, y todo eso.

Sí. Puede ser. Pero no rompamos nada. Todavía.

Hay que saber ver los pequeños éxitos, y los esfuerzos que se hacen, aunque estos podrían ser mayores/mejores. Y el caso de los juegos de rol en Leyendas (cuya décima edición ya he anticipado en este blog) es uno de esos casos. Sí, hubo años en los que había 16 mesas de rol. Los he vivido. Estuvieron geniales (o así lo vi yo en ese momento). Pero no sé si había más o menos manga/anime. No sé si tienen que ver uno con otro.

La convención no puede ser toda de rol, ni toda de anime, ni toda de disfraces. Habrá un lugar para cada cosa. Cuando éramos 16 mesas, nos ponían en lugares horribles, donde no se escuchaba nada. A veces, no pocas, las mesas no se llenaban y los masters, como yo, nos metíamos en otra mesa (recuerdo una en la que les dirigí a dos o tres Djs más, creo). No pocas veces vi jugar (y sufrí) gente "obligada" por los organizadores a sentarse en mi mesa. Convencidas a último momento de llenar un espacio que tal vez no buscaban. Y que, a veces, no podían llenar porque debían hacer algo más en la convención.

Así que en lugar de ver lo malo, trato de ver lo bueno. Y el reverso de lo que ya mostré en este blog, que recién ayer descubrí:


La convención ha logrado poner la frase "juegos de rol" en una tarjeta de transporte público. Adelante y atrás. Literalmente miles de personas leerán eso, aunque no vayan: somos una ciudad de casi 1 millón de habitantes con un enorme conurbano, y estas tarjetas de dos viajes se usan diariamente a toneladas. Juegos de rol aparece de segundo, en el título de la jornada y luego en el conteo de actividades a realizar...

¿Eso es poco? Para nada. Es un montón de publicidad gratuita para una actividad que antes estaba encerrada, estigmatizada, sectorizada, ignorada.

¿Podría ser mejor o mayor? No sé si por agregar dos, cinco o diez mesas de rol más, sería mejor. Si luego quedan vacías, ¿de qué sirven? Mi experiencia me marca que hay un límite de personas que juegan en esos días. Tal vez los organizadores descubrieron lo mismo.

Sí, las convenciones de este tipo sirven para meter gente nueva, reencontrarse con la que estaba perdida, etc. etc. Pero no todo el mundo va a sentarse a jugar. Lo que está genial es que todos te ven hacerlo, y de pronto dejas de ser una supuesta secta o "tribu urbana". Y eres el compañero de estudio o trabajo que tiene dados raros en su casa, y ahora saben para qué los usas.

Maldición de sangre, capítulo 3

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La mujer adormecía al bebé a base de palabras mal pronunciadas y fragmentos de canciones de cuna. Su vestido, lleno de volados y sombras del blanco, se fundían con el pequeño bulto que crecía en sus manos, en el cual sus ojos se hundían hasta lo profundo.

Flavia recuperó sus recuerdos y buscó a su hermano y a su primo. Estaba un poco más atrás, de pie junto a una puerta cerrada. Cuando la vieron, se acercaron. La mujer reparó en ellos y levantó los ojos, mostrando una sonrisa de satisfacción.

-Vinieron… qué lindo… Mirá, mi amor, te vinieron a visitar…

Sorprendida por las dulces palabras, Flavia distinguió los gestos y giros de la mujer que había aferrado su mano luego de morir en el parto.

José se quedó a un lado, conmovido por una experiencia que nunca había tenido. Manuel, recordando el sueño anterior, comprendió que estaba pasando de nuevo, pero sintió algo diferente…

Su hermana, mientras tanto, se acercaba despacio a la mujer, sentada en la silla mecedora.

-Sí… vinimos, como me dijiste. Tu medallón… -Flavia vio que lo tenía en la mano, y que la mujer tenía el cuello desnudo-. Muchas gracias. Es hermoso.

-¿Viste? Me lo regaló mi marido… es tan bueno… va ser un excelente papá, aunque tiene miedo… Su mamá no me quiere mucho, pero ahora que le di una nietita tan linda, me va a tratar mejor, ¿cierto, mi amor? –le dirigió las últimas palabras a la beba-. Mirá que hermosa que está… ¿la querés cargar?

Sin saber qué más hacer o decir, asintió levemente. Quería preguntar algunas cosas, pero no sabía como. No comprendía como aquella mujer podía ser la misma de la otra vez…

Mientras se acercaba con pasos cortos, pensó en cómo armar una frase. Si lograba acercarse a ella, quien la reconocía de otro sueño, y se ganaba tanta confianza como para cargar a su beba, tal vez pudiera obtener algo más…

La mujer alargó los brazos, con mirada perdida. Flavia bajó la mirada para ver a la beba, mientras se congelaba ante la visión de un bebé sin rostro que se agitaba, incómodo.

-¿Qué pasa? –dijo la madre, mientras la puerta cerrada se abría de un golpe.

José y Manuel se apartaron, claramente asustados. Una mujer mayor entró, y le quitó la beba a la madre. Ella trató de retenerla, pero sus manos atravesaban tanto a la niña como a la ladrona. La silla cayó a un costado, igual que la madre. Flavia intentó detenerla, pero era demasiado tarde.

-No… mi bebé… de nuevo no…

La mujer mayor ni los había visto. Sus gestos habían sido mecánicos, pero había en ellos un rastro de odio.

-Mi bebé… -la joven seguía llorando en el suelo. Flavia se sentó junto a ella y la abrazó. Manuel y José intentaban abrir la puerta, en vano.

La mujer de pronto miró a los ojos a Flavia y con el rostro golpeado de lágrimas, le dijo:

-Es ella, es ella… me quitó a mi nena… Maldita… yo me muero y ella la cría…

-Tranquila, tranquila… -era todo lo que podía repetir.

Flavia sacó el medallón, pensando en usarlo para volver a hablar del tema.

-Muchas gracias por dármelo. Cuando lo use me voy a acordar de vos.

-Mi medallón… mi marido… mi nena… Me lo quitó todo. Todo es culpa de la maldición… -la madre cerró los ojos y acarició el trozo de plata-. Hay que usarlos… para hablar con los demás. Yo no sé nada… Pero hay muchos que sí, sí, muchos que saben qué hacer. Hay que usarlos para hablar con los demás. Preguntales a ellos, porque si no te va a pasar lo mismo… y yo no quiero que te pase lo mismo, ¿entendés?

Las lágrimas de las dos mujeres se extendían sobre el suelo blanco como una negra sombra, que tomó la forma de una nueva visión. En ella, José y Manuel pudieron ver un funeral de principios del siglo XX, en el que una gran familia lloraba un pequeño ataúd y la mujer mayor, escoltada su esposo y su hijo, cargaban a una beba regordeta, colorada como un tomate.

-Claro que te entiendo. No sabés como te lo agradezco… te juro que vamos a hacer todo lo que se pueda, querida, quedate tranquila…

-Gracias, gracias… la quiero mucho a mi bebé… la quiero mucho…

La mujer expiró en sus brazos, como si muriera de tristeza en lugar de parto.