La productividad, al palo

0 comentarios

Las cosas se reacomodaron, o mejor dicho, las reacomodé a los golpes, o como pude. Faltan muchas pequeñas cosas de ciertos proyectos personales que no suelo contar aquí en el blog, y eso me sigue quitando algo de tiempo. Septiembre fue y será un mes con muchos días muy ocupados, con reuniones o situaciones fuera de calendario, pero por ahora sigo esquivando las complicaciones e incluso he podido disfrutar el conseguir un nuevo trabajo en una escuela que me parece muy interesante.

Mientras tanto, con todo lo anterior ya acomodado, y con algo de esfuerzo pude hacer más, mucho más. Estoy leyendo más y escribiendo más. Antes solamente leía en la red, había perdido un poco la costumbre de los comics y de los libros. Ahora leo diariamente algún comic, e incluso tengo por ahí dando vuelta un par de libros que espero poder releer pronto.Creo que eso, también, me anima a escribir.

Creo que estoy un poco menos gruñón. Antes me molestaba mucho cuando no podía terminar un guión según lo planeado, o si durante un día no podía escribir nada. Ahora las prisas, y algo que he aprendido, me han quitado esa sensación. Ya no es un torrente, sino un goteo, lo que sale por las manos. Sé que no produzco siempre regularmente lo mismo; sé que tal vez nunca lo haga, sobre todo si así me lo impide el trabajo y otras ocupaciones. Y no está mal. Teniendo dos talleres de guión, por ejemplo, me está sucediendo que no siempre el material que creo para una clase me sirve para la otra, porque los alumnos son diferentes y están en momentos diferentes. Tengo que actualizar los apuntes de hace dos años, o crear otros nuevos que no había pensado escribir. Y eso también le quita tiempo a la escritura, pero ha dejado de ser una carga, es una forma de gozar de esto que para mí es una profesión. Y también, de seguir aprendiendo.

Ahora mismo, a causa de escribir esta entrada y de leer un artículo muy interesante y motivador, estoy perdiendo el poco tiempo que tenía para terminar un guión que se demora. Pero no me preocupa demasiado: ya tengo en la cabeza la solución al dilema que me planteaba. Tarde o temprano lo terminaré. Después de todo, hoy ya terminé otro, y ayer terminé uno más.

Mientras sigan goteando mis manos, no habrá problemas.

Así que ahí estoy. Mientras se dibuja un guión para Términus, escribo dos más; mientras termino otro para la revista Quimera, ya pienso en mejorar y reescribir el que sigue. Queda retomar las novelas para mi editorial digital, Studio Ergo Sum, algo que está ya en la agenda para estos días.

Lo único que lamento un poco es no tener tiempo para jugar rol. Pero eso, supongo, es algo que se puede solucionar con algo más de planificación. Veremos qué sucede.

Atareado con la cosecha

0 comentarios

Esta es una representación visual de lo que realmente
sucedió: no los anotaba en papelitos, pero mi pizarra
tiene tantas borraduras y tachones en estos días...
Es increíble como pasa el tiempo. Sinceramente, se acelera cuando uno tiene mucho para hacer. ¡Y no me quejo! Por primera vez en mucho tiempo, no me quejo.

Después de la Crack Bang Boom 6 (que me gustaría poder comentar aparte en una entrada, como otras veces, además de la RJR 2015) hubo tantas cosas acumuladas que sinceramente no tenía tiempo para nada más. Principalmente cuestiones laborales. Fue un mes de mucho, mucho trabajo, algunas tensiones, y muchas corridas. Por suerte todo salió bien y el mes terminó, por fin, hace unos días. Fue agotador.

Y cuando digo trabajo no hablo solamente de ir a las escuelas. Hablo de que tengo ya dos talleres de guión, los únicos de la ciudad, y por suerte uno sigue bien en pie, y el otro sigue sumando alumnos. Personas con las que me copa mucho trabajar, personas que me dan inspiran para seguir adelante. Espero que el año siga así, sumando personas y experiencias tan útiles y agradables.

Así que con mucho más trabajo docente y dos talleres, quedó poco espacio para los guiones. Sin embargo, de a poco pude ir haciendo un poco de esto y un poco de aquello. Me concentré en eso y por eso demoré unos días más en arrancar de nuevo con los blogs. Recién hoy, terminando la semana, puedo sentarme con la suficiente tranquilidad y tiempo como para no engañarlos con una entrada improsivada, de esas que no me gustan.

Quiero disfrutar los blogs: que no sean una carga, sino un placer.

Y creo que esa ha sido la mayor experiencia de estas semanas, en las que hubo mucho ir de acá para allá, muchos errores de último momento, muchos parches, muchas cosas buenas y muchos éxitos. Dicen que sarna con gusto no pica; pero también, hay sarnas y sarnas. Y por suerte, en la vida uno puede elegir la mayoría; a lo sumo tendrá que soportar el trabajo, el inevitable trabajo que puede no gustarnos pero que hacemos porque nos permite llevar comida a la mesa, libros y comics a las bibliotecas y coleccionables a las estanterías. Pero casi todo lo demás, se puede elegir.

Es lo que hice en estos días: elegir la sarna. Dejar atrás lo malo, lo que molesta, lo que nos come un poco la vida; soportarlo solo si no podemos evitarlo. A lo demás, sacarle el jugo, y comerse también la pulpa.

Como digo, en estos días no he podido escribir mucho, pero disfruté tremendamente del proceso, incluso cuando a veces descubro que ciertos guiones no me están llevando a ninguna parte y que debo dejarlos descansar un tiempo. ¡Tengo demasiadas ideas como para ponerme en quisquilloso!

Sigue faltando el tiempo, pero no vale la pena preocuparse por ello. Y así fue que esa pila de cositas para hacer fue (y sigue) bajando. Algunas tienen que esperar, pero eso es todo.