Corto Maltés (I)

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Hace un par de semanas salió el último número de la colección de Corto Maltés que nos "regaló" la Revista Ñ, de Clarín. Me pareció interesante hacer un comentario extenso sobre el tema, que tiene muchas aristas interesantes.

En primer lugar, lo más importante. Hay que elogiar el hecho de que se haya sacado esta biblioteca, que aunque no incorpora todas las obras de este personaje, tiene la mayoría, en buena calidad y a un precio accesible. Es muy encomiable el hecho de que, mientras Clarín sacaba algo muy vendedor como Spiderman, su suplemento cultural nos permitiera seguir las aventuras de Corto por todo el mundo. Que un diario tan grande apueste por tercera vez al comic, en este momento, es señal de que algo bueno está sucediendo en el mercado, algo que esperábamos desde hacía mucho tiempo.

La colección se presenta en 13 entregas de tapa dura, tamaño A5, completamente a color y en papel satinado. La encuadernación es excelente, algo tosca (por estar pegada) pero muy eficiente y durable. Si bien he leído comentarios de gente a la que le ha tocado ejemplares mal armados o que se desarmaban, lo único que me tocó fue uno que requirió una pequeña reparación con cola vinílica.

Lamentablemente, y como sucedió con la Colección de Batman, esta se queda a un par de pasos de ser perfecta. Por un lado, está el hecho de que no incluye todas las historias de Corto Maltés. Según he leído en foros especializados, quedaron afuera un puñado, lo cual es doblemente lamentable. Si el diario nos hubiera obsequiado solamente con la mitad, uno no estaría contento pero entendería la decisión editorial de no arriesgarse a más. Sin embargo, dejar afuera tres, cuatro o cinco historias más (supongamos unos 3 o 4 tomos) nos deja un sabor muy distinto. ¿Qué razón había para no completarla?

Otra de las manchas es que la colección no ordena cronológicamente las historias. Si bien arrancamos con un Corto joven, en plena finalización de la Gran Guerra, luego pasamos a diversas historias que transcurren durante la misma. Así mismo, primero aparecen personajes que ya se conocen, para finalmente leer el momento en el que son presentados por primera vez. Algo que no se entiende, porque no hay ningún motivo visible, ninguna explicación o razón lógica de por qué un editor puede hacer eso con una obra terminada hace ya muchos años.

Algunos números también tienen errores editoriales posiblemente fruto del apuro, pero también de desprolijidades que no se comprenden. Por ejemplo, en uno de ellos hay un mapa de una parte de Oceanía que tiene los nombres en italiano, apenas legibles. No costaba nada traducirlos y hacerlos más nítidos.

Sin embargo, el error de edición más recurrente es la disposición del texto dentro de los globos. No sé por qué razón, Hugo Pratt usaba unos globos enormes, que tapaban gran parte del fondo. En esta edición en castellano, los globos quedan muy vacíos, ya que muchas veces se comienzan a llenar por arriba y no se los ubica en una posición más central, que reparta lo ocupado y lo vacío.
Sabiendo algo de italiano, no creo que esto se deba a que la estructura del idioma necesite más mucho más espacio. La verdad, es un gran enigma. Por suerte, la traducción es buena, y no he visto errores de tipeo ni nada muy grueso que merezca un reto puntual.

En conjunto, entonces, podemos decir que se trata de una edición muy buena, que no es mejor sólo por inexplicables descuidos de sus editores. Como dije antes, es muy lindo descubrir que Clarín se anima a sacar tanto comics muy populares como Spiderman y Batman, y también otros más clásicos o de culto como Corto Maltés. Ahora no estaría mal que hagan las cosas más en serio, cuidando más los detalles que no cuestan dinero, porque estas cuestiones de edición ya mencionadas hasta las podría hacer yo de gratis (bueno bueno, no las haría gratis si me las pidiera Clarín, obvio). No es ciencia de cohetes, es simplemente mirar un poco más el producto y ajustar las tuercas.

Obras como esta se lo merecen, y de sobra.

Aceleración y desaceleración

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¿Por donde empezar? La verdad, no sé. Estos días fueron un sube y baja.

La depresión de los lunes, la dificultad casual para dormir y para levantarme han dejado atrás a muchas cosas. Por ejemplo, a los problemas para comer. Los fines de semana como más de la cuenta, todo lo que no logro asimilar en mi media hora diaria de desayuno y luego de almuerzo.

Las caminatas son otro clásico. Cinco cuadras, si me bajo donde debo. Pero también puedo evitar tomar el segundo colectivo y caminar unas veintipico, por mi cuenta, cuando no hace tanto frío ni tengo cansadas las piernas. Me encanta caminar, me aclara la mente. Es una costumbre que adquirí, también, al frecuentar siempre lugares con linda arquitectura, o con plazas. Así que, cuando el día arranca muy pesado, me quito algo de esa carga caminando.

Ahora se vino el frío, y esa opción no siempre es válida. En esta semana recordé lo que era sonreír espontáneamente. En la Terminal de Ómnibus, casi siempre hay algo que me saca una sonrisa: un pájaro, una niña muy abrigada, un par de chinos discutiendo, o encontrarme a Carlitos Barocelli que se va para Santa Fe. Claro, en este caso, la sonrisa me duró más. Y es que Rosario es chica, bonita, muy particular.

Estas caminatas, y el hecho de que hice coincidir mis horarios en el comedor cuando no hay casi nadie, me hace tener tiempo para pensar, y desacelerarme un poco. ¿Y qué pienso? Pienso en mi próxima jugada.

Estos últimas días me han servido para descubrir muchas cosas sobre mí. Particularmente sobre lo que realmente quiero hacer de mi vida y cómo quiero lograrlo.

Y son estas opiniones las que también iba y venían como la marea. Todavía las medito, y por eso no digo más, al menos por ahora. Lo cierto es que una vez más me siento libre, capitán de mi propio barco.

En los días de semana, casi no tengo tiempo para hacer lo que quiero. Los fines de semana, vuelvo a ser el que era, pero una versión acelerada, que no tiene mucho tiempo para "perder tiempo". He descubierto lo que significa, realmente, trabajar haciendo lo que uno desea. En estos días tuve más reuniones, envíos de mails y horas frente a la computadora que en otras semanas anteriores a mi primer día de trabajo.

En definitiva, he descubierto muchas cosas. Y el conocimiento es poder. El soñar es poder. El querer es poder. Ahora tengo que ver cómo y cuando lo uso.

Pobre, a fuerza de tanto dar

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-¿Qué es lo que significa para usted toda la fama y el dinero que sus películas le han reportado?

-Cada vez que termino un filme y la gente lo ve, yo me vuelvo pobre. Por lo tanto, como hace relativamente poco que se ha estrenado Ponyo..., estoy atravesando por una situación de pobreza. No tengo nada en mi interior. Por eso no me va a quedar otro remedio que sacar mi red y ver qué otra idea puedo capturar para poder contar otra historia.

Adaptación perfecta

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No sé cómo alguien puede imaginar una adaptación perfecta de un libro tratándose de un medio tan diferente. Para mí, lo interesante de la adaptación es que se trata de la visión personal del libro que tiene el realizador. Si se les da el mismo libro a veinte cineastas, se obtienen veinte películas diferentes. La versión definitiva de Desde mi cielo es la novela de Alice Sebold. Si alguien quiere experimentar Desde mi cielo tal como se la pensó, lo que tiene que hacer es leer la novela.

Peter Jackson hablando de su nueva película en un artículo de Clarín.

Power Girl: se termina lo que se daba

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Hace unas semanas leía con algo de pena que la serie mensual de Power Girl iba a cambiar completamente su equipo creativo. Con Jimmy Palmiotti en las tintas y los guiones, Justin Gray en guiones y Amanda Conner en los dibujos (y los excelentes colores de Paul Mounts, hay que agregar), la serie era para mí algo así como uno de los ideales de lo que debería ser el comic de superhéroe: con algo de realismo, pero principalmente divertido, ágil y muy ingenioso visual y textualmente.

Cierto es que, como he comentado en este artículo, tampoco todos los personajes dan para lo mismo. Sin embargo, lo bueno de la serie es que estos creadores pudieron tomar un personaje que había tenido muchos tumbos anteriormente, dándole un nuevo enfoque. Aprovechando que Kara Zor-L se está amoldando a su nueva doble vida, como Karen Starr y como Power Girl, los guiones nos enfrentan con un personaje que viene de una crisis de identididad, y que todavía debe acostumbrarse a muchas cosas que derivan justamente de la resolución de conflictos anteriores. En este acostumbramiento, principalmente a su identidad humana, ella debe debe enfrentar muchas dificultades, montando a veces historias sinceramente hilarantes sin que se conviertan en ridículas o demasiado exageradas.



En primer lugar, está la actitud general de la protagonista, que es sensatamente cabrona. PG tiene su forma de arreglar las cosas. Aunque está lejos de ser improvisada o de apresurarse a romper todo y preguntar después (no por nada balancea la nueva JSA All Star, con Magog haciendo de loco de la guerra), no tiene empacho en darle con todo a cualquier cosa que se ponga en su camino. Y ojo si la hacen enojar.

Este molde de mujer fuerte, tanto física como actitudinalmente, está contrarrestado por su poca experiencia a la hora de interpretar su identidad humana. No sabe cómo abrir una puerta, y casi siempre termina rompiendo los picaportes. Tiene sentido de la moda, pero no duda en demostrar lo que siente, a veces de maneras algo extrañas. Su empresa no funciona como debería, y ella debe delegar tareas que no sabe realizar o que otros hacen mejor que ella. Obviamente, como en el caso de su pariente Clark Kent, está lejos parecerse a su alter-ego.

Es en estos momentos en los cuales la genialidad del guión se deja ver. Power Girl es una superheorína totalmente desprovista de "mística". Como ella no tiene necesidad de mantener dos identidades opuestas (no se siente cómoda siendo una persona cualquiera), se expresa diariamente como si no tuviera una identidad doble. Camina por la calle comiendo pizza, firma autógrafos, se saca fotos con la gente. Los policías la felicitan, y todos la alientan para que patee traseros.

A pesar del Girl de su nombre, nos referimos a un personaje adulto, que toma sus decisiones y las lamenta y enfrenta como puede, con buenos y malos momentos.


El guión, constante fuente de sorpresas
La interacción con el ciudadano común de Manhattan es constante, y le da un toque urbano muy interesante a la serie. La hilaridad nunca está ausente: desde la aparición de ciertas figuras famosas hasta las acciones que suceden en segundo plano, como novios que pelean, gente que saca fotos, policías demasiado confianzudos, etc. etc.



En el guión encontramos ciertamente mucho del humor de la serie, comenzando por la obvia referencia al busto de la protagonista y a su belleza en general.

Pero lejos de ser un chiste ambulante, PG está muy conciente de lo que despierta en la gente, y no siempre se trata de eso. Porque en definitiva, lo que despierta en los ciudadanos de Manhattan es confianza y esperanza, seguridad y fortaleza. Sin llegar a ser plano o reiterativo, el guión muestra cómo, a veces, los seres humanos sin poderes como policías, bomberos o médicos pueden ser héroes y hacer lo suyo para salvar el día, y cómo los superhéroes aprecian su ayuda en todo momento.


También entra por los ojos
Si el guión del comic ya me gusta, hay que decir que (como se debe) el dibujo lo hace mejor. Con un estilo muy sencillo, a veces rayando en el cartoon, Amanda Conner resulta muy versátil y por lo tanto es la artista adecuada para los guiones que mezclan mucha acción, enredos, muertes y destrucción, extraterrestres y animales antropomorfos, etc.

Dos son los principales fuertes de la obra de Amanda Conner (quien por cierto, al menos de cara, es bastante parecida a PG... y sale con su entintador :D ). Por un lado, el dinamismo de los personajes. Las escenas de pelea nunca son confusas ni sobrecargadas, y los gestos físicos de los personajes nos dicen exactamente qué está pasando. Las poses no son pretenciosas, y se mantiene un nivel de detalle similar en todas las escenas. De hecho, no recuerdo ninguna viñeta que fuera ostensiblemente mala y otras que fuera curiosamente mejores (cosa que sucede a veces en dibujantes muy conocidos y respetados). Esto marca que el ritmo que mantiene es sólido, y no apresura unas páginas para destacar en otras.

El segundo fuerte es sin lugar a dudas las expresiones faciales, extremadamente ricas y distintivas. Los rostros son bien diferenciados (un poco menos en los hombres), y de hecho cada personaje asume una serie de gestos que los identifican rápidamente. Al ver a PG sonriendo de determinada manera casi ni necesitamos el globo de pensamiento.

Esto contribuye fuertemente a la parte cómica de la serie. Los dibujos de Conner son histriónicos sin ser exageradamente graciosos. Reflejan el tipo de humor que tiene la vida cotidiana, las caras curiosas que uno hace en situaciones inesperadas o en casos extremos.

Obviamente, parte de todo esto se perdería si el entintado o los colores no fueran los correctos. Pero lo son. El estilo de dibujo de Conner permite seguir fácilmente la línea de cada pequeño detalle, mientras que el coloreado es justo el que hace falta: degradados y sombras en las figuras de primer plano, muy bien realizados, y más planos en el fondo.


Un poco más de lo mismo, pero diferente
Me enamoré instantáneamente de la serie, tengo que admitirlo. Lamentablemente, y no sé si es un motivo para el cambio de equipo creativo, desde que la sigo, todos los meses su fecha se ha ido atrasando, comenzando a salir más o menos un 11 y terminando de salir un 24 (como fue el caso del #10).

La sequía me hizo ponerme a buscar más comics del personaje, y fue así como recientemente descubrí la miniserie Terra. Esta serie de cuatro números presenta a la nueva encarnación de este personaje, el cual se convierte rápidamente en una amiga de Power Girl (más que en una sidekick, creo yo), y la acompaña desde los primeros números de la serie mensual.

Realizada por el mismo cuarteto, la obra plantea el encuentro entre las dos mujeres y cómo su individualismo choca y se relaciona con su sentido de la solidaridad y la ayuda al prójimo. Es sin lugar a dudas una buena forma de ir conociendo a ambos personajes, cada uno un poco más loco que el otro.


Todo concluye al fin, todo vuelve a empezar...
¿Qué más se puede decir? Hace un tiempo que quería hacer una reseña de los números leídos, y ahora me entero de que ya nada sería igual. Power Girl #12 será el último número con este cuarteto imbatible. De más está decir que, ahora que tengo un buen sueldo, me dedicaré a rastrear y comprar todos y cada uno de los comics ya mencionados (la miniserie de Terra, estos 12 números y JSA Classified, en donde vemos los primeros años de PG antes de Infinite Crisis).

De más está decir que, sin desmerecer el trabajo de los que vengan luego, posiblemente la serie cambie tanto de onda que ya no me interesará. Sin embargo, mientras tanto, podré siempre volver a ver esas historias que tanto me gustaron en la pantalla.



Y como cierre, una muestra de cómo el personaje a veces es tan humano, tan cotidiano que asusta, y de cómo ese humor cotidiano hace avanzar a la serie de una manera muy particular:



Altas y bajas

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Ayer fue un día inesperado.

Por primera vez tuve que ir a trabajar un sábado a la mañana, cosa que no resultó tan molesta, siendo que solamente es un turno de 3 horas y no hay tanto para hacer, ni el ritmo es tan acelerado. Lo sorpresivo en todo caso fue arreglar una salida con mis compañeros de oficina para ir a tomar algo a la costa. El río estaba extremadamente alto, apenas había playa, pero sí un sol hermoso. Los días de frío habían dejado paso a un fin de semana de veranito. Fue tan inesperado que ni había llevado dinero y tuvieron que pagar ellos... pero bueno, ya se los compensaré.

Estaba algo cansado ya que estos días estoy durmiendo un poco mal, pero la pasamos bastante bien. En todo caso, lo malo fue que: a) regresé un poco más tarde de lo esperado, y b) al llegar me entero de que había reunión de la ADL... avisaron muy sobre la hora (el mismo sábado a la mañana, y era a las 13 horas...) a una casilla que no abro desde el trabajo. Pero bueno, no se puede todo.

Se suponía que iba a dormir algo, comer algo y bañarme. Dormir apenas pude, porque el idiota del vecino, que está vaciando su tienda, hizo algo que no hace desde hace meses: poner rock pesado en el sistema de audio de su camioneta justo debajo de mi ventana. JUSTO cuando acababa de acostarme. Menos mal que se está mudando...

Después comí algo, pero no alcancé a bañarme, ya no tenía muchas ganas de nada. Salí a comprar algo de ropa y otras cosas necesarias y cuando quise darme cuenta, ya era de noche. Renegué bastante con el Scribus, que se colgaba y seguía tardando mucho en hacer caso cualquier cosa, a pesar de que ahora mi computadora tiene mucha más capacidad (no le cambié el micro, ¿pero tengo que tener una Cray para correr ese programa como Dios manda?). En fin, después de un rato le encontré la vuelta y me dediqué a eso por una hora o algo así.

Luego de comer decidí mirar algunos capítulos de Batman: The Animated Series, que compré en un paquete hace unos días. No me gustó para nada el contenido: los capítulos están desordenados, el audio es 2.0 y la calidad del video varía en ciertas tomas... pero bueno, es que soy exquisito, si compro un DVD quiero buena calidad.

Lo peor fue, en todo caso, que a la mitad del primer episodio la experiencia se fue al diablo. Primero pensé que era problema del disco, que habría venido fallado, pero no, era problema del aparato, porque al quitar el disco la pantalla de presentación también estaba distorsionada. Tengo que probar de nuevo con otro disco y ver si el problema persiste, en ese caso... no tengo DVD por unos días.

Seguí viendo otros capítulos en el DVD de la computadora, y el programa sigue pidiéndome confirmaciones de zonas. Maldito invento estúpido ese de las zonas, al final tengo miedo de que mi computadora quede fijada en una sola y no poder usarla para otras.

Y después... era la medianoche y decidí aprovechar mi nueva placa de video, así que instalé el Battle for Middle-Earth, videojuego que vino de regalo con mi suscripción a la Biblioteca Tolkien hace ya varios años. Me dije que iba a hacer la primera misión, luego la segunda, luego la tercera... en fin, que cuando corté eran las 2 de la madrugada. Así que fue un éxito, y no tuve problemas. Ahora, a instalar otros... me encantan los juegos de estrategia, comencé con el Dune II, el primero que era en tiempo real, y ahora regresaré al ruedo, aunque sea con juegos no tan nuevos.

¿Desperdicio de día? Sí, no escribí, pero pensé mucho en cómo organizar el resto del año. Y adelanté en ciertos temas. Por algunos momentos sí me parecía un día desperdiciado, y cuando estábamos almorzando pizzas junto a la arena y bajándonos unas birras, las ansias por sentarme frente a la compu a maquetar y escribir eran muy fuertes, quería irme de ahí. Pero no, no fue un desperdicio. Hay un poco de todo en la vida. Hoy sí, hoy sí a escribir y maquetar todo el día, aunque el sol sea el mismo y el día sea hermoso como el de ayer.

Inconformismo

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Neil Gaiman me dijo que un número de fans de cualquier tipo, incluídos los suyos, dicen que quieren algo nuevo y desafiante, que sea arriesgado.. pero si no les gusta la forma de ese riesgo, te culpa por haberlo hecho mal de alguna manera... y quieren que lo siguiente que hagas sea igual que la última cosa que hiciste.

Cosas que hice en estos días...

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...algunas, ayudado por mi primer sueldo :D
  • ir a visitar a un amigo que hace rato no veía, charlar sobre comics y planear nuevas partidas de rol.
  • armar un soporte para dos posters que hace rato quería poner en mi pieza. Uno es muy grande, de From Hell (la película, está un poco dañado) y otro es de Mazinger Z, un recuerdo de niño que, por lo que recuerdo, venía con unas revistas que no sobrevivieron mi infancia. Mi pieza casi no tiene lugares libres en las paredes... y ya estoy pensando en estantes.
  • ordenar mi pieza y la biblioteca.
  • comprar y leer el nº11 de la colección de Corto Maltés, del diario Clarín.
  • ordenar gran parte de mi colección de cards que estaban en sobres, pasándolas a los correspondientes folios (que están bastante caritos). Aunque parezca tonto, es algo que hace AÑOS quiero hacer, y nunca podía por diferentes motivos. Y todavía tengo que comprar más folios.
  • comprar la edición Absolute de La Broma Asesina, a un excelente precio, y empezar a espiarla un poco.
  • pensar en comprar muñecos de DC, y después cambiar la idea por comprar figuras de personajes de anime... y ponerlas en estantes.
  • terminar de leer Doctrina Militar Soviética, libro que he leído de a poco desde hace vaaarios meses, generalmente en el colectivo. MUY interesante.
  • continuar editando un guión para un comic que se me complica, por lo que exige narrativamente. Un verdadero aprendizaje... Pero creo que ya lo estoy domando.
  • ver el episodio piloto de Caprica. ¡Por favor, que buena serie!
  • ver parte de Dangerous Days, un extensísimo documental sobre cómo se realizó Blade Runner. Extremadamente interesante y detallado, cuenta muchas cosas realmente curiosas, como que Decard pudo haber sido interpretado por Dustin Hoffman, los problemas de presupuesto y guión, y la forma de elegir al resto del elenco.
  • cosechar 14 (¡14!) zapallos en el jardín y el techo de mi casa de una sola vez. Completo así una colección de casi 30, que la familia no puede comer lo suficientemente rápido. No me extraña que estén a 50 centavos de dólar en las verdulerías (por unidad o por kilo, varía). Todavía no sabemos qué vamos a hacer con tantos...
  • comprar La Casa de las Dagas Voladoras (a $10 OMFG!!!!) y el primer volumen de Batman: the animated series. Ambas hace tiempo que quería comprarlas.
  • ver parte del recital de Queen en el Wembley, en la tele, de casualidad.
  • ver un minidocumental de la serie animada de Batman en uno de los DVDs ya mencionados.
Todo eso en Semana Santa... Ah, y no sé si me olvido de alguna cosita... pero creo que no. Y eso que pensaba que había desaprovechado estos días. En realidad, siempre que escribo poco, me siento un poco desaprovechado yo mismo. Pero también avancé en otras muchas cosas, y eso cuenta.