Reseña de Animate 2008

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Desde hace unos meses leo el blog de Diego Agrimbau, guionista del que no he tenido todavía el placer de leer nada (pero así soy yo).

Me encuentro ahora con que ha hecho una linda reseña de Animate 2008, una de las convenciones porteñas de rol de esta época.

Me resultó interesante para ver algunas de las cosas que menciona Dogui en los comentarios de mi reseña de Leyendas, y otras cosas que he escuchado por ahí. Ahora sí me lo imagino a Trillo puteando por tener el bafle saturado a dos metros de distancia.

Al final, acá los roleros se quejan del cosplay pero podría tocarles algo peor... :D

El verdadero mundo del revés

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Mi amigo Fernando desde hace años vive en Liechtenstein, con su familia. Siempre me cuenta las ridiculeces políticas, económicas y culturales de uno de los países más pequeños del mundo. Para colmo de que le sobra material, tiene un humor bastante cáustico que siempre me gustó. Leer su blog siempre era una fiesta.

Pero ahora que puedo leer en este blog muchos más datos acerca de este raro principado, la verdad resulta ser todavía más ridículamente absurda.

Así que este post va dedicado para vos, Fernando, que hace rato que no nos vemos en el MSN y que siempre me acuerdo de vos por vivir en semejante mundo del revés. Un argentino que demuestra que nuestro país no está tan loco como parece... los hay peores :D

Hermoso día de lluvia

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Joy.

Agua cayendo del cielo, en diminutos fragmentos. Ayer casi 40 grados. Hoy somos Londres. Hermoso.

Estalla en cámara lenta el frío, barrido por el viento húmedo. Siempre me gustaron los días de lluvia. Me levantan el ánimo. Sobre todo cuando éste estaba derretido en el suelo.

Comparto la alegría del momento. Como pocas veces, no me siento totalmente solo, ni totalmente fuera de foco. Es raro. Me gusta.

Una persona me lastima. Ey, no eres mejor que yo por tener un buen trabajo. No merezco eso. Se suponía que te conocía… que habíamos compartido la misma trinchera, el mismo barro.

Odio a la gente así.

Eso me aplasta de nuevo. Me voy algo pensativo, dudando de mi futuro. No es el que buscaba, aunque tiene rastros de éxito. O, al menos, de progreso. Pero no del progreso que yo quiero.

Cuando nos dispersamos, me doy cuenta de que la lluvia se sigue regalando, y ahora a mares. Soy feliz de nuevo. Cuatro árboles, cuatro tonos de verde, sobre un cielo acerado y los adornos del shopping. Parecen un cuadro en movimiento, un holograma que da miedo. De nuevo estoy en foco, y todo parece perfecto. Sonrío. Soy feliz viendo esos colores, soy feliz con la lluvia en la cara.

Me debato entre apurarme o mojarme. Lo segundo no me molesta, pero realmente tengo algo de prisa. Me lo tomo con calma, me apuro de a poco. Cambio de ritmo, de marchas.

Estoy solo en la vereda y eso me encanta. Tarareo canciones en inglés. Vuelvo a los 80s que nunca viví, porque era muy chico.

Llego a ese punto en la avenida. Hace un par de años vi allí un cuento que era un poema, y un poema que era la memoria de un mago y la promesa de un futuro. Vi un texto y una pared de ladrillo rojo que se demolía a sí misma, con el tiempo, con el grave abandono del martillo. Ahora hay otra cosa allí. Cosas del progreso. Pero me gusta. Sigue habiendo varios tonos de verde.

Todo se olvida. De nuevo soy la lluvia, el agua que se escurre, el ruido de los neumáticos patinando suavemente. Soy feliz y nada me lo puede quitar. Ni el trabajo perfecto de otro. Disfruto esta alegría secreta, única y personal de los momentos que no se pueden describir.
Hacía tiempo que pensé que había muerto.

Exitos

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Miércoles 26 de noviembre. Año y medio sin el Negro Fontanarrosa. Para mí sigue ahí.

Hace unos días me enteré por el diario que mi amigo Jorge Matar había sido uno de los ganadores del concurso de historietas organizados en su nombre. Así que es una alegría poder acompañarlo a la ceremonia de premiación.

El bar del shopping está de fondo, aunque uno preferiría que fuera El Cairo, donde el Negro habitó tanto tiempo. Cosas de los patrocinios, he de suponer.

Viene el intendente, me entero, y que cambiaron el horario para que él pudiera asistir. Igualmente se queda diez minutos, habla y se va (cosas de las agendas apretadas). Yo le insisto a Jorge con que eso le da pedigrí al concurso y a la ceremonia en general. Están los cuatro canales de la zona, muchas cámaras y micrófonos.

Cafecito y medialunas gratis. Dan los premios y Jorge me autografía una copia de la revista que editaron, con todas las obras ganadoras y las menciones. La suya es la única que no tiene palabras. No le incluyeron la tapa, eso sí. Pero igual es mucho, muchísimo.

Los medios finalmente lo entrevistan, después de que todos le insistimos para que haga cámara. Se queja de que le hacen preguntas de respuesta “si/no”. Es lo mismo que los cassettes de los futbolistas, le digo: las respuestas son idiotas porque las preguntas son idiotas.

Hay invitados conocidos, otros que no, otros que mejor evitar. Se echan en falta Sasturain y Rep, que eran dos de los tres jurados, pero bueno, no se puede todo. Vino Tolj, que es de acá, y no lo pusieron a decir nada.

Nos vamos cuando ya no queda nadie, esperando que Jorge termine de hablar con sus camaradas ganadores.

Lo único que me queda desearle es que le den pronto el premio y se puede comprar la Mac que merece (y necesita).

Ansiedad

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Estos días han mantenido una insistente presión sobre mi cráneo. No solo por el nerviosismo de mi nuevo trabajo, a veces sorpresivo en horarios y en resultados. Había un no sé qué por ahí, algo que me aturdía y me ponía las cosas de punta.

Hace unos días me dí cuenta que esa sensación de aburrimiento, ansiedad y vacío, ganas de no hacer nada y de desperdicio, venía de mi falta de actividad. No estaba escribiendo.

En verdad, tengo en la cabeza ideas para una buena docena de guiones de comics, pero me cansé un poco de eso. Ya estoy trabajando en otro proyecto con Fernando y no es cosa de escribir docenas de guiones para que nadie los dibuje. Quiero enfocarme.

Me dí cuenta de que quiero volver a las novelas.

Así que descansé unos días más, trabajé, descansé y ahora me dispongo a plasmar en el papel algunos garabatos.

Después de enviar mi novelita de ciencia ficción al concurso, me quedé con dos ideas de fantasía oscura, y en esos días de descanso medité sobre los detalles más finos y las partes de la trama que, siendo importantes, no podía desarrollar sobre la marcha. Estoy dispuesto a dejar que ciertas partes se escriban solas durante el proceso, porque si tuviera que planear todo de antemano, sé que no podría. Pero lo grueso y lo intermedio deben estar allí, o me pasará lo mismo que me ocurrió varias veces con Ojos de plata. La sensación de que la historia vivorea, llega a alguna parte, pero que pierde fuerza en el camino.

Esta tarde, hace unos ratos, decidí cuál novela empezaré antes, aunque no sé si luego la abandonaré por la otra o qué haré. Así que me pongo a eso.

Lo raro es que, anulada la duda, sabiendo de donde surgía la ansiedad, no estoy ansioso por escribir. O a lo mejor es el calor que hace aquí, que te quita las ganas de hacer cualquier cosa.

El último de la serie

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Creo que debe haber pocas cosas más feas que leer dos libros de una trilogía y no conseguir el del final. Es lo que me pasó, hace tiempo, con la saga del Éxodo de los gnomos de Terry Pratchet.

No he leído nada de él, y comprar los dos primeros libros era una apuesta a enmendar el error. Lamentablemente, no pude conseguir el último. Nunca más.

Ahora un amigo me ha prestado La nave. Empecé a leerlo ayer, y porque me tomé tiempo para releer los otros dos y disfrutar en serio de la historia, sin olvidar nada. Ha valido la pena.

Estoy contento, aunque sé que tendré que devolverlo. Más adelante tal vez pueda conseguirlo, pero mientras tanto podré ver el final.

Lo curioso es que no lo saco de casa. Los otros dos los he devorado en el colectivo, en mis frecuentes viajes. Este no. Cuando alguien me presta algo, no lo saco a pasear, no sea que le suceda algo. Queda en casa hasta que se devuelve.

Lo otro curioso, es que mi amigo, que tiene una biblioteca similar a la mía en alcances y tamaño, pareciera gozar de escribir su nombre y dirección de mail en la tapa y en hojas sueltas. Sí que se pueda perder y todo eso, pero me parece que con una vez, ya es suficiente.

Lo que quiero de un SW RPG

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Desde hace tiempo vengo pensando en esto. La verdad es que no soy ningún indeciso, pero hasta hace unas semanas no sabía cómo definir, en pocas palabras, qué me gustaría tener en un juego de rol de Star Wars.

En Leyendas 2008, charlando con la gente que jugaba wargames y se armaban sus propias maquetas de cartón, le puse nombre.

Quiero un juego táctico narrativo.

Sí sí, así como suena. Quiero que tenga miniaturas, y un tablero no cuadriculado, pero sí en 3d, con escenarios reales para mejorar la inmersión táctica (y porque queda bonito y tengo el trauma de las maquetas desde niño). No me molesta tener que medir con regla para, más o menos, ver si la dificultad del disparo.

Pero también quiero que mi personaje de pronto diga "no puedo permitir que ese tipo ponga en peligro a la Galaxia y mate a otros como hizo con mi hermana. No sé de donde, pero tengo que sacar fuerza para vencerlo". O "mi personaje busca venganza. Pura y dura. Así que no me importa si muere, pero me lo llevo al infierno".

Lo primero, lo reconozco, vino de ver las minis de SW d20. Lo segundo, en cambio, es un pedido que siempre tuve para con SW. Viendo las películas, y después leyendo algunos comics, y sobre todo consultando la Wookiepedia, me di cuenta de que hay muchas buenas historias que pueden ser contadas a través del juego. Personajes emblemáticos que deberían estar al alcance de cualquiera. Desde el mercenario/rata callejera de Nar Shadda que se arrepiente y se enmienda salvando a otros, hasta el piloto imperial que traiciona su causa, pasando por el soldado cansado de luchar y luchar, o la mujer que ha perdido hijos en la guerra y decide hacer algo. No sé, son solo ejemplos que se me ocurren ahora. SW es un universo rico, que permite la maduración de mucha fruta podrida, pero también de cosas interesantes.

Así que ahí lo tienen. Juego táctico narrativo. ¿Que no se puede? Veremos. Tengo mis dudas de poder lograrlo, pero el fracaso solo marcaría mi ineficacia, no la imposibilidad de alcanzarlo.

Los puntos de Destino de Saga Edition me marcan una pauta, y me gustaría profundizarlos. Aunque, como me ha recomendado en su momento René, trataré de modificar las cosas sólo después de haberlas probado como están en el manual. A su vez, quiero simplificar un poco más la parte táctica del juego, que creo que está bastante simple, pero para gustos...

Los exitosos Pells

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Hacía raaaato largo que no veía una serie argentina que me enganchara. Desde Los Simuladores o Hermanos y detectives (nada curiosamente, del mismo autor).

Si vivís en Argentina, ya sabés que el 99% de la televisión es una bosta. Incluyendo los noticieros, que además de ser todos amarillistas, están conducidos generalmente por malos locutores que no pueden articular una frase entera sin romper las reglas de la gramática o la lógica.

Así que, a pesar de que no soy de hacer críticas de series en el blog, me decidí por encarar esta: Los exitosos Pells.

Para resumir, es una muestra del talento argentino en materia de producción. Todo encaja, desde los pequeños detalles visuales de la presentación, muy elaborada, hasta el casting, que es perfecto. Mi madre me lo resumió así después de ver los dos primeros episodios: está tan bien armada que parece una serie yanki, no una serie argentina.

Lamentablemente me perdí los dos primeros episodios (y no siempre puedo ver todos los capítulos, por temas de horario). Pero la historia es básicamente así: un matrimonio exitoso de conductores de noticiero: Martín y Sol Pells, la pareja perfecta de la TV. Salvo que él es gay y ella mantiene una relación oculta con su colega, Diego. Este matrimonio por conveniencia (conocido por sus jefes) les permite mantener el éxito en el canal y ser dos personas muy queridas y famosas. Franco, el dueño del canal, es padre de Tomás, la pareja de Martín: un gay bastante evidente y obsesivo.

Ya con eso se podría haber hecho una buena serie. Pero hay más. En el primer episodio, Martín tiene una lucha con Franco, ya que pensaba cambiarse de canal. Martín es herido por su jefe y queda en coma. Para tapar el hueco, tanto criminal como profesional, a Franco no le queda otra que suplantar al verdadero Martín por un doble: Gonzalo, un sujeto que encuentra en la calle, arruinado.

Esto es lo que termina de cerrar el rizo. Él es totalmente diferente, a pesar de lo físico, a Martín. Es una persona noble, y, sobre todo, heterosexual. Lo cual hace que su convivencia forzada con Sol, una mujer hermosa y sexy, sea una tortura.

De ahí ya se imaginan los papelones, ya que existe una fachada dentro de otra fachada. En el canal, muchos saben que el matrimonio son una farsa, pero solo unos pocos saben que el verdadero Pells no está ahí, y que el otro es un doble. Y todos empiezan a preguntarse qué bicho le picó a Martín, que de pronto cambió tanto.

Con tan buen piso argumental, la única manera de arruinar la serie era poniendo malos personajes o malos actores. Error que no se cometió. Por un lado, el casting, como ya dije, es perfecto. Los dos protagonistas, Mike Amigorena y Carla Peterson, son actores poco conocidos (aunque ella se hizo algo famosa hace poco con Lalola, otra comedia de éxito con buenas críticas por su argumento). Los dos demuestran una gran precisión en el momento de realizar todo, ya que sus papeles tienen personalidades bastante amplias, a veces extrañas. Principalmente Sol, que tiene conductas a veces contradictorias.

Los demás están todos en el lugar perfecto. Actores muy conocidos y otros no tanto, pero con papeles bien definidos y cuidados.

Esta es la parte actoral que más me gusta comentar. La definición de los papeles, que es tanto precisa como nebulosa. A pesar de que es fácil saber qué papel, qué lugar ocupa cada uno, no hay estereotipos fáciles ni absurdos. Tomás, la pareja de Martín, es un buen ejemplo. Es el clásico gay "loca loca", como diría Homero Simpson, pero rebajado con una buena dosis de decoro y "armario". No va por ahí gritando que es gay, porque su padre y él tienen que guardar las apariencias. Pero se da tiempo, en privado, para maquillarse, llorar como nena o preguntarse qué le pasa a ese nuevo Martín que ya no lo trata como antes.

Con este punto cierro. Por lo que pude ver, y es algo que me gusta porque me descoloca, la serie no está armada en base a estereotipos. Los personajes son contradictorios, raros. No hay voz en off con sus pensamientos, así que a veces uno no sabe si esa pose es fingida o real; pose que también, a veces, es ambigua. Durante el primer capítulo que vi, uno no sabía si Sol era una mujer falsa y manipuladora o una mujer algo ingenua e inestable. Para colmo, en el canal todos son grandes chismosos y están serruchándose el piso de manera constante, unos a otros. Lo cual hace que el espectador siempre sospeche que algo de esos rumores puedan ser ciertos.

Así que, si están en Argentina o la pueden conseguir, véanla. Es una joya de la TV. Y si lo digo yo, debe ser cierto, porque ya me da asco la TV argentina.


PD: un detalle que marca a las claras la calidad de los guionistas (y del proyecto en general) es el humor que manejan. Este se ve cristalizado en los bloques que cierran con publicidades hechas por los Pells (que se transmiten por el mismo canal en donde ellos trabajan). Jugueras, pastillas para el stress, electrodomésticos y todo tipo de estupideces absurdas típicas del clásico "Llame ya". Publicidades muy idiotas, al nivel de Homero exprimiendo una naranja contra su cabeza o Joey de Friends vendiendo un perforador de cartones de leche. Todo hecho igual que en la TV real, con los Pells actuando mal (actores que actúan de periodistas actuando mal, ¿se entiende?), desenfocados, dudando de las líneas mal memorizadas, fallando al demostrar en cámara las cosas. Cuando vi eso, me terminaron de comprar. Y lo peor es que a veces hay dos por episodio. Todo un chiche.


Dulce fracaso

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Bueno, como lo había anticipado, no gané nada con Ojos de plata en el concurso al que lo presenté, en España. Pero no me quejo, había una competencia enorme, de 80 novelas, y además parece que todas de buen nivel. Además, no había escrito la novela para el concurso, sino "de oficio".

Pongo la palabra "fracaso" en el título porque últimamente estoy muy poco inspirado para éstos, y no se me ocurre otra cosa. La verdad es que haber terminado mi primer novela, aunque tenga defectos y cosas que puedan ser mejoradas, es mucho.

Espero poder abordar su relectura para diciembre, cuando me libere de ciertos compromisos y ya no tenga que dar clases. Después tal vez empezaré otra novela. Todavía no sé si será su continuación o si empezaré con las ideas más nuevas que he tenido en estos meses.

¿Mi objetivo? Pues concursos el año que viene. Principalmente el de cierta editorial de nombre mitológico, pero otros que surjan, también. Creo que con la experiencia acumulada en estos años puedo hacer algo mejor todavía. Mejor dicho, estoy seguro de que puedo.

PD: segundo concurso, allá voy!!!

Maldición de Lovecraft

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Para matar un poco el rato en esta tarde da calor agobiante continué leyendo El manuscrito olvidado, de Horacio Lalia, que adapta cuentos de Lovecraft. Allí me encontré con uno que desconocía.

El alquimista es un relato que bien podría ser el planteamiento de una aventura corta para Maldición de Sangre. Solo accedí a la trama a través del comic, pero habiendo leído a Lovecraft calculo que no será muy largo. Sin revelar nada de ella, solo diré que mantiene la estructura básica de mi juego: el protagonista que descubre que morirá en una fecha señalada y debe encontrar la manera de evitarlo. Excepto por el hecho de que es uno solo y no un grupo, en el comic encontré muchos pequeños detalles que quiero explotar en el juego.

Hace tiempo que quiero retomar la idea de jugar MdS por foro, pero no me animo a hacerlo hasta estar más cerca de diciembre y empezar a plantearlo. Por otra parte, ahora se me ocurre otra alternativa de juego, el one on one: un DJ y un jugador. Sí que cambiaría la dinámica de juego que pretendo, eliminando al grupo (de personajes y de jugadores), pero por otra parte permitiría llenar un espacio para cuando uno tiene pocos jugadores (de hecho, uno solo). Esto me ha pasado, a veces. Y las partidas de a uno que he tenido no han sido malas, tengo que decir. Siempre olvido contarlas.

Para diciembre, entonces, enfoco todo. Y si pueden, lean el cuento, que seguro lo pueden usar de inspiración. Y después manden el actual play.

Breve pero bueno

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Estos días estuve escribiendo muchos guiones. Después de la novela corta, que todavía no tiene título, para un concurso por venir, sabía que iba a necesitar escribir cosas breves.

Creo que nunca escribí nada para practicar. En eso me equivoqué. No está mal buscar siempre lo mejor, pero a veces debe haber ejercicios de escritura, así como los dibujantes hacen bocetos o dejan por la mitad ciertos dibujos. Practican, no sale, se arranca de nuevo, se usa lo que se aprendió para otra obra.

No todas las ideas sirven para llegar a algo bueno.

Siempre traté de sacar EL cuento, con todas las ideas que tenía. Algunas eran buenas, otras complejas, otras pobres. Desde hace tiempo he aceptado que hay cuentos que empezaré y que tal vez nunca termine. Y que no está nada mal retomar algo que comenzó a ser tejido años atrás. De hecho, es un reto interesante.

Y eso así que escribo guiones sin pensar en grandes cosmogonías, historias largas, tiras ni continuaciones. Historias breves, sencillas, tal vez usadas, sin mucha innovación, pero que buscan ser buenas: transmitir algo.

He descubierto que me gusta mucho. Ya preparo el siguiente proyecto con Fernando Kern, quien ahora ya tiene blog. Están invitados a pasar y dejar comentarios. Ahora que han pasado algunos nubarrones y apuros personales, estamos de lleno en las trincheras.

Desertificación

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Bueno, el concurso de Maldición de sangre terminó hace ya una semana, y ni he tenido tiempo de cerrarlo como se debe.

24 personas bajaron las bases: ninguna envió nada. De manera que tengo que declararlo desierto.

Varias de estas personas me han manifestado que tenían ganas e ideas para participar, pero que el estudio, trabajo, etc. no le permitían hacer algo razonablemente bueno en el tiempo planteado. Pensé en alargar el tiempo de la convocatoria o en lanzar de nuevo el concurso, pero si no se dio, ya está.

Sin embargo, teniendo en cuenta las ganas de participar de esta gente, he decidido que cualquiera que no haya podido participar puedan enviarme este material. Simplemente escriban al mail que está en las bases, avísenme de su interés y cuando tengan listo algo, me lo envían. Cuando el 2º ahscan de MdS salga, añadiré esas Maldiciones como lo pretendía el concurso, solo que no habrá ganadores.

No tengo todavía fecha establecida para este ashcan, aunque calculo que será antes de marzo. De manera que tienen mucho tiempo para escribir. Ahora sí que no hay excusas.