Trabajando en la sombra

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Empecé el año y ya está terminando enero. Así de simple. Un poco de esto, algo de aquello y boom! Ya casi no queda tiempo.

Me revuelco, a veces, entre la ansiedad y la calma. Pero está ganando la calma. Ya todo llegará, ya será el tiempo indicado.

Diciembre y enero fueron meses de mucho renegar con la escritura. Sobre todo con los comics. Pero fueron saliendo, ya está. Fueron aprendizajes, y se aprendió. Ahora a seguir adelante.

Tal vez lo angustiante es ver que falta poco, falta poco... siempre falta poco. Cuando uno está por terminar algo, sucede una cosa inesperada que demora todo. Es lo que me pasa con el siguiente proyecto de Studio Ergo Sum. A mi antología de cuentos de ciencia ficción solamente le falta un cuento. Está la idea y todo, pero no puedo sentarme a escribirlo. No hay tiempo, o el tiempo es malo.

Así que hago cosas de a ratos. Pienso mucho, planifico, anoto, repienso. Y en la oscuridad, a la noche, a veces escribo en serio. Es el ciclo de siempre: uno que quiero quebrar, pero por ahora no puedo. Ese de escribir cuando hay un rato, y no poder tomarlo como un respirar, como algo de todos los días.

Pero ya llegará. Algo me dice que este año será, finalmente. Y mientras tanto, lo cierto es que vengo escribiendo más. Y sin guiones para las revistas, solo queda escribir cosas nuevas. Y esperar un poco más.