9 Leyendas (conclusión)

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Había prometido, como siempre, una conclusión sobre Leyendas. Acá está.

Hacía unos años fui a una Leyenda que, por alguna razón, decepcionó a muchos. Fue como aburrida, siempre lo mismo, etc. Esta fue lo de siempre, fue predecible, pero como decía en otra parte, tuvo ese nivel mínimo que contenta a la gente que justamente viene a buscar más de lo mismo, con algún toque nuevo, pero muy poco. Es decir, yo ya fui como un trámite y eso no me molestó, porque la pasé muy bien y creo que el resto también (cuando se levante el foro caído de RA veré si es así).

Sin embargo, tengo que mencionar algunas cosas que no me gustaron, y que creo que a esta altura del partido no deberían pasar, porque afean el sentido general de la convención y le restan nivel. Son cosas más que nada organizativas:
  • creo que faltaron organizadores. No sé, pero hubo varias cosas que me hicieron pensar eso. En primer lugar, antes yo los conocía de cara y se los veía yendo y viniendo, un poco como hormigas, en todo momento. Esta vez muchos eran nuevos, creo yo, y no los veía tanto. Esto influyó en muchos pequeños detalles: por ejemplo yo tuve que ir a buscar sillas el sábado para poder jugar, cosa que no me molesta pero que antes hacían ellos directamente. También faltó gente que anunciara por altoparlantes... ¡no promocionaron nada, no avisaron de nada! Eso es un grave fallo porque no todos leen hasta lo último del folleto, y algunos se cuelgan.
  • la remodelación del CEC dejó algo en problemas. En área de talleres. A lo mejor es que yo no la conocía, pero me parece que es bastante choto tener que cruzar el baño (está el de chicas al lado del de chicos, casi son el mismo baño) y pasar por un par de pasillos hasta encontrar una escalera mágica que te catapulta al SUM. Eso no es cosa de los organizadores sino de los arquitectos, pero acá fallaron en avisar. El viernes me perdí parte de una charla por eso justamente, y pudo haber sido peor si se hubieran respetado los horarios (ver abajo).
  • a ver... horarios... creo que no se cumplieron, directamente. Al menos los de los talleres. El viernes, luego me di cuenta, caí TARDE a un taller. Caí media hora tarde. Estuve en el taller otra media hora, creyendo que era el que yo tenía ganas de ir. Nos sacaron para el siguiente taller, una hora después de la hora señalada... Y después me di cuenta de que el taller al que yo quería ir era justamente ese, el que empezaba UNA HORA después... Nada que ver. El cosplay empezó media hora después, más o menos... a esta altura del partido deberían tener más cancha y saber que no pueden tener cortos en la pantalla segundos antes, porque hay que dejar un colchón de tiempo para poner las mesas, sillas, etc... Finalmente, el domingo la charla de guionistas empezó también bastante más tarde, porque se alargó la anterior, y porque los mismos interesados llegaron muy tarde (la expositora empezó con tres oyentes y terminamos siendo como ocho). Es un gran problema que no tendría que estar, directamente.
  • algunos criticaron la elección de la fecha, porque el domingo era día de la madre. El tema fue que el domingo, justamente, fue un día muy flojo en asistencia, comparado con el sábado. Pero esto no es cosa de los organizadores, y es un gran fallo ponerlo así. En primer lugar, este mes era un campo minado de elecciones, feriados, días de fiesta, etc. En segundo lugar, ellos tienen que tomar la fecha que les dejan los del CEC, lugar para el que hay que registrar los eventos con mucha anticipación.
  • en lo personal, critico el lío que hicieron con las mesas de rol. Ojo, salió todo bien, pero noté nuevamente algunas desprolijidades. Me dijeron que la gente, como todos los años anteriores, se podían anotar en Milenario Comics. Yo mandé gente a que lo hiciera y no tenían ni idea. Después, esta misma persona, muy entusiasmada, trató de anotarse el viernes y no pudo, y lo hizo directamente el sábado... Si hubiera sido apenas un poco menos entusiasta, se hartaba y se iba. Extraño cuando me llenaban la mesa a lo bruto, cuando había organizadores dedicados a anotar en la planilla y que te preguntaban si necesitabas algo, te conseguían jugadores de cualquier parte, avisaban por altoparlante para insistir, etc. Creo que es lo mínimo: el sábado tuve mesa porque conozco gente de RA que quería jugar, sino tampoco hubiera podido dirigir.
Creo que esos son las principales críticas. Nada grave, pero que debería ser mejorado. En el punto raro, mencionar que, ahora que caigo, Leyendas 2007 fue una convención totalmente de frikis. ¿Qué quiero decir con esto? Que el viernes había bastante gente, y eran todos jóvenes frikis. El sábado, desde temprano estuvo copado por gente de Rosario Anime y otros frikis varios. Y el domingo, aunque vino poca gente... ¡eran todos frikis!

No se vieron familias, ni muchos niños, ni gente curiosa... es decir, un poco, pero no en los niveles de otros años. Casi no había público general, pero si una gran masa de frikis. Eso le dio un aire muy lindo a la convención, y me gustó poder volver a charlar con todo tipo de personas en ella, porque hubo años en donde me sentí un poco solo (mis amigos dejaron de ir y yo no conocía a mucha gente). A ver cómo es la del 2008... ya son 10 años!!

9 Leyendas (domingo)

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Tuve que dejar un compromiso importante para ir el sábado. Pero dolió bastante dejar de ver el emocionante final de campeonato de la Fórmula 1, donde por primera vez en mucho tiempo había tres pilotos que podían ganar en la última carrera. Tuve tiempo de ver la largada, emocionante y sorpresiva, hasta que se quedó Hamilton, y después me fui. Obvio que no miré las noticias e instruí a mi familia para que no me dijeran nada, y vi la repetición en la mañana del lunes. En fin, ganó Raikkonen, yo quería que ganara Alonso, pero bueno, el tipo se la jugó.

Comentario aparte, lo digo porque fui al mismo horario que el sábado: 14 horas. Los otros años recuerdo que a los Djs se les exigía llegar a horario, a eso de las 15. Me llamó la atención, pero fui. El sábado, como ya conté, había cola en la entrada, mucha gente esperando. El domingo, desierto. Así que me jodió llegar temprano para nada. Ni el buffet estaba abierto.

Mi camarada rolero Gonzalo, también DJ, me devolvió los dados y me convidó algo de beber y comer, mientras charlamos un poco de todo. Así que por lo menos pasó una hora y un poco más. Pude vender mis d6 sobrantes a un amigo de él, así que fue otro punto a favor. Y después...

Eran ya como las 15:15 y llegó un jugador a mi mesa... y resultó ser un platense que había venido el año pasado, a quien le había dirigido CoC. Una muy linda sorpresa para ambos, porque a mí me cae bien y a él le gusta como dirijo. Lamentablemente no iba a haber más jugadores en mi mesa, así que después de un rato de charlar y ponernos al día sobre lo que cada uno estaba haciendo, y darle algunas direcciones de foros y demás, nos separamos.

¿Y qué hice? Aproveché que estaba a tiempo y me fui a la charla para guionistas de historietas, sobre cómo crear personajes. Para la cual tuve que esperar un buen rato, como media hora de atraso. Podría haber seguido con mi plan de dirigirle media hora a este muchacho, en lugar de ponerlo en la mesa de Gonzalo. Pero bueno, espero que lo haya disfrutado.

La charla, a cargo de Lara Maruca, estuvo muy buena y valió la pena la pequeña espera (no atribuible a ella, como contaré más adelante). Realmente anoté algunas cosas que me ayudan a sistematizar más lo que hago, porque como me pasa siempre, hay muchas cosas en las que toco de oído, cosas que sé instintivamente o por leer mucho, pero no por tener un sistema, digamos. Creo que fue el punto más alto de la tarde.

Charlando, me enteré de un rumor de que los dados iban a aumentar de precio, de 5 a6 pesos, luego de la convención. Yo tenía la plata de la venta de los otros dados, así que justo necesitaba dos más, y no demoré la decisión. Encontré unos muy lindos y muy similares a los que ya tenía, para continuar con el juego; pero al poco tiempo me puse a pensar si no serían demasiado d6. De todas maneras llegué a la conclusión de que no era así, porque igual los voy a necesitar más adelante.

Me llamaron al rato para el sorteo de los premios para masters, como siempre, muchas cosas para elegir, pero algunos de los juegos ya los tengo... Había mucho surtido, pero lamentablemente la suerte me fue muy adversa, y saqué un 2 con un 1d20 falso (el cual en realidad, como descubrió luego un avezado DJ, era un d10 doble). Así que pude ver cómo me eran arrebatadas casi todas las opciones más interesantes. Pero bueno, así son las cosas y tampoco me quedé con las manos vacías, lo que pude rescatar es interesante.

¿Que hago a partir de entonces? Lo que suelo hacer siempre. Di muchas vueltas y saludé a muchas personas, y charlé bastante mientras comía algo y terminaba de mirar los dibujos que me faltaban. Estaba en eso cuando se fue haciendo la hora para el recital de San Hoshi Hino. Y había decidido que no iba a ir, no porque no me guste o algo, sino porque estaba cansadísimo, el lugar ese es asfixiante, y porque era el día de la madre y casi ni la había visto a la vieja, así que me pareció justo volverme. Y así terminó Leyendas de este año.

9 Leyendas (sábado)

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Fui temprano ya que me habían avisado que esta vez se abría a las 14 horas; como master tengo que estar a horario. Me encontré con bastantes personas en la entrada, y curiosamente las puertas se abrieron luego de una espera de unos 20 minutos más o menos. Lo cual me sirvió para reclutar jugadores para la mesa, gente linda de RA, la cual tenía poca experiencia en el rol, algunos ninguna, pero muchas ganas de divertirse.

Luego de charlar un poco con un amigo DJ y prestarle dados y algunas cosas más, llegó este grupo y comenzó la aventura. Es la primera vez que dirijo oficialmente SW D6 en una jornada (la de Cero Veinticinco no la cuento porque les dirigí a los DJs que no tenían mesa). Me gustó como quedó todo. El grupo se adaptó rápidamente. La misión implicaba salir rápido de Hoth luego de la batalla del comienzo de El Imperio Contraataca. Así que era mucho combate y acción, algo sencillo de digerir. El sistema de combate, aunque yo lo aplico de manera sui generis, funciona bien. Aproveché para usar las minis de SW que me regalaron. La escena más emocionante fue el grupo contra una patrulla de 6 stormtroopers, para luego escaparse en un vehículo algo dañado. Por lo que me dijeron les gustó, habremos pasado dos horas y media más o menos. A ver si se repite un día de estos.

Después de eso vagué un poco, mirando dibujos que no había visto, charlando con todo el mundo. Me dio gusto ver a gente que hacía poco o mucho que no veía. Miré un poco de la película animada de Superman vs Doomsday, en realidad el final, pero bueno, no hay drama. Después de eso me morí de la risa viendo los cortos cómicos paródicos de SW, realmente geniales.

Se acercaba entonces el gran evento del día: el cosplay. Así que me acomodé más adelante, robé varias filas cada vez que pude, etc. Y llegué a estar justo detrás de los que se sentaban en el piso.

Desde ya tengo que decir que a diferencia de otros años, no fue una competencia muy reñida. Fue calmada y casi predecible a veces, y eso no es malo. La gente se portó bien, no hubo descontrol como en otros casos, todos los de adelante estábamos sentados, etc.

Había muchos anotados, algunos que venían en grupo como la gente de RA con sus personajes de Naruto. Desde lejos la mayoría eran personajes anime, pero tengo que decir que no fueron muy carismáticas, en general, sus apariciones. Esto se debió a varios factores:
  1. el presentador. Diego Paris es un tipo muy bicho, por lo que pude ver en esos días. Mucha chispa. Interroga a los personajes con muy buen humor, y si uno no es rápido, se hunde al segundo. Tenés que saber cómo reaccionar, porque una buena respuesta te puede hacer ganar al público o puntos del jurado. Muchos, la gran mayoría, no pasaron la prueba, y se hundieron o sobrevivieron a flote, apenas.
  2. la situación general. No hay que caer solamente con el disfraz. Además de enfrentar al presentador, hay que tener un algo especial para atraer miradas, tener un acto, algo. No es cosa de pasar caminando como hicieron algunos, y listo.
  3. trajes buenos pero poco llamativos. Decía que vino mucha gente disfrazada de personajes de anime. Se notaba el esmero en la producción, eran muy buenos. Pero se trata de disfraces "fáciles" de hacer, en la medida en que son solamente de tela. Si no son apuntalados por algo más, no sobresalen. Son el tipo de disfraces simpáticos con los que uno se saca la foto (con el disfrazado adentro, claro), pero a veces no están para ganar un concurso. En ese sentido se vio una gran diferencia con respecto a otros años.
Estos factores creo que hicieron que se diera un resultado cantado. Como en otros años, las chicas con disfraces y/o personajes atrevidos llamaron la atención, y uno se iba dando cuenta de que una de ellas iba a quedar. El presentador, no lo culpo, aprovechaba el momento para los chistes fáciles y lo picante. El caso más patente fue el de la gatita ronroneadora, la cual junto con el ninja tuvo MUCHA cámara, además de menciones. Nuevamente, mientras el ninja se hizo rápidamente un personaje para quedar en la memoria, no estaba como para ganar el premio. La diferencia con la gatita era que el disfraz era infinitamente más original, mejor hecho y bueno... tenía a la gatita dentro.

Así que después de mucha risa, muchas pelea en el escenario, mucho de varias cosas, el concurso seguía siendo previsible y así termino:
  1. lugar: el caza-fantasmas. Desde que lo vi entrar en la convención, supe que TENIA que ganar. No solamente por el espíritu del tipo, sin porque es un traje PERFECTO. Y no tuvo competencia en gran medida porque no hubo otros disfraces del mismo nivel de complejidad. Nadie vino vestido de un robot, o de un ser extraterrestre o algo así: eran todas máscaras y ropa. Creo que eso fue determinante en su victoria.
  2. lugar: Rick Hunter con su "hija" Minmey. El tipo se fue de tema, y lo digo yo que soy fana de Macross. Se vino con un uniforme idéntico al de Rick Hunter, y para colmo con una réplica mini de Minmay, con el pelo azul con trenzas y el vestidito rojo (como la muñequita que encuentran los zentraedi). El factor ternura fue muy importante en la decisión, pero también el esfuerzo del tipo.
  3. lugar: ya lo dijimos, la gatita ronroneadora (no recuerdo el nombre del personaje de una serie de anime). Lo dicho antes. No fue el caso de la "mina medio trola que gana porque muestra algo". Aclaro por las dudas. El disfraz se lo merecía y ella también que supo "soportar" lo que le decía el presentador y todo lo demás.
Terminado el certamen, todos los dispersamos como semillas al viento.
Si puedo mañana contaré lo del domingo, y luego haré un comentario final en general, ya que acá no menciono cosas generales. Fue una muy buena tarde la del sábado, tengo que decirlo, la disfruté mucho, tanto por el rol como por el cosplay.

9 Leyendas (viernes) + día del rolero

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Ayer empezó la ya mítica Leyendas, en su novena edición. Mismo lugar, misma hora. Realmente me suena raro cuando algunos de la gente de Rosario Anime se entusiasma porque es "su primer Leyendas". Para mí y para muchos ya es como respirar (pero una vez al año).

Y bueno, uno se acostumbra y todo parece lo mismo. A lo mejor por eso siempre pedimos un piso a todo el tema; si baja de ese piso, dicen que es una mierda.

En fin, que hacía rato que no iba un viernes, porque dicen que son aburridos, que no hay nada... y así los recordaba yo. Pero decidí ir para participar en un taller sobre guión de comics y bueno, no me pareció ni tan aburrido ni tan desierto.

En primer lugar, que llegué tarde al taller, y luego tuve que investigar cual Indiana Jones para ubicar dónde cuernos estaba. Resulta que ahora los talleres no están a la vista de todos (algo bueno en una convención con todo el ruido que tiene), pero están en un primer piso del CEC, al cual se accede metiéndose hasta el fondo por los baños y siguiendo una serie de pasillos que dan a una escalera (algo malo porque la mayoría ni se entera que eso existe, aunque el mapa lo tiene en los folletos que te dan con la entrada). Así que solamente gracias a que gente de RA me prestó uno pude encontrarlo; lo malo del mind trick en la puerta es que no me dan folletos.

Dejo de quejarme, la charla no fue lo que esperaba pero igual estuvo piola para pasar el rato y debatir cosas frikis de películas de superhéroes. Después volví con la gente de RA, encontré algunos que hacía rato no veía (como el mercenario mandaloriano de mi campaña de SW que todavía no empezó). Y también un amigo dibujante con quien quería hablar, habíamos arreglado informalmente vernos ahí, centro friki del intercambio de data.

Aunque no tuve demasiado tiempo pude mirar algunos de los comics e ilustraciones; hoy lo haré con más detalle. Me encantaron los dioramas de fantasía que hay...

Después hicimos el enganche, nos fuimos con gente de Cibeles al bar donde celebrábamos el día del rolero... solamente para encontrarlo cerrado!!! Un viernes, a la nochecita!!! Y para colmo el de enfrente también cerró al poco tiempo, así que decidimos mudar todo a un pizza libre de Pellegrini... Y ahí la pasamos muy bien, nos juntamos unas 10 personas si no cuento mal, casi hasta la medianoche, comiendo pizzas y tomando cerveza negra (por fin un bar que tiene de la buena y un poco más barata que la rubia!!!).

Sobre esto último es inútil intentar recopilar todo lo que dijimos... se haría muy largo. Pero fue un día redondito, y espero que hoy también lo sea.

Avances (en varios frentes)

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En estos días estuve varios días sin hacer nada, en gran medida debido a un colosal dolor de muelas que hace me hace desmayar del dolor a la noche (no fue joda, tuve que recurrir a calmantes inyectables).

Solucionado en parte el tema, y sintiéndome un poco culpable por la falta de trabajo, empecé de nuevo con DESAFIO y con Lágrimas Nocturnas, un JdR muy diferente a todo lo que hice del cual pronto les hablaré.

Así que en dos días, casi tres, me puse y completé muchas cosas que tenía en mente pero muy bocetadas. Cosas desde la descripción de habilidades hasta creación de personaje y definiciones de conceptos importantes para el juego. Estoy muy contento de lo que está saliendo.

Ojos de Plata sigue demorado desde hace tiempo, un poco antes del dolor de muelas. Tuve unos días muy ocupados y después todo esto me quitó las ganas un montón. Tengo que terminar un capítulo intermedio antes de seguir con el final... Para colmo sigo teniendo ideas para cuentos, ayer empecé uno nuevo, que sé que tardaré en terminar porque no tengo ni idea de qué pasará, y también tuve más tarde la idea para otro más, que es un poco más sencillo, tal vez de dos o tres páginas. Creo que estoy leyendo demasiado Heidegger en el colectivo y eso me comba la mente...

Bueno, para que sepan nada más. Por ahora los juegos de rol tienen ya casi 20 páginas cada uno, no de bolazos sino de reglas y ambientación posta. Puede ser que pesen un poco más de lo que yo planeé en un principio, pero no demasiado más. A ver si termino alguno antes de fin de año, al menos como para hacer testeo.

Lágrimas Nocturnas (preludio parte 3)

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Pasaron toda la noche entre arrumacos e ideas. Y finalmente llegó la idea más estúpida y obvia de todas.

-¿Pero no pensaste en vender la casa?

-Sí, si nunca me gustó vivir acá, ya te dije. Pero igual no llegaría.

-¿Preguntaste, la hiciste tasar?

-No, pero...

-¿Y entonces, cómo sabés?

-No me quiero hacer ideas. Es un departamento de mierda.

-Mirá, tengo un conocido en la empresa que es martillero, si querés le digo que pase un día y se fije... por ahí sale más de lo que pensás. La zona está mejor que antes, viste que subieron todos los alquileres... Vos lo vendés, después el tipo lo arregla y lo alquila. Muchos hacen eso.

-Bueno, averiguá. Pero tiene que ser rápido o la van a comprar los otros.
Enrique se portó como siempre, o incluso mejor. A la tarde trajo a su compañero de la empresa, y le mostró el departamento. Laura puso una excusa un poco gastada, una amiga que necesitaba ayuda. Lo llamó del celular para decirle; él ya tenía la llave.
A las dos semanas tenían ofertas, y eran, para asombro de Laura, bastante mejores de las que había esperado. Aceptó la mejor que surgió, y no esperó mucho más. Igualmente le faltaban cinco mil pesos para llegar a los cien mil, pero la plata le quemaba las manos, y la ansiedad era extrema.

Esa noche no solamente se quedó mirando la casa desde su baldosa. Cruzó la calle y lo buscó.

Germán estaba allí, esperándola, apoyado en la pared, junto a su simulacro.

-Hacía rato que no te veía, nena.

-Hacía rato que no quería venir... Hacer esto me pone mal, ya sabés. Es como visitar a un enfermo terminal... ¿Qué querés que te diga? Me pone muy mal no poder ayudarte más con todo este tema. Se me parte el alma.

-Bueno... será lo que tenga que ser. Ya me acostumbré a la idea.

-Tengo la plata... casi. Me falta poco para llegar a los cien mil, pero...

-¡Pero entonces no hay problemas!

-Pensé que dijiste...

-Cien mil es lo que ellos le ofrecieron de entrada, pero a ellos no les importa tanto la plata. Lo más probable es que le dejen parte a los hijos y se muden a una casita cerca de donde vive uno de ellos. Además, la casa es de sus abuelos; no la quieren demoler, pero piensan aceptar porque no les queda otra. Si vos le presentás una oferta así y le decís lo que querés hacer, casi seguro que la aceptan.

-Bueno, pero... ¿Cómo hago? O sea... ¿cómo caigo y les digo que les quiero comprar la casa?

-¿En serio me lo preguntás, nena? ¿Con esta carita y esos ojitos? Aunque tendrías que ponerte algo mejor... estás muy punk para ellos. Yo te acompaño, ya vas a ver, son buena gente. Si los conozco de cuando ni habían nacido... Si yo no los convenzo, no los convence nadie.


Enrique nunca la vio tan contenta. Parecía una nena de cinco años jugando con una muñeca nueva, le dijo. Ella sonrió con sus setenta años de vida, enmascarados en sus veinte.

-No sabés cómo me alegro... Ya sabés que te ayudo en lo que quieras... aunque no creo que quieras que me meta mucho en todo eso...

Laura lo miró a los ojos y algo se deslizó en su alma.

-No te creas... por ahí te sorprendo un poco con las ideas que tengo... Y con todo lo que tengo para contarte.

Lágrimas Nocturnas (preludio parte 2)

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La despertó su celular: era Enrique. Vinieron los saludos de siempre, el besitos, el cómo andás.

-Che, ¿te parece que pase esta noche por allá? Hace rato que no te veo, mi amor.

-Y... –sus ojos miraron hacia abajo y perforaron la cama-. Sí, bueno, dale, vení. Me despertaste, te dije que yo te iba a llamar.

-Sí, pero ayer no me llamaste.

-Sí, pero... bueno, después te cuento. Vení cuando quieras. Chau.

-Chau.

Pobre Enrique. Algún día se lo iba a decir. Pero por ahora no. Era demasiado temprano.

Dejó el celular a un lado y sacó de nuevo el maletín. ¿Qué le iba a inventar? Algo le iba a tener que decir, porque tenía que convencerlo de que todo estaba bien... y no estaba nada bien.

Prendió la televisión, y miró parte de una película. El sol del desierto le quemó los ojos. Ella, que tenía cincuenta años más de los que aparentaba, recordó el sol de su niñez.

Cambió el canal y puso las noticias. Lo de siempre la sedaba, y se tranquilizó sabiendo que tenía a Enrique como un pajarito, comiendo de su mano. Siempre le decía cualquier cosa y el pobre se la creía, y luego venía un besito y alguna otra cosa y listo. Ya estamos bien de nuevo.

Miró el maletín, sobre la cama. Miró el departamento y vio un desastre. Todo estaba parejo. Ella era un desastre, sin nada que hacer, con un mal departamento, engañando a su novio... A lo mejor podía abrirlo, si probaba, antes de que él llegara. Cuando suene el timbre lo escondo en el ropero y listo... Tengo tiempo para revisarlo y sacar lo que haya.

Levantó la vista y vio el número de teléfono. ¿Recompensa? No... eso era demasiado... Pero no, era el mismo maletín, la marca, la zona del robo... Era demasiado fácil... o demasiado estúpido... Tenía que ser droga o algo así... Nadie podía dar esa cifra por un maletín, ¿o sí?

Se dio cuenta de que el timbre había sonado por tercera vez. Se levantó, todavía mirando el televisor, a pesar de que ya habían cambiado de noticia. Tenía los números grabados en la retina, y los anotó en su mano mientras pulsaba el botón del portero eléctrico con el hombro. Ni siquiera preguntó quién era.

La cara de Enrique, sonriente y un poco atolondrada, apareció por delante de su cuerpo, haciendo un gesto infantil. La besó rápidamente en los labios y se metió en el departamento, preguntando cómo estaba.

Ella sonrió de manera evidentemente falsa. Él miró la cama y el maletín, como si fuera algo de otra dimensión.

-Me lo encontré en la plaza de acá a la vuelta. Me pareció raro, no sé, lo traje pero no tiene ningún dato, y no se puede abrir. Lo dejé y después vi en la tele que dan una recompensa.

-¡Qué bueno! ¿Tenés el teléfono? Llamá y...

-Sí, acá está –dijo levantando la mano, como si estuviera en clase, mostrando los cinco dedos abiertos-. Pero no quiero llamar. Me duele la cabeza.

-¿Qué te pasa?

-Nada –se ponía mal por fuera, pero por dentro sonreía. Estúpida, manipuladora, malvada Laura. Te odio, vos antes no eras así, ¿qué te pasa? ¿Ahora te hacés la histérica?-. Da para largo, después te cuento... Mirá, te anoto el teléfono y si podés hacerme el favor, llamá y deciles. Me lo encontré y no lo toqué para nada, no sé qué tendrá adentro, estaba tirado entre el banco y el tacho de la basura.
Se sentó en la cama y se lo acercó, mientras buscaba un papel para escribir. Así como lo anticipó, el dócil Enrique no protestó.

-Bueno, bueno, yo llamo y arreglo. ¿Decían cuánto es la recompensa?

-Ocho mil pesos. No me preguntes, a lo mejor no nos conviene preguntar. Andá a saber qué hay acá. Por ahí es mejor no saber nada.


-Y entonces le dije que lo había encontrado una amiga en una plaza y... Y bueno, les dije eso, no me preguntaron mucho más, y me dieron la plata, me hicieron firmar un recibo y todo. Casi me dieron ganas de salir corriendo antes de que se arrepintieran.
Ella lo besó fuerte, ya no por falsedad sino por alegría contenida. Al menos era un avance... totalmente impensado, pero un avance.

Bajó la mirada a las hojas de papel y al lápiz gastado, y murmuró...

-Igual no me alcanza...

Suspiró y miró a su novio. Y se dijo que tenía que decirle algo, y lo mejor era, para variar, toda la verdad. O casi toda.

-Mirá, sentate... te tengo que contar, te di muchas vueltas estos días... Viste que yo soy rara... pero tengo una idea muy buena y no sé cómo hacer.

-¿Qué idea? Decime y lo vemos...

-Te vas a reir... sí, te vas a reir, pero es mi sueño. Ya no quiero trabajar más en el boliche, ahora quieren que trabaje más horas y todo el fin de semana, y hay gente muy rara. Sí, tonto, más rara que yo. Si los vieras... Viste que cuando nos conocimos el lugar era bastante normal, y yo era la rarita del grupo. Pero ahora está más pesado y no me gusta. Y bueno, pensando y averiguando, tuve la idea de abrir un salón de fiestas, o algo así.

-¡Qué bueno! Esos negocios van bien, y vos sos buena organizando. Además sos DJ, sabés de tragos...

-Sí, el tema es que tengo un lugar hermoso, perfecto, y no lo puedo comprar... O sea, es una casa vieja, de esas con salones grandes, es ideal, una fachada muy linda, un poco rota pero linda. Pero no llego, es cara. Tengo sueldos ahorrados de hace años, y ahora con estos ocho mil avanzo un poco más, pero igual es mucho. Es una casa enorme y está en un lugar perfecto, pero viste, es caro, está lejos de acá, cerca del río, cerca de Wheelright.

-Uy, sí, esa zona está complicada. Además de cara, están tirando casas a lo loco para hacer edificios de departamento...

-¡Sí, está remal! Me encantan esas casas... Son hermosas y las tiran así como si nada, no hay derecho. Por ahí también me ilusioné tanto, porque sería como hacer dos cosas al mismo tiempo, tener mi propio trabajo y una casa mejor, porque es grande, yo podría vivir ahí. Y además salvar un pedacito de la ciudad. Así que estoy mal por eso, le di vueltas un montón de veces, y no llego con la plata.

-¿Pero ya sabés cuanto sale la casa? ¿Está a la venta?

-Sí, un amigo conoce un poco a la familia y me dijo que la quieren vender. Es la típica, a los dueños se les fueron los hijos cuando se casaron y ya no la pueden mantener. Tienen que vender porque les cobran muchos impuestos. Y ya hubo ofertas de algún estudio de arquitectos, así que no sé... Son cien mil, más o menos.

-A la mierda, pero es un montón de plata eso... ¿vos cuanto tenés?

-Te dije que te ibas a reir.

-No me río, morocha –le dijo él, sensibilizándose con ese apodo con el que la había abordado la primera noche, cuando se conocieron-. Pero es jodido. ¿Cuánta plata tenés ahorrada?

-Con la recompensa, como unos setenta mil.

-¿Y qué hacés con un boludo como yo?

La sonrisa de ella iluminó la sala.

Lágrimas Nocturnas (preludio parte 1)

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-Todavía no alcanza –dijo Laura frente a las hojas de papel, furiosamente garabateadas, tachadas, borroneadas. No había nadie más en el cuarto. Los números seguían sin tener el sentido que ella quería. Apoyó la frente en su mano, el codo sosteniendo las hojas en su lugar. En la mano derecha el lápiz bailaba.

Afuera el sol estaba terminando de caer. Ella tenía sueño. Había estado despierta todo el día, dando vueltas y vueltas. Estaba devastada, más emocional que físicamente. Se dio cuenta de que tenía frío, y que debía abrigarse para poder salir. Necesitaba aire, caminar...

Lo hizo por horas, como siempre, recorriendo calles perdidas, metiéndose en callejones oscuros. En su ensimismamiento, casi no miraba al cruzar. El empedrado de las calles golpeaba sus zapatillas; lo reemplazaban luego las baldosas rotas o los huecos en la vereda. Luego venía el profundo asfalto, como un río congelado fuera de todo tiempo y espacio.

Y a pesar de todo, sus pensamientos terminaban en otra parte. No quería pensar en los números. Quería pensar en ella, en Enrique, en... no sé. No sé lo que quiero... Ya ni sé cómo me siento, con tantas cosas dando vueltas... El trabajo, ahora encima me piden que trabaje también los viernes, y los feriados... y ya no me gusta ese lugar, estaba bueno al principio, pero ahora... no sé. Siempre termino en la misma...

Esa era la misma baldosa de siempre. En la que se había parado ya miles de veces para mirar la casa, sin acercarse demasiado a ella, y sin que él la viera. Casi había una marca en el suelo del tamaño de su pie.

Pero no era por eso que se había detenido. Eran las voces. Estaban cerca, detrás de los árboles, y podía escucharlas por sobre el murmullo del río lamiendo la madera de los muelles podridos. Eran tres, y bastante jóvenes.

No podían verla, pero de todas maneras ella no era el objetivo. Se dio cuenta inmediatamente, cuando el hombre gordo apareció, abandonando un círculo de luz y metiéndose en la semipenumbra que lo separaba del siguiente. Miró hacia la calle, tal vez pensando en cruzar. Ese fue su primer error.

Laura se movió rápidamente. Los arbustos la esconderían, pero acercarse a ellos implicaba pisar y rozar las ramas bajas, llamando la atención. En cambio, se agachó, acercándose a un contenedor de basura que alguien había subido a la vereda.

El hombre gordo forcejeó y revoleó su maletín, que era el botín esperado de los ladrones. Uno de ellos sacó una navaja; el sonido cortó los oídos de Laura como si fuera una espada. Se dio cuenta de que estaba ansiosa, con el corazón acelerado, como si le estuvieran robando a ella. No pudo ni siquiera pensar en tranquilizarse. Todo pasó demasiado rápido.

Uno de los ladrones cometió el error de no rodear al hombre. Los tres habían actuado de manera descoordinada, saliendo detrás del mismo árbol y estorbándose entre sí. El gordo era demasiado tonto como para darse cuenta de esto, pero lo explotó instintivamente. Un pequeño tubo salió de su bolsillo derecho. Uno de los ladrones se había apartado para esquivar el maletín; lo vio y solo atinó a alejarse más. El resto reaccionó de manera diferente, y Laura escuchó una pequeña detonación. No hizo falta más, y los tres salieron corriendo hacia el contenedor, pasándolo de largo a los pocos segundos.

Ella pensó que todo quedaría allí, pero el gordo era todavía más tonto. Envalentonado, dio varios pasos, sudando por el calor de la noche primaveral y por la tensión. Intentó apuntar a uno de los ladrones en fuga, mientras avanzaba lenta e imprecisamente. Disparó una vez, con una puntería muy mala. Pasó el contenedor, con la vista perdida en la lejanía. Los ladrones eran ya invisibles.

Era demasiado fácil. En medio segundo, mientras el gordo avanzaba hacia ella sin saberlo, Laura sopesó las alternativas. Necesitaba el dinero, pero... ¿esto no era algo malo? Se sintió segura de poder hacerlo, y tal vez eso fue lo que la llevó a dar el primer paso, sin pensar en nada más. Rodeó el contenedor, salió por detrás del gordo y se lanzó a su cuello.

No se tomó mucho tiempo. Tenía un poco de sed, es cierto, y lo descubrió cuando se lamió los labios. Hacía una semana que no bebía. Y tal vez eso también pesaba en su mente cuando decidió salir a caminar frenéticamente. La sed roja.

Miró hacia todas partes. La zona estaba desierta, pero en los edificios linderos alguien podía estar observando, o llamando a la policía. Miró al gordo, tirado en el suelo, boca abajo, con el maletín a un costado y el pequeño revólver en la mano derecha. No lo pensó demasiado; ya había hecho la mitad más peligrosa.

Lo más raro de todo fue que nunca supo lo que tenía el maletín. Lo llevó rápidamente a su departamento de dos ambientes, como a cincuenta cuadras de ahí. A veces corrió; otras veces perdió tiempo en vidrieras. Encontró, acá y allá, patrullas de la policía, pero ninguna la vio por más de dos segundos, y el maletín estaba bien escondido dentro de su campera negra. Pensó que así vestida era la ladrona perfecta, y solamente su cara pálida resaltaba en la oscuridad.

Lo puso sobre la mesa y lo miró. Tenía cerraduras de seguridad, bastante fuertes por lo que se veía. Eso y el revólver la hicieron dudar. Había visto a cuatro estúpidos hacer el peor trabajo, porque ni los ladrones ni el posible delincuente habían logrado sus objetivos, ni habían estado cerca.

Jugueteó con las cerraduras el resto de la noche, sin decidirse seriamente a abrirlas o no. Y finalmente, cansada, se acostó, poniendo el maletín bajo la cama. Y soñó con la casa, la que siempre estaba a una calle y cuarenta baldosas de distancia desde esa baldosa que casi tenía su nombre.

Sistema DESAFIO (parte 4)

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En estos días no avancé demasiado, pero como tengo la lista de cosas por hacer, no me molesta tanto porque ya sé para donde voy.

Una de las cosas que hice fue definir cómo se hacen los Desafíos entre muchos, por ejemplo para las peleas grupales. El sistema de promedio es sencillo, eliminándose en caso de número impar los dos extremos (el peor y el mejor) hasta que hay solamente dos o tres personales. Si hay dos niveles, se elige el mejor; si hay tres, pues queda el del medio. Como digo es rápido de hacer, máxime cuando uno ya tenga la práctica y recuerde los niveles de las habilidades (son Muy Malo, Malo, Normal, Bueno, Muy Bueno y Excelente).

En el caso de que haya un personaje con nivel Nulo, este no se cuenta en el promedio, pero luego resta un nivel automáticamente. En el caso de una pelea, es el ejemplo típico del personaje que hay que proteger de los golpes y tiros, y por lo tanto obstaculiza activamente lo que hacen los demás.

Un tema que me tenía algo complicado era la salud. Va por niveles: Heridas Leves, Heridas Graves y Muerto. Claro que ya me dijeron en SAS que, teóricamente, los personajes de las películas de acción no mueren. Salvo que quieran hacerlo, lo cual es una opción en ciertos juegos no tan tradicionales como Trollbabe, que Guido siempre menciona :D

Recuerdo que este sistema lo tenía pensado de hace mucho tiempo, con otro concepto del juego, y bueno, un cambio necesario era ese justamente. Eliminar la muerte como opción en algunos casos, puesto que es cierto que, como me menciona Gorsh, a los protas solamente los matan personajes tanto o más grosos que ellos.

Lo cual me lleva a pensar que la Muerte sería reemplazada por un Inconsciente, permitiendo la captura del personaje y siempre dejando pendiente la cuestión del rescate, pero no de la muerte. Siempre el malo tendrá un motivo para esta captura: regodearse en su crapulencia, molestar, tender una trampa, intercambiar por algo más valioso, etc. Eso va con la trama.

Por otra parte, si el jugador decidiera que su personaje, en esta circunstancia, muere, pues sería su decisión.

Me atrasé mucho contando ciertos temas, así que espero ponerme al día durante este fin de semana largo.

Ideas simples (II)

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Por lo general, me gusta crear partidas pensando en dos partes. Por un lado, todo aquello que puede afectar a cada uno de los personajes, lo relacionado con sus historias, problemas actuales, etc. Y por otro lado, lo que se conoce como trasfondo: esas cosas que de todas maneras van a suceder, la actividad que sucede independientemente de los personajes (aunque ellos puedan elegir involucrarse en ella). Es una de las formas más típicas de pensar una partida.

Claro que como todo, tiene sus problemas. Uno debe pensar en la mayoría de las opciones que los jugadores pueden elegir ante lo eventos planteados, y no siempre se acierta. A veces se eligen opciones inesperadas, o incluso opciones que ni siquiera uno había desarrollado. Y uno se queda con varios PNJs armados, con partes del escenario que no sirven y otras partes que hay que montar con prisa, para no mostrar la hilacha.

Menciono lo de los PNJs porque es algo que, a mí personalmente, me lleva un tiempo. Los escenarios los tengo en la cabeza, no necesito anotarlos. Pero sí, por una manía personal, debo tener anotados los datos de los personajes, especialmente los numéricos y referentes al sistema. Cuando dirijo, me apuro o invento mal los datos, y sabiendo eso, prefiero estar preparado.

Como decía antes, esto me llevó a pensar, el otro día, en una opción: la del reciclado de PNJs. Después de mucho dirigir en mesas estables (en realidad no tan estables) y en jornadas, creo que es lo mejor. No crear "el comerciante de partes de droides que conocerán al tratar de participar de la carrera de pods" sino "un comerciante de droides". Y punto. Si luego los jugadores no lo encuentran, porque deciden no participar de la carrera, o porque crearon tanto desastre matando stormtrooper que las autoridades imperiales cancelaron el evento, pues a guardarlo en la carpeta y listo (después de todo tengo muchas y las estoy desperdiciando). Y así con los mercenarios, espías imperiales, agentes encubiertos de la Alianza Rebelde y todo lo que haya.

Con el tiempo iré acumulando personajes de todo tipo; además nada me impide llenar mis ratos libres armándolos, sobre todo ahora que se siguen cancelando partidas. Así ya solamente tendré que plantear la situación: "entran a una tienda y... (sonido de papeles) encuentran a una mujer limpiando los estantes". Y podré librarme de tener que pensar en los detalles menores.

Sistema DESAFIO (parte 3)

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Pasé los últimos días anotando esto y aquello en el archivo que tengo, el cual ya suma 13 páginas A4. Incluso el otro día me quedé mirando Duro de Matar para inspirarme y recordar ciertas cosas, y eso me dio lindas ideas.

El juego ya maduró hacia cierto tipo de personajes e historias. Decidí crear una serie de estereotipos que imitan los de esas películas, cada uno de ellos con tres ejes: el eje de acción, el eje comico, y el eje romántico.

El primero representa la forma de enfrentar las situaciones de stress: calmado o loco de atar, asustado, etc. El segundo se divide en dos: las cosas cómicas que puede hacerle a otros, y las formas en las que el personaje puede quedar en ridículo frente a los demás. El tercero implica lo patético o ganador que es el personaje, frente a personas del otro sexo, y cómo se interpreta eso.

Los jugadores, al interpretar esos tres ejes, pueden ganar puntos de guión, con los cuales los jugadores se premian entre sí cuando hay buenas actuaciones. Estos puntos de guión se pueden canjear por ventajas de diverso tipo. Así se premia el hecho de que los jugadores mantengan la línea del personaje creado, más allá de que los personajes puedan variar el estereotipo y tener detalles particulares y pequeños cambios.

Un detalle que surgió entonces es que algunas de las películas que yo considero representativas no podrían ser reflejadas fácilmente por el juego. O al menos, implicarían un uso restringido del reglamento. Por ejemplo, en Duro de Matar, Mclane es un tipo duro clásico, pero no hay en juego elementos de romance/amor ni demasiada comedia, más allá de algunas cosas de humor negro (detalles que yo ubicaría más en el eje de acción).

Esto llevaría a que en estos casos se tuvieran que eliminar o limitar ciertos estereotipos de personajes, y que solamente se pudieran rolear en uno de los tres ejes propuestos. Lo cual no es malo, pero implica repensar algunos detalles.

Pensar en ese tema me llevó a pensar también en cómo usar la parte de resolución de desafíos (la mitad del sistema, digamos) para otras ambientaciones. Hasta ahora había pensado solamente hacer eso, pero nada me impide crear un nuevo "motor de personaje" que implique otros tres ejes diferentes, sobre los cuales rolear y premiar. Un nuevo motor que no implique estereotipos, sino por ejemplo la respuesta a tres preguntas en cada uno de tres ejes temáticos, referentes al juego en cuestión.

Eso me permitiría avanzar en Rusty Cage, por ejemplo, y también en adaptar DESAFIO a un juego que nunca pensé en crear seriamente, pero que ahora se me aparece posible, ya que implicaría solamente la creación de un pequeño puñado de páginas describiendo tipos de personajes y un par de tramas e historias.