Mientras escribía para el concurso CreaFudge, planteé en SAS una ambientación que no me convencía. El tema era que tenía vampiros. Vampiros que sobraban. Gracias a las opiniones de varios, ya las diversas ideas que surgieron de la conversación, encontré que era mejor sacarlos y cómo era mejor sacarlos. Finalmente Kabolta siguió adelante sin ellos, para bien.
Sin embargo, quiero hacer algo con vampiros. Pero de otra manera, claro está. Varios de los vampiros que más me gustan provienen del anime. Alucard de Hellsing es uno. Pero es una serie demasiado particular.
El otro que me encanta es Mayer Link, de Vampire Hunter D: Bloodlust. Película excelente si las hay, que pienso mostrar a cualquiera que quiera saber qué es el anime, porque es anime puro. Lo que yo considero como buen anime: mucha acción fundada en personajes profundos que pelean por motivaciones elaboradas narrativamente.
En los últimos meses vi esa película como tres veces, y la sigo viendo. Es hermosa y excelente. Y mucho de la estética se me ha pegado, y quiero hacer algo con ese tipo de vampiros. Una ambientación gótica, con personajes torturados entre la vida y la muerte, amores imposibles, humanos débiles pero duros de roer. No, no quiero cazadores, pero sí todo lo demás.
Del prototipo de Kabolta me quedo con la idea de los reyes vampíricos. Es decir, reinos de vampiros con sirvientes humanos, y ejércitos de no-muertos que enfrentan a otros reyes vampíricos o a reinos humanos libres. Lo demás, más o menos, sería estética de VHD. Castillos sobrecargados de detalles, capas y luchas sin fin. Armaduras, maldiciones y amuletos.
Y espejos.
Del concurso de diseño del foro deRol me han quedado dos palabras mágicas sin usar. Espejo y máscara. La segunda no es tan necesaria, pero los espejos son fundamentales en lo que quiero. No solo por los vampiros. No sé qué hacen, pero se me ocurre que permiten el viaje hacia otros lugares. Son elementos de poder.
Los espejos nos revelan la verdad que quieren. Ayer mientras dormía a medias pensé en una tragedia. Un príncipe extranjero se enamora de la hermana menor de la reina. Pero la joven tiene un problema. Una maldición le impide verse realmente como es. En el espejo, ella se ve fea, aunque es hermosa. Toda su vida ha estado acomplejada por esa supuesta fealdad, y se ha apartado de todo pensandose menos que su hermosa hermana. El príncipe se entera de esto cuando la reina le ofrece la mano de su hermana. La única condición es que nunca debe enterarse de la existencia de la maldición. Debe creerse fea toda su vida, pues si se enterara de que lo que el espejo muestra es falso, entonces su condición se haría real.
La historia no tiene nada que ver con lo que pretendo para esta ambientación, pero es una muestra de lo que se puede hacer con los espejos. Tal vez por algo no reflejan a los vampiros. Tal vez la realidad del reflejo es difícil de aceptar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Comentado por un bot!! Me siento una estrella, soy famoso!!
Publicar un comentario