Las novedades llegan en bandada

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Pasan los días y no logro volver a la costumbre de escribir en este blog. Realmente, me gustaría. Pero me descuido.

Mis vacaciones empezaron el día 7 de julio, y a esas dos semanas las disfruté y las trabajé como a pocas. Después, tuve una semana más de "vacaciones de hecho", hasta que pasaron las previas, y empecé a trabajar de nuevo, realmente, el viernes pasado.

Ahora veo que pasó todo ese tiempo sin anotaciones y me da cosa. Así que al menos comento esto.

Y también comento lo que se viene. Ya está en imprenta el 6º número de Revista Términus, nuestro gran emprendimiento editorial en el que me veo enredado como fundador, co-organizador y guionista. Estará listo para la 5º edición de Crack Bang Boom, la que tal vez sea ya la mayor convención de comics de Argentina (no por nada todas las editoriales organizan su agenda de publicaciones alrededor de la misma). Para este número pasaron muchas cosas, pero tal vez algunas tengamos tiempos de compartirlas en la charla que tendremos en la convención, ya que, los editores estamos invitados a la convención. Sí sí, estamos invitados como historietistas rosarinos, una posición que nos resulta realmente importante, ya que estaremos (literalmente) en la misma mesa con los invitados nacionales e internacionales, verdaderos mostros de las viñetas como Dan Didio (sí sí, el co-editor de DC Comics), Loisel, Yanick Paquette, Luke Ross, Rubén Meriggi, Eduardo Mazzitelli, y varios más que pertenecen a nuestra generación, como Nico Di Mattia, Pupi Herrera o Juan Ferreyra. (Pueden ver la lista completa, con muchos más detalles, en este link)

En definitiva, para nosotros es dejar de sentarnos en la mesa de los chicos y pasar a sentarnos con los grandes, es como alcanzar la mayoría de edad. Así que hay una gran emoción, en todo el grupo, para aprovechar a full esos cuatro días, para dejar todo en la cancha.

Pero por mi parte, no todo está puesto en Términus, si bien es a lo que más me dedico. Hay varios proyectos más, que se discutirán en estos días, antes, durante o después de la Crack, y de los que no puedo decir nada por razones obvias. Por ahora, sin embargo, ya puedo hablar de la materialidad de uno de ellos, que empezó el año pasado. Se trata de la antología Legionarios, los perros de Roma, que ya salió de imprenta, editado por La Duendes.

Se trata como ya dije de una antología, centrada en la época del reinado de Julio César. La historia principal se centra en un pequeño grupo de personajes, aunque hay historias no relacionadas directamente con ellos, como la que yo guioné para los lápices y tintas de mi amigazo Fernando Kern, y los grises del genio de Damián Peñalba. Es un libro casi totalmente realizado por artistas rosarinos (con alguno del Gran Rosario, también), con una edición muy buena por lo que he podido ver (hasta tenemos un rotulista profesional, que no se ve usualmente en la industria nacional).

Esta antología también se lanzará en la Crack Bang Boom 5, así que mi nombre estará en dos publicaciones simultáneas. Es un gran avance para mí, y todo indica que tal vez el día de mañana se pueda repetir. Esperemos que así sea.

Pero bueno, el deber llama. Tengo que seguir con el trabajo. Hay muchas cosas para hacer sobre Studio Ergo Sum y otros temas. Lo bueno es que ya hay algunas novedades. Pero eso será para dentro de unos días. Espero poder acordarme, y organizarme, para otra entrada antes de la Crack Bang Boom 5. Si no aparezco, ya saben.

Relanzando el año

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Puf, muchas etiquetas. Creo que esta es una entrada global, una encrucijada.

Arranqué el año con ciertas expectativas y objetivos. No cambiaron, pero las circunstancias de la vida demoraron o aceleraron ciertas cuestiones. Tuve que modificar situaciones troncales, y otras nuevas se sumaron. Dejé algunas actividades, conseguí trabajo por varios meses, surgió y maduró el proyecto de la editorial...

Así, me encuentro en vacaciones de invierno, planificando mi trabajo para la segunda mitad del año, pero también, muchas otras cuestiones personales.

Falta poco más de un mes, ¡un mes! para Crack Bang Boom 5, convención que ya de por sí es un evento de los mayores del año para mí. Y este año, con la madurez de la Revista Términus, no sólo viene un mayor compromiso, un mayor stand y una mayor expectativa, sino también el desafío de ser invitado del evento, junto a grandes personalidades nacionales e internacionales de las viñetas. Serán cuatro días COMPLETOS de vivir dentro de la convención, haciendo, pensando y respirando comics. Por suerte con un feriado para descansar, después. Muchos contactos y proyectos que pueden madurar en esas horas.

Pero no es sólo cuestión de estar allí. Es necesaria cierta preparación, y a eso quiero dedicarme ahora. La revista está yendo a imprenta y ahora viene la época de abono y siembra, para que cada número no sólo sea mejor, sino que se venda y se difunda mejor que el anterior.

A eso se le suma mi trabajo, y mi nuevo compromiso con las realidades de la editorial Studio Ergo Sum. Aunque quiera hacer algo diferente, he llegado a la conclusión de que no sería prudente apurar un libro para antes de la convención. Lo intentaré, pero no quiero que salga a medio cocinar. Todavía tengo que recibir el dinero del proyecto y cerrar algunas cuestiones menores con los activistas que lo apoyaron, como coordinar qué recompensa elegirá cada uno. Por si fuera poco, tengo que reconocer algunos problemillas de edición con los últimos cuentos de ciencia ficción. Estoy algo bloqueado, tal vez por ser un momento tan particular del año. Necesito reubicar muchas cuestiones emocionales y de horarios para adaptarme a esta nueva realidad.

Además, están pendientes un juego de rol, Aerith, y un libro sobre rol que tengo casi listo. Proyectos para mi MUY importantes, el último muy, muy demorado. Quiero jugar Aerith, para terminar de pulirlo, y no tengo tiempo de jugarlo, mucho menos de organizar una mesa.

Me siento con las manos llenas de cosas importantes, la mayoría urgentes. En algún momento, eso me hubiera estresado, me hubiera puesto muy ansioso y me hubiera hecho mal. Ahora ya no me estresa, pero creo que me deja frenado, no inmóvil pero sí algo confundido sobre qué camino tomar primero.

Por ahora, me quité mucho peso de encima en pequeñas cuestiones personales que estaban largamente demoradas, y que me permiten estar más organizado y conforme con mi día a día. Creo que eso es parte de la solución: cambiar de a poco algunas malas costumbres, retomar las buenas y crear otras formas de trabajo que sean más sanas para el espíritu. Y no impacientarse, que eso sube el colesterol.