Un año de concursos de comics

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Hace algo así como un año, veía una proliferación, saludable, de concursos de comics. Sin embargo, la experiencia de muchos marcó que la cosa no estaba madura: yo aplaudí el entusiasmo, pero también pedí más compromiso.

Un año después, veo un escenario igual de preocupante. Pero veamos qué agua ha pasado bajo el puente.

El primero fue el de la Revista Fierro, que reseñé aquí. Un paso en falso que se recuperó con relativa facilidad. Como siempre, más allá de los resultados artísticos (que muchas personas que conozco condenaron), lo que se puso en duda era la seriedad a la hora de sentarse a plantear las bases para un concurso lanzado, ni más ni menos, por la revista de comics con más historia y tradición de las que sobreviven.

El segundo fue el de la revista Comic.ar. Lo reseñé en una nota al pie de esta entrada. Básicamente, se trató de un aviso en falso, lleno de ausencias y errores en las bases, que luego de muchos días se solucionó con el lanzamiento de nuevas bases, y que terminó con una serie de pequeñas desprolijidades (como una prórroga repentina, a último momento y no avisada, de la fecha de entrega) que si bien no fueron groseras, me predispusieron muy mal, tal vez por la experiencia previa con la Fierro.

Sin embargo, como está reseñada en la entrada anterior y en esta, participé en el Concurso Nacional de Historietas Roberto Fontanarrosa 2010 (donde gané una mención junto a Fernando Kern) y en el concurso de historieta de Crack Bang Boom 2, al cual envié dos comics (hechos por dos dibujantes diferentes). En este caso tanto antes, durante como después, tuve la seguridad de que la cosa estaba bien armada, porque las bases eran sólidas, bien redactadas, no daban margen al error o la mala interpretación, y se cumplieron todos los plazos y prescripciones mencionados. Un honor "perder", un honor "ganar".

Luego, algo de silencio. Y ahora, otra oleada; tal vez más pequeña, pero también plagada de contradicciones.

Comenzamos nada más ni nada menos con el Concurso de Historieta de la Revista Ñ, de Clarín. Se había dado un preaviso del mismo, y me enteré de las bases por esta entrada del blog Cuadritos, en donde se armó un gran revuelo. ¿La razón? Las bases no tenían ni pies ni cabeza, ya que planteaban:
  • Un único premio, irrisorio, de 5.000 pesos, por una obra de entre 60 páginas y 72 páginas. Tengamos en cuenta que es apenas el doble, o menos, del sueldo de muchos argentinos. Para poner en contexto: Clarín es el multimedio más grande de Argentina, y en su concurso de novela da premios por muchas veces esa cifra. La Municipalidad de Rosario y el sponsor del CNHRF2010, Sport 78, habían premiado con $5.000 al primer puesto del concurso, $3.000 al segundo y repartido otros $5.000 entre las 10 menciones. Por si fuera poco: al premio de Clarín había que retirarlo personalmente y la organización no se hacía cargo del traslado de los ganadores. Un pasaje de Rosario a Buenos Aires sale más de $100 pesos, y si vives en Tierra del Fuego... ni te cuento.
  • Un plazo de terminación de la obra de apenas 3 meses. Los tres finalistas debían completar la obra (sólo se presentaban 12 páginas de muestra) en ese tiempo. Si perdías, pues a suicidarte. Si hacemos las cuentas, vemos que hay que guionar y dibujar entre 48 y 60 páginas en 90 días, algo que escapa a la capacidad de la mayoría, que estudia, trabaja, tiene familia, etc.
  • El autor y su obra quedaba atado a la editorial. La obra prácticamente pasaba a ser propiedad de Clarín, y el autor estaba obligado a cederle los derechos de las dos siguientes. Este formato, copiado de muchos contratos de novela, es realmente absurdo y explotador, e indignó a todos, que ya de por sí estaban indignados por lo anterior.
A esto se le sumaban algunos otros detalles que no vienen al caso. En resumen, una bomba que esperábamos con ansia pero que explotó hacia otro lado. Luego de putear y maldecir, creo que muchos, al igual que yo, nos olvidamos del tema y seguimos adelante.

Surgió entonces otra posibilidad, la del concurso de la editorial LARP. De nuevo me encontré con unas bases sólidas, sencillas, creíbles. El único punto gris es que no se explicita la remuneración económica, pero se dice que es monetaria y con eso me alcanza. No participo para hacerme rico, sino para hacerme conocido, ganar unos pesos y comenzar a andar una carrera. En eso estoy ahora, de nuevo con Fernando.

De pronto, la bomba explota de nuevo. Me vuelvo a enterar por Cuadritos (gracias Andrés, por los servicios prestados!!) que, frente a las enardecidas críticas por parte de decenas y decenas de historietistas interesados, varias partes de las bases fueron cambiadas (pueden verse aquí) (*):
  • el premio es de $15.000 pesos, tres veces el monto anterior
  • se modificará el contrato para el ganador, para asemejarlo al de otras editoriales que publican comics y hacerlo por lo tanto "menos explotador"
Es sin duda, algo positivo que un medio tan grande escuche a sus lectores y se de cuenta de un error tan garrafal. Es bueno también ver que la gente se queja con razón, no como en el concurso de la Fierro. Aquí había cuestiones de peso para gritar, y de hecho, han volado palabras como "Judas", "hijo de puta", "cagador", "traidor" y otras de ese calibre para uno de los organizadores, que es periodista de historietas.

Lamentablemente cuando se derrama la leche no se la puede poner de nuevo en su lugar. Creo que muchos, al igual que yo, pasarán de este concurso ya que no se ha corrido la fecha de entrega y no tenemos tiempo ni para escribir ni para dibujar las 12 páginas necesarias antes de 1º de octubre.

Por si fuera poco, aunque se ha alargado el plazo para terminar la obra (pasando de 90 a 150 días), siguen exigiendo que los tres finalistas completen la misma, para luego definir al ganador (en lugar de definir al ganador y pedirle solamente a ese este requisito). Lo cual deja también un punto bastante oscuro en el medio.

¿Qué marca todo esto? Dos cosas. Primero, lo que todos sabían: que allá afuera hay muchos artistas pugnando por encontrar un lugar en el reducidísimo mercado comiquero nacional. Independientemente de su calidad y trayectoria, estas personas (que seguramente también buscan espacio en el mercado internacional) no sólo consumen lo producido localmente sino que quieren formar parte y saben hacer escuchar su voz. Algo similar, pero a escala mucho mayor, sucedió en el caso del concurso de Comic.ar, cuando los comentarios y preguntas sobre las bases se apilaron en el blog de la revista.

Segundo, que las personas que tienen la llave para incluir a estos autores nóveles, que se apoyan principalmente en concursos, no están haciendo bien las cosas. Esto es preocupante, particularmente en el caso de una empresa tan grande como Clarín, en la cual, según manifestó uno de los organizadores, el problema fue que se copiaron casi literalmente las bases para el concurso de novela. Esto plantea un enorme desconocimiento de las reglas editoriales del mundo del comic, así como de la simple organización de un evento de ese calibre.

Curiosamente, lo que funcionó bien quedó en el silencio. Los dos concursos antes mencionados, el CNHRF y el de Crack Bang Boom 2, surgieron de la articulación del Estado Municipal de Rosario y organizadores o empresas privadas. Si ellos pudieron plantear reglas claras y llevar a cabo sendos concursos intachables, ¿por qué le cuesta tanto a la industria editorial?


(*) EDITADO 30/08/11: hay lectores de Cuadritos que consideran que las reglas actuales adelantaron la fecha original que era en diciembre. Por lo que yo recuerdo la fecha original siempre fue octubre, pero no tengo forma de comprobarlo más que mi memoria.

Por otra parte, en un comentario vertido en esta entrada de dicho blog, uno de los organizadores expresa que el espíritu de las bases plantea que solamente el ganador tenga que terminar la obra completa, y que las menciones quedan como plan B, en caso de que el ganador no cumpla con lo establecido. De todas maneras esta persona acepta que esta cuestión no quedó clara en las bases y que tratará de que las revisen. Llueve sobre mojado; más incoherencias y confusiones sobre un concurso que arrancó malparido.

Rosario Juega Rol 2011: reflexiones

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Ya durante el mismo evento, con los organizadores comenzamos a criticar, comentar y analizar cómo iba todo. Puedo decir que soy perfeccionista, y también soy detallista y bastante perceptivo. Cosas que todos en la organización compartimos en mayor o menor medida; sumado al hecho de que somos muchos y venimos de experiencias de vida y profesionales muy diferentes, eso nos da un panorama muy rico de todo. A veces, de cosas que hasta pueden resultar tontas o absurdas.

Con muchos de los organizadores complicados de tiempo, organizamos un evento que reunió aproximadamente a 200 personas durante dos días, sin tener en cuenta el ChoriRol, que sumó otras 50 a un evento social bastante diferente. Regalamos kilos y kilos de rol, además del conocimiento de muchos juegos y formas de jugar que están dando por ahí vuelta, no accesibles a cualquier rolero (por cuestiones de mercado, de difusión, etc.). Seguimos poniendo el rol en Rosario y a Rosario en Argentina, a nivel rolero.

No es poca cosa.

Sin embargo siempre apostamos a más, no necesariamente en lo numérico pero sí en lo cuatitativo (claro que si se puede en ambos). No voy a comentar las ideas y proyectos que tuvimos y tenemos, algunos de los cuales harían reír a los que piensan en la posibilidad de lo imposible... Pero nosotros no. Lo pensamos y lo pensamos, hasta que sale.

En diferentes charlas acotamos miles de cosas. Y las veces en las que nos sentamos a hablar del evento pasado, se nos hizo difícil no pensar ya en el que viene. Unir las dos cosas, creo yo, es inevitable.

En fin, se terminó ahora lo que se daba, por lo menos por unos meses. El año que viene lo pensaremos con más tiempo. Nadie dice nada porque los esfuerzos que tuvimos que hacer, a nivel personal, profesional y familiar, resultaron en algunos casos complicados. Y además, ¡queremos jugar rol! No podemos jugar y organizar.

Cuando resolvamos eso, veremos.

Rosario Juega Rol 2011: domingo 7

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Al día siguiente, y para mi sorpresa, descubrí que el ChoriRol, la pachanga del viernes a la noche y la primera jornada del evento no me habían afectado DEMASIADO. Tal vez era la adrenalina y ese algo tan lindo que uno tiene cuando organiza algo que se desarrolla frente a sus ojos. No sé. El hecho es que fui hasta La Toma con bastante tiempo de anticipación, antes del almuerzo, ya que así habíamos acordado. Supuestamente porque había mucho para hacer.

Sin embargo, apenas llegar veo que el resto de los organizadores estaban "buscando" algo que hacer. Siempre nos decimos lo mismo: cuando uno invierte un par de meses en la preparación de este tipo de eventos, si hace todo mínimamente bien, esos días uno lo pasa más tranquilo, y puede, en mayor o menor medida, "disfrutar" del mismo (a veces muy poco, pero algo). Como está todo previsto, quedan pocas cosas para hacer.

De pronto vimos que esto era muy cierto, porque más allá de acomodar los premios, algunas sillas y mesas, y cosas de ese tipo que se hacen en diez minutos, no era necesario tocar nada. Como teníamos invitados y hambre, pedimos cuatro pizzas y tres carlitos, algunas gaseosas y cervezas, y nos pusimos a almorzar.

La previa del domingo, con los organizadores y algunos invitados.


Lo que se sorteaba el domingo. Puede verse mi libro,
Cómo crear un mundo de juego (el último ejemplar impreso
que me quedaba). Además, las enormes colaboraciones de nuestros
sponsors, que incluían básicos de D&D 3.5 y 4º, Pathfinder; juegos de
mesa, dados, miniaturas, descuentos, etc.

En la entrada también teníamos disponibles algunas cosas a la venta,
principalmente dos Burning Wheel básicos y un Burning Empires, que se
fue el domingo en manos de uno de nuestros visitantes de Buenos Aires.

Sin embargo, como éramos siete organizadores y la mayoría tenía experiencia coordinando eventos roleros de diversa magnitud, el bichito nos seguía molestando. DEBIA HABER algo para hacer... y así seguimos dando vuelta, en la cabeza, a varias ideas, hasta que encontramos finalmente algo que podíamos hacer para mejorar la jornada.

Como habíamos comentado en la entrada previa, hubo grandes cambios de organización espacial. Luego de comer, nos dimos cuenta de lo siguiente:
  • la enorme cortina que separaba la recepción del área de charlas cortaba demasiado la comunicación entre las dos áreas. La gente que entraba no veía de primera mano lo que sucedía dentro, sino que tenía que entrar y pasar dicha cortina. Muchos visitantes en duda posiblemente ni llegaban a esta parte.
  • el área de charlas, al no tener micrófono, quedaba en desventaja junto a una zona de mesas de juego.
  • el proyector seguía siendo inútil en ese lugar, ya que teníamos un día igual o más soleado que el anterior, y ya habíamos intentado, sin éxito, tapar las ventanas.
Afortunadamente entre varios de los organizadores se fueron sumando ideas para solucionar esto. Al fondo del recinto había una sección de cocina, alejada de la luz y separada de una pesada cortina de tela morada. El sábado, por una cuestión estética, habíamos sellado el lugar, pero ahora descubrimos que era perfecto ya que, incluso con la cortina descorrida, no llegaba ahí la luz del sol. La pantalla del proyector podía montarse sobre un riel adecuado y había espacio para sillas, así como una instalación eléctrica en perfecto estado.

De manera que rápidamente dimos vuelta todo. Desmontamos y volvimos a montar el proyector y el equipo de sonido. Trasladamos las sillas y quitamos la cortina que separaba las dos partes del evento. Además, cambiamos de lugar las mesas de rol que habían quedado cerca de la nueva área de proyección, enviándolas al frente y compensando el hueco que se había formado. Esto nos habrá llevado media hora o poco más.

Por lo que recuerdo, al poco tiempo, mientras recuperábamos el aliento, comenzaron a llegar algunos de los invitados.


Lentamente la cosa iba tomando forma... esta foto está tomada cuando
ya habíamos quitado la cortina que separaba las dos partes del evento.

Lentamente, el evento arrancó y en las mesas comenzaron a sentirse rodar los dados. Como yo no dirigía el domingo, pude dedicarme un poco más a ayudar en cosas más o menos pequeñas, como entregar regalos en las mesas (sorteamos dos bolsas de dados en cada un, además de regalar juegos gratuitos como 44, Embelyon, Lady Blackbird o Archipiélago). Es por eso que abajo puedo presentarle fotos más o menos buenas de casi todas las mesas de ese día. Es evidente la gran afluencia de público femenino, que también estuvo presente el sábado (como ejemplo mi mesa).











Como puede verse también en las fotos, la asistencia de público fue un problema inesperado, hasta cierto punto. La gente vino de a poco, y varias mesas no se sellaron sino hasta media tarde. El día era muy bueno (había sol y calorcito, un gran avance sobre los días polares previos), lo cual creíamos que había alentado a muchos roleros locales a encarar hacia el Río Paraná y sus muchos lugares disponibles para pasar el rato.

Con los organizadores comenzamos a preocuparnos mucho, ya que habíamos apostado a una mayor afluencia de público, particularmente teniendo en cuenta la interacción de las mesas con las charlas. Habíamos pensado llenar las mesas y esperar a que hubiera gente "sin nada que hacer" para entonces arrancar las charlas. Pero preferimos privilegiar el rol puro y entonces invitábamos a los que llegaban a llenar las mesas que todavía tenían cupos disponibles.

Obviamente esto nos trajo algún que otro reclamo porque había personas que cada tanto preguntaban por las charlas, interesadas por esta o por aquella, y teníamos que pedirles que esperaran o directamente decirles que era muy probable que no las hubiera.

Finalmente, entre las 4 y las 5 de la tarde, si no recuerdo mal, comenzaron a caer contingentes de invitados, algunos de afuera de Rosario, otros locales. Cayeron en malón, y si bien no llegamos al mismo número que la fecha previa, se logró una convocatoria más que decente, que calculamos en unas 80-90 personas (el sábado habían sido unas 120).

¿Que pasaba entonces en la nueva sala de proyecciones? Una cátedra continua sobre juegos de rol como Pathfinder, Dresden Files, Shaintar, Unknown Armies, etc., a cargo de Kurt Wiegel. En dos descansos me miré todos las reseñas para aprender un poco más, mientras no había mucho para hacer (más que vigilar que algunos niños no tiraran al piso el proyector con sus juegos).

Cada tanto conversaba con el resto de los organizadores, auspiciantes, etc., y compraba algo.


Dos de nuestros auspiciantes eran 2d6 (a la izquierda, parte de su
gigantesco arsenal de diversión en tablero, cartas, mesa, etc.)
y El Templo del Rol, la derecha, dedicados más al rol, miniaturas
y cartas. Gracias a todos por su buena onda y excelente trato personal
y comercial!!! Sin ellos no hubiera sido lo mismo: más de uno hubiera
llegado a fin de mes, pero mucho más aburrido.



Drake y el Ruso mirando en detalle una reciente adquisición.


Otro vistazo a las mesas de rol. En el fondo, la proyección de
reseñas de juegos de rol (subtituladas), cortesía de Kurt Wiegel,
quien también nos envió un saludo.



Así fue pasando la tarde, afortunadamente sin nada raro que reportar, con mucha gente divirtiéndose en diversos juegos de cartas, rol o tablero.




Finalmente llegó la tardecita y me avisaron que había espacio para mi charla, así que comenzamos a llamar a la gente interesada. Aunque no fue mucho público, ya que las mesas habían arrancado tarde y estaban todavía desarrollándose, me sirvió para mostrar un poco más el libro (que no por nada se sorteaba el domingo) y exponer un poco las herramientas y consejos que allí están detallados. Cabe mencionar que antes y después de la charla recibí vaaarias consultas al respecto.

Luego de la charla, se había programado el sorteo, largamente esperado por muchos, particularmente por los que el día anterior habían comprado docenas (sí, literalmente) de números y no habían ganado nada. Por si fuera poco los premios, como habrán visto, eran muchos y muy grandes, así que las expectativas eran enormes.

De más está decir que de nuevo Nash, de Buenos Aires, fue el gran ganador de la noche, llevándose, como ha sucedido en otros eventos, varios premios (y de los gordos, para colmo). Hubo muchas reivindicaciones de gente que merecía ganar algo, y también varios suertudos que se ganaron varias cosas o cosas que todos esperaban, como Damián que se llevó el core de Pathfinder. Y después, a irnos, porque teníamos horario límite.

Pero no, un momento. Teníamos MUCHO para charlar con los invitados de Buenos Aires y otros lugares. Pero además, teníamos que mostrar los videos que tan cuidadosamente habíamos guardado y subtitulado. Sí, sí, ESOS videos de saludos de ESOS grandes diseñadores de rol:














Entonces SÍ empezó la parte final de la mudanza. Ya habíamos guardado mucho de lo nuestro y ayudado a guardar lo ajeno (por ejemplo lo de los auspiciantes), pero teníamos que sacar las mesas y las sillas y ordenarlas. En esto fuimos ayudados en parte por roleros locales y porteños, que nos ayudaron a agilizar mucho el trámite. Cada tanto, acá y allá, un grupito hacía una pausa y se ponía a hablar con los invitados de otras provincias, para recabar información sobre cómo andaba la cosa por allá y sus opiniones sobre el evento. Si bien muchas eran positivas, también vimos que había cosas que mejorar o que tal vez no eran igualmente aceptadas por todos.

Y después, las últimas fotografías, las que reunían a los organizadores y a los últimos participantes, un poco de esto y de aquello, y la lenta pero necesaria despedida.

Teóricamente, yo tenía que irme a un recital (sí, un domingo a la noche!!!), o por lo menos a la parte del mismo en la que tocaba Láquesis, una banda de rock progresivo en la que participa mi padrino Ariel. Eventos a los que casi nunca falto, pero la verdad, estaba bastante cansado. Así que decidí cambiar de planes e irme a la casa de Plober, con un par de invitados porteños, a comer algo y regresar a casa.

Lamentablemente para mi bienestar, la cosa se demoró mucho (siendo "la cosa" la comida que habíamos ordenado a domicilio), y mientras tanto nos dedicamos a jugar Citadels. Lo cual derivó en otra serie de cosas que comentaré en otra entrada. Baste aquí decir que de todas maneras llegué a casa un poco pasada la medianoche.

Y así fue el fin de semana.

Rosario Juega Rol 2011: ChoriRol del sábado 6

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Desde hace tiempo, el club de rol Sierpes del Sur ha instaurado una importante tradición social: el chorirol (escríbase también chorirrol, para no pelearlos con la RAE). [Editado: Ibex me pide que lo llamemos ChoriRol, como marca registrada, así que a partir de ahora cambio el texto para adaptarlo a esta nueva demanda. Ya ven qué rápido hacemos las cosas en SdS.]

¿Qué es esto? En primer lugar, para el castellanoparlante que no sepa qué es un chorizo. Bueno, es un embutido que se cuece a las brasas y forma la primer tanda del asado junto con las achuras (en resumen, todo lo que la vaca tiene dentro que no sea carne). Pues bien, el chorizo se come también dentro de un pan, recién sacadito de la parrilla: esto es el choripan.

Tradición argentina como pocas, hemos convertido al choripan en ChoriRol, y por lo tanto en una tradición rolera rosarina.

El ChoriRol tiene una importancia muy grande en lo que nosotros queremos lograr como club: desmitificar el rol. Desmitificar el mote de frikis que tenemos (aunque medio en broma, medio en serio, a veces alguno lo reivindique). Desmitificar la imagen de cerrazón que implica, a veces, jugar en una mesa, metidos en una casa, lejos del sol y del aire libre. Desmitificar y ahuyentar los sectarismos que tiene, a veces, el rol con los no roleros, y los roleros entre sí. En resumen: hacer que el rol sea algo más que un pasatiempo/hobbie/ocupación, y pase a ser algo todavía más social, que involucre incluso a amigos o familiares que no juegan pero no tienen por qué quedar fuera de nuestras reuniones.

Un requisito del ChoriRol: se puede hablar de rol, pero nunca jugar rol.

Estos chorirroles se organizan siempre en el Club Mitre de Rosario, un club de pescadores enclavado, literalmente, en la barranca del Río Paraná. Un lugar hermoso, cuidado y barato, al aire libre, que nos permite charlar hasta altas horas, y con comodidades de todo tipo.

Cuando nos enteramos de que a Rosario Juega Rol 2011 veía gente de Santiago del Estero, Paraná, Buenos Aires, Mar del Plata e incluso de Bariloche, y que muchos tenían intenciones de hacer algo por la noche, se nos ocurrió la lógica idea de hacer un ChoriRol, pero más grande.

Y nos salió enorme. Reservamos lugar para 40 personas en una sección techada, y casi nos quedamos cortos. En total calculamos entre 40 y 45 comensales, que fueron llegando apenas terminada la jornada del sábado. Y aunque la impaciencia hizo que comenzáramos a pedir a gritos la comida, nada salió crudo ni quemado.

Sería absurdo tratar de contar las toneladas de anécdotas que sucedieron o nos contamos unos a otros. Lo hermoso fue que se armó un grupo lleno de camaradería, charlas de todo tipo, con gente cambiando de mesa constantemente y mucha diversión.






Aunque algunos se fueron más temprano que otros, la mayoría partió entre la 1 y las 2 de la madrugada. Después de todo, algunos querían seguir de caravana, y otros querían ir a descansar para seguir roleando el día siguiente.

Y hasta sobraron chorizos!!! Que fueron temerariamente consumidos, al menos en parte, durante el almuerzo del domingo, en el que participaron organizadores y parte del público visitante. Pero como antes, eso también es parte de otra historia.

Rosario Juega Rol 2011: sábado 6

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Si desde tiempo atrás tenía previsto que iba a ser un fin de semana complicado, la realidad me lo complicaba más. El sábado debía despertarme temprano. Pero el lunes me enteré que el viernes había una fiesta organizada por la empresa en la que trabajo, así que tuve que recalcular todo. En principio, faltar a mi cena familiar de cada semana. Y luego, regresar a casa a un horario razonable, ni muy temprano, ni muy tarde.

Lo logré, pero me pasé un poco de largo. A último momento coordiné con Nekro, que venía de Paraná, para ir a buscarlo a la Terminal. Tenía que pasar por Milenario Comics a buscar los descuentos que nos habían prometido. Justo mientras bajaba del colectivo me llegó el mensaje de que él hacía lo mismo. Una suerte que pocas cuadras separen ambos lugares.

Así que rajamos para La Toma, llegando un poco más tarde de lo que me hubiera gustado. Charlamos un montón y tengo que reconocer que seguí en modo "anfitrión", sentándome a comer un torpedo con él en la barra, olvidando que había mucho para hacer. A mitad de la comida de pronto se prendió el modo "organizador", así que dejé todo como estaba, ayudé en lo que pude y sólo entonces terminé de comer.


Así encontré a mis compañeros organizadores, en plena mudanza de cosas.
A la derecha, puede apreciarse el espacio para las charlas, que el domingo
fue mudado por diversas razones.




El espacio de mesas de rol, bien organizado y limpio.
Contábamos con muchas sillas y mesas, y el lugar destacaba
por ser amplio y bien iluminado.



Por entonces, al bajar por otro tema, veo que estaba llegando la gente de 2D6, una tienda online de juegos de tablero, mesa y cartas, entre los cuales había ya grandes conocidos de la movida rolera porteña. Hubo muchos saludos y un regalo que me llegó, por intermedio de ellos, de una persona rolerísticamente muy generosa (y en otros aspectos calculo que también!!). Nada más ni nada menos que cinco libros de Star Wars de la década de 1990, incluyendo:
  1. una revista con especificaciones técnicas y planos desplegables de todas las naves de la Alianza Rebelde (Technical Journal of the Rebel Forces 3)
  2. un libro de West End Games con datos de toneladas de planetas para ambientar partidas, creación de planetas y varias cosas más de todo tipo (Star Wars Planet Collection, que combina Planets of the Galaxy 1, 2 y 3)
  3. Star Wars Adventure Journal, un más que interesante libro que combina datos de las películas, relatos, personajes y aventuras jugables (Volumen 1, número 6). Creo que será lo siguiente que lea, ya casi me termino el Technical Journal y es perfecto para el bolso o la mochila, por su tamaño.
  4. Star Wars Classic Adventures volumen 2 y 3. Una colección más que interesante de aventuras en el Universo Expandido que crearon los chicos de WEG. Me están dando MUCHAS ganas de adaptarlas a Saga Edition y jugarlas el día de mañana.
Esto lo escribo tiempo después; en ese momento no tuve tiempo de ponerme a digerir nada. Había un poco de todo para hacer. Me puse a hablar con algunos de los visitantes de Buenos Aires (Hets, de Derol), quién, al igual que Nekro, desconocía la naturaleza de eso llamado "torpedo", que parecía ser algo comestible y valía apenas 10 pesos. Cuando le expliqué que era un sandwich enorme con queso, jamón, lechuga y tomate hecho con un pan especial, accedió a comerse uno, quedando muy agradecido. Nos quedamos un rato más charlando de Rosario, algo de política y juegos de rol, del club y la organización, mientras comenzaba a llegar más y más gente.

¿Qué habíamos organizado previamente? Básicamente lo de último momento: mesas y sillas. También el proyector, que nos trajo dolor de cabeza, porque no pudimos aislar la luz que se colaba por las enormes ventanas. Como pueden ver en las fotos, es un lugar amplio y muy iluminado. Se separó la sección proyector/charlas con dos grandes cortinas, quedando además espacio para la mesa de entrada y una sección para caminar, sentarse a comer algo, etc.

Lamentablemente este fue uno de los pocos errores organizacionales que tuvimos. Las proyecciones tuvieron que suspenderse porque apenas se podía ver algo en la pantalla. Más adelante, las charlas se complicaron ya que habíamos previsto la necesidad de un micrófono (teníamos el equipo de sonido) y el público tenía que acercarse mucho para poder escuchar.

La mesa de entrada, como siempre, exhibía los premios de los sorteos,
brindaba material sobre el rol y el club, además de publicidad de los auspiciantes.
Ah, y esos dos Burning Wheel que estaban en el sorteo tenían
dos gemelos que estaban a la venta, junto con un Burning Empires.



Surrealista imagen del comienzo de la jornada, cuando ya empezaban
a acomodarse algunos visitantes. Una tarde de mucho sol hizo que las
ventanas fueran imposibles de tapar con la eficiencia que queríamos,
inutilizando el proyector.



Inicialmente iba a dirigir el domingo y dar mi charla el sábado, pero se decidió un par de días antes invertir el orden. Así que cuando Ibex me avisó que era tiempo de ocupar mi mesa para invitar a los jugadores, me dispuse ahí con todo lo que tenía: manuales, ayudas traducidas, dados y minis, muchas minis...

Rápidamente cayeron los jugadores. Un rosasino que estaba interesado, también Azuzena y Tejedor, del foro Derol (ella también organizadora de jornadas y de EnRolAr) y otra chica de Buenos Aires que pertenece a Sociedad Nocturna, pero no le pregunté el nombre (o no lo recuerdo... los años...).

Había pasado varios días armando la partida, ya que no tengo mucha experiencia con SW Saga y me preocupaba mucho plantearles retos demasiado elevados. Al final terminé de armar todo el jueves anterior, con algo de retraso, pero quedé conforme. Y les facilité un poquito las cosas fue algo conciente, ya que había varios encuentros y no quería alargar demasiado lo del medio para después tener que acelerar el final. Y al final, bien que les dolió no haber elegido al soldado trandoshan... Cuatro personajes nivel 1 contra un espía de nivel 7, y no le pegaron ni por putas.






Detalle de las mesas del sábado. Contamos con más de una docena
de las mismas, con juegos de todo tipo y estilo,
desde D&D 3.5 y 4º hasta Fiasco.



Una de las charlas del sábado: presentación en Rosario
del sistema Diezlados, a cargo del autor, Patricio González.


Los wargames históricos de la Asociación Argentina de Wargames,
como siempre, invitados de honor de nuestros eventos.
Otra de las cosas para hacer y ver.



En fin, creo que todos la pasaron bien y esa era justo la idea, así que los detalles importan poco. Para esa hora me dediqué a dar vueltas, curiosear los stands de 2D6 y Templo del Rol (como si a cada minuto estuvieran poniendo cosas nuevas, la verdad es que lo hacía de indeciso). Era para relamarse la cantidad de cosas que habían traído. El primero, toneladas de juegos de tablero y mesa, de todos los precios y tamaños, temáticas e idiomas (bueno, castellano e inglés), dados y accesorios para cartas. El segundo, con algo de rol (Pathfinder y nWoD más que nada), miniaturas de D&D, dados, juegos de cartas y algo de tablero.

Lamentablemente ya sabía que no tenían Red November, que estaba agotado, pero decidí llevarme Mad Zeppellin, el cual espero jugar y reseñar muy pronto.

Lo demás son detalles sin demasiada importancia. Acá y allá ayudé con alguna que otra cosa de la organización. Había mucha gente y algo de ruido, más del que era agradable para alguno. Como siempre hubo mesas que se alargaron más de la cuenta. Ya veíamos que el evento había superado las expectativas. Los visitantes de todo el país estaban muy contentos, los auspiciantes estaban vendiendo bien, y los rosarinos también estaban copados. Calculamos un total aproximado de 120 personas ese día.

Finalmente vino el tan esperado sorteo, en donde varios agraciados se llevaron los numerosísimos premios apartados para ese día.

¿Y después? Nos fuimos al chorirol de Rosario Juega Rol 2011. Pero esa es otra historia, que viene dentro de unos días.

Dicen que soy famoso

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Según me cuenta mi amigo y compañero de oficina, Sebastián, esto sucedió hace unos días.

Él ingresó a un local de Sport 78, conocida cadena de ropa deportiva, con motivo de comprar un regalo. En la caja, descubrió que había disponibles una buena cantidad del libro que resultó del Concurso Nacional de Historieta Roberto Fontanarrosa 2010. Recordemos que esta firma fue el sponsor principal del concurso.

Como yo se lo había mostrado apenas regresé de la ceremonia de premiación, conocía el mismo y no dudó en tomar una copia. Hizo un comentario sobre que conocía a uno de los autores involucrados, y recibió la pregunta de uno de los empleados. ¿Cuál? El que escribió la historia que se llama Victoria, le respondió, a lo cual el empleado afirmó: Ah, sí, la de boxeo, esa es la mejor.

Palabras más, palabras menos.

Más que ser conocido, me alegra mucho que todavía haya muchas copias del libro en los locales de la cadena, para que mucha gente que conozco que todavía no pudo tener su copia, se acerque y la obtenga. Realmente valen la pena, así que ya saben. ¡¡Y no tienen que comprar nada!!

Rosario Juega Rol 2011: algunos detalles

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Va a pasar un tiempo antes de que pueda sentarme a escribir como se debe una crónica del evento, pero ahora, desde mi nueva silla de escritor, giratoria, con respaldo acolchado y altura regulable, quería dejar algunas apostillas personales previas:
  • agrandé mi colección de d6 con tres nuevas adquisiciones. Uno tornasolado, otro azul con números en dorado y uno pequeñito, transparente. Con una burbujita de aire en el centro, para que ya sean dos los que tengo en mi poder. Luego irán fotos, con todo lo que obtení, pero ahora estoy en vago.
  • a falta del juego Red November, que se había agotado y está siendo reeditado, compré Mad Zeppelin. Todavía no tuve tiempo de mirarlo en detalle pero me lo recomendaron mucho. Voy a ver cuando lo puedo jugar.
  • Recibí un hermoso regalo de parte de una de las roleras más activistas del hobbie en Argentina (pista: es "autora" del sitio queeselrol.com). El mismo consiste en varios libros de Star Wars de la década del 90, entre ellos una preciosa revista con planos desplegables de las naves de la Rebelión, y libros de WEG (sistema d6). TONELADAS de material para leer, en lo posible durante esta vida.
  • Tuve el gusto de conocer a varios roleros de Buenos Aires, al igual que ver nuevamente a Nekro, de Paraná, y Fernando Albor, de Santiago del Estero. Solamente con eso hubiera estado conforme.
  • Después de ir, miles de ideas comenzaron a fluir hacia mi mente. Esto derivó en un nuevo diseño para el juego Maldición de Sangre, que a mal traer me ha tenido estos años. Creo que ya lo tengo. Pero tengo que jugar un poco más, sobre todo ciertos juegos que considero similares a lo que busco.
Todavía tengo que bajar las fotos y procesarlas. Espero tener novedades durante el fin de semana. Pero el viernes a la noche nos juntamos para debatir los resultados con los organizadores, así que no me cuenten para el sábado temprano.

Captain America: The First Avenger (2011)

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Hay pocas personas que puedan dudar de la calidad general de lo que está haciendo Marvel recientemente con respecto a las películas de sus personajes superheróicos. Con algún que otro altibajo, menor o mayor, todas las películas de la "Iniciativa Avenger" han sido de buenas para arriba. Y eso, sin contar la reciente X-men: First Class, que incluso supera ampliamente ese promedio.

Captain America: The First Avenger, prueba una vez más que esta gente va en serio, y sabe lo que hace. Si bien podemos hacer algún que otro comentario sobre aspectos muy puntuales, el resultado general es bastante bueno, y es un escalón más, de hecho, el último, antes de una de las películas que ya tiene cebados a incontable cantidad de comiqueros.


Elenco a prueba de balas
Si bien podemos decir que el protagonista principal, Cris Evans, ha madurado mucho desde su etapa como la Antorcha Humana en Los 4 Fantásticos, se trata sin embargo de un actor que todavía puede dar más, sobre todo si se emplea en papeles que no sean héroes de acción.

De todas maneras, el resto del elenco es una verdadera constelación de estrellas de merecido renombre, comenzando por Hugo Weaving haciendo de un Cráneo Rojo algo plano, siguiendo por un Stanley Tucci perfectamente mimetizado con su personaje, más complejo y humano, y terminando con Tommy Lee Jones, quien no tiene problemas en afrontar su papel de militar duro y extremadamente serio.



Sin embargo, el guión a veces limita demasiado la actuación de estos grandes actores.


Una historia sencilla
Una de las desventajas de esta cinta es que cualquiera que sepa algo de la historia del Capitán América comprenderá inmediatamente, sin necesidad de spoilers o trailers adelantados, cómo encaja todo en la historia de los Avengers. Sin ganas de complicarse la vida con algo que se hacía solo, los realizadores optaron justamente por lo más sencillo. Lo cual no es malo en sí, pero a veces podemos opinar que se han pasado de la raya.

Un ejemplo son los estereotipos. La película peca de ciertas cosas demasiado vistas, como Cráneo Rojo escuchando a Wagner a todo volumen. No es necesario remarcar su nazidad, pero la película una y otra vez nos lo muestra siendo innecesariamente despiadado, como si nos pudiéramos olvidar de que es el malo. Algo similar, aunque en mucha menor medida, pasa con otros personajes, algunos de los cuales son rejuntes de estereotipos y lugares comunes. Afortunadamente estos personajes son muy secundarios y no afectan mucho al aspecto general de la película.

En el caso del protagonista, decir algo similar a lo que se dijo del actor. Por un lado, el enfoque es muy bueno: el débil que se hace fuerte y no pierde su compasión y la dimensión del poder que ha adquirido. Sin embargo es un personaje plano en el fondo, porque no tiene defectos ni altibajos marcados: simplemente pareciera estar ahí para ponerse el uniforme.

Lamentablemente, y como me sucedió con Thor, no pude ver la cinta en el inglés original. Sé que me perdí mucho de Weaving haciendo de Cráneo Rojo.



Una película de época
Muy cuidada en lo histórico, pero también con una buena combinación de fantasía comiquera, la película me agradó en ambos campos.

Por un lado, hay una descripción bastante buena de lo que pasaba en EEUU durante la guerra: la venta de bonos de guerra, los esfuerzos civiles por reciclar materiales estratégicos, los miles de hombres haciendo cola para enlistarse, etc.

Por otro lado, la aparición de muchas armas y máquinas totalmente fantásticas pero completamente mimetizadas con la idea de la historia, una carrera armamentista oculta entre los diseños de Stark y los de Cráneo Rojo. Y si bien ciertos tanques y diseños son completamente fantásticos, un conocedor de la tecnología aeronáutica alemana de la época podrá encontrar que muchos de los diseños nunca construidos de la época están ahí para revivir situaciones que nunca tuvieron lugar.


El último peldaño
Y sí, se viene The Avengers. Por si fuera poco, al final "oculto" de la película (increíble la cantidad de gente que se va sin mirar los créditos!!!) le sigue el teaser trailer de esta película que hará historia. El mismo ya fue puesto en la red de manera oficial, pero no es lo mismo verlo en el cine.

Yo espero que lo que me ha decepcionado la película (como he dicho, en cuestiones puntuales del guión) me lo devuelva con creces. A ver si es tan así.

Rosario Juega Rol 2011: un nuevo desafío

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Mientras termino de repasar la aventura de Star Wars que dirigiré este domingo, me queda un ratito para rememorar todo lo que nos llevó a esta nueva convención de rol que organizamos con el Club de Rol Sierpes del Sur (sitio web en remodelación).

Rosario Juega Rol 2010, la del año pasado, fue una convención muy desafiante. Veníamos de organizar eventos pequeños, del tamaño de un D&D Game Day (entre 35 y 50 jugadores), cosa que hacíamos todos los años pero que de pronto, por problemas de aduanas con lo que nos enviaban desde Wizards, entre otras cuestiones, no se pudo realizar más. Por otra parte, no éramos los mismos jóvenes que habíamos comenzado recolectando datos en Leyendas. Muchos teníamos trabajo, estudiábamos, estábamos en pareja o casados, alguno que otro ya con hijos, y no era lo mismo coordinar todo esto. Además, si bien éramos más que antes, seguíamos siendo relativamente pocos en la organización.

Sin embargo, y aunque hubo algunos tropiezos y no se lograron todos los objetivos, fue una experiencia realmente buena, porque de pronto nos encontramos con roleros que incluso venían de otras provincias: Paraná, Santiago del Estero, Buenos Aires, y que confiaron casi ciegamente en nosotros. Creemos que no los defraudamos, y por eso ahora vuelven.

Este año, el desafío fue tomar eso y ampliarlo. Lo bueno, lo principal: ya contábamos con lugar fijo en el Centro Cultural La Toma, en donde nos reunimos todos los sábados para jugar. Gracias a su colaboración dispusimos entonces de un lugar acorde con lo que buscábamos, en todo sentido: amplio, céntrico, no nos exigen ningún tipo de dinero en concepto de entrada u otro tipo, tienen bufet, y encima de todo, son gauchos y no exigen nada raro.

Pero también fue gracias a la colaboración de más personas que este año pudimos llevarlo a cabo. A veces en lo mucho, a veces en lo poco, varios roleros y roleras se sumaron a dar una mano. Yo, lamentablemente, participé poco y nada, debido a que recién ahora tengo algo de descanso del estudio, y estuve junio y julio completamente enfrascado leyendo y yendo a clase. Vaya para ellos, entonces, un enorme agradecimiento por cubrirme y no mandarme a la mierda por dejarlos colgados.

¿Qué tenemos ahora? 17 mesas de rol, entre ellas la mía; cuatro charlas, entre ellas la mía, sobre creación de ambientaciones para juegos de rol (siguiendo la línea de mi libro Cómo crear un mundo de juego); dos tiendas especializadas en juegos de rol, miniaturas y juegos de tablero y cartas vendiendo y haciendo demostraciones; y varias cosas más. Si sigo, no termino.

Esperamos que todos la pasen genial, y que sea un nuevo punto de quiebre para la afición rosarina, regional y hasta nacional, en la forma de encarar toda la convención. Por lo pronto, ya hicimos algo que nadie hizo nunca.





Y hay más!! El resto lo podrán ver durante la jornada, y luego los iremos subiendo al blog del evento.

¿Qué más? Sinceramente, estoy con el tiempo justo para muchas cosas y por eso esta entrada está bastante desordenada y falta de esencia. Pero bueno, es lo que sale. Ya habrá tiempo para contar anécdotas y ponerse contento por esto o lo otro. Ya se empieza a sentir la adrenalina. Nos vemos.

Iteración

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Apago el celular con un estudiado movimiento. Me revuelvo en las frazadas, hasta que regresa el calor y la voluntad de levantarse. Me visto apresuradamente, mientras dejo el celular sobre la mesa de la computadora y la enciendo.

Desayuno. Casi siempre, pan con manteca y azúcar. Café, inevitable.

Los minutos están contados; los segundos son pixels en el monitor, que exploro rápidamente por noticias y novedades, antes de terminar de vestirme, colocar todo lo que necesito en mi bolso, y salir.

El motor de la camioneta de la panadería ronronea, con voz desgastada. Es un reloj más preciso que el átomo. Cruzo la calle cuando sale del garaje, escudándome de los vehículos que vienen por ese carril. Camino rápidamente hacia la parada, porque veo el colectivo en la lejanía.

Me siento; no son tantos los pasajeros. Una colegiala aquí, un trabajador allá. Una rubia que sube, muy bien vestida, en la misma parada que media docena de trabajadores de la construcción. Posiblemente profesional; nunca se sienta en los asientos únicos, sino en los dobles, pero no conoce a nadie. Los colegiales se pierden en discusiones absurdas en las que entreveo miles de conflictos serios y estúpidos. Cada tanto, se extraña algo que no puede ser identificado, o hay algo nuevo que no puede ser ubicado.

Llego a la puerta trasera con el tiempo justo de tocar el timbre. Bajo y camino con el viento en contra, afilado y demoledor. Chequeo el reloj. 0717, dice el 95% de las veces. Las otras, un minuto más, un minuto menos.

Discurren las cuadras como cartas de un mazo, ordenadas por un burocrático dios. Las pausas para dejarlas sobre la mesa se asemejan a los cortes del semáforo, que conozco de memoria. Podría caminarlas con los ojos vendados, con poco o ningún riesgo. Cada tanto, alguna percepción, que tal vez invento, me hace cambiar de vereda, o acelerar el paso, preocupado por una sombra, un vehículo más rápido de lo pensado o cualquier otra cosa. Temo que el tiempo infinito me devore, si bajo la guardia y cierro los ojos por demasiado tiempo.

Tomo unos minutos frente en la plaza, sentado en la misma banca, en el mismo lugar de la misma banca. Tal vez repito las mismas palabras en mi mente, pero no puedo comparar lo que no sé si es diferente. Reviso el reloj; he obtenido, recuperado o tal vez nunca perdido, la capacidad de calcular con gran precisión el tiempo que he utilizado realizando una tarea. Luego vuelvo a mezclar el mazo de cuadras, viendo que siguen ordenadas de la misma manera.

Esquivo las raíces de los gigantescos árboles, las ramas que intentan quitarme los ojos e incluso el cable perdido que cuelga de una abandonada instalación eléctrica. Acaso es un baile, acaso un absurdo deporte de memoria y precisión. Cuando he intentado cambiarlo, han ocurrido desastres.

Llego. Marco tarjeta. Es un día, como el de ayer o el de un futuro impreciso. Temo que si cierro demasiado los ojos, el infinito me devore, y amanezca en un día que no me corresponde, pero sea igual que cualquiera de los demás.