Superman/Batman: Public Enemies (2009)


La última película del DCU comienza con una premisa simple pero interesante: Lex Luthor logra la presidencia de EEUU, y no pasa mucho tiempo antes de que su rivalidad con Superman resurja de la manera esperada. O no tan esperada: un recompensa de un billón de dólares al que capture al último hijo de Kripton.

Adaptando el arco inaugural de la serie de comics Superman/Batman, obra del guionista Jeph Loeb y Ed McGuinnes, la película da lo que promete: lucha constante de superhéroes a todo nivel. Después de todo, el comic adaptado también sobresale en eso (según dicen, Loeb, después de Batman: The Long Halloween, sólo hace guiones predecibles y nada imaginativos).

El argumento, aunque haya sido simplificado para acomodarse en los 65 minutos de la cinta, tiene sin embargo varios puntos interesantes. Principalmente, la curiosa situación de Luthor como político exitoso, como hombre amado por su pueblo, y la tensión de las lealtades que esto suscita entre diferentes superhéroes, algunos de los cuales aceptan su liderazgo (ya sea por convencimiento o simplemente porque el cargo que ostenta), y otros que siguen desconfiando de él, sabiendo que nunca cambiará y que algo trae entre manos.

Irónicamente, esta película es editada en momentos en que un presidente diametralmente opuesto a Luthor ocupa la Oficina Oval, enfrentando una situación social y económica no tan catastrófica como la que se plantea en la ficción, pero también bastante creíble.


Ideas simples + desarrollo simple = eficacia narrativa
Luthor se presenta a la gente como el hombre que puede salvar a EEUU de una de las peores crisis económicas y sociales. Como tal, es elegido presidente, y se dedica son su habitual diligencia a lograr lo que desea: un país en donde su palabra es ley. Al poco tiempo el país funciona como un reloj, pero a costa de un personalismo que no todos toleran.

Pero el principal problema que se le plantea a Luthor, luego de varios meses de mandato, es externo: un enorme trozo de Kripton, que se dirige directamente a la Tierra. El meteorito está compuesto, obviamente, de kriptonita, y es una amenaza a la vida sobre el planeta.



Luthor tiene en sus manos todo lo necesario para destruir el meteorito, pues muchos superhéroes ahora le obedecen, enmarcados dentro de una iniciativa gubernamental para asegurarse su colaboración. Pero no es suficiente para su ego, y la reticencia de Superman no deja de molestarlo: entonces sube la apuesta.

Sacando lo mejor de su genio malvado, manipula evidencia para hacer parecer que Superman lo ha atacado, y convence a muchos de que el enorme trozo de kriptonita no sólo está afectando sus poderes, sino su mente. Con la excusa de que el superhéroe por excelencia se está volviendo loco y agresivo, crea una recompensa de un billón de dólares. Obviamente, tanto los superhéroes que están bajo su mando, como una larga lista de supervillanos inician rápidamente la caza.

Superman, sin embargo, no está solo. Batman está allí para darle consejo, en los primeros momentos, listo también para meterse en la acción cuando la cosa se pone realmente fea. A partir de entonces, la película es un World's Finest más, de los muchos con los que DC nos ha deleitado hasta la fecha.

Por obvias cuestiones narrativas, la obra de Loeb y McGuinness (6 comic books de 24 páginas) tuvo que ser recortada y adaptada. En la película aparecen, por mucho o poco tiempo, una gran cantidad de personajes; en el comic la suma era mucho mayor, y resultaba imposible ponerlos a todos, junto con las situaciones que planteaban.

Esto ha llevado a que ciertas subtramas sean eliminadas o simplificadas radicalmente. Lo cual no le ha gustado a muchos aficionados, los cuales también son los primeros que critican los guiones simplones de Loeb... es difícil dejar contento a todo el mundo.

Personalmente, siempre me até a la costumbre de ver la obra "original" antes de la adaptación animada o filmada (long story). Esta es la primera vez que no lo hice (leí uno de los 6 números del comic, pero apenas recuerdo algunas viñetas * ), y el resultado en general no me pareció malo. Sin comparar con la historia dibujada, la trama no tiene grandes problemas de coherencia, continuidad o narración, aunque parece ser más predecible.

De todas maneras, hay algunas cuestiones criticables, que hacen que el resultado tampoco sea excelente o muy bueno. Un aspecto llamativo es la duración de la película: 65 minutos, en lugar de los 75 de los anteriores emprendimientos animados de DC. No se trata de simple manía de aficionado: esos 10 minutos podría haber sido usados para lograr que ciertas situaciones fueran más graciosas, elaboradas o profundas, sobre todo en las motivaciones de ciertos personajes, sus acciones y decisiones. El guión patina en ciertas partes, y la solución más sencilla hubiera sido extenderse uno o dos minutos más en esas partes. Simplificar menos la historia y llenar algunos baches no hubiera estado mal.

En lo personal, me hubiera gustado ver algo más de ciertos personajes, pero comprendo que no siempre se puede. En todo caso, creo que el sacrificio de este tiempo de pantalla no valió siempre la pena.

(*) PD: mientras leo el comic en el que se basó la película, no puedo dejar de ver que el guión de Loeb es apresurado: avanza a los tropezones, con diálogos a veces geniales pero también a veces incoherentes, cosas que pasan demasiado rápido y sin motivo aparente. Ciertas cosas que merecerían dos páginas ocurren en una; ciertas cosas que requerirían dos viñetas se dicen en un solo globo, etc. Ahora recuerdo que por eso lo abandoné (y olvidé). Leí el nº2, y en esas 24 páginas pasan más cosas de las que se pueden asimilar.



Diseños de personajes
Aunque el estilo de Bruce Timm proliferó en la década de los 90's y principio de los 00's en todas las series animadas de DC (Batman the Animated Series y sus continuaciones, Batman Beyond, Justice League, Justice League Unlimited) y las películas (Return of the Joker, Mistery of the Batwoman, etc.), no es ningún secreto que algunos fans ya estaban un poco cansados del mismo, y querían ver otras versiones e interpretaciones de sus personajes preferidos. El nuevo proyecto animado de DC fue la excusa perfecta para comenzar esa separación, que estaba también ligada a lo referencial: se abandona directamente la continuidad creada por este conjunto de películas y series, todas interrelacionadas.

Dicha separación se fue dando lentamente, película a película. La idea es que cada película adaptara, además de la historia de un comics o serie de comics, la forma de dibujo del artista.
En Justice League: the New Frontier, la visión de Darwin Cooke era tomada de manera directa, con apenas algún retoque. Wonder Woman, aunque no estaba adaptada de ninguna serie, hizo otro tanto, tomando el estilo de Timm pero modificándolo visiblemente.

En Superman/Batman, tenemos una muestra de la primera opción, pero llevada al extremo. El estilo de McGuinness no se parece en nada al de Cooke o Timm , y aunque ha sido adaptado para la animación, esencialmente es el mismo. Lamentablemente, el resultado no es el mejor, a menos que te guste mucho el artista. En lo personal, que cada superhéroe tenga dibujados los abdominales de manera tan definida me parece exagerado. Algunos más parecen robots-roperos que seres humanos (o casi humanos), y la sombra de Rob Liefeld vuela sobre ellos de manera ominosa.

Esto en cuanto a los personajes masculinos, que son la mayoría. Por otra parte, la histórica aparición de Power Girl (es la primera vez que este personaje aparece en cualquier obra animada de DC) se ve opacada por algunos problemas graves en el diseño de personaje. En las primeras escenas su cara es verdaderamente deforme; luego se evidencia una mejora notable, pero en los primeros planos sigue pareciendo un personaje de anime, desentonando totalmente con los demás. Otra cosa es que la hacen más baja que Lex Luthor y, al menos en los comics que estoy leyendo, ella es bastante alta (no por nada es una kriptoniana). Tal vez lo mejor del personaje, aunque sea anecdótico para algunos, es la presencia de Allison Mack (Chloe Sullivan en Smallville) en la voz.

Afortunadamente, la labor de animación no es mala, y en lo que no concierne al diseño de personajes, el dibujo está al nivel de las demás producciones del DCU, aunque algunos, al compararlo con las anteriores, notan una baja en la calidad general.


Los detalles finales
Con respecto al resto de las voces, no hay nada de qué quejarse: los célebres Tim Daly y Kevin Conroy repiten sus papeles como Superman y Batman respectivamente. Como siempre, la selección de Andrea Romano es excelente, aunque falten, en comparación con otras películas anteriores, las voces de actores y actrices famosas (más famosas que Mack, al menos).

En conjunto, podemos decir que esta película mantiene el nivel de las anteriores en general, pero tiene algunos resbalones. No sé si se trata de una rebaja de presupuestos, una falta de ideas o qué, pero técnicamente, el producto resulta inferior al promedio de los demás. De todas maneras, nos encontramos frente a una película entretenida y bien hecha, que tal vez no sobresalga, pero hace bien su trabajo.

Como nota personal, espero que sea exitosa y sirva para que AVH la edite en Argentina, mejorando ciertas cuestiones muy criticables de la edición nacional de Green Lantern: First Flight (que no tiene subtítulos en castellano y cuyo audio es Stereo 2.0 en lugar de 5.0). Yo, por las dudas, ya tengo mi copia editada en EEUU, pero solamente por las dudas.

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