Un año después, veo un escenario igual de preocupante. Pero veamos qué agua ha pasado bajo el puente.
El primero fue el de la Revista Fierro, que reseñé aquí. Un paso en falso que se recuperó con relativa facilidad. Como siempre, más allá de los resultados artísticos (que muchas personas que conozco condenaron), lo que se puso en duda era la seriedad a la hora de sentarse a plantear las bases para un concurso lanzado, ni más ni menos, por la revista de comics con más historia y tradición de las que sobreviven.
El segundo fue el de la revista Comic.ar. Lo reseñé en una nota al pie de esta entrada. Básicamente, se trató de un aviso en falso, lleno de ausencias y errores en las bases, que luego de muchos días se solucionó con el lanzamiento de nuevas bases, y que terminó con una serie de pequeñas desprolijidades (como una prórroga repentina, a último momento y no avisada, de la fecha de entrega) que si bien no fueron groseras, me predispusieron muy mal, tal vez por la experiencia previa con la Fierro.
Sin embargo, como está reseñada en la entrada anterior y en esta, participé en el Concurso Nacional de Historietas Roberto Fontanarrosa 2010 (donde gané una mención junto a Fernando Kern) y en el concurso de historieta de Crack Bang Boom 2, al cual envié dos comics (hechos por dos dibujantes diferentes). En este caso tanto antes, durante como después, tuve la seguridad de que la cosa estaba bien armada, porque las bases eran sólidas, bien redactadas, no daban margen al error o la mala interpretación, y se cumplieron todos los plazos y prescripciones mencionados. Un honor "perder", un honor "ganar".
Luego, algo de silencio. Y ahora, otra oleada; tal vez más pequeña, pero también plagada de contradicciones.
Comenzamos nada más ni nada menos con el Concurso de Historieta de la Revista Ñ, de Clarín. Se había dado un preaviso del mismo, y me enteré de las bases por esta entrada del blog Cuadritos, en donde se armó un gran revuelo. ¿La razón? Las bases no tenían ni pies ni cabeza, ya que planteaban:
- Un único premio, irrisorio, de 5.000 pesos, por una obra de entre 60 páginas y 72 páginas. Tengamos en cuenta que es apenas el doble, o menos, del sueldo de muchos argentinos. Para poner en contexto: Clarín es el multimedio más grande de Argentina, y en su concurso de novela da premios por muchas veces esa cifra. La Municipalidad de Rosario y el sponsor del CNHRF2010, Sport 78, habían premiado con $5.000 al primer puesto del concurso, $3.000 al segundo y repartido otros $5.000 entre las 10 menciones. Por si fuera poco: al premio de Clarín había que retirarlo personalmente y la organización no se hacía cargo del traslado de los ganadores. Un pasaje de Rosario a Buenos Aires sale más de $100 pesos, y si vives en Tierra del Fuego... ni te cuento.
- Un plazo de terminación de la obra de apenas 3 meses. Los tres finalistas debían completar la obra (sólo se presentaban 12 páginas de muestra) en ese tiempo. Si perdías, pues a suicidarte. Si hacemos las cuentas, vemos que hay que guionar y dibujar entre 48 y 60 páginas en 90 días, algo que escapa a la capacidad de la mayoría, que estudia, trabaja, tiene familia, etc.
- El autor y su obra quedaba atado a la editorial. La obra prácticamente pasaba a ser propiedad de Clarín, y el autor estaba obligado a cederle los derechos de las dos siguientes. Este formato, copiado de muchos contratos de novela, es realmente absurdo y explotador, e indignó a todos, que ya de por sí estaban indignados por lo anterior.
Surgió entonces otra posibilidad, la del concurso de la editorial LARP. De nuevo me encontré con unas bases sólidas, sencillas, creíbles. El único punto gris es que no se explicita la remuneración económica, pero se dice que es monetaria y con eso me alcanza. No participo para hacerme rico, sino para hacerme conocido, ganar unos pesos y comenzar a andar una carrera. En eso estoy ahora, de nuevo con Fernando.
De pronto, la bomba explota de nuevo. Me vuelvo a enterar por Cuadritos (gracias Andrés, por los servicios prestados!!) que, frente a las enardecidas críticas por parte de decenas y decenas de historietistas interesados, varias partes de las bases fueron cambiadas (pueden verse aquí) (*):
- el premio es de $15.000 pesos, tres veces el monto anterior
- se modificará el contrato para el ganador, para asemejarlo al de otras editoriales que publican comics y hacerlo por lo tanto "menos explotador"
Lamentablemente cuando se derrama la leche no se la puede poner de nuevo en su lugar. Creo que muchos, al igual que yo, pasarán de este concurso ya que no se ha corrido la fecha de entrega y no tenemos tiempo ni para escribir ni para dibujar las 12 páginas necesarias antes de 1º de octubre.
Por si fuera poco, aunque se ha alargado el plazo para terminar la obra (pasando de 90 a 150 días), siguen exigiendo que los tres finalistas completen la misma, para luego definir al ganador (en lugar de definir al ganador y pedirle solamente a ese este requisito). Lo cual deja también un punto bastante oscuro en el medio.
¿Qué marca todo esto? Dos cosas. Primero, lo que todos sabían: que allá afuera hay muchos artistas pugnando por encontrar un lugar en el reducidísimo mercado comiquero nacional. Independientemente de su calidad y trayectoria, estas personas (que seguramente también buscan espacio en el mercado internacional) no sólo consumen lo producido localmente sino que quieren formar parte y saben hacer escuchar su voz. Algo similar, pero a escala mucho mayor, sucedió en el caso del concurso de Comic.ar, cuando los comentarios y preguntas sobre las bases se apilaron en el blog de la revista.
Segundo, que las personas que tienen la llave para incluir a estos autores nóveles, que se apoyan principalmente en concursos, no están haciendo bien las cosas. Esto es preocupante, particularmente en el caso de una empresa tan grande como Clarín, en la cual, según manifestó uno de los organizadores, el problema fue que se copiaron casi literalmente las bases para el concurso de novela. Esto plantea un enorme desconocimiento de las reglas editoriales del mundo del comic, así como de la simple organización de un evento de ese calibre.
Curiosamente, lo que funcionó bien quedó en el silencio. Los dos concursos antes mencionados, el CNHRF y el de Crack Bang Boom 2, surgieron de la articulación del Estado Municipal de Rosario y organizadores o empresas privadas. Si ellos pudieron plantear reglas claras y llevar a cabo sendos concursos intachables, ¿por qué le cuesta tanto a la industria editorial?
(*) EDITADO 30/08/11: hay lectores de Cuadritos que consideran que las reglas actuales adelantaron la fecha original que era en diciembre. Por lo que yo recuerdo la fecha original siempre fue octubre, pero no tengo forma de comprobarlo más que mi memoria.
Por otra parte, en un comentario vertido en esta entrada de dicho blog, uno de los organizadores expresa que el espíritu de las bases plantea que solamente el ganador tenga que terminar la obra completa, y que las menciones quedan como plan B, en caso de que el ganador no cumpla con lo establecido. De todas maneras esta persona acepta que esta cuestión no quedó clara en las bases y que tratará de que las revisen. Llueve sobre mojado; más incoherencias y confusiones sobre un concurso que arrancó malparido.
2 comentarios:
Bueno no creas participar en un concurso de comics no debe ser nada facil, pero como vos decis, si hay un compromiso real todo se puede...
Mayor incentivos para los artistas es lo que se necesita. Son artistas.
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