Rosario Juega Rol 2011: ChoriRol del sábado 6


Desde hace tiempo, el club de rol Sierpes del Sur ha instaurado una importante tradición social: el chorirol (escríbase también chorirrol, para no pelearlos con la RAE). [Editado: Ibex me pide que lo llamemos ChoriRol, como marca registrada, así que a partir de ahora cambio el texto para adaptarlo a esta nueva demanda. Ya ven qué rápido hacemos las cosas en SdS.]

¿Qué es esto? En primer lugar, para el castellanoparlante que no sepa qué es un chorizo. Bueno, es un embutido que se cuece a las brasas y forma la primer tanda del asado junto con las achuras (en resumen, todo lo que la vaca tiene dentro que no sea carne). Pues bien, el chorizo se come también dentro de un pan, recién sacadito de la parrilla: esto es el choripan.

Tradición argentina como pocas, hemos convertido al choripan en ChoriRol, y por lo tanto en una tradición rolera rosarina.

El ChoriRol tiene una importancia muy grande en lo que nosotros queremos lograr como club: desmitificar el rol. Desmitificar el mote de frikis que tenemos (aunque medio en broma, medio en serio, a veces alguno lo reivindique). Desmitificar la imagen de cerrazón que implica, a veces, jugar en una mesa, metidos en una casa, lejos del sol y del aire libre. Desmitificar y ahuyentar los sectarismos que tiene, a veces, el rol con los no roleros, y los roleros entre sí. En resumen: hacer que el rol sea algo más que un pasatiempo/hobbie/ocupación, y pase a ser algo todavía más social, que involucre incluso a amigos o familiares que no juegan pero no tienen por qué quedar fuera de nuestras reuniones.

Un requisito del ChoriRol: se puede hablar de rol, pero nunca jugar rol.

Estos chorirroles se organizan siempre en el Club Mitre de Rosario, un club de pescadores enclavado, literalmente, en la barranca del Río Paraná. Un lugar hermoso, cuidado y barato, al aire libre, que nos permite charlar hasta altas horas, y con comodidades de todo tipo.

Cuando nos enteramos de que a Rosario Juega Rol 2011 veía gente de Santiago del Estero, Paraná, Buenos Aires, Mar del Plata e incluso de Bariloche, y que muchos tenían intenciones de hacer algo por la noche, se nos ocurrió la lógica idea de hacer un ChoriRol, pero más grande.

Y nos salió enorme. Reservamos lugar para 40 personas en una sección techada, y casi nos quedamos cortos. En total calculamos entre 40 y 45 comensales, que fueron llegando apenas terminada la jornada del sábado. Y aunque la impaciencia hizo que comenzáramos a pedir a gritos la comida, nada salió crudo ni quemado.

Sería absurdo tratar de contar las toneladas de anécdotas que sucedieron o nos contamos unos a otros. Lo hermoso fue que se armó un grupo lleno de camaradería, charlas de todo tipo, con gente cambiando de mesa constantemente y mucha diversión.






Aunque algunos se fueron más temprano que otros, la mayoría partió entre la 1 y las 2 de la madrugada. Después de todo, algunos querían seguir de caravana, y otros querían ir a descansar para seguir roleando el día siguiente.

Y hasta sobraron chorizos!!! Que fueron temerariamente consumidos, al menos en parte, durante el almuerzo del domingo, en el que participaron organizadores y parte del público visitante. Pero como antes, eso también es parte de otra historia.

No hay comentarios: