Rosario Juega Rol 2011: domingo 7


Al día siguiente, y para mi sorpresa, descubrí que el ChoriRol, la pachanga del viernes a la noche y la primera jornada del evento no me habían afectado DEMASIADO. Tal vez era la adrenalina y ese algo tan lindo que uno tiene cuando organiza algo que se desarrolla frente a sus ojos. No sé. El hecho es que fui hasta La Toma con bastante tiempo de anticipación, antes del almuerzo, ya que así habíamos acordado. Supuestamente porque había mucho para hacer.

Sin embargo, apenas llegar veo que el resto de los organizadores estaban "buscando" algo que hacer. Siempre nos decimos lo mismo: cuando uno invierte un par de meses en la preparación de este tipo de eventos, si hace todo mínimamente bien, esos días uno lo pasa más tranquilo, y puede, en mayor o menor medida, "disfrutar" del mismo (a veces muy poco, pero algo). Como está todo previsto, quedan pocas cosas para hacer.

De pronto vimos que esto era muy cierto, porque más allá de acomodar los premios, algunas sillas y mesas, y cosas de ese tipo que se hacen en diez minutos, no era necesario tocar nada. Como teníamos invitados y hambre, pedimos cuatro pizzas y tres carlitos, algunas gaseosas y cervezas, y nos pusimos a almorzar.

La previa del domingo, con los organizadores y algunos invitados.


Lo que se sorteaba el domingo. Puede verse mi libro,
Cómo crear un mundo de juego (el último ejemplar impreso
que me quedaba). Además, las enormes colaboraciones de nuestros
sponsors, que incluían básicos de D&D 3.5 y 4º, Pathfinder; juegos de
mesa, dados, miniaturas, descuentos, etc.

En la entrada también teníamos disponibles algunas cosas a la venta,
principalmente dos Burning Wheel básicos y un Burning Empires, que se
fue el domingo en manos de uno de nuestros visitantes de Buenos Aires.

Sin embargo, como éramos siete organizadores y la mayoría tenía experiencia coordinando eventos roleros de diversa magnitud, el bichito nos seguía molestando. DEBIA HABER algo para hacer... y así seguimos dando vuelta, en la cabeza, a varias ideas, hasta que encontramos finalmente algo que podíamos hacer para mejorar la jornada.

Como habíamos comentado en la entrada previa, hubo grandes cambios de organización espacial. Luego de comer, nos dimos cuenta de lo siguiente:
  • la enorme cortina que separaba la recepción del área de charlas cortaba demasiado la comunicación entre las dos áreas. La gente que entraba no veía de primera mano lo que sucedía dentro, sino que tenía que entrar y pasar dicha cortina. Muchos visitantes en duda posiblemente ni llegaban a esta parte.
  • el área de charlas, al no tener micrófono, quedaba en desventaja junto a una zona de mesas de juego.
  • el proyector seguía siendo inútil en ese lugar, ya que teníamos un día igual o más soleado que el anterior, y ya habíamos intentado, sin éxito, tapar las ventanas.
Afortunadamente entre varios de los organizadores se fueron sumando ideas para solucionar esto. Al fondo del recinto había una sección de cocina, alejada de la luz y separada de una pesada cortina de tela morada. El sábado, por una cuestión estética, habíamos sellado el lugar, pero ahora descubrimos que era perfecto ya que, incluso con la cortina descorrida, no llegaba ahí la luz del sol. La pantalla del proyector podía montarse sobre un riel adecuado y había espacio para sillas, así como una instalación eléctrica en perfecto estado.

De manera que rápidamente dimos vuelta todo. Desmontamos y volvimos a montar el proyector y el equipo de sonido. Trasladamos las sillas y quitamos la cortina que separaba las dos partes del evento. Además, cambiamos de lugar las mesas de rol que habían quedado cerca de la nueva área de proyección, enviándolas al frente y compensando el hueco que se había formado. Esto nos habrá llevado media hora o poco más.

Por lo que recuerdo, al poco tiempo, mientras recuperábamos el aliento, comenzaron a llegar algunos de los invitados.


Lentamente la cosa iba tomando forma... esta foto está tomada cuando
ya habíamos quitado la cortina que separaba las dos partes del evento.

Lentamente, el evento arrancó y en las mesas comenzaron a sentirse rodar los dados. Como yo no dirigía el domingo, pude dedicarme un poco más a ayudar en cosas más o menos pequeñas, como entregar regalos en las mesas (sorteamos dos bolsas de dados en cada un, además de regalar juegos gratuitos como 44, Embelyon, Lady Blackbird o Archipiélago). Es por eso que abajo puedo presentarle fotos más o menos buenas de casi todas las mesas de ese día. Es evidente la gran afluencia de público femenino, que también estuvo presente el sábado (como ejemplo mi mesa).











Como puede verse también en las fotos, la asistencia de público fue un problema inesperado, hasta cierto punto. La gente vino de a poco, y varias mesas no se sellaron sino hasta media tarde. El día era muy bueno (había sol y calorcito, un gran avance sobre los días polares previos), lo cual creíamos que había alentado a muchos roleros locales a encarar hacia el Río Paraná y sus muchos lugares disponibles para pasar el rato.

Con los organizadores comenzamos a preocuparnos mucho, ya que habíamos apostado a una mayor afluencia de público, particularmente teniendo en cuenta la interacción de las mesas con las charlas. Habíamos pensado llenar las mesas y esperar a que hubiera gente "sin nada que hacer" para entonces arrancar las charlas. Pero preferimos privilegiar el rol puro y entonces invitábamos a los que llegaban a llenar las mesas que todavía tenían cupos disponibles.

Obviamente esto nos trajo algún que otro reclamo porque había personas que cada tanto preguntaban por las charlas, interesadas por esta o por aquella, y teníamos que pedirles que esperaran o directamente decirles que era muy probable que no las hubiera.

Finalmente, entre las 4 y las 5 de la tarde, si no recuerdo mal, comenzaron a caer contingentes de invitados, algunos de afuera de Rosario, otros locales. Cayeron en malón, y si bien no llegamos al mismo número que la fecha previa, se logró una convocatoria más que decente, que calculamos en unas 80-90 personas (el sábado habían sido unas 120).

¿Que pasaba entonces en la nueva sala de proyecciones? Una cátedra continua sobre juegos de rol como Pathfinder, Dresden Files, Shaintar, Unknown Armies, etc., a cargo de Kurt Wiegel. En dos descansos me miré todos las reseñas para aprender un poco más, mientras no había mucho para hacer (más que vigilar que algunos niños no tiraran al piso el proyector con sus juegos).

Cada tanto conversaba con el resto de los organizadores, auspiciantes, etc., y compraba algo.


Dos de nuestros auspiciantes eran 2d6 (a la izquierda, parte de su
gigantesco arsenal de diversión en tablero, cartas, mesa, etc.)
y El Templo del Rol, la derecha, dedicados más al rol, miniaturas
y cartas. Gracias a todos por su buena onda y excelente trato personal
y comercial!!! Sin ellos no hubiera sido lo mismo: más de uno hubiera
llegado a fin de mes, pero mucho más aburrido.



Drake y el Ruso mirando en detalle una reciente adquisición.


Otro vistazo a las mesas de rol. En el fondo, la proyección de
reseñas de juegos de rol (subtituladas), cortesía de Kurt Wiegel,
quien también nos envió un saludo.



Así fue pasando la tarde, afortunadamente sin nada raro que reportar, con mucha gente divirtiéndose en diversos juegos de cartas, rol o tablero.




Finalmente llegó la tardecita y me avisaron que había espacio para mi charla, así que comenzamos a llamar a la gente interesada. Aunque no fue mucho público, ya que las mesas habían arrancado tarde y estaban todavía desarrollándose, me sirvió para mostrar un poco más el libro (que no por nada se sorteaba el domingo) y exponer un poco las herramientas y consejos que allí están detallados. Cabe mencionar que antes y después de la charla recibí vaaarias consultas al respecto.

Luego de la charla, se había programado el sorteo, largamente esperado por muchos, particularmente por los que el día anterior habían comprado docenas (sí, literalmente) de números y no habían ganado nada. Por si fuera poco los premios, como habrán visto, eran muchos y muy grandes, así que las expectativas eran enormes.

De más está decir que de nuevo Nash, de Buenos Aires, fue el gran ganador de la noche, llevándose, como ha sucedido en otros eventos, varios premios (y de los gordos, para colmo). Hubo muchas reivindicaciones de gente que merecía ganar algo, y también varios suertudos que se ganaron varias cosas o cosas que todos esperaban, como Damián que se llevó el core de Pathfinder. Y después, a irnos, porque teníamos horario límite.

Pero no, un momento. Teníamos MUCHO para charlar con los invitados de Buenos Aires y otros lugares. Pero además, teníamos que mostrar los videos que tan cuidadosamente habíamos guardado y subtitulado. Sí, sí, ESOS videos de saludos de ESOS grandes diseñadores de rol:














Entonces SÍ empezó la parte final de la mudanza. Ya habíamos guardado mucho de lo nuestro y ayudado a guardar lo ajeno (por ejemplo lo de los auspiciantes), pero teníamos que sacar las mesas y las sillas y ordenarlas. En esto fuimos ayudados en parte por roleros locales y porteños, que nos ayudaron a agilizar mucho el trámite. Cada tanto, acá y allá, un grupito hacía una pausa y se ponía a hablar con los invitados de otras provincias, para recabar información sobre cómo andaba la cosa por allá y sus opiniones sobre el evento. Si bien muchas eran positivas, también vimos que había cosas que mejorar o que tal vez no eran igualmente aceptadas por todos.

Y después, las últimas fotografías, las que reunían a los organizadores y a los últimos participantes, un poco de esto y de aquello, y la lenta pero necesaria despedida.

Teóricamente, yo tenía que irme a un recital (sí, un domingo a la noche!!!), o por lo menos a la parte del mismo en la que tocaba Láquesis, una banda de rock progresivo en la que participa mi padrino Ariel. Eventos a los que casi nunca falto, pero la verdad, estaba bastante cansado. Así que decidí cambiar de planes e irme a la casa de Plober, con un par de invitados porteños, a comer algo y regresar a casa.

Lamentablemente para mi bienestar, la cosa se demoró mucho (siendo "la cosa" la comida que habíamos ordenado a domicilio), y mientras tanto nos dedicamos a jugar Citadels. Lo cual derivó en otra serie de cosas que comentaré en otra entrada. Baste aquí decir que de todas maneras llegué a casa un poco pasada la medianoche.

Y así fue el fin de semana.

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