En el vértice


Una vez más estoy en el vértice de la pluma.

Ayer lancé al papel algunos trazos para el final de mi novela de fantasía oscura. Hacía mucho tiempo que no la tocaba: principalmente a causa del Rolero de Hierro 2009, pero también debido a cuestiones personales. Estoy acostumbrado a ese tipo de detenciones, así que lo dejé correr; siempre es bueno dejar que la tinta se seque un poco.

Pero en el medio me encontré con varias cosas, que solo hoy pude dejar listas. Algunos artículos para mi otro sitio, que requerían actualización urgente. También dejar listos dos o tres cuentos para el Premio Avalón de Relato Fantástico 2009. Muchas, muchas palabras en el medio.

Una y otra vez tuve que alargar la espera, aunque por suerte siempre exagerar cuando calculo plazos. Así que hoy puedo hacer lo que planeé para el lunes.

Y por si fuera poco, René (gracias... totales!!!) me acaba de pasar el dato de un concurso de novela fantástica en Argentina. Cosa que no creí ver nunca. Aunque lo realiza una editorial pequeña, el premio es a lo que aspiro: la publicación. Así que no tengo tiempo para volver a los cuentos sin terminar (algunos ni empezados) que tengo anotados desde hace meses. El círculo retorna, una y otra vez, a la novela (esta vez, de fantasía contemporánea).

La otra noche no pude resistir y terminé las dos primeras páginas. De hecho en pocos días tuve la idea general, que ya apareció en este blog previamente (todavía no diré cuándo). Ahora solo falta saber qué hará (y quién será!!!) cada personaje.

A todo esto, no tengo ganas de escribir. Estoy harto de la computadora, del teclado, de tener la cabeza en otro lado. Ver capítulos de series me atonta un poco, pero tampoco es la respuesta, y luego viene la culpa. Sé que, aunque no tenga ganas, puedo hacer un trabajo bueno, como mínimo decente. Así que a eso voy, a terminar mi tercera novela, y a empezar la cuarta para mitad de marzo.

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