La verdad es que da ganas de usarla.
A lo mejor hay que prenderle una velita a "Santa Kristina", bajo cuyos divinos auspicios a mi viejo le duplicaron el sueldo. Aunque es una lástima que no pueda usar el Tren Bala para tirarnos unos cuandos calefones y televisores de plasma, como hizo su antigua reencarnación usando muñecas y pelotas de fútbol.
Pienso que el peronismo es una extraña forma de budismo político.
Muy degradada, claro. Los condenados regresan a hacer lo mismo,
pero el karma lo pagamos todos.
Muy degradada, claro. Los condenados regresan a hacer lo mismo,
pero el karma lo pagamos todos.
Días después me dedico a ordenar las bibliotecas. La idea la tuvo mi hermano y no es nada mala: aprovechar las cajas para poner allí los libros de nuestra infancia y adolescencia que no queremos regalar/vender, pero que no leemos. Así guardo un diccionario inglés-castellano en fascículos y pongo los mangas. En ese nuevo espacio puedo organizar mis DVDs, que siempre estuvieron tirados sobre el escritorio. ¡Ahora sí parece una colección! Después guardo otras enciclopedias y enroque va, enroque viene, mis tomos de la Segunda Guerra Mundial dejan de dormir acostados. Y lo mejor de todo: mi Biblioteca Tolkien deja de estar arrumbada y tiene espacio propio. ¡Cada tomo con su folio original!
Así también queda espacio para mis tomos de Batman y de historia medieval. Podría hacer más espacio, pero estoy cansado y no hace falta por ahora. Los pocos libros que están acostados son los que esperan que los despierte.
La sensación de ubicación no es solo espacial, de las cosas materiales. A través de ella siento que yo también estoy empezando a encontrar un lugar. Mi casa es más parecida a como debería ser, a como siempre la hemos querido tener. El desorden de los últimos meses se fue, hay espacios vacíos tan necesarios para la vista y para la vida. Hay tiempo libre, hay sueños que vuelan de día. Yo también me siento ubicado en una realidad, tal vez no perfecta o ideal, pero que puedo ordenar lentamente a mi gusto.
1 comentario:
El espacio es muy subestimado. Uno no puede más que sentirse sorprendido cuando se da cuenta en esas pequeñas revoluciones de la incidencia que tiene sobre nuestra sensibilidad.
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