Hace unos días hablamos en SAS sobre qué les falta a los juegos de rol y otros temas. El primer tema lo disparé yo, pensando en otra cosa, y la conversación derivó deliciosamente hacia cómo evolucionar el rol, de manera conceptual.
Estos temas son, para mí, los más interesantes que he escuchado en el foro en bastante tiempo (sin desmerecer otros que han surgido antes). Porque creo que apuntan al corazón de muchas cosas importantes para nosotros como diseñadores y jugadores.
Esta mañana, influenciado por esas preguntas, se me ocurrió una vuelta de tuerca, una nueva forma de presentar el rol. Empezamos por los personajes, que tanto me gustan. Tres, cuatro historias ambientadas en un mismo lugar. Pueden ser relatos o comics. Cada jugador lee uno de ellos, que sigue la historia de un personaje determinado. El relato cuenta mucho sobre su pasado, sus problemas y desafío, su personalidad. Aunque esté en tercera persona, solo se enfoca en él.
Cuando el jugador (que todavía no ha jugado) llega al final, éste está abierto. ¿Qué ha sucedido? Su personaje se ha encontrado con otros y debe colaborar con ellos (por honor, por supervivencia, por deber, etc.) Esos otros son el resto de los personajes, y así mismo él como jugador se encuentra con otros jugadores que deben dar un final a la historia, que comenzó como algo individual pero se cierra como algo grupal.
Habría un DJ, que sería el que ha coordinado el que todos los jugadores lean solo una de las historias, y que todos la lean al mismo tiempo, etc. Este DJ conoce el reglamento antes de que los jugadores empiecen a jugar. Es de pocas páginas, muy sencillo de aprender en unos minutos. Luego de explicarlo, los personajes comienzan a cerrar la historia.
Sobre este reglamento, pienso que debería ser bastante abstracto, con resolución de conflictos que permitan dar un buen espacio a la narración de todos, no solo del DJ. Tendría que estar muy entrelazado con las características de cada personaje, no solo en sus habilidades sino en sus secretos, sus palabras concepto (vengador fanático, juez de los demás, pensador ensimismado) y ciertas cosas que pueden hacer/decir que detonarían determinados eventos (Luke, soy tu padre). Más allá de algunas cosas, la idea es que el reglamento sea bastante genérico para que esta idea se pueda aplicar a varios campos (cifi, fantasía heróica, etc.).
El DJ tendría, además del reglamento, material suficiente para una o dos partidas, en las cuales el grupo debería terminar sus objetivos. De manera que podría usarse tanto como iniciación (jornadas o en casa de amigos) o como intermedio entre campañas y campañas, si uno ya es un rolero más experimentado y de pronto no quiere hacer nuevos personajes o preparar nada.
También se puede pensar en hacer algo para un solo jugador, claro. He dirigido una partida de una sola jugadora, una vez, y he quedado muy conforme (tal vez luego hable sobre el tema). Aunque la idea la tuve en base a algo grupal, tradicional, a veces no se tienen suficientes jugadores, o solo una persona de un grupo se interesa. Entonces se pueden crear o adaptar tramas para que solo uno juegue. Después de todo, el DJ puede hacer que ciertos PJs se hagan PNJs y llevarlos por su cuenta.
Aunque no es un juego de "sentarse y jugar", porque requiere leer una historia antes, esta debería poder leerse rápidamente durante la semana. Por ejemplo, convencemos a un amigo de leerla el martes o miércoles y se puede jugar el sábado o domingo (asumiendo que la persona tenga un mínimo de gusto por la lectura y una vida normalmente ocupada).
Lo que engancharía a jugar sería tanto el gusto por el personaje (aquí el DJ debería conocer mínimamente a los jugadores, no sea que le das un elfo a un enano "de alma") como el reto de terminar una historia que es atrapante, intrigante, etc. Tal vez esto sería un punto débil, porque uno ya no podría elegir jugar con otro personaje, aunque la posibilidad de rejugar un módulo siempre está presente entre ciertos jugadores. Los experimentados incluso pueden alargarlo y continuarlo.
La idea me ha despertado ganas, al menos, de escribir un boceto. Tal vez uno o dos relatos, gastando alguna de esas ideas sin final que tengo para algún cuento, y pensar en ideas básicas para el reglamento. Por una vez, ser estructurado, sentar las bases y conceptos principales, y hacer algo desde allí. A ver qué sale.
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