Recuento


Acabo de solucionar en gran medida la Crisis de los Libros No Apilados. El estante con comics está por estallar, y tuve que mudar parte de Batman a otro lado, con mis libros sobre la Edad Media y las armas de fuego. También ordené algunos papeles viejos, dejando más limpio los demás estantes de la biblioteca.

Ayer terminé un guión de 11 páginas, que hacía meses y meses que quería escribir. Me costó mucho sacar algunas cosas y no estoy totalmente conforme, pero sé que mejor no puede estar, porque ya lo removí demasiado. Mejor dejarlo asentar.

Me siento un escritor de esos de las películas, mientras tomo gaseosa de la botella, sentado frente a la pantalla. A veces también como acá. Soy como un hobbit: suelo tener seis comidas al día. Menos mal que hay testigos de mi delgadez.

Estos días he escrito entre 10 y 5 páginas por día de mi novela principal, interrumpido por el guión y otras cosas. Es de fantasía oscura. Va muy bien, ya lleva 105 páginas y ayer terminé de cubrir en mi mente los principales huecos de la segunda mitad. Me siento el arquitecto de una catedral.

Me maravillo ante los diseños de Range Murata. Son exquisitamente simples y retro. Empecé por Masamune Shirow (había poca cosa técnica, pero muchas muchachas extrañamente morenas) y terminé seducido por las féminas de los demás autores que aparecen en el sitio (ojo, no todas). Pero Murata es estrictamente tierno, dulce. Y es un verdadero diseñador, como lo había visto en la tele. Muero de ganas de hacer algo de esa manera, con alguien que diseñe hasta lo último de los personajes, el vestuario, el mobiliario, los vehículos. Y que sean todos tan tiernos y retro...

Me preocupa la novela secundaria. No es nada fantástica y la escribo para un público que nunca fui. De adolescente no pasé por las novelas para adolescentes: estaba ocupado leyendo ciencia ficción y algo de Tolkien (por cierto, releo su biografía ahora, antes de empezar por las Cartas). ¿Qué saldrá? No sé, pero lo intento.

Reempecé la Narn i Chîn Húrin. Pensé que habría perdido el hilo, pero no. Me doy cuenta de que ya en la página 100, ha pasado de todo. Y recién se están encontrando con Mîm el Enano. Que linda prosa.

Mañana tengo reunión sobre comics. La cosa sigue andando.

Hoy dejé a J. S. Bach. Demasiado clavicordio, bajé demasiada de su música y la escuché demasiado rápido. Me acompañó para el guión de comics, que va de terror en el siglo XIX. Pero como dice el chiste (ya no recuerdo de donde lo saqué): tiene demasiadas notas. Hoy lo reemplacé por el motor rugiente de A Pain That I'm Used To, del Playing the Angel de Depeche Mode. Y dejé el resto del disco.

2 comentarios:

JMO dijo...

Hermosos diseños de personajes. Ya me quiero quitar este sabor amargo de "vale todo" en el animé y el manga. Quiero más emotividad y menos guro -_-

oenlao dijo...

hoplitas linfociticos enfrentan una nueva invasion en el paso demostenes,
otra vez saliste sin abrigo.