Con la ya mencionada mudanza de mi hermano, y mi parcial mudanza dentro de la casa, es oportunidad de deshacerse de muchas cosas, plantearse seriamente por qué me quedé con otras, y cambiar prioridades en materia de donde pongo cada cosa.
En principio, si bien mis juegos de rol tienen una nueva y mejor estantería, tuve que dejar de lado las revistas de esta temática (un buen montón de Líder, incluyendo una de la "nueva época"). Las ubiqué dentro de una gran bolsa, que cerré para que no las afecte el polvo. Rara vez las uso, las leí hasta el hartazgo y la mayoría de los juegos que mencionan ni siquiera los he jugado: tienen más que nada un gran valor sentimental.
Otro tanto hice con las revistas de artes marciales que estaban junto con las de armas e historia militar. No son muchas, pero despejan el estante donde van los comics, y teniendo en cuenta que ahora compro más comics, necesito ese espacio. Tampoco son muy consultadas (actualmente), aunque sí son muy queridas. Ahora están apiladas junto con otras bolsas similares. Las revistas Lazer, que no puedo poner en casi ningún lado debido a su raro tamaño, están en una caja que desperdicia el 40% de su capacidad.
Ahora que mi hermano quitó su computadora, son accesibles los dos huecos de la principal biblioteca, ahí donde antes iban sillas y desde hace tiempo sólo hay cajas apiladas, mucha suciedad y cosas inútiles. La limpieza general también llegó ahí en estos días. Muchas cosas fueron a la basura, pero hay otras que no puedo tirar. Por ejemplo, un pequeño universo de cartas de gente con la que ya no trato; me parece casi irrespetuoso tirarlas a la basura aunque ya no tengo contacto con ellas. No te preocupes querida amiga, tus cartas están ahí, pero separadas, y esas sí que nunca las voy a tirar. Ya les encontré un mejor lugar dentro de otra bolsa de plástico... ¿saben qué estoy usando? Los sobres-bolsa en los que me enviaron los libros que comprenden la Biblioteca Tolkien. Yo sabía que me iban a hacer falta un día...
En esa misma biblioteca espero poder desalojar un compartimento en donde pueda poner mis dados y todas mis miniaturas de rol, que ya son muchas. Así quedarán más accesibles y seguras de cualquier rotura o pérdida, y dejan de interferir con el normal manejo de la biblioteca.
Una gran pila de sobres de papel y de cartón son ahora el hogar todas las cosas roleras y no roleras que mencioné hace unos días. Puse TODO el material acerca de MAGNUS dentro de una bolsa plástica, y aproveché para agregarle cosas que estaban separadas. Otro tanto hice con varias categorías: tenía material rolero disperso por acá y por allá, recuerdos de jornadas, etc. etc. Cada cosa terminó en su lugar, generalmente un sobre de papel que luego quedaba dentro de una bolsa plástica, que se apilaba sobre otras similares.
Este trabajo arqueológico me tomó parte de la tarde del viernes y de la mañana del sábado, pero fue muy entretenido, a pesar de tener que lavarme las manos una docena de veces por hora. Actualmente todo el material rolero que no uso, más mis borradores literarios, más las revistas y recortes de diarios y otras cosas están pulcramente apilados donde ya no estorban.
Otra cosa que pude hacer fue organizar mis carpetas, ponerlas todo en el mismo sitio, llenar sus folios con el material correspondiente en un orden más que decente. Ya tengo todas mis facturas e información fiscal y laboral en un solo sitio.
¿Qué más? Muchas pequeñas cosas. Tendré que reacomodar mis posters y voy a aprovechar para colgar otros más: esta tarde hice inventario de todos los que tengo y reparé con cinta de papel algunos. Mi hermano encontró un montón de monedas al mover una biblioteca. Yo encontré un comic que compré usado y creí que había vuelto a vender. Pero sigo más adelante con lo demás.
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