Crack Bang Boom 3 (y domingo)


De nuevo amaneció soleado, pero algo más fresco. De todas maneras, rápidamente el sol calentó el ambiente, y se convirtió en un día hermosísimo.

Llegué temprano para el stand de la Revista Terminus (que Maxi quiere escribir "Términus", para evitar malas pronunciaciones), y notamos que el Centro de la Juventud estaba un poco vacío. Después de unas dos horas de estar ahí, todavía lo estaba, a comparación del día sábado, pero sin embargo pudimos dar a conocer nuestra revista con nuevos folletos, que tuvimos que imprimir ante la gran demanda.

Aprovechando que la cosa iba lenta, volví a charlar un rato con Oenlao y otras personas que fui encontrando. Me alegré mucho de ver que sus proyectos prosperaban, y me llegó una oleada de buenos augurios, porque en general, el mercado seguía activo y quien más, quien menos, todos habían podido seguir editando y mejorando sus producciones.

El stand de LA Comics, en donde se vendían comics de todo
tipo. Hasta los de superhéroes!!! :D



Entonces empezó a caer más gente al Centro de la Juventud y seguimos charlando con visitantes del stand y con los miembros de la revista. Eventualmente partí hacia la conferencia que iba a dar Ervin Rustemagic, sobre su vida y cómo trabaja.

Técnicamente como ya comenté era un pequeño desafío para la cámara, que pude solucionar. Simplemente no grabé toda la charla, en parte sabiendo que me iba a quedar sin forma de registrar lo que seguía, en parte porque, si bien fue interesante, en ella se hablaron temas más personales del editor europeo, que no me parecieron tan relevantes para el autor que quiere insertarse en el medio. Como mi idea es divulgar estas charlas para acercar estos consejos a artistas y escritores, creo que hice bien en no registrarlos, aunque los atesoro en lo personal.




Como con las demás, voy a subir la charla en un tiempo, cuando pueda empalmar los fragmentos de video. Esta vez como Andrés Accorsi, el traductor y coordinador de la misma, lo hacía más seguido (Ervin contaba las anécdotas "de a fetas" para no arruinar demasiado los finales), quedaron más fragmentos cortos que otra cosa. Además, como la mayoría del (lamentablemente) escaso público sabía inglés, y el editor entendía y hablaba algo de castellano, la cosa se hizo más fluida.

Eduardo Risso por otra parte nos comentó cómo llegó a conocer a Ervin Rustemagic a través de Carlos Trillo, y se colaron varias anécdotas muy graciosas, de todo tipo. Fue una linda experiencia, aunque como digo (y enfatizó el mismo Rustemagic), todo lo referente a artistas nóveles fue dicho en la charla anterior, y esta se enfocó más en cosas de su vida personal, su relación con la creación del Festival de Angouleme, su experiencia en la Guerra de los Balcanes, etc. etc.

Mientras escribo esto me entero de la muerte de Joe Kubert, persona muy querida por Ervin según nos contó, y eso me llena de pena, doblemente. Realmente me ha dejado mal.

De ahí partimos con Juan hacia el CEC nuevamente, y nos encontramos con una sorpresa algo desagradable. La costanera estaba literalmente LLENA de personas y automóviles, de manera que hubo que cruzar arriesgadamente (por el caos había vehículos estacionados donde no debía haberlos, otros que no sé si respetaron los semáforos, gente cruzando por cualquier lugar, etc.). El clima era hermoso y para colmo, al ser día del niño, había muchas familias dando vueltas por aquí y por allá. Así que después de un rato de esquivar personas pudimos entrar de nuevo al Centro de la Juventud.

Allí la cosa era diferente, si bien había muchas personas, se podía transitar. Me quedé otro rato en el stand. Me sentí un poco culpable porque si bien había acordado que iba a ir a la charla y después me quedaba en él, esta había durado casi dos horas en lugar de la hora y media avisada (creo que también arrancó un poco más tarde). Sin embargo mis compañeros fueron comprensivos, cada uno de ellos cada tanto se ausentaba por algo y nos fuimos turnando en el stand.



De nuevo aproveché para charlar con dibujantes y otras personas interesadas en el tema, y el tiempo pasó volando. Es difícil resumir todas las pequeñas charlas, comentarios, idas y venidas, así que simplemente diré que estaba ya tan cansado, física y mentalmente, que tenía que detenerme para juntar mi ideas y hablar sin tartamudear o dudar acerca de lo que quería decir. Hacía MUCHO tiempo que no me pasaba algo así.

Para ubicar a un amigo con quien había acordado encontrarme, me pasé al CEC, en donde la afluencia de público era avasalladora. Una vez dentro, uno quedaba atascado como sardina en lata. Creo que nunca me sentí tan apresado en ese lugar; si bien hubo en ediciones anteriores días con mucho público, esto era impresionante. Saqué un par de fotos para documentar esto, pero ya no quedaba mucho más para hacer, así que después de charlar con varias personas y de hacerle el aguante a Juan y a una dibujante en la cola para que les firmara Robin Wood, me volví al Centro de la Juventud.













Afuera la costanera seguía llena, llena de gente. Se atrasó un poco el concurso de disfraces, pero cuando llegó, lo hizo con fuerza. La pasarela entre el CEC y el Centro de la Juventud se llenó totalmente, y había que dar un gran rodeo para ir de un lado a otro


En el stand de Terminus nos pusimos a levantar todo, ya que casi no había público y otros stands hacían lo mismo. Saludé a Oenlao y a los chicos de LA Comics, me despedí de ellos y terminé de guardar todo lo mío.

Finalmente llegó la ceremonia de cierre. Llegué apurado, con lo justo, pensando que ya habría empezado y que no habría lugar, pero no, se estaba demorando. El bar estaba casi lleno, por suerte un gran amigo se había sentado temprano bien adelante y había lugar en su mesa. Ahí me senté a descansar. Estaba agotado, pero las baterías de la cámara no!!! :D





La ceremonia fue, por así decirlo, poco ceremoniosa, sin vueltas ni nada raro. Una vez más Eduardo Risso agradeció a todos los que habían colaborado, esta vez enfatizando la colaboración del personal del CEC (Centro de Expresiones Contemporáneas) y de Horacio Ríos, Secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario. Como siempre, tiene razón: un evento de este tipo, con entradas tan accesibles (10 pesos, lo que costaba una gaseosa chica en el bar) y tantas opciones (incluyendo secciones y charlas gratuitas) no es algo que se pueda hacer así nomás, y requiere la colaboración firme y sincera de los organismos estatales. Los cuales, una vez más, cumplieron con creces.

Se entregaron premios, como siempre, a los invitados que asistieron. Esta vez fue un busto de Nippur de Lagash, como debía ser teniendo en cuenta que el homenajeado era Robin Wood. Uno de los puntos más altos en los aplausos fue cuando Horacio Ríos confirmó que este año la convención había reunido un total de poco más de 12.000 asistentes, lo cual es un signo de la importancia que sigue teniendo.

Después de esto, poco más. Me quedé charlando con varios amigos, saludé a muchos que estaban partiendo, me despedí de otros y nos quedamos con Juan un buen rato charlando afuera del CEC. La noche estaba fresca y despejada. Nadie se había ido con las manos vacías: todos habíamos hecho contacto con editores, editoriales, personas que admirábamos, que no veíamos hace rato, etc. Así que, más allá de los bolsillos vacíos, no había nada, nada que lamentar.

Crack Bang Boom 3 fue, hasta ahora, una de las mejores experiencias de mi vida, por muchas razones que desglosaré durante al menos un mes, creo yo. Me deja debiendo media docena de guiones a diferentes artistas, agradeciendo a muchos dibujantes y guionistas, con toneladas de fotos y videos para procesar y recordar, muchos nuevos contactos y proyectos en marcha. De manera que encaja perfectamente en todo lo que venía buscando y necesitando en esta nueva etapade mi vida.

Nos vemos en la próxima entrada, que espero sea pronto.

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