Apostillas de Crack Bang Boom 3


Todo lo dicho en días previos hacen un pantallazo general del evento, pero siempre me gusta comentar pequeñas anécdotas o situaciones que complementan lo anotado y nos permiten ver un poco mejor el espíritu que rondó por esos días. Aquí va una lista desordenada:
  • Por primera vez en muchos años de asistir a charlas de dibujantes y guionistas, no se me ocurrió ninguna pregunta interesante, para ninguna de las charlas. La excepción fue la segunda del jueves, que compartieron Eduardo Risso, Carlos Gómez, Carlos Pedrazzini y Enrique Alcatena. Cuando el primero, en su labor de coordinador, estaba cerrando la charla por falta de preguntas, les inquirí acerca de sus opiniones sobre el cierre de Columba y Record. Más allá de la terrible crisis económica, ¿había algo que las editoriales podrían haber hecho para impedir la quiebra? El intercambio de opiniones llevó a Risso a hacer un encendido comentario sobre la situación cultural del país, lo cual lo sulfuró un poco (nota: tenía razón en todo lo dicho). No se enojó conmigo, pero sí con la situación muy mala que vivimos, en donde los chicos salen de las escuelas aprendiendo poco y nada y la lectura no es incentivada por casi nadie. Pero me hizo sentir un poco culpable porque yo había hecho la pregunta :D
  • Mientras estábamos en la primera charla de Rustemagic, el jueves, con muchos dibujantes amigos en la mesa, me di cuenta que Robin Wood estaba en la barra del bar, presenciando la charla mientras tomaba algo. ¡Estaba en el mismo edificio que Robin Wood! Les hice notar su presencia a mis amigos, pero para evitar el cholulismo, lo dejé tomar su gaseosa tranquilo, pobre hombre :D
  • Más tarde ese jueves, luego de la entrega de premios del concurso de comic, a instancia de un amigo dibujante, nos pusimos a charlar con Wood y con García Seijas. De nuevo sentí esa hermosa sensación que tanto me atrae de este ambiente: poder hablar de tú a tú (porque no nos dejó que lo tratemos de "usted": hubo amenazas de agresión física si continuaba esa actitud :D) con leyendas vivientes del comic, que nunca desprecian el trato con los fans y se muestran dispuestos a conversar de casi cualquier tema. Después de esa charla, y de la obligada foto con Robin Wood, no podía pedir más. Y recién terminaba el primer día.
  • El sábado, al pasar del Centro de la Juventud al CEC, me crucé con Enrique Alcatena y Carlos Pedrazzini, que iban charlando hacia alguna parte. Nos saludamos y de nuevo me asaltó la hermosa sensación de compartir lugar con excelentes profesionales y personas. Pero de pronto se me clavó la punzada: así tendría que estar saludando a Carlos Trillo. ¡Cómo se te extraña!
  • Dio mucho gusto ver que la sala del Bernardino Rivadavia se llenaba, el sábado, para la charla con Robin Wood. También fue bueno ver que había personas de todas las edades, incluso personas que ya peinaban muchas canas y que habían sido ávidos lectores de las obras del autor, que habían traido a hijos y nietos.
  • El domingo, Ervin Rustemagic dio una relajada charla sobre su vida, en la cual la edición de comics fue uno de los temas más importantes. Grabé esta primera parte pero desistí de hacer lo mismo cuando comenzó a hablar de su experiencia en la Guerra de los Balcanes, de la cual él y su familia salieron vivos pero llenos de malas anécdotas. El contar, para no volverse loco, la cantidad de obuses que caían por día (llegando a un promedio de ocho por minuto); el tener que esperar a que una bomba cayera para poder ver en la oscuridad, por una fracción de segundo, el camino entre los escombros para atravesar corriendo calles que de día estaban llenas de francotiradores; y las absurdas cuestiones legales que tuvieron que llenar para poder salir de la zona gracias a los hilos que muchos amigos editores y dibujantes, entre ellos Hugo Pratt, movieron en varios países europeos, fueron algunas de las anécdotas comentadas. No grabé aquello porque se iban a terminar las baterías de la cámara y porque consideré que se trataba de algo curioso pero no útil en sí a los interesados en aprender sobre edición de comics y cómo presentar proyectos. Una anécdota destaca entre las demás: en la destrucción de su casa, Ervin perdió unos 14.000 páginas originales de comics: más de la mitad eran de su colección personal, regalo de amigos, y el resto eran comics que él tenía, como editor, para dar marcha con la publicación del material. El editor tuvo que huir con lo puesto, llevando a su hijo menor en un brazo, mientras su esposa corría detrás de él con su hija. Lo gracioso fue cómo, al contar su historia, un amigo le preguntó cómo no había llevado, en su brazo libre, al menos unos cuantos originales, que ahora costarían una pequeña fortuna. No se trataba de un tonto sino de una persona inteligente; y es que, como comentó el autor, muchos no comprenden cabalmente lo que significa estar en guerra y por eso evita contar ciertas anécdotas, porque no puede hacerles entender la situación a personas que, por más cultas e inteligentes que sean, no han pasado por algo similar.
 Aunque ahora que lo pienso bien, la convención fue muy diferente a las anteriores y en ella no sobresalió ninguna anécdota o situación particular. Fue, por así decirlo, más homonégea, y tal vez porque conozco a muchas más personas, menos llamativa en cuanto a lo personal. Sin embargo, fue muy, pero muy fructífera y eso lo iré desarrollando luego.

No hay comentarios: