Después de The Avengers, comenzó la Segunda Fase de las películas Marvel. Y con una historia bastante efectiva, muy bien contada, pero que está trayendo algo de controversia dentro de la comunidad de fans superexigentes.
Tal vez la principal "crítica" que se le puede plantear a la película es que a veces no parece tanto de superhéroes. Es decir, Tony Stark aparece más como él que como Iron Man. ¿Es eso malo? Pues depende de la opinión de quien lo diga.
Con Batman siempre se mantuvo la misma discusión: ¿Batman es Bruce Wayne o Batman es Bruce Wayne con el traje, que tiene quichicientosmil aparatitos y truquitos varios? Dramas de los alteregos de los superhéroes que no tienen incorporados los poderes al ADN. Drama que ya quedó zanjado en un excelente episodio de Batman Beyond.
Como decía, aquí tenemos el mismo dilema. A algunos no les gustará eso, a otros les parecerá interesante. Soy de los segundos, porque lo que tenemos en esta película, con una acción tremenda y muy buena narrativa, es la historia de la caída del personaje, y de su recuperación. Es la historia clásica del héroe, que no pelea solamente contra los malos de siempre sino contra sus propios demonios.
Historia de una caída
Y contando el origen de sus propios demonios es como Tony comienza la historia. Vemos cómo, años atrás, en su etapa de playboy científico de nocturna vida extravagante, sus malas costumbres le juegan una mala pasada... una que, como un bumerang, lo golpeará sorpresivamente por la espalda, y en el peor momento.
En el presente, luego de lo sucedido en The Avengers, todo parece ir bien. Su mansión está llena de armaduras Iron Man, está viviendo con Pepper Potts, su empresa sigue en la cima... pero otras cuestiones no son tan buenas. Rhodey ya no es War Machine: su armadura ha sido modificada por el gobierno y ahora es Iron Patriot, un agente más de las fuerzas armadas que protege al presidente y los intereses estadounidenses. Justamente en un momento de grandes problemas: un poderoso terrorista conocido como El Mandarín está haciendo estragos, realizando atentados en bases estadounidenses en todo el mundo y causando la muerte de civiles y militares.
Por si fuera poco, los acontecimientos de The Avengers han hecho mella en Tony, quien no era más que un humano que creía sabérselas todas y se vio envuelto en una guerra intergaláctica. Lo que sucede en esta película (que deberían ver, ya mismo) lo afecta de una manera muy humana: tiene alguna clase de stress postraumático, razón por la cual no puede dormir y comienza a cometer errores debido a la falta de concentración.
Tony tiene también otros problemas, principalmente su relación con Pepper, que no atraviesa por el mejor momento. Su novia quiere tener más espacio en su vida y Tony, no acostumbrado a la verdadera intimidad, se la pasa construyendo y mejorando todo tipo de armaduras. Es evidente que no sabe cómo balancear su yo pasado con el nuevo que está surgiendo, más responsable y maduro.
Pero cuando él promete destruir al Mandarín, y el terrorista se lo toma en serio, de pronto surgen esos demonios del pasado, que tantos problemas le traerán a Tony en esta búsqueda de su propio ser, en el descubrimiento de sus verdaderas prioridades así como de sus debilidades y fortalezas.
En este sentido, la película cierra y define muchas subtramas de las dos películas anteriores. Por un lado, aprovechando algunos dilemas morales de la primera, principalmente lo relativo al avance de la tecnología y sus usos equivocados si caen en ciertas manos. Por otro lado, termina de definir lo que representa en lo humano ser un superhéroe conocido por todos; algo de lo que ya habíamos visto en la segunda. Pero principalmente nos muestra el crecimiento emocional de un personaje que ha pasado demasiado tiempo siendo un niño malcriado rodeado de juguetes caros, y ahora tiene que aprender que sus acciones, buenas y malas, tienen consecuencias que pueden lesionarlo tanto a él como a otros.
Caramelo para los ojos, pero no descerebrado
Con la dirección y co-gionado de Shane Black, guionista de la clásica Arma Mortal, nos encontramos frente a una película llena de diálogos graciosos, pero en contextos de tensión, suspenso y acción.
Tony Stark está ahí presente, con todo su filo: no va a dejar pasar una oportunidad de desafiar al malo, nunca le va a faltar la frase pegajosa, graciosa y algo desubicada al mismo tiempo. Pero luego de mil caídas y derrotas propiciadas por un malo que parece invencible, invisible y omnipresente, no busca autodestruirse ni sacrificarse en vano. Tiene alguien por quien vivir, y hará todo lo posible por salvarla.
Su principal obstáculo se rompe cuando comprende que él no es más que un "mecánico": alguien que siempre ha podido solucionarlo todo, superando las expectativas de los demás con respuestas de lo más ingeniosas. Es allí donde el héroe resurge, luego de su estrepitosa y humana caída.
Black nos cuenta esto haciendo gala, por supuesto, de lo mejor en efectos especiales, algo que no podía faltar en una cinta de esta categoría. Sin embargo, la película tiene un ritmo particular, con momentos de gran acción, muy bien narradas, y otras de largos diálogos, algo de suspenso y comedia. No estamos frente a una cinta solamente llena de luces de colores y explosiones sin sentido, sino a un producto más balanceado, que responde a muchas fórmulas del género de acción y de superhéroes pero agrega detalles interesantes y graciosos, que hacen a los personajes más humanos, incluso cuando tienen un poder sobrehumano.
La controversia de siempre: ese no es el personaje que yo tenía en mente
Con dos películas encima, la saga corría ya ese peligro: alienar a los fans más duros del personaje, proponiendo cambios "demasiado grandes" con respecto a lo que sucede o ha sucedido en el comic.
Lo que olvidan estos fans es que de este, como de otros personajes, han existido muchas versiones, y que en eso radica su riqueza. Quedarse en los moldes de siempre sería bastante tonto, sin mencionar que sería muy poco creativo y frustrante para los realizadores.
Tuvimos los primeros berrinches cuando se reveló el diseño de la armadura: más amarillo/dorado y menos rojo, ¡viola el concepto del personaje! Como si todo se definiera con colores... También causó revuelo el diseño triangular del reactor de la armadura, que hacía mención directa a una etapa del personaje que todos decían que era demasiado ambiciosa de contar... Y lo cierto es que la mención al Extremis es de lo mejor, porque no sólo planteará una continuación directa muy buena en Iron Man 4 y The Avengers 2, sino que por lógica es la siguiente evolución del personaje. Para colmo, está planteada de una manera particularmente interesante en la cinta.
Similares resquemores levantó la aparición de Iron Patriot, una reinterpretación del personaje de comic que nada tiene que ver con la versión fílmica. Nuevamente, en la cinta resulta algo lógico que Rhodey haya cambiado su armadura y continúe actuando para el gobierno, por más amistad que lo una a Tony.
Sin embargo, la reinterpretación más radical (sin caer en spoiler) la tienen los villanos. Aunque comprendo que a muchos no les guste la idea, me parece muy interesante cómo convirtieron al Mandarín en un terrorista mediático, un "cuco" invisible y omnipresente, que pone en jaque a EEUU de una manera muy particular. Sin conocer mucho al personaje del comic, tengo que decir que de otra manera hubiera sido difícil presentarselo a una audiencia desconocedora del mismo. Se hace mucho más creíble y amenazador debido a las similitudes con la imagen mediática de los líderes terroristas islámicos, que como un megalomaníaco excéntrico con anillos mágicos. Esto sin mencionar la excelente labor de Sir Ben Kingsley en un papel que muchos consideraron no apropiado para él.
Una recomendación con precaución
Por lo ya comentado, es posible que algunos de los lectores no estén de acuerdo con ciertos aspectos de la película. Algunos incluso dirán que es mala por uno o dos de ellos. Algo que me parecería exagerado, pero comprensible en ciertos contextos.
Sin embargo, no puedo más que recomendarla si te gusta el género y si estás siguiendo las cintas de Marvel. Para mí resulta superior a la anterior, demasiado oscura y sangrienta de manera innecesaria. De todas maneras reconozco que su relativa "falta de acción pochoclera", constrastada con los largos momentos en los que Tony resuelve sus problemas sin usar la armadura puede hacer que a algunos les resulte aburrida o menos entretenida, al menos. Para mí no fue el caso, pero sé que para otros resultará así.
En este punto, creo sin embargo que el director y co-guionista pegó en el clavo, al igual que los directivos de Marvel. Se trata de una película de transición del personaje, una especie de relanzamiento del mismo, luego de The Avengers, para esta segunda fase de películas. Ni la armadura ni Tony podían ser los mismos luego de tantas aventuras, y es prueba de esta visión creativa (y también de negocios, hay que decirlo) el que se haya comprendido esto y actuado en consecuencia. De esta manera creo que este Iron Man, y el que viene, puede resultar algo menos divertido para algunos, pero también mucho más humano, creíble y entretenido, de una manera diferente.
Sólo el tiempo lo dirá. Por ahora, como siempre, los dejo con un trailer, que muestra algunas de las escenas más memorables de la película y algunos de los detalles mencionados.
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2 comentarios:
Yo la disfruté treméndamente de principio a fin. Me parecció que tuvo un muy buen balance entre la acción y el desarrollo de los personajes, entre la comedia y la seriedad, entre los aspectos oscuros del mito y el mensaje optimista de "los buenos siempre ganan por sus propios medios".
La parte del Mandarín (que también me ha tocado presenciar cómo incomoda a los más puristas) me pareció sumamente adecuada. Yo también opino que quedó mucho mejor así que si hubieran intentado transladarlo más fielmente.
El único detalle que me dejó un poco insatisfecho fue el tremendo plot hole de "¿por qué demonios pasó la mitad de la película sufriendo con un traje que se caía en pedazos, en lugar de pedirle a J.A.R.V.I.S. que le enviara antes alguna de las armaduras que sobrevivió a la catástrofe (cosa que finalmente hizo para ese espectacular final)?" Hasta donde yo puedo recordar, en ningún momento se le dio alguna explicación razonable.
Otro detalle que disfruté mucho fueron los créditos finales. Definitivamente una buena forma de "presumir" el trabajo de todo el equipo detrás de la película. Así hasta da gusto quedarse hasta el final (aunque la acostumbrada escena post-créditos me pareció una de las más débiles hasta ahora).
Coincido en cuando a lo de la escena poscréditos. Si bien me pareció graciosa, no aportó nada.
Con respecto a lo otro, si bien no lo explica mucho, lo que yo entendí es que la mansión había quedado tan destruida que las armaduras no podían salir por su cuenta. Por eso tuvieron que esperar a que los obreros removieran suficiente escombro como para que la cámara donde estaban pudieran abrirse y estas pudieran salir. Es una escena tal vez demasiado breve que puede haber pasado desapercibida entre tanta acción.
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