Adiós a los concursos


Se terminó. O al menos eso es lo que decido, con alguna excepción. No más concursos de comics. Ya fue.

Creo que pasa algo, en algún momento, que divide a escritores e historietistas, entre los que todavía participan y los que no. Muchos dejan de participar luego de varios fracasos, frustrados, incluso enojados, o porque estos resultados negativos los predisponen mal y comienzan a creer que aquello no es lo suyo.

Otros dejan de participar porque consideran que es una fase. Algunos de estos han comenzado a publicar y pueden creer que es poco justo competir con alguien que todavía no lo hace, ya que sería quitarle un espacio de crecimiento importante.

Otros simplemente dejan de participar. Punto.

Yo me ubico en esta última categoría, por razones ajenas a las anteriores. En primer lugar, como he comentado antes, he escrito ya varias novelas y guiones dirigidos a concursos nacionales e internacionales. No he ganado ninguno (solamente he conseguido una mención), y eso no me ha hecho dudar de mi capacidad como escritor, ni me ha hecho pensar que los jurados son unos idiotas por no haber visto "mi grandeza". Sé que no siempre uno escribe lo que otros quieren leer, y sé también que siempre puedo mejorar lo que hago.

Con respecto a los concursos de comics, he participado con casi todos los dibujantes que conozco personalmente, y de hecho, el mismo hecho de participar ha permitido que yo afianzara lazos creativos y de amistad con dibujantes que antes no me eran muy familiares. Por esa parte, todo ha sido muy positivo.

Entonces, ¿por qué lo dejo? Ciertamente, no porque crea que le robo espacio a alguien más. Publico algunos de mis guiones en Términus, pero esta actividad no es remunerada. La revista está despegando (con los motores a pleno, ciertamente) y es una buena vidriera, un escaparate en donde espero que otros vean mi trabajo y me convoquen. Pero nada está garantizado. Mi carrera como guionista profesional todavía se está arrancando.

¿Un concurso puede "salvarte"? Creo que no, pero muchos intentamos hacer que sea un punto de despegue. No todos lo logramos. Hay muchas puertas para entrar en la profesión y algunos tenemos que usar otras. Casi con seguridad, ese será mi caso.

¿Dejo de concursar por los resultados negativos? No. ¿Por cansancio? Tampoco. Dejo de concursar, en gran medida, porque los concursos de comics en los que he participado están llenos de desprolijidades, falta de seriedad y todo tipo de errores y borrones.

Ya he hablado mucho del tema en años anteriores: particularmente aquí, aquí y aquí. Algún desubicado podrá relacionar mi disgusto con el hecho de que no gané en ellos. Pero también recuerden que no gané en ninguno de los concursos de Crack Bang Boom en los que participé, y en todos ellos no he encontrado nada malo que decir. Las bases eran perfectas, a prueba de balas, y la organización se comportó perfectamente. Perdí. Sí, y a mucha honra.

Pero hay una sensación de no querer exponerte a situaciones desprolijas. Cuento lo que sucedió hacia fin de año. Tenía frente a mí dos concursos: el del blog Cuadritos, algo exigente en cuanto al material a presentar, y el de LARP Editores.

El primero no era remunerado, pero pedía una gran cantidad de material (mínimo de 50 páginas, a dibujar y entregar si uno ganaba) para permitir su publicación semanal durante un año. Algunos de los dibujantes a los que les propuse participar consideraron esto un mal negocio: era mucho trabajo sin nada de dinero. Yo le vi el lado vidriado, de escaparate, ya que los dos comics allí serializados habían tenido buena repercusión y estaban siendo publicados. Pero comprendí que otros no lo vieran así.

El segundo era un concurso mucho más tradicional: pedía pocas páginas como mínimo, pero daba una supuesta remuneración monetaria (no aclarada, nuevamente, en las bases) y hacía que dicho comic fuera publicado en un libro recopilatorio, que la editorial prometía lanzar en la Feria del Libro de 2013. Dinero y escaparate: el premio perfecto. Para colmo la temática era libre, lo que me permitía elegir dibujantes según las ideas que tuviera.

Con una mejor zanahoria conseguí dibujante, un amigo mío que ya ha participado conmigo en otras aventuras de diverso tipo. Reformé la historia en la que estábamos trabajando simplemente por gusto, la mejoré y él redibujó algunas partes. Hizo en pocos días un trabajo tremendo, sobre todo teniendo en cuenta que debía continuar con su vida de estudiante. Sentí realmente que le estaba pidiendo mucho: siempre me siento algo mal con mis dibujantes porque tienen un trabajo más intensivo que el guionista, y por eso trato de poner algo de mi esfuerzo ayudándolo al menos con el letreado.

Para resumir, durante la última semana trabajamos como locos, corrigiendo, reescribiendo diálogos que había cagado, volviendo a corregir errores tontos de mi parte, etc. etc. Mandamos el resultado sobre el filo del plazo, y nos fuimos a descansar, contentos al haber dado lo mejor de cada uno.

Y no pasó nada. Nunca nos avisaron si habíamos perdido, ganado o empatado. No hubo avisos de ningún tipo, en ningún medio. Por el blog Cuadritos me enteré que en abril se lanzó el libro recopilatorio, Ymir 2013, pero nada se dice de los ganadores.

En lo personal no me molesta perder, pero siento que es una falta de respeto hacia mi dibujante y hacia todos los que participaron el no avisar. Hasta el día de hoy, cuando el libro ya salió a la venta, ni siquiera en la propia página de LARP se publicó la lista de ganadores. De hecho, ¡siguen publicadas las reglas del concurso pasado! También a ellos se les falta el respeto al no dar a conocer su trabajo y sus cualidades.

De manera que el sabor agrio no lo tengo por no haber ganado, sino por haber sido nuevamente ignorado, sobre todo en algo tan sencillo y básico. Lo que hicimos se publicará en alguna otra parte, al menos digitalmente, ya lo veremos. Pero lo que sé es que, a partir de ahora, le diré adiós a los concursos que no sean serios y no estén bien organizados. Eso seguramente me limitará, pero no tiene nada de malo. Mientras se siga manteniendo el nivel que tiene el de Crack Bang Boom (en el que ya planeo participar, claro), por lo menos tendré una opción al año.

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