Pasos


Desde hace mucho, pero mucho tiempo, cierro los 31 de diciembre en la escalera que lleva a mi terraza, mirando hacia el ocaso, pensando en lo que logré, en lo que me falta lograr, en lo que no se pudo concretar, en lo que pareciera alejarse para siempre y en lo que parece ser algo seguro para el año entrante. Es casi un ritual, en el que gasto al menos media hora. Ritual al que este año no he asistido.

Como sucede generalmente, no hay una razón para este tipo de ausencias. El día pasó rápido, tal como el mes. Diciembre fue una avalancha, en todo el sentido de la palabra. Abrumadora, acelerada, arrolladora. Y para cuando me di cuenta, ya estábamos cenando, y pasándola muy bien con mi familia.

Ayer fue el primer cumpleaños al que mi abuelo materno falta, desde que se nos fue apenas empezado 2011. Cómo será que incluso mi madre ni derramó una lágrima y apenas hizo mención al tema una vez, con resignación. Mucho pasó bajo el puente este año, incluyendo ríos de lamentos. Un funeral, una mudanza, reformas de todo tipo en la casa, comenzar una nueva carrera... En todo sentido, un año de transición, de esos que te cambian. Lenta o rápidamente, pero te cambian.

Y tal vez fue que vi que no era necesario sentarme a planear lo que ya tengo planeado, o sopesar lo que sopesé sobre la marcha. Lo que se perdió ya fue, lo que se pueda recuperar se recuperará (es poco, porque tiene que ver con el paso del tiempo, y cada vida es única). Lo que falta sólo se consigue actuando y ya pasó el tiempo de la reflexión.

Lo que sí falta es una mejor planificación sobre lo que quiero para el año que viene, en algunos aspectos puntuales. Sé que será un año de mucha creación, y que la escritura volverá a ocupar un lugar cerca del centro de mi vida. Sé que terminaré el Profesorado, sé que escribiré muchos guiones (ya debo varios, atrasados), y que retornaré al diseño de juegos de rol. Sé que volveré a la escritura de cuentos (ya lo hice, a tientas), y que tal vez, si hay ideas buenas, a la escritura de novelas, hacia fin de año. Pero son demasiados proyectos para encarar en un año, y todavía tengo que hacer un balance de lo que está más cerca y lo que está más lejos.

Así que ahora voy a dedicarme un rato a eso. Pensé que iba a escribir más, pero la mayoría corre por debajo de la superficie.

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