No puedo decir que me haya quedado sin palabras. Tal vez, en todo caso, me quedé sin cosas para decir.
Supongo que los asiduos al blog habrán notado los cambios. Cada vez menos reseñas de series y películas (debo un par), cada vez un poco más de comics, cada vez un poco menos de mi vida personal. Cambios para todos los (dis)gustos.
Veo en ciertas estadísticas que las visitas al blog han caído enormemente, en particular desde que dejé de realizar reseñas. Pero después veo que cuando hablo un poco de mi vida personal (sin decir nada demasiado privado, simplemente comentando cuestiones generales o experiencias ligadas a mis pasatiempos o dedicaciones) esas entradas son más populares que las de reseñas de películas y series.
De todas maneras no me interesa mucho el tema de las visitas, pero esto no hace más que marcar que la red es un lugar extraño y contradictorio.
Creo que es una de las pocas cosas que tengo para contar en estos días. Agosto se pasó en un suspiro, algo que no esperaba. Hubo un poco de todo, y a lo mejor fue eso lo que aceleró el proceso y me descolocó un poco, porque muchas veces no terminaba una cosa y debía empezar otra, o tenía que abandonar por un buen rato un proyecto importante.
Muchas cuestiones se precipitan para septiembre o primeros días de octubre. ¿Y después? El futuro es una bola de cristal, pero oscura. Como diría Yoda, muchas cosas en movimiento están :D
Me voy a dormir. A ver qué sucede mañana.
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