Precipitación


En los últimos días he sentido algo así como la llegada del fin del mundo. En realidad, se trata más bien del fin de año. Lo cual es más o menos lo mismo: muchas cosas se apresuran porque deben salir sí o sí.

Mientras seguía avanzando lentamente la mudanza interna (cambio de bibliotecas, de muebles, limpieza, mudanza de ropa por cambio de estación, etc.), se juntaron compromisos personales, salidas, reuniones impostergable, etc. etc. Tanto es así que tuve que dejar de estudiar los días de semana durante quince días. A excepción de alguna que otra tarde, el tiempo se me fue en todo tipo de trámites y viajes.

Es así como estamos en la recta final de noviembre y todo está acelerándose. El 1º de diciembre es el comienzo de la temporada de exámenes finales, que se extiende hasta el 22. Sin falsas modestias, soy uno de los que mejor lleva las materias, particularmente en cuanto a material leído y a actividades iniciadas/finalizadas. Hasta me di el lujo de entregar parciales una o dos semanas antes de la fecha de entrega.

Pero ahora las cosas no coinciden. Revisando mi plan de estudio tengo que hacer cambios urgentes. Todavía debo leer (y releer/resumir) mucho material de Filosofía de la Educación, que quería rendir el 5/12. He decidido posponerlo para el 13/12 (¿por qué fechas tan pegadas?), lo cual me permite por otra parte aprovechar el feriado puente (¡¡¡96 horas de estudio encerrado en mi casa!!!). Adelanto la fecha de Práctica Profesional II, cuyo final es casi un trámite ya que hay que entregar un trabajo práctico que puedo hacer la semana que viene; pasa entonces del 20/12 al 7/12.

Quería rendir las cinco materias del semestre, pero no sé si voy a llegar. Me falta leer al menos la mitad del material de Teología y Doctrina Social de la Iglesia (soy sincero cuando digo que soy el más aventajado: el 90% de mis compañeros no ha leído nada). Lo que veo ahora es que es inútil preocuparse de más: esta materia la tendré en suspenso en la fecha elegida del 19/12. Si veo que llego, la rindo; si no, la dejaré para febrero, donde le hará compañía a Antropología Filosófica. No es mucho material de estudio, pero cuando estamos tan cortos de tiempo, hace mucha diferencia.

Tomando la decisión, la ansiedad es menor. Pero queda un largo y delicado camino de navegación diaria entre obstáculos como la procrastinación, la tensión del trabajo, las despedidas de año, las cuestiones de todos los días y mil cosas más que me detienen, me demoran o me dificultan los horarios de estudio. De todas maneras confío en que voy a lograrlo.

No hay comentarios: