Así comenzó la tarde del sábado. Por única vez, el grupo (Juan, Lisandro y yo) se dividió, y cada uno fue por separado. Mientras esperaba a que abrieran las puertas, me dediqué a investigar la reparación/remodelación operada sobre el sector de la costanera que se había derrumbado años antes, y que recientemente había sido inaugurado por la Presidente. Quedé muy sorprendido al darme cuenta de que la parte socabada de la barranca fue reemplazada por un armazón de cemento y metal, muy sólido, que pasa completamente desapercibido para cualquier que no se acerque al mismo; incluso para alguien que, como yo, nací en Rosario y he frecuentado toda la vida el CEC y zonas aledañas. Darse una vuelta por esa parte de la costanera, con las olas del río rompiendo literalmente bajo los pies, es una experiencia apasionante. De sólo escuchar el ruido, me vino a la mente una imagen de mí mismo, sentado en una banca cercana y escribiendo con ese sonido atronador y al mismo tiempo sedante.
Me senté al sol, en un banco, de espaldas a la puerta. Al rato apareció Juan, y de a poco comenzaron a llegar viejos amigos de la ADL. Nos quedamos charlando; algunos venían a dejar sus carpetas para otro turno con Will Dennis, y a los que ya habíamos pasado por la experiencia, nos resultaba bastante incómodo tener que sugerir que, por lo que sabíamos, esas carpetas posiblemente no iban a interesarle. Pero perdido por perdido, igualmente se animaron a participar.
El sábado fue, sin lugar a dudas, el día de los faltazos. Al comienzo de la tarde, apenas me acerqué, intermitentemente, a la charla que Juan Sasturain daba sobre la Revista Fierro. La sala estaba colmada, y tuve que esperar un rato para poder sentarme. Juan y Lisandro se quedaron a escuchar un poco, pero apartados, creo que sin mucho interés. De manera que no puedo decir mucho sobre cómo fue la charla, o de qué se trató.
Más o menos al mismo momento debería haberse realizado una charla con Humberto Ramos,
pero sabía desde varios días antes que el notable dibujante mexicano no iba a venir debido a problemas con su agenda. ¡Tenía mucho para dibujar, y estaba atrasado! Lamenté mucho esa ausencia, pero bueno, no se puede tener todo. ¡Ojalá pronto pueda venir!
Tampoco fui a la charla con Brian Azzarello, ni a la de Ariel Olivetti, ni a la de Cacho Mandrafina (las tres simultáneas). ¿Qué hice en ese espacio de tiempo? No lo recuerdo exactamente, pero calculo que fui a dar vueltas, compré varias cosas y pasé un buen rato en el stand de la ADL. También debo haber estado charlando con diversas personas, investigando stands que no había visto con detenimiento, acompañado a amigos que hacían la cola para los autógrafos, etc. Sábado y domingo, de hecho, fueron días especialmente utilizados para charlar con algunos contactos y dejar carpetas y CDs con propuestas editoriales.
Otra cosa que hice fue visitar el Galpón 11, espacio dedicado para el manga, el anime y los fanzines. Si bien ya había saludado a Matías di Stéfano el día anterior, en la charla con Jim Lee, fui a verlo a él y a su grupo para saber cómo estaban instalados.
Con un día tan hermoso,
¡sólo un verdadero freak se metería en un galpón! :)
El resto de la gente normal pasaba caminando,
trotando, haciendo deportes, mirando el río
o a las chicas lindas que hacían patín en la pista.
¡sólo un verdadero freak se metería en un galpón! :)
El resto de la gente normal pasaba caminando,
trotando, haciendo deportes, mirando el río
o a las chicas lindas que hacían patín en la pista.
La cuestión del Galpón 11 merece un buen debate, que excede un poco el objetivo de esta entrada. Lamentablemente, no atrajo a todo el público que uno hubiera pensado y deseado. Con la enorme movida del cosplay, el manga y el anime que tiene Rosario, nacida en una década de Leyendas y madurada por asociaciones como Rosario Anime, el grupo Daruma y varias otros grupos (cada uno organiza eventos al menos una vez al año), uno daba por sentado que el Galpón 11 estaría a reventar. Pero ni el concurso de disfraces, ni el karaoke, ni las bandas de anime invitadas, ni nada hizo que el lugar se llenara. Siempre que fui, estaba, como mucho, lleno a la mitad.
Si esto ya de por sí fue negativo, la cuestión le pegó especialmente a los fanzines. Los stands de productos relacionados a la cultura oriental (que vendían desde katanas hasta sopas enlatadas, comprendiendo un enorme y colorido etc.), deben haber vendido razonablemente bien, ya que el público al que apuntaban, si bien no era mucho, existía y estaba allí. Sin embargo, los fanzines, generalmente más relacionados con el comic occidental, y con una "subcultura" (por usar un palabro poco adecuado) muy diferente, se vieron bastante perjudicados. Por lo que sé se vendió poco y nada. Se comentó mucho el tema entre algunos allegados, y también he visto que en ciertos blogs los afectados y algunos miembros de la organización han intercambiado opiniones. Es bueno saber que estos organizadores no descartaron esas impresiones, que tenían una idea acerca de por qué poner a los fanzines en el Galpón 11, y que se dieron cuenta de que no fue lo más adecuado. Es uno de los puntos que con seguridad se reverá en la siguiente edición (a estas alturas, es casi casi casi seguro que habrá otra).
Hermano menor del CEC, el Galpón 11 es justamente eso:
otro galpón de puerto remodelado para un uso cultural.
Mientras el CEC se hizo más "políticamente correcto"
y alberga exposiciones de fotos, Leyendas y cosas más "mainstream",
el Galpón 11 se quedó con la parte de las "subculturas",
funcionando como lugar de bandas de punk y rock,
pista de skaters y otras mal llamadas "tribus urbanas".
Y me cansé de usar comillas: lo cierto es que ediliciamente
está como el CEC estaba hace varios años, y todavía le falta
para lograr ser un espacio decente. Su mera existencia,
sin embargo, es más que positiva.
otro galpón de puerto remodelado para un uso cultural.
Mientras el CEC se hizo más "políticamente correcto"
y alberga exposiciones de fotos, Leyendas y cosas más "mainstream",
el Galpón 11 se quedó con la parte de las "subculturas",
funcionando como lugar de bandas de punk y rock,
pista de skaters y otras mal llamadas "tribus urbanas".
Y me cansé de usar comillas: lo cierto es que ediliciamente
está como el CEC estaba hace varios años, y todavía le falta
para lograr ser un espacio decente. Su mera existencia,
sin embargo, es más que positiva.
El stand de los fanáticos de Wonder Woman,
con un poco de todo, incluyendo posters y figuras de acción.
con un poco de todo, incluyendo posters y figuras de acción.
El stand de los fanáticos de Star Wars,
con mucho de todo. Los disfrazados de personajes
de la saga fueron los más vistosos de todos,
sobre todo porque iban en grupo.
con mucho de todo. Los disfrazados de personajes
de la saga fueron los más vistosos de todos,
sobre todo porque iban en grupo.
El stand de L.A. Comics, con Matías en el centro.
Por otra parte, no fue culpa de ellos. El hecho fue que poca gente se aventuró al Galpón 11; las causas de estos son desconocidas, aunque hay algunas teorías. Una de las que mantengo es que la publicidad (tanto la de radio como la de televisión y gráfica) enfatizaba tanto la presencia de Jim Lee y de otros personajes del comic occidental, que no atrajo a los muchos otakus que existen en la ciudad y alrededores. Sorprende, de todas maneras, que la propuesta del cosplay y del concurso de disfraces no surtiera efecto, siendo que ambos elementos, con fuerte presencia en las últimas ediciones de Leyendas, la convirtieron en una convención muy vistosa y llamativa. Era realmente difícil encontrar a alguien disfrazado, y casi ninguno de los trajes atraía por lo atrevido, lo bien logrado, lo vistoso o lo ingenioso.
Pero mientras iba viendo, en cada viaje al Galpón 11, que la cosa no pintaba bien por ese lado, lo demás seguía saliendo bien por otras partes. A las 1830 tuvo lugar la charla sobre edición de comics, con un lleno total.
Esto no era nada raro: hablaban Jim Lee y Will Dennis!!! Así como, en la charla del sábado, la gran mayoría de los asistentes seguía viendo a Lee como dibujante y no como editor, en este momento la mayoría de las preguntas se dirigieron a Will Dennis; aunque luego la cosa se equilibró un poco.
Durante la charla, Dennis comentó cómo la labor del editor era bastante intuitiva, remarcando que era algo que no dependía de recetas armadas. Los dibujantes eran elegidos no sólo por su capacidad de trabajo, sino por tener un "algo" especial, que no siempre era lo mismo.
También se suavizó un poco la figura del "editor-ogro" que cancela serie "porque no venden". Dennis comentó muy positivamente su tiempo de editor en Vertigo, comentando que eso no solía hacerse, y que él nunca lo había hecho. Según dijo, todos saben que las series tardan un tiempo en madurar, y que no ha visto ningún nº 1 o 2 que fuera lo mejor de una serie: los mejores números surgían hacia el año más o menos, cuando tanto la historia se acentaba y el grupo creativo se amoldaban a la misma, a los personajes y a la labor conjunta. En ese sentido, comentó que preferían cerrar las series cuando estas vendían bien, justamente para no apresurar los finales ni dejar a los fanáticos con una mala impresión. El conocer esta curva de desarrollo artístico, editorial y comercial de las series era entonces un punto muy importante en la labor de editor.
En esta oportunidad, si bien la charla fue muy divertida y amena, con los dos editores interactuando y retroalimentándose chistes y anécdotas, fue en general más "seria" que la del viernes.
Terminada la charla, regresamos al CEC, nos quedamos dando vuelta un rato más, y, como siempre, nos fuimos más tarde que el horario oficial de cierre. Había cuentas pendientes que saldar el domingo, y para eso había que descansar un poco.
3 comentarios:
Genial las crónicas, me leí todo todo, faltaría el último día, nomás!
En la crónica 0, en el momento de colas de carpetas, nos saludamos, creo, entre la bola de dibujantes de distintas provincias, temprano.
Re loco la cantidad de entregas y EL NIVEL!! era impresionante, no vi ni una carpeta fea, y ví más de 40 carpetas. Increble.
Ojalá se repita el año que viene.
abrazo!
Qué bueno que te gustaron. Cuando te vi en las fotos me acordé de vos, sí, seguramente nos saludamos el jueves. Lástima que no hubo más tiempo para hablar, me desconecté con varios que conozco de la red.
El nivel era impresionante, una cosa curiosa es que al final terminé contactándome con un dibujante muy groso de acá de Rosario, nos habíamos cruzado varias veces en Leyendas pero no nos conocíamos. La verdad es que los frutos de este evento van a seguir madurando por mucho tiempo.
Me falta la crónica del domingo, la empecé pero me lleva tiempo porque el laburo me deja solamente los fines de semana y algún que otro ratito cada tanto. Por eso tardé tanto, espero terminarla en estos días. Suerte y nos vemos!! Me agendo tu blog.
PD: ya se confirmó que se hace... así que a juntar plata de nuevo!
Y habrá que juntar plata nomás, ahora hay más tiempo para ir guardando monedas.
y es cierto, de estos eventos maduran cosas grosas y seguirán madurando muchas más.
ojalá sigan saliendo así...
saludos!
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