Hace unos días, leía con gran tristeza la noticia de la muerte de Satoshi Kon, gigantesco director de anime.
Aquí he reseñado dos de sus impactantes obras: Perfect Blue y Paprika. Para cualquiera que no sepa de sus enormes aportes al género del suspenso, valga el recordatorio.
Kon también colaboró en otras de las joyas, a veces olvidadas en Occidente, del anime: Memories, de Katsuhiro Otomo (yo, hereje, todavía no la he reseñado). Kon, en un impactacte debut, escribió el guión de la primera parte de esta antología, Magnetic Rose, al basarse en una historia de Otomo. Previamente había trabajado con él en otros proyectos de animación.
Dos años más tarde, Kon lanzaba Perfect Blue, sin duda una obra maestra, y comenzaba a recibir premios y alabanzas por su trabajo en otras películas y series animadas. Su marca argumental distintiva siempre fue el borrar la línea entre el sueño y la realidad, o la realidad y la ficción narrada por personajes dentro de la historia. Sus personajes son característicamente profundos y pasionales.
Con apenas 47 años, nos dejó a causa de un cáncer de páncreas, en medio de la producción de una nueva película, Yume Miru Kikai (La máquina de los sueños), la cual aparentemente iba a estar protagonizada por robot (!).
Afortunadamente, aunque su obra haya quedado trunca, no ha sido escasa, y siempre ha mantenido una gran calidad. No puedo hacer menos que recomendar las dos películas ya citadas.
Satoshi, te recordaremos siempre, y espero encontrarme con tus sueños en mi realidad, una y otra vez.
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