El evento: El Día del Tentáculo, que tendría lugar el domingo 1º de agosto en un centro cultural de dicha ciudad. Se prometía rol, juegos de tableros, venta de miniaturas y otras cosas. Por mi parte, estaba también invitado a dar una charla sobre mi reciente libro, Cómo crear un mundo de juego.
Si bien por motivos personales no pude acompañar al grupo rosarino en el temprano viaje de ida, el sábado por la mañana, no dudé en tomarme un colectivo y aburrirme por tres horas viendo una película que
- ya había visto en otro viaje
- estaba rayada, saltaba y se tildaba hasta que finalmente no pudo más y murió.
En fin, que llegado a la terminal y taxi mediante, aterricé en plena celebración rolera. Me recibió una larga mesa llena de exóticas pizzas colmadas de cebolla y aceitunas negras, palmitos y salsa golf, ananá y otras cosas que en mi vida soportaría comer sobre masa de pizza. Intrigado sobre la escasa variedad del menú, ya que todas era iguales, y muerto de hambre porque había olvidado comprar comida para el viaje, comí varias porciones mientras las pasaba con cerveza y anécdotas roleras. No me puedo quejar, una cosa hermosa del rol es poder hablar del mismo con un grupo de amigos mientras se come y se bebe bien.
Como todo lo malo termina, finalmente llegaron las pizzas de roquefort y las especiales de queso y jamón de toda la vida, y lo bueno continuó por un buen rato. En la mesa había una decena de rosarinos, todos integrantes de Sierpes del Sur, además de un santiagueño, un porteño (gracias Satch por todo!!), además de gente de Paraná y de Santa Fe.
A todo esto, ya había descubierto que ninguna de los dos pares de pilas que llevé para la cámara tenía carga (mala coincidencia), así que decidí depender de las imágenes ajenas. Detalle aparte, nos fuimos antes de terminar de comer todas esas exóticas pizzas de ananá y aceituna (sigo sin comprender para qué pidieron tantas si después no se las comían - ya sé que era un pizza libre, pero no desperdicien!) y cada uno partió para su lugar de hospedaje.
El nuestro era un hostel bastante bueno pero económico, en el cual nos recibieron sin problemas. Tardamos mucho en acomodarnos, y para colmo, después nos quedamos jugando In a Wicked Age. Yo tiré la toalla a eso de las 03.30, con la promesa de que estaban por terminar en poco tiempo. Después me enteré que siguieron una hora más, y murieron casi todos. A todo esto, el muchacho que atendía el hostel a esa hora se quedó un buen rato viéndonos rolear. Fue una experiencia rara, porque el juego plantea argumentos duros y para colmo, varios personajes eran femeninos, lo cual sumaba a la discusión iniciada en el foro recientemente, sobre si un rolero debería/podría interpretar a una mujer. Lo que destaco es que en ningún momento se hicieron bromas al respecto ni nadie hizo chistes estúpidos, etc.
En fin, me acomodé como pude en la parte superior de la cucheta de la pieza de cuatro, tratando de no despertar a los dos compañeros de habitación que ya dormían. Fue el final del primer día, y faltaba tanto!!
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