Sucede otra vez


Hace unos días que no duermo mal, pero me resulta imposible dormir durante la siesta. Vuelvo a caer en ese estado intermedio, ese trance extraño que quería perdido, en el que puedo sentir el mundo alrededor pero descanso, pienso y descanso.

Ayer estaba extrañamente cansado, aplastado a pesar de que no había hecho ningún ejercicio físico. Pensé, como siempre, que eso me haría dormir mejor. Pero cuando estoy tan cansado, me resulta agotador dormir. Lo más fácil es quedarse despierto y hablar con los sueños.

El problema es que entonces no puedo apagar las voces. Lineal, pero también coralmente, se unen las ideas. Un personaje viejo, una idea descolocada; una pregunta sin respuesta. Una alternativa, una opción a explorar. Un personaje nuevo, más personajes nuevos. Todo se junta, se entrelaza.

Tengo una nueva novela.

Tardaré años en parirla, probablemente. Pero es la suma de cosas que estaban flotando por todas partes, incluso por el cielo de la inexistencia. Y eso me gusta, porque se cierra, es redonda. Un óvulo fecundado. Quién dijo que no podíamos parir ideas, parir libros, hojas, litros de tinta.

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