Decía hace unos días que hacer guiones me resulta una experiencia muy diferente, gratificadoramente diferente. A lo mejor es el cansancio. Hace rato que juego a esto de la escritura de novelas.
En la semana pasada me puse a continuar el guión que había iniciado para mi último proyecto, que sumaba unas 20 páginas. Agregué cinco más, además de terminar algunas páginas que estaban bocetadas. Como siempre, costó un ratito el arrancar de nuevo.
Conversando con Juan Vásquez, un dibujante amigo, llegué a la conclusión de que lo que me gusta de hacer guiones es que puedo concentrarme en los diálogos. A la hora de describir cosas, a veces son parco, y olvidadizo; tal vez esas partes de los textos largos que no me gustan sean las que me crean esa sensación de fracaso-no-negativo que mencionaba antes.
En definitiva, me salgan bien o mal las partes de narración y descripción, a veces me cuestan un poco, al menos por ahora. Soy demasiado detallista y no sé cuándo dejar de decir algo. En el comic, tengo el mismo problema, pero en gran medida, puedo dejar esa parte al dibujante, con la seguridad de que sabrá hacerlo, mejor o peor, pero con un mínimo de eficacia e impacto visual.
Por otra parte, en la novela no se pueden incluir, o al menos no en el tipo de novela que busco, un soliloquio o pensamiento extenso del personaje, palabra por palabra. Soy de mirar introspectivamente a mis actores, y creo que eso lleva las cosas por otro lado (el del narrador externo). En el comic el pensamiento siempre es en primera persona, más cortante, más... directo.
Y eso me gusta porque siempre he imaginado mis historias en base a pensamientos y diálogos. De hecho, no son pocas las noches en las que me duermo creando diálogos entre personajes que se me acaban de ocurrir. O no me duermo, lo cual es peor.
Por ahora, lo que hago con los guiones es esto: escribo los diálogos sueltos, mientras me formo una idea general de lo que está pasando (es decir, refino la idea general de la acción en mi cabeza). Luego, cuando se me terminan las ganas de los diálogos, cuando acumulo cierta cantida de texto o cuando se me da la gana, empiezo a poner todo lo demás. La verdad es que el proceso me resulta cómodo. En el comic (casi) siempre hay que estar pensando o diciendo algo, así que todo sigue su marcha.
Me voy a escribir más, a ver qué sale.
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