La sonrisa no se gasta


Hacía tiempo que quería escribir esta entrada y no podía. Entre falta de tiempo, problemas técnicos (¿ayer media Internet se murió o era yo nada más?) y otros temas, pues... Digamos que si era una entrada periodística, me quedaba sin trabajo :D

¿Qué se puede agregar? Se nos fue Jorge Guinzburg, uno de los capos. No solamente cómico, sino de muchas cosas.

Recuerdo que cuando era chico debo haberlo conocido, porque mirábamos La Noticia Rebelde. Supongo que ahí empezó algo. Si entendía y me gustaba ese programa, comprendo que más tarde me hayan gustado otros, y que ese tipo de humor fino para nada chabacano me siga gustando.

En ese sentido creo que a muchos no le gusta que Jorge fuera un poco sacado, sobre todo en su famoso ciclo La Biblia y el Calefón. Pero en realidad, no era chabacano. Lo más gracioso era justamente lo que no se decía. Creo que él caminaba por una fina línea que, para él, no era tan fina, porque no recuerdo que la haya cruzado nunca. Evidentemente sabía ubicarla muy bien.

La televisión, que siempre recuerda a los suyos, le hizo muy lindos homenajes. Incluso veo ahora que Sony le dedica unos segundos de tanda publicitaria. Eso me terminó de mover a escribir esto.

Jorge era de todo. Supongo que al redescubrir eso en dichos homenajes, no puedo más que tomarlo como ejemplo en cierta manera, pues yo también quiero hacer de todo.

Empezó como escritor de humor en revistas, en épocas en donde Argentina realmente necesitaba el humor político. Claro que fue censurado, pero su exilio, según él, fue la publicidad: no se fue del país sino que cambió de ramo. Con la vuelta de la democracia comenzó una nueva carrera en la TV, ahora delante de las cámaras. Fue guionista del gran Tato Bores, fue productor y varias cosas en diversos ciclos. Cuando Los Midachi se separaron, reemplazó a Miguel del Sel, con hilarantes resultados (estoy viendo un fragmento en youtube). Otro de sus amores fue la radio, donde tuvo varios programas. Además fue conductor de varios ciclos en diversos canales, finalizando con Manañas Informales, uno que realmente cambió la forma de hacer TV en los últimos años... Y fue sin duda alguna el mayor entrevistador del país.

En esta faceta creo que él se hizo más conocido. Durante décadas Jorge entrevistó, incluso varias veces, a todos los argentinos más célebres, desde deportistas como Maradona o artistas como Julio Boca, hasta otros actores y actrices, conductores de programas, directores de cine, y un gigantesco etc.

No seguí su carrera tan de cerca como me hubiera gustado, pero sin duda alguna, si hay algo que me hubiera gustado, es ser entrevistado por él. Bueno, hubiera tenido que ser famoso, al menos un poquito, pero uno nunca sabe, y al fin y al cabo tengo proyectos... Pero siempre pensé que si yo me reía tanto, desde afuera, los entrevistados se debían divertir mucho más...

Realmente lo extrañaré mucho, sobre todo ahora que quería que volviera Mañanas Informales. En ese sentido, siento el mismo vacío que incontables personas de a pie han expresado en diversos medios de todo tipo. El vacío de alguien que nos hacía divertir en serio, haciéndonos pensar y reflexionar, y no mostrando mujeres semidesnudas ni haciendo ruidos graciosos con la axila.

Y es en ese sentido en el que siento el mayor vacío. Porque se nos mueren los capocómicos y no aparecen otros para reemplazarlos. ¡¡¡Pinti, no te mueras nunca!!! ¡Que ya sos uno de los pocos, sino el único, que nos queda!

Así Argentina se nos hunde, como ya lo predijo Tato. A lo mejor no es por la economía ni la política, sino porque dejamos de reirnos pensando y nos convertimos en animales que solamente reaccionan ante programas de concursos y de desnudos.

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