Cerrando el círculo


El jueves pasado, a la tarde, terminé Ojos de plata. Parece sencillo decirlo. Pero la verdad es que lo sencillo no es decirlo o escribir las páginas del final, sino las del medio... Al anotar en mi diario creativo algunas cosas y terminar la hoja dedicada al tema, me pareció todavía más simbólico, por lo personal que es escribir a mano en una hoja de papel. Realmente me hizo sentir diferente, y creo que hice bien en resucitar mi mano de escribir y mi escritura manuscrita, porque me enlaza con la verdadera esencia de lo que es escribir: trazar cosas en el aire.

Repensando en ciertas experiencias generadas últimamente, me quedo también con la imagen del forjador de espadas, que además de golpear su materia prima, tiene que saber cuándo calentarla y qué agregarle, en qué proporción y en qué momento. Un poco más en el fuego, y es demasiado carbono; un poco más de agua al enfriar y es demasiado oxígeno. Todo tiene su lugar y su tiempo, su proporción y su ritmo.

Dejé descansar unos días la novela, y empezaré a corregirla esta semana que está por empezar. Espero poder tenerla revisara para la primera semana de febrero, y poder darla a la crítica especializada de algunos conocidos.

Y mientras tanto volví al guión general de Negro de sangre, mi primer comic de vampiros. Iba para un lado, iba para otro... diversos sucesos, algunos nada deseables ni esperados, me dieron la posibilidad de replantear totalmente el guión y las hojas que ya se estaban dibujando. El proyecto tomó otro rumbo, en parte por la mano extraña del destino, en parte por mi decisión (y porqué no decirlo, ambisión).

Pensando en cómo incluir todos los elementos ya ideados para un proyecto serio, de cara a una edición, veo que no encajan. Como en la estructura cristalina del metal de nuestra espada, no se pueden poner ciertos átomos al lado de otros. Hay que poner enlaces. Y esos enlaces tienen que ser estables, porque si no todo se va al diablo.

Eso lleva al escritor, que en definitiva es una especie de creador, a crear nuevos átomos, nuevas sustancias que liguen ciertos elementos. Nuevas historias, nuevos isótopos de la historia anterior, que sí encajen.

Así que en ese proceso estoy ahora. Me lleva la marea creativa, que está subiendo. Después de terminar Ojos de plata escribí 3 cuentitos de una página. Se ve que energía me sobraba. Ah, y ahora tengo que escribir otro más...

Creo que ya he conseguido el balance perfecto para Negro de sangre. Pero como siempre, lo dejaré descansar, como pasa con todo lo que hago. Así que ya veremos qué sale cuando se cierre ese círculo.

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