Las razones de mi escritura: "Fragmentos del fuego" (y II)


Ilustración de Mauro Mussi,
aparecida en el número 1 de la Revista
Términus.
En la entrada anterior comentaba un poco de la génesis de esta novela, una más de las que escribí para concursos literarios. Queda ahora contar un poco de su argumento.

Hay varios elementos, situaciones y tipos de personajes que fui reuniendo al pensar en historias para escribir. Una de estas ideas fue la de un mundo roto por los dioses, un mundo en el cual algo destruyó su relación con los hombres, que ahora vagaban sin rumbo, sufriendo todo tipo de calamidades.

Un mundo en el que el sol calcina la tierra, en el que casi no llueve y el agua es un bien muy preciado. Un mundo en el que todo vale poco, en el que tanto la vida como la dignidad puede ser comprada y destruida fácilmente.

"Fragmentos del fuego" inicia con personajes que no tienen nada. Seres que no tienen más que perder, salvo la vida, y se aferran a ella de una manera inaudita, porque parecen malditos, porque sufren al vivir, pero que por alguna razón, no se resignan.

Lentamente, los destinos de un mercenario, dos princesas fugitivas, un olvidado dios y su pequeño grupo de adoradores se irán entrelazando, mientras un mundo caótico y lleno de violencia intenta mantenerse a flote, con pequeños oasis de esperanza que no todos pueden alcanzar. Lo bueno quedó en el pasado, el presente es inestablemente negativo, y las leyendas sobre profecías que todavía no terminan de cumplirse del todo no parecen ser muy creíbles.

Más adelante retomé el concepto del mundo quebrado y sin dioses en el setting de Aerith, mi próximo juego de rol. Al igual que en este caso, hubo cierta influencia de las ilustraciones de Frank Frazetta, que muchas veces son imágenes perfectas de este tipo de mundos oscuros, en donde el bueno no siempre es tan bueno, y en donde no todo es lo que parece. Igualmente hubo algo de la saga de "La tierra moribunda", de Jack Vance, y de otras de sus geniales creaciones. No quería un mundo de fantasía heroica, con armaduras, ideales claros y aventuras pulcras: quería un mundo desgastado, guerreros arriesgando la muerte en cada tajo y acciones desesperadas con tal de salvar el pellejo.

Pero el de "Fragmentos del fuego" es un mundo diferente al que planteé en Aerith. Aquí no hay perspectivas de un cambio positivo, ni mucho espacio para que los individuos modifiquen las cosas. Grandes reinos están en decadencia o cayendo, la guerra termina en una región para comenzar en otra, y nada es seguro o estable.

Es, en definitiva, un mundo que ha perdido la esperanza, que ha perdido la conexión con todo lo bueno y lo malo que planteaba la existencia de los dioses. Un mundo en donde nadie teme molestar a poderes superiores, y en el que, por lo tanto, los más básicos valores humanos y sociales se están perdiendo, cuando el fuerte aplasta al débil y (casi) nunca nadie sale en su defensa.

Como comenté en la entrada pasada, esta novela apenas sí necesitó una reescritura relativamente menor: surgió así, entera, y no me trajo muchos problemas a la hora de saber qué contar y cómo hacerlo. Es, por lo tanto, una de las obras que más me alegraron, y por eso no dudé un segundo en ofrecerla como recompensa de este proyecto tan personal y tan especial para mí.

"Fragmentos del fuego" suma actualmente unas 150 páginas A4, sin formato. Una vez el proyecto consiga el monto fijado, será revisada por última vez, maquetada y puesta a disposición de los que la elijan como recompensa, y para la venta en el sitio de la editorial. Como en el resto de las obras, el arte de tapa será de Mauro Mussi, como la ilustración que acompaña esta entrada.


"Fragmentos del fuego" es una de las recompensas que puedes elegir al colaborar con mi proyecto de financiamiento colectivo para crear una editorial digital. Puedes saber más al respecto en este enlace. Te invito a compartirlo y a colaborar.

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