Life of Pi ("traducida" en castellano
como "Una historia maravillosa", tal vez la peor elección
posible), es una cinta dirigida por Ang Lee que resultó ganadora al
Oscar a Mejor Dirección en 2013. Un inmerecido título que, lamentablemente,
la cinta soporta (al menos ligeramente) durante la mayor parte del
metraje, pero que finalmente se revela como una película mal
manejada.
¿Por qué es esto? Veamos un poco la
historia que cuenta. El protagonista, un hombre hindú autoapodado
Pi, para evitar el acoso de sus pares frente a la pésima elección
de nombre que realizó su padre. Pi tiene andanzas maravillosas
mientras es un niño: es hijo del duaño de un zoológico, por lo que
convive con animales fantásticos de todas partes del mundo.
Pero su vida se tuerce
irremediablemente años después, ya adolescente, cuando su familia y
el zoológico se mudan a Canadá. Una tormenta en medio del océano
hunde el barco en el que se viajan, y de pronto Pi queda solo y a la
deriva, sin forma de saber si su familia ha sobrevivido. Aunque
"solo" tal vez no sea lo más preciso. Un curioso huésped
en el bote salvavidas le obliga a replantearse su forma de pensar, haciéndolo encarar la epopeya de otra manera.
La cinta tiene varios puntos fuertes.
El protagonista está muy bien delineado e interpretado. Su historia
es sencilla pero al mismo tiempo llena de tensiones y búsquedas muy humanas. Pi
es muy sensible a la belleza y a las razones de las cosas, por lo que su búsqueda de Dios
atraviesa toda la historia. No solamente cuando se cuestiona su
supervivencia o intenta explicar la razón detrás de la tragedia; de
niño lo vemos inquiriendo desde diferentes religiones cómo y por qué Dios existe,
qué planea para nosotros, etc.
Lamentablemente, luego de muchas
escenas muy buenas, la película se desploma al final, en el que el
guión apresuradamente altera todo el sentido de lo contado. Para
colmo, la forma en que lo hace es totalmente anticlimática e
innecesaria: simplemente se hunde en espiral hacia lo más profundo
del océano.
Cuesta creer, desde mi punto de vista,
por qué esta cinta logró un Oscar al Mejor Director (Ang Lee).
Sinceramente considero que el final anticlimático destruye la cinta;
no sé si es su culpa, pero me ha dejado una impresión algo amarga
porque prometía mucho más (la cinta también fue nominada para
Mejor Película, algo que también considero imperdonable porque en
conjunto sale perdiendo). Además, Life of Pi ganó tres Oscars
adicionales, por Mejor Fotografía, Mejores Efectos Visuales y Mejor
Banda de Sonido Original.
Es digno de mención que la cinta está
basada en un libro homónimo; desconozco si la pifia del final está
presente o no en él, aunque supongo que de estarlo, debe haber sido
contada de manera infinitamente mejor y tal vez sin desmerecer el
resto del libro. Sea como sea, considero un error imperdonable no
rodado mejor el final de la película.
La controversia
Además de por ser la película más
premiada de los Oscars de 2013 (fue nominada a 11 y ganó 4), Life of
Pi fue eje de controversia debido a la enorme cantidad de efectos
visuales y especiales utilizados en su rodaje. Al incorporar enormes cantidades de animales, a veces en interacciones imposibles
con los humanos, y a escenarios marítimos imposibles de hallar o
recrear, se recurrió a larguísimas tomas con animales, buques, olas
y otros elementos generados por computadora. Gran parte de la
película fue filmada en pantalla verde, solamente con el actor
principal en cámara.
Dos hechos fueron el foco del asunto.
Por un lado, Rhythm & Hues Studios, la empresa que produjo esta
enorme cantidad de trabajo, de una calidad realmente asombrosa,
quebró antes de la ceremonia de los Oscars. La cuestión de fondo es
que toda la industria de los efectos especiales atraviesa por una
larga crisis, ya que está mal pagada por los estudios
cinematográficos y depende de subsidios que no siempre son
suficientes para cubrir los enormes costos laborales y de
equipamiento. Esta situación generó una airada protesta de 500
artistas de los efectos visuales y especiales, que se manifestaron
cerca del Teatro Kodak (donde se entregan los Oscars) marcados con
adhesivos o carteles de verde fosforescente y con leyendas contra los
subsidios, los estudios cinematográficos y la poca remuneración de
su trabajo.
Para colmo, en su discurso de
aceptación del premio, el director, Ang Lee, no quebró una lanza
por esta causa, ni siquiera mencionó el hecho de que la empresa que
le había dado un Oscar (y contribuido indirectamente a los otros
dos, además de las nominaciones) había quebrado. En un gesto que en
lo personal me parece muy mezquino, enojó a muchos otros artistas,
reabriendo la controversia sobre las autorías compartidas dentro de
la industria cinematográfica.
1 comentario:
Según los que han leído el libro, el final de la película es espiritualmente bastante fiel al libro (aunque narrado ligeramente diferente, sobre todo con relación a la frame-story).
A mí en lo personal no me pareció tan malo. Un poco confuso quizá, por no haber sabido manejar tan bien la cuestión del final abierto a interpretaciones. Pero sin duda la belleza de todo el conjunto lo compensa bastante bien. (Yo tuve oportunidad de verla en el cine, en una sala con pantalla gigante, y me pareció toda una obra de arte visual.)
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