Sueño crónico


Cada tanto tengo una racha de insomnio, pero creo que nunca me ha tocado en días tan agitados.

En realidad no es técnicamente insomnio: he dormido y muy bien, exceptuando algún que otro día de cuatro o cinco horas, sin siesta. El problema es que incluso después de una buena sesión de ronquidos, al rato de despertar estoy con los ojos cansados y sin ganas de hacer nada. Pero claro, cosas hay para hacer, a manos llenas.

En estos días, mientras me llovían ocupaciones familiares, el mueble en restauración, algunas reformas en la casa y una largamente demorada reorganización de mi cuarto, he logrado bastante. Eso sí, siempre entre bostezos y salidas a los tiros para atrapar el colectivo antes de que pase por la parada.

Todavía no entiendo cómo la última entrada del blog dice 15/3. Los días pasan como agua por las manos: realmente no atino a comprender cómo se fue marzo. No porque sienta que no hice nada; de hecho ha sido un mes productivo (aunque me hubiera gustado que lo fuera más). La cuestión viene porque cada tanto despego la vista del monitor, miro el calendario y no puedo creer que una semana haya pasado así de rápido.

Como digo, no me quejo. Lo que sucede, creo yo, es que fueron días de mucho renegar, a veces, y también de hacer cosas que no reportan logros rápidos. Cerré algunas cuestiones menores, de escaso alcance, que me lastraban mentalmente. También fueron días creativos: escribí un par de guiones de comics para Términus, además de cultivar ideas para otros que todavía no comencé. Estuve muy comprometido con el diseño de mi nuevo juego de rol, Aerith: hasta ahora sumo casi 9 horas de trabajo durante marzo, según mi sistema de registro. Tracé planes para varias otras cuestiones.

De a poco se va creando una nueva época de cosecha. Hoy me informaron que el segundo número de Términus salió de la imprenta. Eso me da la energía suficiente como para seguir adelante, no porque ya no tuviera ganas, sino porque es otra muestra de que la perseverancia y el trabajo serio nos llevan a buen puerto, aunque no sea en las fechas programadas.

Soy conciente de que escribo esta entrada como si hoy fuera el último día del mes, o algo así. No lo es, pero casi lo siento de esa manera. Temo, esa es la palabra, temo que en estos pocos días antes del 1º de abril, los astros conspiren para mantenerme lejos de la computadora, con los ojos picantes y los párpados cansados. Justo lo que no quiero. Mi mayor deseo sería tener tiempo, mucho tiempo para recuperar lo perdido (aunque sea poco), hacer uno o dos guiones más, y agregar al menos tres o cuatro páginas a mi juego de rol. Y ya que estamos, una o dos reseñas breves de películas y series para este blog.

Ya veremos. Lo bueno es que siempre hay algo que hacer, ya sea carpintería, escritura, diseño o lectura.

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