En la vida me he acostumbrado a que las cosas se me escapan, muchas veces, de los dedos. Pero mientras esté vivo, puedo tratar de atraparlas de nuevo.
Realmente me da pena pensar que no podré seguir jugando Maldición de Sangre. Que lo que habíamos armado, más allá de enseñarme ciertas cosas sobre el juego, no va a ser desarrollado ni creado más allá de esa primera partida.
Así que no-rol este domingo, como los anteriores. Ya es definitivo, hasta que relancemos con SW Saga, más adelante, si todo sale bien. Hay sequía de roleros.
Ahora que me reencontré con mis primeros compañeros de juego, mis amigos de la secundaria y de toda la vida, no puedo pensar más que en una de tantas iniciativas que, con ellos, no llegaron a buen puerto. Simplemente porque cada uno tiene diferentes niveles de hambre por el rol, y a ellos no les caen tan bien las campañas.
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