Shopping spree


Sábado, uno de los que no trabajo. Hora de comprar libros.

Mi periplo comienza en El Pez Volador, donde como siempre, me traigo una docena de revistas Nueva Aventura.

Luego voy a El Ojo, en donde puedo encontrar a buen precio fascículos de enciclopedias de la Segunda Guerra Mundial. De yapa, de casualidad (como siempre), un número de Cybersix de Forum. Explorando una parte desconocida de la librería, descubro dos libros de una colección que adoro, sobre la Edad Media, pero como están al doble de lo que yo recuerdo, los dejo para más adelante.

Estoy corto de tiempo y comprendo que no puedo pasar por Germinal Libros, en donde seguramente lapidaría la mitad del dinero que acabo de sacar del cajero (Cds de música clásica y más Segunda Guerra Mundial!!!). Pero principalmente por el tiempo.

Así que enfilo (después de comprar DVDs y cajas acordes) hacia El Aleph, donde me han informado que hay una liquidación brutal (y van...). Encuentro más o menos lo mismo de siempre, aunque en algunos estantes hay toneladas de libros, repetido hasta el hartazgo. Esta librería se caracteriza por liquidar cada tanto lo mismo, una y otra vez. Pues bien, 10 libros a 10 pesos. Principalmente enciclopedias sobre animales, todas de saldo, muchas severamente dañadas. Elijo 10 tomos de los menos dañados, incluyendo uno sobre aeronáutica militar de la Primera Guerra Mundial y uno sobre submarinos alemanes de la Segunda. Más adelante tendré que pegarlos y limpiarlos, porque son como niños huérfanos que nadie ha querido cuidar.

Me voy corriendo; llego tarde. Apenas dudé en la compra de todo lo anterior, entré, miré, compré y salí, pero no me alcanza el tiempo.

Saludo a mi tía abuela, que trabaja en la librería de la vuelta, y regreso a casa con, literalmente, kilos y kilos de libros. Estreno la balancita que mi madre compró recientemente: cada uno de los libros que compré pesa entre 750 gramos y 1 kilo. No doy más, hace calor. Dejo la tarea de acomodarlos para el domingo.

Mi biblioteca tiene hambre, y yo también.

3 comentarios:

Damián dijo...

Jejeje! Tus descripciones de lo que compras siempre me hacen sonreir, aunque luego me deprimo porque yo quisiera poder comprar igual... :( (Más falta de tiempo y de lugares buenos y baratos cerca que otra cosa.)

GNF dijo...

:D Se hace lo que se puede. Ojalá en algún momento tenga una casa solamente para poner libros :D Bueno no, parte del goce es leerlos y si hay tantos, se complicaría mucho.

La verdad es que me siento muy contento de vivir en una ciudad con tantas librerías de usados y saldo, en donde se pueden conseguir cosas muy buenas a bajo precio.

Iván Riskin? dijo...

adonde queda la libreria el ojo?
tiene comics?
ademas del pez volador, conoces alguna libreria de usados que venda historietas?
parece q te estoy acosando con las preguntas jajajaj