Hay situaciones que resultan frustrantes y molestas para cualquiera. Una de ellas es planear algo y luego verse imposibilitado de terminar el proyecto.
Hace un par de meses comencé a realizar un reemplazo en un colegio muy cercano a mis intereses profesionales y a mi gusto personal. Un lugar en donde sentía que podía aprender a ser el profesor que quiero ser.
Fueron días de mucho, mucho trabajo, y es por eso que prácticamente abandoné este blog y otras cuestiones. Pero más allá de las incomodidades, de los errores (a veces dolorosos, sobre todo para mí, un perfeccionista), y del cansancio, resultó una experiencia realmente muy positiva y enriquecedora, que aprendí a disfrutar, incluso con sus exigencias. Una experiencia que me afirmó más que nunca sobre mi idea de dedicarme a la docencia.
El reemplazo era de larga duración, y podía extenderse hasta fin del ciclo lectivo ya que la docente titular estaba con problemas de salud. Así que tuve que conocer rápidamente a más de 120 alumnos, sus cuestiones personales, los contenidos a dar, toneladas de información para procesar y darles la mejor educación posible. A veces era frustrante, pero es algo que viene con la profesión: aprendemos de los errores. En el mediano plazo, todo fue positivo y muy gratificante.
En ese momento se decidió que la profesora titular volvería en unos días, antes del cierre del ciclo lectivo, por lo que empecé a planificar el cierre de mi ciclo, incluyendo un proceso de transición lo más ordenado posible. Fuera de lo docente, varios proyectos de comics me reclamaban: una creciente hambre de escritura, entusiasmo por recuperar impulso en los guiones y muchas ideas que salían a flote. Los pocos espacios para la escritura no me bastaban, y ya olía con interés las vacaciones.
Tenía toda mi energía concentrado en ello, cuando, por un tonto accidente laboral, termino lesionándome un brazo (por suerte de manera leve, pero requiriendo inmovilización). Los varios días de licencia me dejaron en casa, sin nada más para hacer, sin poder cerrar nada, sin siquiera poder decirles adiós a todos esos chicos y chicas que habían empezado a demostrarme sus capacidades.
Como dije antes, es una situación incómoda, molesta y frustrante. Trato de no pensar en ello, y pienso en positivo. En estos días me puse a escribir mucho con mi mano libre (es más lento, pero entrena la paciencia). Leo y veo más series, disfruto de comics y páginas de Internet. Pienso y creo.
Llegaron antes las vacaciones. Quiero verlo de esa manera y olvidar lo malo. Más, no puedo hacer.
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