Dredd (2012)


Hace tiempo venía esperando la oportunidad de ver esta película, reboot de un personaje emblemático para el ciberpunk y la ciencia ficción más sucia y violenta de los últimos años. El resultado de esta espera es en general muy bueno, y todo lo que podemos decir es positivo.

La historia es conocida para muchos, pero no está de más revisitarla. En un futuro distópico y postapocalíptico, la ciudad de Mega City Uno es un gigantesco conglomerado de edificios antiguos y de unidades habitacionales, equivalentes a pequeñas ciudades, que se extiende por gran parte de la superficie estadounidense, en medio de un desierto mortal producido por una guerra atómica.
En esta gigantesca megalopolis, las tasas de delito son alarmantes, y como bien reza la cinta al inicio, "lo único que lucha por poner orden en el caos son los hombres y mujeres del Departamento de Justicia". Estos son los Jueces, individuos que son jueces, jurados y ejecutores.

Con una ciudad de semejante tamaño y complejidad, en la que la vida no vale nada, no es de extrañar que incluso a los Jueces (que no se caracterizan precisamente por su misericordia) la situación se les esté yendo de las manos. La situación es crítica, muchos jueces novatos mueren en sus primeros días, y las pandillas que viven a costa de la venta de drogas sintéticas se vuelven cada vez más peligrosas y sanguinarias.

En este contexto, a uno de los Jueces más duros del Departamento (Dredd) se le asigna la supervisión de la novata Juez Anderson, quien en realidad todavía no está totalmente autorizada ejercer como tal. Con un aspecto frágil e inocente, Anderson no ha alcanzado, técnicamente, los estandares necesarios para ser una Juez en pleno derecho, pero algo la distingue del resto. Es una mutante que tiene fuertes capacidades psíquicas. Esto la pone por encima del resto, convirtiéndola en una de las esperanzas del departamento.

Es entonces, en un típico "día de entrenamiento", en el cual Anderson debe ser aprobada o rechazada por Dredd, cuando los dos jueces muerden algo más de lo que esperaban y terminan enfrentándose a un reto que parece imposible de superar.


Los actores y las actuaciones
Uno de los detalles que me interesó de la producción de la película es que su presupuesto era bastante modesto para lo que se estila ahora: apenas 45 millones de dólares. Siendo producto de una serie de empresas británicas, se filmó en Sudáfrica y empleó a actores poco conocidos pero muy efectivos en lo suyo. Se trata de una cinta que se basa más que nada en una historia simple, pero buena, en un guión directo, vacío de falsas pretenciones y giros imposibles (a los que Hollywood nos tiene muy acostumbrados) y que depende más de los actores que de explosiones y efectos especiales absurdos.

En este sentido, hay que mencionar que el protagonismo es total: Dredd y Anderson, interpretados magistralmente por Karl Urban y Olivia Thirlby. Pocas veces he visto una dupla tan bien pensada y realizada, tanto en cuanto a lo argumental como a lo actoral.

Por un lado, Dredd encierra todo lo que es el trabajo como Juez. Se trata de un individuo frío, de pocas palabras, eficiente como una máquina, rápido para citar el código legal y sin ningún tipo de misericordia a la hora de obedecerlo, incluso aunque arriesgue vidas inocentes. Urban logra en esta actuación una nota muy alta: su personaje nunca se quita el casco, por lo que no podemos saber realmente qué está pensando al no ver sus ojos. Su actuación se reduce a lo físico, a su boca (siempre con un rictus de dureza y desagrado) y a una voz rasposa y dura que según comenta, le costaba mantener. De nuevo, como con el presupuesto para efectos especiales, la película muestra como al tener pocos recursos y usarlos bien, los resultados son muy buenos.

Su contraparte, no podría ser más diferente. Frágil y tímida, decidida en cuanto a lo físico pero temiendo las consecuencias morales de sus acciones como Juez, Anderson es una persona idealista, que quiere ese cargo para marcar una diferencia. Más que matar criminales, busca separar la paja del trigo en una sociedad en la cual muchos son obligados por las circunstancias a no ser tan buenos como querrían. Esto es algo que sus poderes le facilitan, pero también es lo que la enfrenta con Dredd: donde el Juez ve a culpable, ella ve con su mente por qué esa persona terminó siendo como es. Lo cual le agrega dudas cada vez que debe apretar el gatillo.

El resto del protagonismo cae sobre la villana, Ma-Ma, jefa de un cartel de narcotraficantes de una droga llamada Slo-Mo, la cual está haciendo estragos en toda Mega City. Los secundarios son menores y están bien ubicados como para hacer mover la trama, pero no exhiben más desarrollo que lo necesario.


Acción sin prejuicios
Sin mostrar asco por la anatomía humana siendo destrozada de diversas maneras, incluyendo incendios, tiroteos, explosiones y defenestraciones, la película es más que fiel al género. De todas maneras, el director sabe hasta donde mostrar para que tampoco sea una película gore, o una exageración sin sentido.

Aunque obligado a verla en 3D (no sé si salió en 2D), rápidamente me olvidé que la estaba viendo en este formato, en parte porque fue filmada directamente en él y no sufre las aberraciones de la pos producción. En parte, también, porque la película no busca abusar del formato y no siempre hay escenas que lo aprovechen del todo.

Visualmente se trata de un producto sólido, que no sobresale sobre otros, pero justamente porque estamos viendo una sociedad en decadencia, sucia, mortal, oxidada, sangrienta y corrupta. La estridencia hubiera sido contraproducente.

A diferencia del comic y de la adaptación de 1995, las armas, los uniformes y los vehículos son bastante realistas y prácticos para los personajes. Mención aparte para la moto de los Jueces, la Lawmaster, que suena como nada que haya escuchado antes y a pesar de ser sencilla, es imponente. Se lamenta un poco no verla más a causa de cuestiones argumentales. Tampoco nos podemos olvidar de la famosa Lawgiver, el arma de los Jueces, capaz de disparar todo tipo de munición y poner orden en el caos.

Una de las razones por las que me interesaba ver la película era por la aparición del Slo-Mo (por "slow motion"), la droga que está destruyendo Mega City y que los Jueces deben destruir. La misma hace que el sujeto alucine al ver la realidad en cámara lenta, algo que ya desde el trailer vemos como un interesante recurso visual.

La acción de la película, es decir, tiroteos y explosiones, transcurren en tiempo real y son, justamente, bastante realistas (hasta donde el género lo permite, claro). Sin embargo queda dentro del arsenal del director el recurrir al uso del slo-mo para ver el mundo de los narcotraficantes y los adictos, y cómo ven ellos lo que sucede cuando los jueces intervienen. Uno de los puntos positivos de la película es, justamente, que no se abusa de un recurso ya gastado en Hollywood sino que se le da un peso interesante, útil para la trama visual.


El veredicto
Se trata, en suma, de una película recomendable, que no aburre ni satura porque dura lo que debe durar (95 minutos), sin aguar el argumento para meter las malas vueltas de tuerca de siempre. Aquí y allá se lamenta la falta de alguna pequeña escenita o momento, sobre todo del lado de Anderson, pero no podemos dejar de lado que Dredd es el protagonista.

Sinceramente me quedo esperando una secuela, tanto para ver más de este mundo decadente como para saber qué sucede con Anderson y Dredd. Pero también, para ver a las productoras pequeñas mostrando cómo se puede hacer cine para adultos, de acción y violencia, fiel al género, y con gran calidad visual, argumental y narrativa, por la mitad de cualquier superproducción de Hollywood.



De nuevo, ¿qué hacen los niños aquí?
Los que leen mis reseñas de películas sabrán que ya lo he contado varias veces. Pues aquí va de nuevo: en una función de medianoche, una pareja lleva a un niño de 5 años a ver una película para mayores de 18, llena de violencia muy, muy explícita.

Obviamente después de varios chistidos y de preguntar y decir cosas que no vienen al caso, los padres le ordenaron que durmiera, tras lo cual el niño seguramente se dedicó a tener una pesadilla que involucraba personas siendo asesinadas en cámara lenta. Es realmente lamentable que siga pasando esto, no sólo porque moleste a los otros espectadores, sino porque puede realmente causarle problemas a un niño tan pequeño.

Que que claro que disfruto de una película de acción como cualquier otro, pero es una irresponsabilidad que un padre lleve a un niño de esa edad a ver una.

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