Hagámoslo por David


Desperté a la mañana, como siempre. Me enteré de algunas cosas importantes, los diarios, todo eso. Noticias que parecían importantes, y lo son, en cierto nivel.

Pero no esta.

Esta la vi a través de decenas de contactos en mi Facebook.

Se había ido el Duque Blanco. Así, de repente, sin aviso. Como si fuera por arte de magia.

No diré que conocía su obra. No diré que era su fan. Sí diré que conocía poco de lo que había hecho, principalmente la inmortal Under Pressure, con mi amada Queen. Recién ahora, después de un mini documental que enganché de casualidad en el cable, y de algunos comentarios sobre su nuevo disco, se me había enganchado una cuota de curiosidad. Curiosidad que ya me empieza a inflamar, porque de lo poco que escuché hoy, todo tiene magia.

Pero más allá de su música, para mí siempre será Jareth, el Rey Goblin de Laberinto. Película que seguramente veré una docena de veces más.

Para mí también será un poco Nikola Tesla, en The Prestige.


Para mí siempre será ese sabio mago loco, enigmático pero insanamente cuerdo, que veía el mundo como un laboratorio creativo. Un tipo que hacía lo que quería hacer, independientemente de ser popular o masivo. Un tipo que actuó de maravilla, compuso de maravilla, cantó de maravilla. Un tipo que no dejó de expresarse en muchos niveles.

Era el tipo de mago que el mundo necesita.

Y lo peor es que no hay muchos. La mayoría solamente vende humo y espejos de colores al peso. Veo porqué muchos lamentan su partida, y veo que yo la comprenderé más en unos meses.

Justo cuando terminaba de leer la noticia y empezaba a escuchar uno de sus discos, justo cuando estaba por comenzar a derrapar y no ponerme a escribir, no pude menos que dar un golpe en mi escritorio, levantar el puño y decirme bien fuerte: "Por David". Hoy iba a escribir por David. Y mañana también. Y cada vez que algo me distrajera o me bajara el ánimo, también lo haría por él.

Hagámoslo por David. Hagamos que todo sea un laboratorio creativo, hagamos un mundo mejor con la magia que tenemos en las manos, en la cabeza, en los dedos, en donde sea. Hagámoslo por David, que nos enseñó cómo hacerlo.

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