El dinero, al final


Metrópolis ha costado cuarenta millones de marcos oro: han intervenido, entre actores y comparsería, unas 40.000 personas [...] ¿No resulta desmoralizador que contando con semejantes medios la obra de Lang no haya sido un dechado de perfección? De la comparación de Metrópolis y Napoleón, los dos más grandes films que ha creado el cine moderno, con otros más humildes, pero también más perfectos, más puros, nace la provechosa lección de que el dinero no es lo esencial para la producción cinemática moderna. Compárese Rien que les heures, que sólo costó 35.000 francos, con Metrópolis. Sensibilidad, primero; inteligencia, primero, y todo lo demás, incluso el dinero, después.

Luis Buñuel en una crítica a Metrópolis, de Fritz Lang, publicada en La Gaceta Literaria nº9, Madrid, 1927.

Epa, tanto tiempo diciendo esto, pero él lo ha dicho antes y mucho mejor.

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