Mostrando entradas con la etiqueta studio ergo sum. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta studio ergo sum. Mostrar todas las entradas

Cerrando 2020

0 comentarios

Me tenía que colgar de nuevo!! Y dejar el blog medio abandonado... pero la verdad es que, nuevamente, y para bien, estuve bastante ocupado con cosas positivas.

Cierro un año raro, complejo pero muy próspero en escritura. La verdad es que no me puedo quejar.

En primer lugar, pude relanzar mi editorial digital, la cual les invito a que visiten en su página de FB: Studio Ergo Sum. Eso implicó revisar muchos, muchos cuentos para darle algunos retoques, escribir seis cuentos más para dar cierre a tres antologías, y por si fuera poco, releer y corregir dos novelas (una corta, otra mucho más larga y compleja), para desarrollar material nuevo para el año que viene. Así pude cerrar un círculo iniciado hace como cinco años, ya que estos proyectos estaban casi casi terminados, en letargo, pero por diferentes cuestiones nunca lograba terminarlos.

Por si fuera poco, participé en un concurso literario con una de estas antologías, hice cuatro guiones cortos para enviar proyectos a una editorial extranjera, publiqué en otras dos (todavía no quiero decir mucho) y organicé varios otros proyectos para el año que viene. Estoy participando en una clínica sobre cómo insertarme en otros mercados internacionales... Y bueno, quedaron también varios experimentos fallidos, como siempre, ya fueran cuentos o guiones que no terminé porque no me cerraron, pero que me permitieron aprender otras cosas.

Y por si fuera poco, terminé una novela gráfica de 128 páginas titulada "0G"; también un proyecto que hace tiempo tenía relegado, a medio hacer, todavía rodeado de andamios, pero que pude cerrar con excelentes resultados, me parece.

¿Ya dije que no me puedo quejar?

Tomé a este 2020 como un año para sembrar, cuando vi que lo que pasaba no era algo que se fuera a ir rápidamente. Así que sembré, sembré y sembré. Ya se van viendo algunos frutos. Espero que tanto para mí, como para ustedes, 2021 sea un año que traiga una cosecha enorme, hermosa. ¡Salud!

Afilando las lanzas

0 comentarios

Cuando escribí la entrada anterior, hace ya casi justo un mes, recién había comenzado en Argentina la cuarentena obligatoria a causa de la pandemia que asola a todo el mundo.

Una semana en la que hice de todo. Como muchas otras personas, en casa acomodamos y tiramos muchas cosas (salió en las noticias el aumento de la basura), ordenamos, limpiamos... Lo que pasó ese día me enseñó a relajarme, a darme cuenta de que esto iba a durar mucho, y que no tenía sentido apresurar todo, porque justamente, ahora el tiempo era lo que más abundaba. Entonces llegó un momento en el que tuvimos que cambiar la rutina, porque ya no había cosas evidentes para hacer.

En mi caso, ese cambio de la rutina vino de la mano de la escritura, como siempre.

Ya comenté en muchas entradas anteriores cómo estuve algo bloqueado el año pasado, en parte debido a que muchos de mis proyectos no tenían fecha cierta de salida y, lamentablemente, esa fecha se alejaba cada vez más. El surgimiento de la pandemia, básicamente, le arruinó los planes a todas las personas del mundo (a algunas más que a otras), y la editorial no fue la excepción, lo cual nos obligó a retrasar más otros proyectos que teníamos en la recta final.

Hay cosas que evidentemente no van a darse, no como uno las quería.

Así que, si bien hubo algunos parates, la escritura estuvo siempre presente en este mes. Hubo una semana en la que de pronto se terminó el combustible y dejé colgada una corrección a mitad de camino. En esos días un arranque de espontaneidad me llegó a romper la rutina cotidiana (ahora todos los días son domingos) y desechar todas las estructuras armadas. Esa semana me dediqué a hacer cosas totalmente diferentes, entre limpiar y acomodar cosas en las que no había reparado antes, seguir construyendo mi canal de Youtube y otros proyectos personales no relacionados. Pero luego de ese período (que no fue negativo, sino vigorizante, de hecho), regresó la escritura diaria.

El principal proyecto en el que me puse a trabajar fue la corrección final de mi última novela gráfica, en la que vengo trabajando intermitentemente desde hace varios años (ya perdí la cuenta exacta). Tuvo tantas iteraciones (calculo que la primera tiene unos 10 años), intentos, borradores y reinicios que es, tal vez, el proyecto que más me ha tomado completar hasta ahora en cuanto a tiempo (otros han requerido más trabajo de escritura y reescritura pero en un plazo más acotado).

Me da mucha alegría poder contar que ya no tengo ninguna página para corregir ni agregar: las 120 están terminadas y pulidas. Así que el haber de ese proyecto está en 0.

Lamentablemente, como ya comenté, la cuarentena obligatoria se llevó por delante muchos planes. Todos los eventos de historieta del país ya han sido cancelados o pospuestos indefinidamente, y suponemos que este año no tendremos ninguno. Esto hace que la publicación en todas las editoriales de comics no solo se detenga, sino que los títulos de este año se pospongan para el siguiente, con lo cual la cola de publicación nacional retrocede un año o tal vez más. Eso hace inviable el que ciertos proyectos propios puedan avanzar, incluso ya con dibujantes confirmados y trabajando.

¿Me desanimó? La verdad es que, teniendo en cuenta todo, para nada. Necesito escribir. Esa es la cuestión, y este es el mejor momento. Conversando con escritores, guionistas y dibujantes, todos más o menos están haciendo lo mismo. Obviamente, no es lo ideal, pero si solo hay limones, se hace limonada.

De todas maneras, la realidad es que no tiene mucho sentido tomar con prioridad algo que va a moverse tan lentamente. Tengo proyectos para publicación en papel suficientes para dos años, más o menos; algunos casi terminados, otros a la espera de comenzar a ser dibujados, otros con guiones a punto de ser terminados... Puedo apretar el acelerador en casi todos, cuando yo quiera, porque ya sé lo que quiero escribir: lo más difícil ya está hecho, que es descifrar la historia.

De manera que decidí recurrir a otras opciones, y retomar la publicación digital de otros proyectos, que si bien habían avanzado muy lentamente en estos últimos meses, y dando tumbos, habían sido mucho menos promocionados.

Los días siguientes me encontrarán puliendo y afilando armas que tenía guardadas hace tiempo. Me voy a abrir paso como sea. Acero no me falta.

Trabajaciones de verano 2017

0 comentarios

Bueno bueno, pasó otro mes desde la última entrada. Definitivamente, es mi organismo el que me hacer acordar de esto en ciclos lunares. Lo que pasa es que a veces me siento antes, y a veces un poco después.

Estas tres semanas de vacaciones he trabajado como un loco. Como un animal de tiro, dirían algunos, tirando de muchos proyectos, algunos medio olvidados, otros no tanto. La verdad es que me siento muy orgulloso, porque pude hacer MUCHO, tanto en cuestiones personales, como de hobby, como creativas y profesionales.

Además de escribir mucho para Alquimia Comics y en trabajar para el desarrollo de nuevos proyectos (algo de eso está comentado en esta nota que nos hicieron para Rosario 12), pude organizar muchísimo material de todo tipo y cerrar varios guiones e ideas, además de ordenar completamente el material para los talleres de guión y generar material nuevo.

Por si fuera poco, pude volver al ruedo del rol con Aerith, como comento en estas dos entradas. Di muchos pasos importantes en la consolidación del reglamento y estoy agregando algunos detalles de ambientación como para cerrar algunos temas. Estoy más que contento con todo lo que pude hacer hasta ahora, y todavía tengo algunos días más hasta que tenga que retomar mi trabajo.

Por si fuera poco, estoy ordenando bibliotecas, leyendo muchas cosas recientemente compradas y otras que esperaban desde hacía AÑOS, y eso incluye principalmente comics. Muchos comics. Noches y noches en la cama leyendo comics. Cómo lo extrañaba.

Y se vienen más cosas para el finde, y los días que vienen.

Así que no me puedo quejar. Han sido una de las vacaciones más fructíferas de los últimos años. Sin duda, el principal adversario siempre es el "¡tengo que hacer más!" Como dije el otro día en FB, a veces había una carrera mental dentro de mi cerebro: tal vez media docena de ideas tratando de ser elegidas para ser la que llegara primero a la meta, y cuando ganaba, era eliminada y aparecía otra más. Eso me costó un poco de insomnio, y es algo que no tengo cuando trabajo. Pero estoy trabajando en eso, y creo que hice muchos progresos. En eso también es positivo: aprendí mucho sobre mí y sobre cómo trabajar en todo esto.

Así que, si bien no estoy pelado como el hombre de la foto, ni usé traje, sí estuve en patas gran parte de estos días, y sí, estaba en una playa mental, que variaba de estado según el mundo en el que estuviera viviendo. De nuevo, no me puedo quejar.

Después de la maratón

0 comentarios

¿En serio cuatro meses desde la última entrada? Sabía que la cosa se había acelerado, pero no pensé que tanto.

Buen, en fin. Pasaron muchas cosas, y sí, ahora que lo recuerdo, no hice todavía la reseña de la Crack Bang Boom de este año, por ejemplo, y que solo de casualidad pude hacer la de Rosario Juega Rol 2016. A la cual me obligué, por cierto, ya que fue mucho más breve y concentrada en una sola cuestión: mi proyecto de juego de rol.

Lo cierto es que fueron meses de mucho trabajo, aunque no demasiado. Lo que sí molestó al desarrollo de los proyectos fue el constante cambio de prioridades y sobre todo, de tiempos. Cambios de horarios, reuniones inesperadas, feriados o paros que alteraban toda la planificación escolar (a veces la cambiaba dos o tres veces por semana, cuando desconfirmaban una reunión, por ejemplo). Como comenté en una entrada de otro blog, a veces planificaba trabajar durante una mañana, pero llamaban de un colegio para adelantar horas, o uno tenía que replantear todo un fin de semana por algún cambio de fechas que obligaba a adelantar una evaluación (las cuales se diseñan, eh, no crecen de los árboles). Fue un tercer trimestre muy complicado para todos los docentes con los que pude hablar, llenos de pérdidas de horas y de constantes retrasos y problemas.

Así que incluso cuando tenía tiempo (por ejemplo en los paros, o en un par de feriados "inesperados"), tenía trabajo, tanto escolar como de guión, principalmente para terminar mi participación para la revista Términus y para los proyectos de Alquimia Comics.

Así que, lentamente, fui viendo cómo se apilaban proyectos, ideas, guiones a medio terminar, propuestas... Y la verdad es que no veo la hora de comenzar con eso, de que sea mitad de diciembre, ya no tener clases y poder sentarme a escribir como loco, rabiosamente, tal vez sin prisa pero sin pausa.

Es lo que hay. Recientemente terminé un guión para un proyecto de antología, pero el segundo sigue esperando los últimos retoques. Tengo que armar dos sinopsis de proyectos, un guión introductorio, terminar un guión de 24 páginas, y algunas cosas más que andan dando vuelta desde, justamente, como cinco o seis meses. Incluyendo, claro, mi ya citado juego de rol, el cual estoy planeando testear en estos meses.

Eso sí, estoy más allá de la ansiedad. Se hace lo que se puede, y de a puchitos, aunque no haya escrito, fui armando un gran esquema de cosas para aprovechar cada momento (como por ejemplo, este lunes feriado). Hoy estuve acomodando mi pieza, tirando cosas, limpiando, preparando todo para el gran momento. Va a ser muy entretenido, de eso estoy seguro. Por primera vez en un buen tiempo no tengo grandes urgencias económicas, por lo que espero que las vacaciones me den espacios de ocio y descanso, mientras trabajo en cosas muy importantes para el año que viene.

Ya se van a ir enterando, en unos meses.

De regreso al hogar

0 comentarios



Hace unos días escuchaba esta canción durante un viaje en colectivo y tuve que reprimir mis ganas de cantarla a gritos. Me decía algo en ese momento, y es un poco lo que quería compartir hoy, con algo más de tiempo.

Comenté hace tiempo lo que luego se confirmó, firma de contrato mediante: estoy trabajando en firme para una editorial que va a publicar uno de mis libros. Esto hizo que tuviera que detener la reescritura de una de mis novelas, pero bueno, no se puede todo.

Siendo que me enteré hacia fin de año, con mucho, mucho trabajo encima, tuve que esperar unas semanas para que llegaran unas ansiadas vacaciones. Ahora bien, lo bueno de ser docente es que entre mitad de diciembre (si uno tiene suerte y las autoridades nos ponen las mesas de exámenes bien temprano) y mitad de febrero aproximadamente, es imposible que nos llamen para nada. Vacaciones, que se dicen, pero vacaciones largas.

De manera que hice lo que debía hacer. Planifiqué una ruta y me aboqué a seguirla a toda costa. Trabajando, creo yo, entre tres y cinco horas por día (sin contar los fines de semana y algunos días en los que se cortaba la luz o tenía que detenerme por cuestiones personales), logré atravesar estos objetivos como un cuchillo ardiente, logrando recortar en más o menos dos semanas el plazo. Quiero decir, ahora estoy en donde debería estar dentro de dos semanas. Lo cual es genial, de verdad.

En ese contexto escuché esta canción en el colectivo, un día en el que había salido todo superbien y realmente festejaba por dentro. En realidad, no todo fue fácil, ni divertido. Un capítulo me costó horrores, y otro, más adelante, tampoco resultó sencillo. Pero era el tipo de trabajo que siempre quise hacer: escribir.

Por eso sentía que había estado lejos demasiado tiempo: si bien me había dedicado a la escritura de guiones cortos, había sido un trabajo interrumpido por muchas otras ocupaciones. En estos días pude darme el lujo de, realmente, trabajar en lo que amo: escribir. De día, de noche, de tarde, con sueño, con calor, con hambre. Horas enteras, varias horas seguidas, en un proyecto que amo y que espero vea pronto la luz.

Así que en esas estoy. Ciertamente, no es la primera vez que me encuentro en una situación como esta, porque en otros muchos veranos hice algo similar. Pero hacía tiempo que no lo hacía, y se siente muy bien regresar a algo que solo se me ocurre llamar como hogar.

La productividad, al palo

0 comentarios

Las cosas se reacomodaron, o mejor dicho, las reacomodé a los golpes, o como pude. Faltan muchas pequeñas cosas de ciertos proyectos personales que no suelo contar aquí en el blog, y eso me sigue quitando algo de tiempo. Septiembre fue y será un mes con muchos días muy ocupados, con reuniones o situaciones fuera de calendario, pero por ahora sigo esquivando las complicaciones e incluso he podido disfrutar el conseguir un nuevo trabajo en una escuela que me parece muy interesante.

Mientras tanto, con todo lo anterior ya acomodado, y con algo de esfuerzo pude hacer más, mucho más. Estoy leyendo más y escribiendo más. Antes solamente leía en la red, había perdido un poco la costumbre de los comics y de los libros. Ahora leo diariamente algún comic, e incluso tengo por ahí dando vuelta un par de libros que espero poder releer pronto.Creo que eso, también, me anima a escribir.

Creo que estoy un poco menos gruñón. Antes me molestaba mucho cuando no podía terminar un guión según lo planeado, o si durante un día no podía escribir nada. Ahora las prisas, y algo que he aprendido, me han quitado esa sensación. Ya no es un torrente, sino un goteo, lo que sale por las manos. Sé que no produzco siempre regularmente lo mismo; sé que tal vez nunca lo haga, sobre todo si así me lo impide el trabajo y otras ocupaciones. Y no está mal. Teniendo dos talleres de guión, por ejemplo, me está sucediendo que no siempre el material que creo para una clase me sirve para la otra, porque los alumnos son diferentes y están en momentos diferentes. Tengo que actualizar los apuntes de hace dos años, o crear otros nuevos que no había pensado escribir. Y eso también le quita tiempo a la escritura, pero ha dejado de ser una carga, es una forma de gozar de esto que para mí es una profesión. Y también, de seguir aprendiendo.

Ahora mismo, a causa de escribir esta entrada y de leer un artículo muy interesante y motivador, estoy perdiendo el poco tiempo que tenía para terminar un guión que se demora. Pero no me preocupa demasiado: ya tengo en la cabeza la solución al dilema que me planteaba. Tarde o temprano lo terminaré. Después de todo, hoy ya terminé otro, y ayer terminé uno más.

Mientras sigan goteando mis manos, no habrá problemas.

Así que ahí estoy. Mientras se dibuja un guión para Términus, escribo dos más; mientras termino otro para la revista Quimera, ya pienso en mejorar y reescribir el que sigue. Queda retomar las novelas para mi editorial digital, Studio Ergo Sum, algo que está ya en la agenda para estos días.

Lo único que lamento un poco es no tener tiempo para jugar rol. Pero eso, supongo, es algo que se puede solucionar con algo más de planificación. Veremos qué sucede.

Atareado con la cosecha

0 comentarios

Esta es una representación visual de lo que realmente
sucedió: no los anotaba en papelitos, pero mi pizarra
tiene tantas borraduras y tachones en estos días...
Es increíble como pasa el tiempo. Sinceramente, se acelera cuando uno tiene mucho para hacer. ¡Y no me quejo! Por primera vez en mucho tiempo, no me quejo.

Después de la Crack Bang Boom 6 (que me gustaría poder comentar aparte en una entrada, como otras veces, además de la RJR 2015) hubo tantas cosas acumuladas que sinceramente no tenía tiempo para nada más. Principalmente cuestiones laborales. Fue un mes de mucho, mucho trabajo, algunas tensiones, y muchas corridas. Por suerte todo salió bien y el mes terminó, por fin, hace unos días. Fue agotador.

Y cuando digo trabajo no hablo solamente de ir a las escuelas. Hablo de que tengo ya dos talleres de guión, los únicos de la ciudad, y por suerte uno sigue bien en pie, y el otro sigue sumando alumnos. Personas con las que me copa mucho trabajar, personas que me dan inspiran para seguir adelante. Espero que el año siga así, sumando personas y experiencias tan útiles y agradables.

Así que con mucho más trabajo docente y dos talleres, quedó poco espacio para los guiones. Sin embargo, de a poco pude ir haciendo un poco de esto y un poco de aquello. Me concentré en eso y por eso demoré unos días más en arrancar de nuevo con los blogs. Recién hoy, terminando la semana, puedo sentarme con la suficiente tranquilidad y tiempo como para no engañarlos con una entrada improsivada, de esas que no me gustan.

Quiero disfrutar los blogs: que no sean una carga, sino un placer.

Y creo que esa ha sido la mayor experiencia de estas semanas, en las que hubo mucho ir de acá para allá, muchos errores de último momento, muchos parches, muchas cosas buenas y muchos éxitos. Dicen que sarna con gusto no pica; pero también, hay sarnas y sarnas. Y por suerte, en la vida uno puede elegir la mayoría; a lo sumo tendrá que soportar el trabajo, el inevitable trabajo que puede no gustarnos pero que hacemos porque nos permite llevar comida a la mesa, libros y comics a las bibliotecas y coleccionables a las estanterías. Pero casi todo lo demás, se puede elegir.

Es lo que hice en estos días: elegir la sarna. Dejar atrás lo malo, lo que molesta, lo que nos come un poco la vida; soportarlo solo si no podemos evitarlo. A lo demás, sacarle el jugo, y comerse también la pulpa.

Como digo, en estos días no he podido escribir mucho, pero disfruté tremendamente del proceso, incluso cuando a veces descubro que ciertos guiones no me están llevando a ninguna parte y que debo dejarlos descansar un tiempo. ¡Tengo demasiadas ideas como para ponerme en quisquilloso!

Sigue faltando el tiempo, pero no vale la pena preocuparse por ello. Y así fue que esa pila de cositas para hacer fue (y sigue) bajando. Algunas tienen que esperar, pero eso es todo.

Acelerando en la montaña rusa

0 comentarios

No, no abandoné el blog. Tal vez fue la pausa más larga en varios años: casi dos meses. Y para colmo, ni siquiera me di cuenta. Realmente pensé que hacía poco que lo había actualizado. Imaginen como me sorprendí cuando vi la fecha...

Pero vamos a lo que iba a decir. Han sido meses de mucho aprendizaje y autoaprendizaje. Es decir, aprendí muchas cosas de los demás, y también de mí mismo.

Escribí, sufrí, volví a escribir. Tuve varios problemas técnicos con la computadora, que por suerte se pudieron arreglar casi totalmente (hay que comprar una cosita para que la cuestión sea definitiva, pero no es algo caro ni prioritario). Así que escribí mucho a mano, sobre todo el anterior fin de semana, que fue tremendamente explosivo y creativo. Todavía estoy terminando de pasar a la computadora todo lo que hice.

Mientras la niebla se disipaba, entendí mucho más de lo que debo hacer, y cómo debo hacerlo. La paciencia sigue estando ahí, junto con la perseverancia; pero también entra una nueva seguridad, de la mano de algunas decisiones fuertes, de algunas alternativas nuevas.

Estoy en una etapa muy creativa, y también, por suerte, muy productiva. No solo tengo ideas, sino que tengo las ideas que estoy buscando. Esto me lleva a estar más lúcido, más despierto y activo; escribir y pensar más, no tener miedo a los errores o a las situaciones que parecen demorarte, porque en realidad, te están acelerando.

Y eso es lo que pasa ahora. Viene agosto, y eso significa muchas cosas. Principalmente, el inicio de la fuerte temporada de convenciones de comics, con Crack Bang Boom a la cabeza. Por si fuera poco, también está Rosario Juega Rol, en donde voy a exponer en un taller sobre Aerith, mi más nuevo juego de rol.

No es poco. Habrá que estar atendiendo el stand de Términus en la Crack, habrá que preparar muchas cosas para los dos eventos (folletos, entre otras cosas). Habrá que repasar mucho de lo escrito para saber explicarlo en la RJR. Y mientras tanto, hay que seguir con el trabajo de siempre, y con los dos talleres de guión, que este año me han sorprendido tanto por la cantidad de alumnos como por los progresos individuales de cada uno de ellos.

Realmente se parece a mi año. Realmente se parece al año que yo quería tener, aunque muchas cosas son diferentes y hay dificultades (previstas e imprevistas). Realmente parece que algunas cosas muy importantes están por suceder; pero para eso hay que seguir trabajando. Hay que seguir escribiendo y, sobre todo, seguir buscando personas que se interesen por tu trabajo. Porque es ahí donde está, también, la clave: que a otros le importe lo que haces.

Así que ya saben por qué no escribí estos meses. No sé si fue tanto por estar ocupado, sino más bien por estar acelerado. El tiempo corre más rápido, se hacen más cosas y para cuando uno quiere respirar, resulta que es medianoche y hay que irse a domir. Así han sido muchos de los últimos días. Y este no parece una excepción.

Mucho que festejar, pero ocupado

0 comentarios

Así estoy ahora. Bueno, más o menos. Pero por dentro hice justo eso.

En realidad lo hago desde el momento en que terminé la beta de Aerith y la puse en descarga gratuita. Eso me alegró mucho, obviamente, y como pude, durante la semana, me dediqué a terminar el último cuento de A la deriva, la siguiente obra de ficción que se debe publicar en Studio Ergo Sum.

Como suele pasar, aunque la revisión y reescritura me tomaron unas pocas horas cada una, tuve que fraccionarlas en tres días, porque las obligaciones laborales y de otro tipo me lo impidieron. Me hubiera gustado celebrar más, pero cuestiones personales de salud me dejaron bastante preocupado. Por suerte resultó que no era nada grave, pero siempre que se prende una luz roja hay que prestarle atención. Me tomé las cosas más tranquilo y descansé todo lo que pude.

Ahora sí ya puedo gritar un poco más fuerte. Terminé el cuento y en estos días voy a concluir la maquetación definitiva de los archivos. Ya tengo la tapa y el diseño, así que para la segunda semana de junio, todo indica que A la deriva será puesto a la venta y enviado a los activistas que lo compraron en su momento.

La cuestión es que esta gran victoria, dificultada por algunas de las cuestiones laborales y personales ya comentadas, sigue sin poder ser festejada como me gustaría. Aunque los temas de salud ya se desvanecen, hay dando vuelta una serie de cuestiones que no me permiten organizarme.

¿Estoy algo disperso? Sí. No tener trabajo te exige mucha disciplina para no quedarte "haciendo nada" durante demasiado tiempo. Por otra parte, aunque a veces logre un buen resultado conteniéndome, últimamente muchos pequeños compromisos se me ponen en el camino, quitándome los pocos días disponibles para cosas importantes, como escribir, o ir a hacer algún trámite, o charlar con un editor. Cosas que me fastidian.

Se vienen cambios en mi vida. En los últimos dos meses ciertas cuestiones me hicieron reflexionar sobre cuestiones que tienen que cambiar, sí o sí. Como cuando uno no quiere despertarse y da vueltas en la cama, estos días estuvieron marcados por esa sensación de incomodidad, de necesidad de fuga, algo de hastío y aburrimiento. Una sensación de estar desperdiciándose, o algo así.

Creo que es lo que más ha dolido, lo que más ha molestado, lo que más me ha impedido descansar por las tardes o dormir por las noches. Ahora la larva ya salió de mi cabeza, las decisiones están tomadas, nuevas búsquedas aparecen en el camino. Pero por estos días salir del cascarón va a perpetuar, un poco más, la incomodidad. Hasta que no salga el libro, hasta que no se cumplan ciertas fechas de este mes, va a ser algo difícil. Pero ya llegará.

A punto de...

0 comentarios

...terminar varias cosas a la vez. Algo que se hizo habitual pero que de alguna manera siempre me costó, gracias a mi ansiedad.

Parezco destinado a escribir una entrada mensual en el blog, y no es algo que yo quiera. Pero es así, está sucediendo seguido. Espero poder cambiarlo.

¿La queja de esta vez? Bueno, no queja. La verdad es que inicié un nuevo trabajo, dos veces a la semana, y por encima de eso tuve que trabajar varios días más debido al llamado urgente de reemplazo en otro colegio. Por si fuera poco, hubo una confusión sobre algunos requerimientos y pensé que tendría que entregar ciertos papeles en una fecha que luego no era tal, así que estuve preocupado con otros temas hasta mitad de mes, cuando traté de volver a la realidad real. Y aquí estoy.

El resultado no me parece nada malo. Terminé, con algo de esfuerzo adicional, la beta final de Aerith, un juego de rol en el que estoy trabajando desde hace varios años, y que me ha dado (y me dará, seguramente) muchas satisfacciones. Ahora mismo la estoy dejando online en mi editorial digital, para que cualquiera pueda bajarlo, jugarlo y comentarlo.

Además estoy terminando el último cuento que integrará A la deriva, mi antología de ciencia ficción que, hay que decirlo, se demoró demasiado para mi gusto, pero que al mismo tiempo no quería sacar apresuradamente. La necesidad de mejorar algunos textos y de escribir otros nuevos me llevó a esto, pero estoy conforme con el resultado. Ya tengo lista la portada, obra de Mauro Mussi, así que solo falta terminar de escribir este cuento y maquetar algunas cosas más para ajustarlo a lo ya hecho. No sé si llegaré para antes de fin de mayo, pero seguramente estará en los primeros días de junio.

Todo esto, trabajando de a poco, porque las obligaciones ya mencionadas, las otras cotidianas, hacían que incómodamente tuviera que hacer un poco hoy, otro poco mañana, y encima ir cambiando de proyecto para que los dos avanzaran más o menos parejos, sin estancar a ninguno. Pero ahora llegaron los resultados.

Lo que sigue es volver un poco a los guiones, porque hay algunos proyectos que se están formando, tanto en solitario como con artistas amigos. Pero también continuar trabajando con las otras obras de Studio Ergo Sum que deben salir en estos meses. Lo bueno es que ya solamente queda una de las cuatro del lanzamiento inicial; luego seguirá una novela más, elegida por algunos activistas, que tendré que terminar, y finalmente podré trabajar con material nuevo que tengo escrito o en proceso, para crear nuevos libros.

Estoy emocionado por todo lo que sigue, y creo que es genial. Así que aunque a veces escuchen que me quejo, no es por inconformista o jodido, es porque soy ansioso nomás, y ya quiero llegar.

Todo en orden

0 comentarios

Es raro cómo somos animales de costumbres. O hijos del rigor, dicen algunos.

En estos días, desde que comencé a trabajar, al menos esporádicamente, de pronto muchas cosas se acomodaron en mi vida. Duermo mejor, produzco más. No estoy tan cansado ni desenfocado. Me exijo pero no de manera negativa, y estoy bastante conforme con todo lo que va saliendo.

La razón, creo, reside también en la cercanía de ciertos eventos que esperaba desde hace tiempo. Como una primera oferta laboral estable. Aunque con poca carga horaria y representando un gran desafío. Tal vez eso lo hace mejor: no tengo que comprometerme a mucho tiempo y mucho esfuerzo, sino que empiezo de a poco y puedo ir dosificando las cosas. No hay razón para apurarse.

Eso va también para los comics. Ya casi estamos en CBB6. Sí, ya sé que falta, pero por como pasa el tiempo, siento que es un animal que ya me respira en la nuca. Y las expectativas dentro de la revista son muchas. En mi caso, además, la idea de estar escribiendo o preparando varios proyectos largos me entusiasma mucho. Estoy teniendo reuniones creativas con dibujantes y editores que pueden darme la oportunidad de hacer algo interesante en los próximos meses.

Así que mientras escribo guiones y los reviso, también sigo con los proyectos editoriales en materia de rol y literatura. Aunque estos están un poco en el freezer, por ahora, ya que hay que poner algunas prioridades, me siento contento al saber que he pasado por un bloqueo importante, y salí adelante.

Ah, y también estoy leyendo y viendo más series. Eso siempre es bueno.

Altas y bajas, lo de siempre

0 comentarios

Estás en el mar y las olas van y vienen. Lo principal es que no te mareen. Si quieres llegar a buen puerto, ya sabes.

En este mes todo parecía ir en alza, y después llegó la baja. La semana anterior tuve algunos golpes, y cómo es la vida, que inmediatamente me dio motivos para seguir con más fuerza.

Lamentablemente la escritura, tanto de guiones como de prosa y de juegos de rol, se vio resentida. En otro momento me sentiría mal; de hecho, no es algo que me haya caído bien. Pero después uno ve que la salud es lo primero, que de todas maneras nadie te está insultando por demorarte un mes o dos más con un proyecto que se hace a pulmón, y que lo principal es dar lo mejor. Y entonces esas demoras adquieren otro significado.

Lo bueno: arrancó de nuevo la temporada laboral, y parece que con todo. A pesar de algunas falsas alarmas de escuelas mal organizadas que te dan reemplazos y luego te avisan que no, que era un error, que no tendrían que haberte llamado, parece que de a poco las puertas se siguen abriendo.

Lo malo: no, no tengo mucho para decir de lo malo. De hecho ahora me siento mucho mejor que antes de esa temporada mala, y he aprendido alguna que otra cosa sobre cómo enfrentar algunos temas. Simplemente voy a seguir aquí tecleando lo que se pueda, hasta que se pueda. Tal vez lo mejor sea no dar más promesas ni plazos de entrega, aunque piense que pueda cumplirlos, porque a veces simplemente no dependen de mi. Incluso sin trabajo, cada tanto lo que uno hace resulta impublicable. Y cuando el trabajo llega (algo que, créanme, puede ser en CUALQUIER momento) uno tiene que reestructurar sobre la marcha todas las prioridades, plazos y proyectos.

Que no son pocos. Un libro antológico, un juego de rol y ahora un comic extenso. Cuesta hacer malabares con tres cosas, sin redes ni entrenamiento.

Trabajando en la sombra

0 comentarios

Empecé el año y ya está terminando enero. Así de simple. Un poco de esto, algo de aquello y boom! Ya casi no queda tiempo.

Me revuelco, a veces, entre la ansiedad y la calma. Pero está ganando la calma. Ya todo llegará, ya será el tiempo indicado.

Diciembre y enero fueron meses de mucho renegar con la escritura. Sobre todo con los comics. Pero fueron saliendo, ya está. Fueron aprendizajes, y se aprendió. Ahora a seguir adelante.

Tal vez lo angustiante es ver que falta poco, falta poco... siempre falta poco. Cuando uno está por terminar algo, sucede una cosa inesperada que demora todo. Es lo que me pasa con el siguiente proyecto de Studio Ergo Sum. A mi antología de cuentos de ciencia ficción solamente le falta un cuento. Está la idea y todo, pero no puedo sentarme a escribirlo. No hay tiempo, o el tiempo es malo.

Así que hago cosas de a ratos. Pienso mucho, planifico, anoto, repienso. Y en la oscuridad, a la noche, a veces escribo en serio. Es el ciclo de siempre: uno que quiero quebrar, pero por ahora no puedo. Ese de escribir cuando hay un rato, y no poder tomarlo como un respirar, como algo de todos los días.

Pero ya llegará. Algo me dice que este año será, finalmente. Y mientras tanto, lo cierto es que vengo escribiendo más. Y sin guiones para las revistas, solo queda escribir cosas nuevas. Y esperar un poco más.

Un sueño realizado: mi propia editorial digital

0 comentarios

Como contaba hace ya un tiempo, en esta y otras entradas, hacia mitad de 2014 inicié un proyecto de financiamiento colectivo (a.k.a. crowdfunding) para poder solventar el poner en línea un sitio con carrito de venta y todos los chiches, así como pagar a un ilustrador y poder poner en venta mis libros de ficción.

45 días después de abierto, el proyecto se cerró exitosamente (incluso con unos poquitos pesos de más, que nunca vienen mal), por lo que me dediqué, hasta ahora, a servir a gran parte de los activistas, maquetando y entregando versiones en PDF e EPUB de dos de las obras ofrecidas: la novela corta de fantasía "Atados al viento" y la antología de microcuentos "Expediciones".

Pero no podía dejar que 2014 se terminara sin poner en línea la tienda de la editorial, lo que ya de por sí marca a las claras que todo va en serio y no voy a fugarme a las Bahamas con el dinero :)

Así que aquí lo tienen: disponible en studioergosum.com. El sitio tiene un carrito de venta que permite ventas a todo el mundo, y he habilitado diversas formas de pago para que cualquiera se pueda hacer con mis obras. Así que espero sus comentarios, críticas, sugerencias y todo eso.

Más adelante les comentaré algunos otros proyectos, pero les recomiendo que si les interesa saber más sobre la editorial vayan agendando el blog de la misma: studioergosum.blogspot.com.ar. Hasta ahora lo había dedicado más que nada a mis proyectos roleros y los productos a la venta en DriveThruRPG, pero lentamente iré fusionando ambos proyectos (que en realidad, no son más que el mismo, pero iniciado en diferentes momentos y con objetivos menores).

Desde ya que ha sido un año genial en todo sentido, y espero que mucho de lo sembrado, tanto en el comic como en el rol, se vea en 2015.

Las novedades llegan en bandada

0 comentarios

Pasan los días y no logro volver a la costumbre de escribir en este blog. Realmente, me gustaría. Pero me descuido.

Mis vacaciones empezaron el día 7 de julio, y a esas dos semanas las disfruté y las trabajé como a pocas. Después, tuve una semana más de "vacaciones de hecho", hasta que pasaron las previas, y empecé a trabajar de nuevo, realmente, el viernes pasado.

Ahora veo que pasó todo ese tiempo sin anotaciones y me da cosa. Así que al menos comento esto.

Y también comento lo que se viene. Ya está en imprenta el 6º número de Revista Términus, nuestro gran emprendimiento editorial en el que me veo enredado como fundador, co-organizador y guionista. Estará listo para la 5º edición de Crack Bang Boom, la que tal vez sea ya la mayor convención de comics de Argentina (no por nada todas las editoriales organizan su agenda de publicaciones alrededor de la misma). Para este número pasaron muchas cosas, pero tal vez algunas tengamos tiempos de compartirlas en la charla que tendremos en la convención, ya que, los editores estamos invitados a la convención. Sí sí, estamos invitados como historietistas rosarinos, una posición que nos resulta realmente importante, ya que estaremos (literalmente) en la misma mesa con los invitados nacionales e internacionales, verdaderos mostros de las viñetas como Dan Didio (sí sí, el co-editor de DC Comics), Loisel, Yanick Paquette, Luke Ross, Rubén Meriggi, Eduardo Mazzitelli, y varios más que pertenecen a nuestra generación, como Nico Di Mattia, Pupi Herrera o Juan Ferreyra. (Pueden ver la lista completa, con muchos más detalles, en este link)

En definitiva, para nosotros es dejar de sentarnos en la mesa de los chicos y pasar a sentarnos con los grandes, es como alcanzar la mayoría de edad. Así que hay una gran emoción, en todo el grupo, para aprovechar a full esos cuatro días, para dejar todo en la cancha.

Pero por mi parte, no todo está puesto en Términus, si bien es a lo que más me dedico. Hay varios proyectos más, que se discutirán en estos días, antes, durante o después de la Crack, y de los que no puedo decir nada por razones obvias. Por ahora, sin embargo, ya puedo hablar de la materialidad de uno de ellos, que empezó el año pasado. Se trata de la antología Legionarios, los perros de Roma, que ya salió de imprenta, editado por La Duendes.

Se trata como ya dije de una antología, centrada en la época del reinado de Julio César. La historia principal se centra en un pequeño grupo de personajes, aunque hay historias no relacionadas directamente con ellos, como la que yo guioné para los lápices y tintas de mi amigazo Fernando Kern, y los grises del genio de Damián Peñalba. Es un libro casi totalmente realizado por artistas rosarinos (con alguno del Gran Rosario, también), con una edición muy buena por lo que he podido ver (hasta tenemos un rotulista profesional, que no se ve usualmente en la industria nacional).

Esta antología también se lanzará en la Crack Bang Boom 5, así que mi nombre estará en dos publicaciones simultáneas. Es un gran avance para mí, y todo indica que tal vez el día de mañana se pueda repetir. Esperemos que así sea.

Pero bueno, el deber llama. Tengo que seguir con el trabajo. Hay muchas cosas para hacer sobre Studio Ergo Sum y otros temas. Lo bueno es que ya hay algunas novedades. Pero eso será para dentro de unos días. Espero poder acordarme, y organizarme, para otra entrada antes de la Crack Bang Boom 5. Si no aparezco, ya saben.

Relanzando el año

0 comentarios

Puf, muchas etiquetas. Creo que esta es una entrada global, una encrucijada.

Arranqué el año con ciertas expectativas y objetivos. No cambiaron, pero las circunstancias de la vida demoraron o aceleraron ciertas cuestiones. Tuve que modificar situaciones troncales, y otras nuevas se sumaron. Dejé algunas actividades, conseguí trabajo por varios meses, surgió y maduró el proyecto de la editorial...

Así, me encuentro en vacaciones de invierno, planificando mi trabajo para la segunda mitad del año, pero también, muchas otras cuestiones personales.

Falta poco más de un mes, ¡un mes! para Crack Bang Boom 5, convención que ya de por sí es un evento de los mayores del año para mí. Y este año, con la madurez de la Revista Términus, no sólo viene un mayor compromiso, un mayor stand y una mayor expectativa, sino también el desafío de ser invitado del evento, junto a grandes personalidades nacionales e internacionales de las viñetas. Serán cuatro días COMPLETOS de vivir dentro de la convención, haciendo, pensando y respirando comics. Por suerte con un feriado para descansar, después. Muchos contactos y proyectos que pueden madurar en esas horas.

Pero no es sólo cuestión de estar allí. Es necesaria cierta preparación, y a eso quiero dedicarme ahora. La revista está yendo a imprenta y ahora viene la época de abono y siembra, para que cada número no sólo sea mejor, sino que se venda y se difunda mejor que el anterior.

A eso se le suma mi trabajo, y mi nuevo compromiso con las realidades de la editorial Studio Ergo Sum. Aunque quiera hacer algo diferente, he llegado a la conclusión de que no sería prudente apurar un libro para antes de la convención. Lo intentaré, pero no quiero que salga a medio cocinar. Todavía tengo que recibir el dinero del proyecto y cerrar algunas cuestiones menores con los activistas que lo apoyaron, como coordinar qué recompensa elegirá cada uno. Por si fuera poco, tengo que reconocer algunos problemillas de edición con los últimos cuentos de ciencia ficción. Estoy algo bloqueado, tal vez por ser un momento tan particular del año. Necesito reubicar muchas cuestiones emocionales y de horarios para adaptarme a esta nueva realidad.

Además, están pendientes un juego de rol, Aerith, y un libro sobre rol que tengo casi listo. Proyectos para mi MUY importantes, el último muy, muy demorado. Quiero jugar Aerith, para terminar de pulirlo, y no tengo tiempo de jugarlo, mucho menos de organizar una mesa.

Me siento con las manos llenas de cosas importantes, la mayoría urgentes. En algún momento, eso me hubiera estresado, me hubiera puesto muy ansioso y me hubiera hecho mal. Ahora ya no me estresa, pero creo que me deja frenado, no inmóvil pero sí algo confundido sobre qué camino tomar primero.

Por ahora, me quité mucho peso de encima en pequeñas cuestiones personales que estaban largamente demoradas, y que me permiten estar más organizado y conforme con mi día a día. Creo que eso es parte de la solución: cambiar de a poco algunas malas costumbres, retomar las buenas y crear otras formas de trabajo que sean más sanas para el espíritu. Y no impacientarse, que eso sube el colesterol.

Objetivos alcanzados

0 comentarios

Jueves 26 de junio, por la tarde.

En los últimos días, habían surgido algunos aportes de personas que por diversos motivos no habían podido aportar en los días anteriores. El proyecto estaba cada vez más cerca.

Así, el 72% del día 22 (domingo), pasamos al 87,5% del día 23, que por ser lunes vio la habilitación de algunos pagos de días anteriores. Quedaba poco, ya casi...

Dos días después, el miércoles 25, ya estábamos en 93%... Se seguían sumando activistas, conocidos o no, y de a poco se redondeaba el número.

El 26 la aguja saltó al 94,44%. Para esa altura, yo miraba mi casilla de correo con algo de obsesión, esperando nuevos mensajes de Panal de Ideas. Dejaba el monitor encendido y mientras hacía otras cosas, miraba, miraba...

Tomé una siesta. Dormí. Y cuando desperté, el marcador ya pasaba el 100%.


El cartelito de "Financiado" ya lo decía todo. Habíamos llegado. Con poco tiempo, casi con lo justo, pero habíamos llegado.



Al día de hoy, sábado 28 de junio, el proyecto de financiamiento colectivo se cerró exitosamente. Quedo a la espera de la confirmación oficial del portal Panal de Ideas para empezar a contactar a los activistas y organizar las recompensas, que llegarán en los próximos meses.

Después de todo lo que dije, ya no me queda mucho por agregar. Más que repetir un enorme gracias a todos los que aportaron tiempo, difusión, dinero, interés, comentarios, sugerencias, ideas y demás. Es gracias a ellos que yo puedo cumplir un sueño, un gran objetivo, y empezar una nueva etapa.

De la cual, claro, hablaré aquí de tanto en tanto.

Menos de una semana

0 comentarios

Boceto de Mauro Mussi inspirado en el cuento
"Un cielo azul", de la antología de ciencia ficción
"A la deriva". Vamos calentando motores...
Faltan exactamente 5 días para que termine el proyecto de financiamiento colectivo para poder fundar mi propia editorial digital.

45 días parecía mucho tiempo, y en cierta forma, lo fue. Pero también, en los días en donde no llegaba ninguna colaboración, se corrieron momentos de ansiedad y dudas. Momentos en donde el tiempo se aceleraba y parecía irse como el viento. No puedo negarlo. Hubo algunos días en los que dudé de tener éxito.

Ahora, con 72% de un monto no muy elevado, y la promesa de algunas personas de haber colaborado ya (ciertos métodos de pago toman 1 o 2 días hábiles) o de hacerlo en las próximas horas, estoy más seguro de llegar. Pero de todas formas, hay algo que nunca me abandonó: la sensación de saber que había iniciado algo demorado por algún tiempo. La sensación de que esto era una nueva etapa, que definiría mucho de mi vida como escritor.

Durante esos 45 días trabajé, no solamente en la difusión del proyecto, sino también en el proyecto mismo. Corregí y maqueté una de las recompensas, la novela corta "Atados al viento", y también comencé a revisar y corregir los cuentos de la antología "A la deriva". Logré terminar los trece más cortos antes de que un período de mucha actividad me dejara algo complicado, pero ayer me desquité volviendo al ruedo y terminando uno más. Ya decidí exactamente cuales quedarán dentro y definí la incorporación de un nuevo cuento, que surge de un guión de comic que no funciona como tal, pero que como cuento siento que será mejor. Como ya adelanté en su momento, serán 20 cuentos en total.

Redescubrí así algo que ya sabía: que este tipo de emprendimientos (como los concursos literarios o de diseños de juegos de rol) son períodos de mucha creatividad, de mucho pensar y hacer. Si uno canaliza de buena manera esa ansiedad, si no se deja vencer por el desánimo, si el tamborillear de dedos se convierte en golpe de teclas, todo es ganancia. Aunque no se llegue al objetivo, todo es ganancia.

De todas maneras, como dije antes, confío en las personas que me adelantaron su colaboración en estos días, y confío en llegar a sumar el monto especificado, aunque sea con lo justo, comenzando así una nueva etapa. ¡Así que preparados!

Y si todavía no sabes a qué me refiero, date una vuelta por este link y averigualo.

Las razones de mi escritura: "Fragmentos del fuego" (y II)

0 comentarios

Ilustración de Mauro Mussi,
aparecida en el número 1 de la Revista
Términus.
En la entrada anterior comentaba un poco de la génesis de esta novela, una más de las que escribí para concursos literarios. Queda ahora contar un poco de su argumento.

Hay varios elementos, situaciones y tipos de personajes que fui reuniendo al pensar en historias para escribir. Una de estas ideas fue la de un mundo roto por los dioses, un mundo en el cual algo destruyó su relación con los hombres, que ahora vagaban sin rumbo, sufriendo todo tipo de calamidades.

Un mundo en el que el sol calcina la tierra, en el que casi no llueve y el agua es un bien muy preciado. Un mundo en el que todo vale poco, en el que tanto la vida como la dignidad puede ser comprada y destruida fácilmente.

"Fragmentos del fuego" inicia con personajes que no tienen nada. Seres que no tienen más que perder, salvo la vida, y se aferran a ella de una manera inaudita, porque parecen malditos, porque sufren al vivir, pero que por alguna razón, no se resignan.

Lentamente, los destinos de un mercenario, dos princesas fugitivas, un olvidado dios y su pequeño grupo de adoradores se irán entrelazando, mientras un mundo caótico y lleno de violencia intenta mantenerse a flote, con pequeños oasis de esperanza que no todos pueden alcanzar. Lo bueno quedó en el pasado, el presente es inestablemente negativo, y las leyendas sobre profecías que todavía no terminan de cumplirse del todo no parecen ser muy creíbles.

Más adelante retomé el concepto del mundo quebrado y sin dioses en el setting de Aerith, mi próximo juego de rol. Al igual que en este caso, hubo cierta influencia de las ilustraciones de Frank Frazetta, que muchas veces son imágenes perfectas de este tipo de mundos oscuros, en donde el bueno no siempre es tan bueno, y en donde no todo es lo que parece. Igualmente hubo algo de la saga de "La tierra moribunda", de Jack Vance, y de otras de sus geniales creaciones. No quería un mundo de fantasía heroica, con armaduras, ideales claros y aventuras pulcras: quería un mundo desgastado, guerreros arriesgando la muerte en cada tajo y acciones desesperadas con tal de salvar el pellejo.

Pero el de "Fragmentos del fuego" es un mundo diferente al que planteé en Aerith. Aquí no hay perspectivas de un cambio positivo, ni mucho espacio para que los individuos modifiquen las cosas. Grandes reinos están en decadencia o cayendo, la guerra termina en una región para comenzar en otra, y nada es seguro o estable.

Es, en definitiva, un mundo que ha perdido la esperanza, que ha perdido la conexión con todo lo bueno y lo malo que planteaba la existencia de los dioses. Un mundo en donde nadie teme molestar a poderes superiores, y en el que, por lo tanto, los más básicos valores humanos y sociales se están perdiendo, cuando el fuerte aplasta al débil y (casi) nunca nadie sale en su defensa.

Como comenté en la entrada pasada, esta novela apenas sí necesitó una reescritura relativamente menor: surgió así, entera, y no me trajo muchos problemas a la hora de saber qué contar y cómo hacerlo. Es, por lo tanto, una de las obras que más me alegraron, y por eso no dudé un segundo en ofrecerla como recompensa de este proyecto tan personal y tan especial para mí.

"Fragmentos del fuego" suma actualmente unas 150 páginas A4, sin formato. Una vez el proyecto consiga el monto fijado, será revisada por última vez, maquetada y puesta a disposición de los que la elijan como recompensa, y para la venta en el sitio de la editorial. Como en el resto de las obras, el arte de tapa será de Mauro Mussi, como la ilustración que acompaña esta entrada.


"Fragmentos del fuego" es una de las recompensas que puedes elegir al colaborar con mi proyecto de financiamiento colectivo para crear una editorial digital. Puedes saber más al respecto en este enlace. Te invito a compartirlo y a colaborar.

Las razones de mi escritura: "Fragmentos del fuego" (I)

0 comentarios

Ilustración de Mauro Mussi, ilustrador
seleccionado para las tapas del proyecto
.
Hace ya varios años, se me pegó la costumbre de participar en concursos literarios. Con novelas, particularmente. Me pareció un buen salto, un desafío interesante.

Y lo fue. Del primer intento, para el concurso de novela fantástica de Minotauro, surgió "Ojos de plata", una novela que me enseñó mucho, y que me dio muchas satisfacciones, aunque todavía queda pendiente reescribirla en parte. Fue la primera vez que comencé algo largo con toda la idea en la cabeza, la primera vez que me senté a escribir un resumen y lo seguí con bastante fidelidad.

El segundo intento, una novela corta de ciencia ficción, fue más problemático, justamente por eso. No sabía bien qué haceer con la historia, un cuento alargado que finalmente naufragó, luego de varias reescrituras. Si bien participé en el concurso, sé bien porqué no gané, ni debo haber quedado cerca. Lo que allí aprendí es que la cosa no era tan sencilla, y que era necesario más práctica; también, que ciertas ideas no pueden ser llevadas más allá de cierto punto sin un verdadero conflicto central.

Y llegamos entonces a la tercera novela. El nombre apareció allí, de la nada. "Fragmentos del fuego".

"Ojos de plata" era algo totalmente diferente. Tenía algo de humor, un ritmo más lento, más introspectivo. Era fantasía medieval pero sin mala leche, por así decirlo. Pero la idea de incursionar en la fantasía oscura fue apilando personajes, situaciones, dioses... Y esos fragmentos encontraron una cohesión narrativa que pocas veces se ha apoderado de mí. Sencillamente tuve que sentarme a escribir día y noche.

Todavía recuerdo cuando hice imprimir dos copias de la novela y la envié a España, pagando una pequeña fortuna, para participar en el concurso. De nuevo, no lo gané, pero sí siento que gané algo muy personal al poder terminarlo y quedar más que conforme con el resultado. Si bien luego existió una segunda reescritura, que ordenó de mejor manera ciertos hechos y creó otro ritmo, aquella novela ya me gustaba más que ninguna de las que hubiera escrito.

En la siguiente entrada comentaré un poco más sobre su argumento y las ideas que la influenciaron, pero por ahora es todo lo que puedo decir (sí, me quedé corto de tiempo :D )


"Fragmentos del fuego" es una de las recompensas que puedes elegir al colaborar con mi proyecto de financiamiento colectivo para crear una editorial digital. Puedes saber más al respecto en este enlace. Te invito a compartirlo y a colaborar.