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Cerrando 2020

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Me tenía que colgar de nuevo!! Y dejar el blog medio abandonado... pero la verdad es que, nuevamente, y para bien, estuve bastante ocupado con cosas positivas.

Cierro un año raro, complejo pero muy próspero en escritura. La verdad es que no me puedo quejar.

En primer lugar, pude relanzar mi editorial digital, la cual les invito a que visiten en su página de FB: Studio Ergo Sum. Eso implicó revisar muchos, muchos cuentos para darle algunos retoques, escribir seis cuentos más para dar cierre a tres antologías, y por si fuera poco, releer y corregir dos novelas (una corta, otra mucho más larga y compleja), para desarrollar material nuevo para el año que viene. Así pude cerrar un círculo iniciado hace como cinco años, ya que estos proyectos estaban casi casi terminados, en letargo, pero por diferentes cuestiones nunca lograba terminarlos.

Por si fuera poco, participé en un concurso literario con una de estas antologías, hice cuatro guiones cortos para enviar proyectos a una editorial extranjera, publiqué en otras dos (todavía no quiero decir mucho) y organicé varios otros proyectos para el año que viene. Estoy participando en una clínica sobre cómo insertarme en otros mercados internacionales... Y bueno, quedaron también varios experimentos fallidos, como siempre, ya fueran cuentos o guiones que no terminé porque no me cerraron, pero que me permitieron aprender otras cosas.

Y por si fuera poco, terminé una novela gráfica de 128 páginas titulada "0G"; también un proyecto que hace tiempo tenía relegado, a medio hacer, todavía rodeado de andamios, pero que pude cerrar con excelentes resultados, me parece.

¿Ya dije que no me puedo quejar?

Tomé a este 2020 como un año para sembrar, cuando vi que lo que pasaba no era algo que se fuera a ir rápidamente. Así que sembré, sembré y sembré. Ya se van viendo algunos frutos. Espero que tanto para mí, como para ustedes, 2021 sea un año que traiga una cosecha enorme, hermosa. ¡Salud!

Afilando las lanzas

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Cuando escribí la entrada anterior, hace ya casi justo un mes, recién había comenzado en Argentina la cuarentena obligatoria a causa de la pandemia que asola a todo el mundo.

Una semana en la que hice de todo. Como muchas otras personas, en casa acomodamos y tiramos muchas cosas (salió en las noticias el aumento de la basura), ordenamos, limpiamos... Lo que pasó ese día me enseñó a relajarme, a darme cuenta de que esto iba a durar mucho, y que no tenía sentido apresurar todo, porque justamente, ahora el tiempo era lo que más abundaba. Entonces llegó un momento en el que tuvimos que cambiar la rutina, porque ya no había cosas evidentes para hacer.

En mi caso, ese cambio de la rutina vino de la mano de la escritura, como siempre.

Ya comenté en muchas entradas anteriores cómo estuve algo bloqueado el año pasado, en parte debido a que muchos de mis proyectos no tenían fecha cierta de salida y, lamentablemente, esa fecha se alejaba cada vez más. El surgimiento de la pandemia, básicamente, le arruinó los planes a todas las personas del mundo (a algunas más que a otras), y la editorial no fue la excepción, lo cual nos obligó a retrasar más otros proyectos que teníamos en la recta final.

Hay cosas que evidentemente no van a darse, no como uno las quería.

Así que, si bien hubo algunos parates, la escritura estuvo siempre presente en este mes. Hubo una semana en la que de pronto se terminó el combustible y dejé colgada una corrección a mitad de camino. En esos días un arranque de espontaneidad me llegó a romper la rutina cotidiana (ahora todos los días son domingos) y desechar todas las estructuras armadas. Esa semana me dediqué a hacer cosas totalmente diferentes, entre limpiar y acomodar cosas en las que no había reparado antes, seguir construyendo mi canal de Youtube y otros proyectos personales no relacionados. Pero luego de ese período (que no fue negativo, sino vigorizante, de hecho), regresó la escritura diaria.

El principal proyecto en el que me puse a trabajar fue la corrección final de mi última novela gráfica, en la que vengo trabajando intermitentemente desde hace varios años (ya perdí la cuenta exacta). Tuvo tantas iteraciones (calculo que la primera tiene unos 10 años), intentos, borradores y reinicios que es, tal vez, el proyecto que más me ha tomado completar hasta ahora en cuanto a tiempo (otros han requerido más trabajo de escritura y reescritura pero en un plazo más acotado).

Me da mucha alegría poder contar que ya no tengo ninguna página para corregir ni agregar: las 120 están terminadas y pulidas. Así que el haber de ese proyecto está en 0.

Lamentablemente, como ya comenté, la cuarentena obligatoria se llevó por delante muchos planes. Todos los eventos de historieta del país ya han sido cancelados o pospuestos indefinidamente, y suponemos que este año no tendremos ninguno. Esto hace que la publicación en todas las editoriales de comics no solo se detenga, sino que los títulos de este año se pospongan para el siguiente, con lo cual la cola de publicación nacional retrocede un año o tal vez más. Eso hace inviable el que ciertos proyectos propios puedan avanzar, incluso ya con dibujantes confirmados y trabajando.

¿Me desanimó? La verdad es que, teniendo en cuenta todo, para nada. Necesito escribir. Esa es la cuestión, y este es el mejor momento. Conversando con escritores, guionistas y dibujantes, todos más o menos están haciendo lo mismo. Obviamente, no es lo ideal, pero si solo hay limones, se hace limonada.

De todas maneras, la realidad es que no tiene mucho sentido tomar con prioridad algo que va a moverse tan lentamente. Tengo proyectos para publicación en papel suficientes para dos años, más o menos; algunos casi terminados, otros a la espera de comenzar a ser dibujados, otros con guiones a punto de ser terminados... Puedo apretar el acelerador en casi todos, cuando yo quiera, porque ya sé lo que quiero escribir: lo más difícil ya está hecho, que es descifrar la historia.

De manera que decidí recurrir a otras opciones, y retomar la publicación digital de otros proyectos, que si bien habían avanzado muy lentamente en estos últimos meses, y dando tumbos, habían sido mucho menos promocionados.

Los días siguientes me encontrarán puliendo y afilando armas que tenía guardadas hace tiempo. Me voy a abrir paso como sea. Acero no me falta.

2019, un año de despegues

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No hice un cierre de año aquí debido en parte a que estaba reconfigurando muchas cosas y bueno, a que se me pasó. Por suerte pude terminarlo con algo de escritura, comenzando a repuntar las situaciones laborales y personales que me quitaban inspiración o no me dejaban hacer lo que quería.

Uso la metáfora del despegue porque siempre me sirve. Hay años en donde uno está en vuelo, va más o menos rápido, pero también años en donde uno tiene que aterrizar (o se estrella, con mejores o peores resultados). Así mismo hay años en donde la cosa repunta.

2019 fue sin lugar a dudas un año de despegue. Tuve más trabajo docente, pude volver a publicar (en 2018 no se pudo), y en definitiva se dieron muchas cosas buenas. Mejor sueldo, más tranquilidad económica, cambio de aire en muchas actividades... Después de 2018, año en el cual las tormentas me hicieron aterrizar de emergencia varias veces (y en algún momento me estrellé, incluso), el 19 me permitió ganar nuevos aires.

Con Alquimia Comics publicamos el primer número de Los Prodigios, con guiones míos, rescatando un personaje creado por mí hace rato largo en el blog Cuna de Héroes. Abrimos de esa manera un nuevo universo de superhéroes para la editorial, un proyecto muy ambicioso en el que seguimos trabajando, alternando autores. Irónicamente, la primera historia larga que había pensado para Áurea se llamaba "Despegue"... Y es que ella está abriendo una nueva etapa en mi vida profesional, de varias maneras.

A nivel personal me trajo a un hermoso ser a mi vida, del que hablaré más adelante, y que me hizo experimentar tantas cosas buenas y lindas que no dejo de agradecérselas: un hermoso perrito llamado Maxi. Hacía rato largo que no tenía mascotas, y ahora me tocó cuidarla de una manera especial.

Los aterrizajes de emergencia del 2018 me quitaron algunas cosas, y eso me cambió el ritmo de actividades, pero ey, era inevitable... Y por algo pasaron. Los espacios perdidos me ayudaron a compensar los ganados, y viceversa.

De manera que fue también un año de contrastes. Ya comenté acá mi falta de escritura, los proyectos demorados... la situación económica no ayudó a editar cómodamente, si bien todo salió bien, fue gracias a un enorme esfuerzo de mis socios y mío. No fue un año común, bajo ninguna óptica, con tanta inflación, incertidumbre con los proyectos personales y laborales, pero el balance fue muy positivo. Lo que no se pudo no se pudo y ahora estoy viendo cómo había cosas que debían cerrarse y se cierran naturalmente.

La fundamental, para mí, fue que después de tanta sequía de ideas, hacia noviembre y principalmente en diciembre pude volver a escribir, terminar cuentos, escribir pequeños guiones breves, tomar contacto con nuevos dibujantes para proyectos que ya veremos...

Así que calculo que 2020 será un año en donde ya superaremos V1 y despegaremos efectivamente hacia cielos brillantes.

Todos los pronósticos me dicen eso, y esperemos que no se equivoquen.

Girando en la rueda

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Tengo vacaciones y, en estos días, a veces caminaba por las paredes.

Bueno, parecerá exagerado, pero aunque solo fueron algunos ratos, la ansiedad me comía por dentro. Tengo dos semanas de receso escolar por el invierno, no tengo trabajo atrasado... de hecho, NADA QUE HACER. Ya terminé todo: correcciones de trabajos y pruebas, lo administrativo, los guiones... Incluso terminé el último cuento de mi antología de ciencia ficción, ese que comenté en mi última entrada. Lo cerré hace un par de semanas, muy contento por el proceso y el resultado.
Pero la ansiedad me come. La ansiedad por hacer ALGO.

Lo cierto es que no me puedo quejar: pronto se publicará otro comic con guiones míos en Alquimia Comics (uno que disfruté mucho escribiendo, ya lo comentaré), terminé otra antología, ya tengo asegurado otro comic para el año que viene... Y sin embargo, una parte mía sigue mirando el vaso medio vacío. Ese comic que es para el año que viene se suponía que era para este año, y tuvo que ser pospuesto. La antología no la leerá... ¿nadie?; tengo que ponerme a editarla y a venderla y promoverla, y ya estoy algo cansado de eso. No es lo que más me interesa hacer, y no sé si sé hacerlo bien.

Quiero seguir activo, enganchado con la creación, pero me está desanimando mucho la falta de espacios de publicación y la caída de ciertos proyectos, y la inaccesibilidad de algunos dibujantes, con los que quiero trabajar desde hace tiempo pero nunca se puede concretar nada (no por culpa de ellos ni mía, ojo).

Tengo una novela gráfica a medio terminar, pero después de chocar varias veces con la misma parte, la dejé descansar, porque no sé si la estoy llevando hacia buen puerto y no tengo a nadie con quien conversarlo, ni dibujante ni editor.

Tengo un guión completo de otra novela gráfica entregado a un dibujante y ninguna seguridad de si podrá comenzar a dibujarlo.

Como dije antes, mi antología de ciencia ficción requiere trabajo de edición y promoción... e incluso así posiblemente muy pocas personas lean mis cuentos.

Tengo además un juego de rol, Aerith, ya terminado y listo para ser probado, pero sin jugadores. Es cierto, no los busqué todavía, pero cuando terminé la versión anterior de este juego y la hice disponible para recibir críticas, casi nadie dijo nada y todos los intentos que realicé para encontrar grupo de juego terminaron en silencio: los que primero se presentaron como voluntarios luego desaparecieron.

Sé que hay que seguir adelante, pero resulta un poco descorazonador a veces.

Parece que estuviera sufriendo, ¿no? Bueno, no me siento así, sino más bien algo angustiado, contrariado. Son cosas que pasan, a veces diversas cuestiones se suman y todo es un poco más difícil de sobrellevar. La cuestión es que, con las vacaciones enfrente, de pronto no quiero "perder" el tiempo leyendo y viendo videos, descansando y viendo películas, teniendo ratos para cuestiones personales y esos pequeños disfrutes tan importantes. De pronto quiero encerrarme para escribir y crear y hacer todas esas cosas... pero me encuentro con que no tengo proyectos, o estos están anclados. Y entonces es un falso dilema.

Esa es la cuestión. Quiero que las cosas avancen, pero de pronto me encuentro con varios escollos a la vez, y quiero sacarlos del camino todos al mismo tiempo. Y no se puede.

En ese sentido, no viene mal parar un poco, descansar, examinar las cosas bajo otra perspectiva y encontrar otro tipo de soluciones y propuestas. Tal vez esa sea la solución: dejar de girar y dejar que las cosas giren por su cuenta, si tienen que girar, y sino, que se queden quietas.

Después de todo, son dos semanas solamente. Puedo volver a subir cuando quiera.



Saliendo a navegar de nuevo

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En una entrada anterior comenté que estaba algo asustado. Por suerte, no fue para tanto.

El otro día me senté a corregir parte de un cuento y terminar de escribirlo. Hace meses, me había empantanado, pero MAL, en una parte.Pensé que no servía nada, que habría que tirarlo y empezar de nuevo, o peor, tomar otra idea y descartar esta.

Pero por suerte, no fue así.

Al releerlo en el colectivo y marcar algunos errores de tipeo, y alguna que otra cosa para mejorar la narrativa y la comprensión (había un par de frases demasiado largas), me di cuenta de que no había que hacer cirugía.

Lo mejor, sin embargo, fue cuando un día después me puse a reescribir esto y continuar donde había dejado. Las palabras volvieron a salir como si siempre hubieran estado ahí. La verdad, fue una sensación muy hermosa, y quiero mantenerla. Me dediqué una hora corrida a eso (solo a escribir material nuevo) y en poco tiempo tenía dos páginas más.

Este año voy a tener menos tiempo libre, debido a que tengo más trabajo y mantengo algunas actividades, pero los jueves y viernes, como mínimo, serán días de escritura. Nuevos métodos (como la música synthwave en Youtube), nuevos horarios y como único objetivo, terminar una de las antologías de cuentos que hace rato tengo amarradas en los archivos.

No sé si las termino a las tres, pero a esta seguro que sí.


No te vayas, que ya llego

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Temo estar perdiendo algo, algo valioso. Y es la capacidad para escribir prosa.

Hace tiempo, cuando era chico y empecé a escribir, lo primero fueron algunas pobres poesías. De hecho, lo primero que me valió algún tipo de reconocimiento fue una poesía, si mal no recuerdo, que una maestra alabó en primaria. Todavía conservo algunos cuadernos y anotaciones de esa época y de varios años después. Seguramente son malas, pero son mías y eso basta.

Sin embargo, con el tiempo la poesía se fue yendo de mi sistema. No sé realmente por qué, aunque creo que se dio durante la secundaria, aunque cuando estaba terminándola, en un taller de literatura (que continué cuando ya la había terminado) recuerdo haber escrito un poco. Pero esos fueron años de leer mucho, de inventar mundos y personajes y jugar rol, y de intentar algunos cuentos crudos, que ahora no tengo.

Así que durante la universidad, todo fue prosa. Bueno, al principio no hubo nada, pero hacia el final del cursado varios artículos que publiqué (además de mi tesis) fueron muy alabados y creo que eso me terminó de hacer a la idea de que lo mío era escribir. Así que por esa época, cuando terminé de cursar (y por un tiempo tuve mucho tiempo libre, al tener trabajos de medio tiempo o ninguno) me puse a escribir. Cuentos y novelas, a lo loco. Algunas todavía esperan la revisión definitiva, algunas ya listas.

Pero luego, más o menos en esa época, llegaron de nuevo las historietas y empecé a investigar cómo hacer comics. Y eso siguió y siguió. Y sigue.

¿Qué pasó en el camino? Descubrí que la escritura de prosa es un camino solitario, y que la comunión con una persona que dibuja tus ideas es hermosa. Pero también, y creo que este es el punto principal, que es más fácil publicar y vender comics que cuentos y novelas.

En el proceso pasó también algo adicional: dejé de leer tanta literatura y mi biblioteca y mis horas de lectura se llenaron de comics. Fue algo que vi recién después de un tiempo, pero que creo es fundamental. Ahora tengo como media docena de libros de comics para leer, siempre, sobre todo porque sigo un par de colecciones y porque en algunos eventos termino comprando algo nuevo. Sin embargo, de los libros de literatura que he comprado (pocos) solo he leído algunos y otros esperan sin siquiera haber sido abiertos, a pesar de que son de autores que amo.

Me estoy convirtiendo en un monstruo.

Creo que uno escribe lo que lee, y ahí está parte del problema. Durante estos años, por otra parte, lo mucho que pude escribir (guiones) terminó siendo publicado, visto, reseñado, criticado, alabado... mientras que lo que ya tenía escrito (novelas y cuentos) fue visto por muy pocas personas, y nunca publicado digital ni físicamente. A eso se suma que tengo un par de novelas en revisión que no toco desde hace AÑOS... y que bien podrían ser leídas si las terminara.

¿Por qué me preocupa esto? Ciertamente, no me preocupó demasiado el dejar atrás la poesía. Era algo para mí, algo en lo que sentía que no era muy bueno, y que se fue de manera natural. Una fase en mi historia creativa, podemos decir. Como una piel seca que se saca y ya.

Pero ahora los proyectos de historieta se demoran. Hay un par demorados por cuestiones de dibujo, y otro proyecto en el que trabajo de a ratos, pero que viene complicado porque es mucho más largo. Y de pronto vienen ideas para cuentos, y recuerdo las novelas... y el último cuento que intenté, quedó por la mitad. Algo no me cuadra... y por eso temo estar perdiendo algo que amo, algo que sí me interesa. Algo que no quiero dejar atrás.

Así que la misión de estos días es ponerse, ponerse, ponerse. Como siempre. Algo va a salir. Me falta solo un cuento para terminar una antología que armo desde hace años. Y después se me ocurrió armar otra, más pequeña, como para continuar con algo más accesible.

Y después no sé. Pero hay que seguir respirando. Quiero decir, escribiendo.

Episodio VII y VIII y el presente de Star Wars

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Después de mucho meditarlo, de pensar muchas cosas y ordenar otras, decidí que tenía que escribir esta entrada para hablar sobre las dos últimas películas de Star Wars. Además de ser un gran entusiasta de la franquicia en cine, también soy lector de sus comics (estoy completando la colección de Planeta de Agostini) y coleccionista (principalmente de las figuras de 3,75 pulgadas). Así que todo esto me toca de cerca, y con la llegada de Episodio VIII a fines del año pasado se precipitaron muchas cosas.

No quiero que esto sea un rant típico de muchos fanáticos enojados, que dicen ciertas verdades pero caen en insultos y en cuestiones a mi gusto exageradas sobre cuestiones de género y supuesta corrección política. Así que iré al punto.

Todo lo que viene a partir de aquí tiene gruesos spoilers de las últimas películas de SW (así como de ciertos comics y algo de Star Trek), así que si no las vieron, no sigan a menos que no les interese enterarse de cosas importantes.

Primer punto: las dos películas son cuestionables a nivel historia y narrativa
Confieso que vi dos veces Episodio VI, más por emoción que porque realmente me hubiera gustado. El final con tanto suspenso creo que tuvo que ver. Sin embargo, como ya se dijo muchas veces, la historia es sí es un refrito muy básico y tonto de Episodio IV, prácticamente un calco y una copia, no un homenaje ni nada similar.

Por un lado, hay intereses comerciales muy tontos en querer borrar toda una continuidad asentada en comics, novelas y videojuegos muy interesantes y bien armados. Siempre di por asumido que si se hacía una tercera trilogía, había muchísimo material para utilizar, desde la trilogía de Timothy Zahn hasta comics como Imperio Oscuro I y II, que plantean ideas muy interesantes y orgánicas con las dos trilogías anteriores. El hecho de que el Emperador tuviera el poder de volver de la muerte e implantar su esencia en un clon era imbatible. Se podría haber adaptado la historia haciendo, por ejemplo, que Luke volviera cambiado del Lado Oscuro a entrenar nuevos jedis para tener que vencer de nuevo al enemigo suyo y de su padre. La presencia (en diferentes roles) de Darth Sidious en las tres trilogías (que finalizarían con su destrucción definitiva) le hubiera dado una entidad tremenda a las nueve películas. Al final tendríamos nuevos jedis que resucitarían a la Orden Jedi y permitirían generar nuevas películas sin tener que depender de actores y personajes icónicos.

Que conste aquí que no pretendía que copiaran ninguna novela o comic al pie de la letra, sino que solo tomaran influencias, ideas, personajes, etc., algunos de los cuales son realmente geniales. El que acabo de comentar era un futuro posible que yo deseé por mucho tiempo y que lamento que no se haya hecho, pero había muchas otras opciones interesantes.

Pero los intereses comerciales, mal manejados, generaron un montón de decisiones creativas equivocadas. El que Dark Horse perdiera los derechos de los comics, el que Disney comprara Lucasfilms y todo lo relacionado a la franquicia, y que todo ese canon anterior fuera reclasificado como un “universo alternativo” tuvo como función generar una tabula rasa sobre la cual inventar todo de nuevo y no tener que depender de nadie más. Algo que en sí no tiene nada de malo, pero que justamente limita las opciones, si en lo pasado había muchas cosas buenas para elegir.

¿A quién eligieron para arrancar esta nueva trilogía? A J. J. Abrams. Nadie sabía qué haría. En un comentario muy gracioso de Michael French que aparece en este video (el comentario empieza en el minuto 7, pero es muy recomendable verlo todo, ya comentaré más sobre los que hablan en él), este periodista y fan a muerte de SW comenta que, para ver qué podía llegar a hacer este guionista y director, se enfocó en sus películas anteriores. En el relanzamiento de Star Trek, la historia es la siguiente: un tipo quiere volar un planeta con una nave-arma gigante. En la segunda película algo similar sucede, cuando uno de los personajes utiliza una supernave para tratar de comenzar una guerra. Michael French “profetizó” en una entrevista que la siguiente película de SW tendría este elemento central, la de un tipo queriendo destruir un planeta con una nave-arma gigante. Y acertó, como él dice, no porque sea profeta, sino porque solo bastaba con mirar a la carrera de un guionista-director-productor para ver qué podía ofrecernos.

No me hubiera molestado la tabula rasa si fuera buena. No me “molestó” la muerte de Han Solo; en el contexto creo que tenía algo de sentido. No me “molestó” que pusieran un actor negro y que la nueva protagonista fuera mujer. Sí me molestó, en todo caso, que la historia arranque en medio de la nada, que tanto el Imperio como la Rebelión hayan sido eliminados como quien tiene amnesia y ahora es lo mismo pero con otro nombre; la Primera Orden y la Resistencia. Y la nueva Estrella de la Muerte tiene sombrero nuevo, pero no la compro (en los comics había un arma similar, pero la historia alrededor de la misma y su destrucción es diferente, lo que no la califica como refrito).

En los detalles, sin embargo, Episodio VII tenía algunas cosas positivas. Kylo Ren parecía algo infantil pero lo compré como adorador y posible sucesor de Vader, sobre todo con la máscara. La franquicia “nos debía” una Jedi mujer protagonista (algo que lamento MUCHO que no se haya podido hacer con Leia, como sí sucedió en los comics), y creo que el personaje de Rey hasta ese momento resultó interesante, sobre todo su presentación. Finalmente, Poe Dameron tomaba un poco la pelota del personaje piloto que antes había tenido Luke, y me pareció interesante que Finn fuera un desertor, un objetor de conciencia del Imperio, perdón, de la Primera Orden, que se daba cuenta de que estaba en el lugar equivocado. Ah, y un posible jedi, más adelante, sugerido por la facilidad con que manejaba el sable de luz. Y toda la onda nazi-recargada, para mostrar a un enemigo bien malo, creo que sumó también un poco.

Sin embargo, como digo, esas partes estaban soldadas a una historia reiterativa, copiada de manera demasiado directa. Recuerdo que compré muchas figuras de la película en una promoción, pero luego no sabía qué hacer con ellas. No solo tenían muy pocas articulaciones (algo que no me gusta) sino que, bueno... no me transmitían nada. Terminé vendiéndolas a todas, de a poco. Simplemente no había nada más en esa película que no estuviera en Episodio IV. Para eso veo la original; no era más que una remake innecesaria como muchas otras de estos últimos años.

En el fondo, Abrams hizo lo mismo que con el relanzamiento de Star Trek. Empezó a contar todo de cero, sin preocuparse por lo anterior, para luego unirlo. En ST usó el recurso del universo paralelo y los viajes en el tiempo, que daban una explicación sencilla y efectiva (en ese caso, sin ser fan de ST, a mí al menos me pareció interesante; las tres películas en este nuevo universo me gustaron, sobre todo la última). Aquí no hubo explicación. Simplemente los malos son tan tontos que hacen lo mismo que sus predecesores: cuando ya están ganando ponen todas las fichas en una super arma exageradamente potente. Con la diferencia de que en Episodio IV estaba mejor planteado: la Rebelión no estaba tan debilitada y era necesario destruir sus bases y debilitar el apoyo que tenía de ciertos gobiernos (demoliendo finalmente la fachada de la República). En Episodio VI el Imperio todavía no los había podido eliminar y era una movida más estudiada. En Episodio VII no tiene ningún sentido, porque como se nos plantea desde el inicio, la Rebelión, digo, la Resistencia, está ya casi vencida por medios convencionales, ¿para qué gastar tanto esfuerzo con algo nuevo si con los mismos métodos se podía lograr lo mismo?

En resumen, una trama vacía, repetida y sin nada valga la pena volver a ver, como mucho alguna que otra escena de combate.

Entre Episodio VII y VIII vimos Rogue One, que me pareció mucho mucho mejor, una apuesta arriesgada para una franquicia que nunca había planteado un final tan demoledor, triste, y que empalmaba genialmente con esa idea del subtítulo de Episodio IV: Una nueva esperanza. Sin embargo, aunque no me despertó esperanza con respecto a Episodio VIII, sí la disfruté y dije “bueno, tal vez aprendieron algo”.

Y no. Episodio VIII es todavía peor que Episodio VII, porque todo lo bueno que se podía extraer de este mal arranque es desechado.

No es la primera vez que una trilogía de SW arranca mal. Recuerdo que fui al cine a ver Episodio I, con amigos, muy muy emocionados, y salimos algo confundidos. Primera vez que una película de SW era mala: Jar Jar, escenas totalmente exageradas e innecesarias como ese viaje por el centro líquido de Naboo con criaturas absurdas, lo de los midiclorianos que destruía totalmente el concepto de la Fuerza como algo místico, la carrera de pods para justificar que Anakin era piloto de niño, lo de su concepción similar a la de Jesús (sin ninguna necesidad narrativa)... Un montón de elementos malos que empañaron y destruyeron lo poco de bueno que tenía, como el dúo de jedis, el concepto de la Federación de Comercio queriendo meter cizaña en la República, Darth Maul y la existencia de dos Sith en las sombras...

Sin embargo la trilogía remontó con Episodio II, que es mucho más disfrutable, y finalmente con Episodio III, que tiene algunos detalles pero que redimía totalmente esa nueva serie de películas. Muchos fans coinciden en esto: se arrancó muy mal pero de ahí todo mejoró, en parte porque se tomaron en cuenta las críticas de los fans (sobre todo las justificadas) y se eliminaron esos elementos: principalmente, Jar Jar y los midiclorianos.

Lamentablemente, no pasó lo mismo con Episodio VIII. Ya mucho se ha dicho sobre esta película en este aspecto, pero vale la pena repasarlos y añadir algunas cosas personales.

En este video se comenta algo que no puedo corroborar porque no tengo acceso a los discos extras del blue-ray, pero que no me sorprendería. Básicamente el autor dice que, luego de ver todos los contenidos extras, queda claro que no había ninguna idea detrás de las tramas de las películas. Los productores y creadores solo hablan de los efectos especiales, de anécdotas de filmación y cosas así. Nunca de donde salieron las ideas, por qué pensaron hacer esto o aquello con determinado personaje, etc. Creo que eso dice mucho sobre la preparación que tuvo la película; más sobre eso al final.

Para cerrar. La película se divide en tres tramas, siguiendo lo que le pasa a Rey con Luke, Finn (con Rose viajando a Canto Bight) y Poe en la flota. Ahora bien, el montaje y la edición empeoran la sensación de que Rey, mágicamente, aprende de la nada los secretos de la Fuerza (termina siendo una Mary Sue, como se comenta en este video). La flota es destruida en unas 16 horas, sino recuerdo mal; Finn tiene ese tiempo para ir y volver de su misión. Sin embargo, aunque es evidente que Rey pasa varios días con Luke, esto no está suficientemente reforzado y pareciera que todo lo que sucede en esa parte de la trama también sucede en esas 16 horas.


Segundo Punto: los personajes no son interesantes y/o fueron mal escritos
En lo personal, creo que la mejor escena de la película es la del inicio. Sí, salvando la parte del humor (que luego comentaré). Cuando Poe Dameron inicia su ataque y luego los bombarderos intentan llegar a su objetivo, aunque la credibilidad de la escena me hizo ruido (nunca vimos en SW naves tan lentas!!!!), se me estrujaba el corazón esperando que Paige sobreviviera (tenía una figura de acción, no?) y deseando que se lograra el objetivo con una buena cantidad de naves sobrevivientes. El final de la escena es tremenda, y marcó mucho al personaje de Poe.

Teniendo en cuenta esto, me pareció muy interesante lo que hicieron con él, planteando la cuestión de que uno no siempre puede ser el “hot shot” perfecto, que a veces hay que saber ser astuto y “quedarse en el molde” como decimos en Argentina. Que no todo es esperanza y lanzarse a pelear de frente, sobre todo cuando uno tiene demasiado para arriesgar y conviene escapar para pelear otro día.

Que su enojo con la Almirante Holdo haya sido explicada como un exagerado caso de “mansplaining” que sale mal (dejando una lección para la audiencia masculina) me parece una forma retorcida de verlo por parte de los que le cuelgan la culpa de la mala factura de la película a los SJW (Social Justice Warriors). La película y los personajes son malos porque son huecos, porque no hubo amor verdadero ahí, sino ganas de hacer dinero. Simple y sencillamente.

Ya que está podemos pasar a la Almirante Holdo, personaje totalmente prescindible e innecesario. Primero: si querían hacerla un personaje femenino fuerte, no tenían por qué vestirla con un traje de gala (¿la resistencia no es una organización militar, por qué todos tienen uniformes menos ella?) y ponerle pelo rosa-violeta. Leia tenía ya décadas pateando traseros imperiales y su madre Amidala se cargó cientos de droides separatistas sin tener que ponerse vestidos raros ni maquillarse. Segundo, hubiera estado bueno que hiciera ALGO antes de sacrificarse: se nota demasiado que su única función ahí es morir luego de explicar su punto. Como dije antes, es demasiado evidente que la trama del escape de las últimas naves de la Resistencia está pésimamente armada, las cosas pasan porque no se les ocurrió nada mejor. Y el inventarse de la nada un personaje relevante en la estructura de la Resistencia, que no haga nada importante y luego muera no tiene mucho sentido tampoco. La escena de su sacrificio fue impactante, pero podría haber sido mil veces más impactante si le hubieran dado contenido al personaje, en lugar de esconderla hasta el final.

Ni hablar de la muerte de Ackbar. Se nota demasiado que no solo no sabían qué hacer con el personaje, sino que sufre una muerte injusta y absurda solo para justificar que Holdo tome el mando. ¿Por qué no fue Ackbar el que hizo todo lo que hizo Holdo? No creo que haya sido corrección política, sino simple estupidez.

Y hablando de corrección política... no sabían que hacer con el personaje de color y lo arruinaron en lugar de hacerlo más interesante. Lo que hicieron con Finn me deja claro que no hubo intención seria de integrar minorías a la película; si lo hicieron fue de manera chapucera e improvisada.

Al final de Episodio VII Finn es un héroe: no solo desertó de la Primer Orden sino que ayudó activamente a los héroes a destruir la amenaza central, aprendió a pelear con un sable de luz de la nada, se batió incluso con el mismo Kylo Ren, dejando en suspenso si podía llegar a ser jedi o no, y finalmente quedó en coma... a mí me resultó un personaje más que interesante, que prometía mucho.

Todo eso se convierte en nada a los pocos minutos de la siguiente película. De entre cientos o miles de soldados leales, él, uno de los más fuertes y corajudos, de pronto se acobarda como el peor y quiere escapar ridículamente. No solo eso sino que encima de que nunca vuelve a tomar un sable de luz, se pone a crear una pésima manera de solucionar el problema central de la flota.

Es tremendamente evidente que no tenían ni la más mínima idea de qué hacer con Finn. Rey está buscando su destino con Luke (más sobre eso luego), así que solucionado. Poe ya tiene ese problema grave de no confiar en sus superiores y de creerse el más inteligente y audaz, solucionado. Pero Finn... a Finn lo mandan a cualquier parte para sacárselo de encima, generando una de las peores escenas de la película, una que es evidentemente innecesaria y que le suma 40 minutos más a una película ya de por sí larga. Estamos hablando de todo lo relacionado al casino de Canto Bight, que no tiene absolutamente NADA que ver con la película.

Me enfocaré más en esto en otro punto, pero quiero cerrar lo de Finn ahora. De nuevo tengo que mencionar excelentes personajes de los comics, de los cuales se podrían haber sacado elementos para solucionar este problema motivacional para Finn. La que se me viene a la mente es Deena Shan (¡quiero su figura en mi colección!). Deena es una chica que alegremente se suma a la Rebelión buscando escapar de su pasado y buscando aventuras fáciles y que rápidamente tiene que enfrentarse a un grave problema: está rodeada de héroes y ella tiene miedo de fallar, es algo torpe cumpliendo misiones, es insegura y tiene baja autoestima. Es un personaje hermoso porque vemos cómo le tiene miedo a todo pero sigue avanzando como puede; en varias miniseries vamos descubriéndola, viendo cómo enfrenta sus miedos a fallar y hacer que maten a todos y se deja llevar por lo que viene, haciendo las cosas lo mejor que puede y eventualmente ganando seguridad en sí misma.

¿No podían haber hecho esto con Finn? Claro que sí. Podrían haberlo dejado inseguro después de su batalla con Kylo; podrían haberle creado algún problema mucho más interesante y sobre todo más propio del personaje, que en la primera es muy decidido y aquí arranca siendo un cobarde del montón. Por otra parte el problema viene con la trama: no podía pasar nada interesante en una flota que huye indefinidamente hasta que es aniquilada absurdamente. Había que dispersar a los personajes para hacer la trama artificialmente compleja porque no saben contar una buena historia. Entonces Poe se quedaba con la flota, Rey con Luke y a Finn le toca bailar con... Rose.

Como Finn, Rose también es un personaje débil, en el sentido narrativo, porque no tiene ninguna función y no hace nada interesante. Existe solamente, creo, porque Finn tenía que irse fuera de la flota en alguna estúpida misión, y no quedaba bien que fuera solo. Entonces le adosan un personaje, que debe ser femenino por contraste (¿por qué no un alienígena interesante? ¿Por qué no una mujer twilek? Hay pocos alienígenas interesantes e icónicos en estas últimas películas). Lo único que tiene Rose para mover la historia es su medio medallón, que se completaba con el de su hermana Paige. Eso solo sirve en una parte puntual de la historia y luego ya no tiene sentido ni el objeto ni el personaje (que tampoco tuvo sentido antes). Está, en definitiva, para hacer cosas específicas como descubrir a Finn o tener el susodicho collar, pero no decide nada, ni piensa nada, ni hace nada IMPORTANTE.

Kylo sigue siendo interesante, aunque menos sin la máscara, y su diálogo errático con Rey me pareció llamativo. Sin embargo, toda esa cosa sobre el origen de Rey... es cierto que mucho se habló de la supuesta paternidad de Luke, o de Leia, de quién sabe quién... pero toda esa cosa de que sus padres eran “nadie” está tan forzado como la supuesta inmaculada concepción de Anakin. Podrían perfectamente haberles dado nombre, no hubiera cambiado nada. Se quería presentar a Rey como la antítesis del “heredero”, al no ser Skywalker. Bien, un paso totalmente diferente al de los comics, en donde el apellido Skywalker sigue resonando fuerte siglos después. Pero no era necesario forzarlo tanto y de manera tan evidente.

Poco más puedo decir sobre Luke... dentro de la película tiene lógica todo lo que hace, pero la historia que inventaron sobre su casi asesinato de Ben... Ya lo dijo Mark Hamill, a quien le agradezco mucho la intensidad que le puso al personaje y el profesionalismo con el que manejó la incomodidad que tenía al NO interpretar el personaje que debió ser, siendo que ya no tendrá otra oportunidad. Me pareció muy bueno su sacrificio final, de nuevo, pusieron con calzador a un personaje que no correspondía. Ni hablar de todas esas cosas extrañas de la isla... Pero ya hablaremos del exceso de humor más adelante.

Snoke. Snoke, que podría haber sido perfectamente un Darth Sidious o incluso un Darth Plagueis... Y si bien la escena de la lucha en el trono me gustó, fue emocionante y no la vi como una copia de Episodio VI (que tal vez la resonancia era demasiado fuerte)... lamento mucho que muera un personaje del que no se dijo NADA sobre su origen, al igual que no sabemos nada del origen de la Primer Orden. Sí, supongo que está en las novelas, pero es información que yo quiero en la película. Se centraron tanto en Finn y otros personajes inútiles pero no me dicen nada del villano, que en esta película manipuló de manera muy especial a dos protagonistas.

No puedo decir nada de Leia. Por suerte, más allá de la (¿discutible?) escena de vuelo espacial, por suerte a la difunta Carrie creo que le tocó un buen papel. La escena en la que Kylo duda sobre si disparar o no también me pareció muy buena y me dijo algo interesante de este villano.

Como para cerrar, queda hablar algo sobre los SJW (Social Justice Warriors). Para el que no lo sepa (yo lo descubrí hace no mucho), estas siglas identifican a personas, supuestamente progresistas y de izquierda, que con la bandera de la corrección política realizan todo tipo de campañas y acciones para promover visiones y acciones más progresistas (como el feminismo, por ejemplo), pero que lo hacen más por quedar bien y elevar su ego que por tener una convicción profunda y sincera sobre esos temas. Gente que quiere verse bien, en pocas palabras. Es un término que antes era positivo (aparentemente, los anteriores SJW eran personas bien intencionadas, que luchaban por las libertades civiles pero de buenas maneras) pero que se convirtió en peyorativo, según Wikipedia. Según esta definición los SJW usan cualquier método para aparentar ser progresistas, incluyendo, en las redes sociales, atacar a otros con acusaciones falsas o argumentos insólitos, a veces con los mismos métodos violentos de los racistas y machistas.

Según muchos de los que ODIAN esta nueva saga, los SJW arruinaron Star Wars. Claman que los principales desarrolladores, como Kathleen Kennedy, J. J. Abrams y Ryan Johnson, exageraron artificialmente su corrección política y metieron personajes de minorías raciales sin ningún sentido, creando todo tipo de problemas en la trama, haciéndolo solo para quedar bien y vender “espejitos de colores” a una nueva audiencia que busca valores como igualdad de género, terminar con el racismo, etc.

Yo no sé si esto es tan cierto; aunque estoy abierto al debate, no sé cómo anda este asunto allá en EEUU (es un tema sensible y no tengo una opinión autorizada). Lo cierto es que TODOS los personajes nuevos, con alguna que otra excepción discutible, tienen graves problemas de construcción, sin importar el color de la piel del actor o actriz que lo o la interpreta. La mayoría simplemente son malos personajes, y seguirían siendo malos aunque las actuaciones fueran excelentes. (Este video, réplica de Jessie Milestone a un comentario con argumentos poco convincentes, me resultó interesante)

Repito lo de antes: en la trilogía original teníamos a una mujer tremendamente fuerte e interesante como Leia, a un personaje de color muy cool y capaz como Lando, teníamos a Chewbaca... En las precuelas teníamos a Amidala, a Mace Windu como un tremendo Maestro Jedi, a muchos jedis alienígenas... No era necesario inventar la rueda. Si, por una cuestión de diversidad del casting, querían sumar algunos actores y actrices de minorías étnicas, no costaba nada hacerles personajes interesantes como los ya mencionados. Rose y Finn hubieran sido malos personajes aunque los hubieran interpretado actores blancos y más conocidos.

Ah, y ahora que me acuerdo: me quedé esperando más personajes alienígenas importantes. En Rogue One hay alguno secundario y tenemos un excelente K-2SO. En esta nueva saga TODOS los protagonistas son humanos, con la única excepción de Chewie. ¿Tanto costaba poner a una twilek, a un bith o a un zabrak?

Esta debilidad en los personajes ha causado un problema que toca otro elemento de la franquicia: el merchandising. Muchos sitios webs y youtubers reportan que el absurdo exceso en la producción de figuras de acción, disfraces y otros elementos de personajes como Rey, Finn y Rose han demolido el valor comercial de la marca Star Wars. Por todo EEUU las figuras de las últimas películas se venden con fuertes descuentos, en parte porque los personajes no inspiran ningún cariño o afecto, pero también, creo, porque se hicieron demasiadas copias, esperando que fueran superventas. La gente ve las películas (aunque aparentemente no tanto como las originales o las precuelas) pero no quiere comprar nada que tenga a esos personajes en las cajas.


Tercer punto: malas escenas y mal uso del humor
Ya comentamos que a Finn lo envían fuera de la flota porque no saben qué hacer con él y porque la trama de la flota es totalmente absurda. Y de paso le ponen como yapa a Rose, que tampoco hace nada (esa obligación de poner parejitas de personajes varón/mujer...). Los dos personajes van a dar tumbos en una de las escenas señaladas como de las peores de la película: la del casino de Canto Bight.

Tenían que inventar una side-quest, un sub plot, bien. El problema es que no pusieron nada de empeño en él. En primer lugar, la misión es absurda; además de totalmente imposible. Mágicamente (he visto evidencia online) pueden escapar de los imperiales y llegar a un planeta que está en el otro lado de la Galaxia en pocas horas: los mapas estelares que crearon para la película dicen que Canto Bight está lejísimo de donde la flota estaba en ese momento.

El sitio está totalmente exagerado; de nuevo vemos la mala constumbre de introducir mil razas espaciales nuevas, apenas sí se ven alguna de las de las trilogías anteriores. No hay dos “bichos” iguales y eso quita verosimilitud. Finalmente no solo no encuentran a quien buscaban, sino que rechazan la ayuda del que, razonablemente, era su única esperanza. Y luego de un escape innecesariamente exagerado, terminan aceptando su ayuda y luego resulta que los traiciona y empeora todo. No puede haber dos héroes más idiotas, ¿no?

Ahora bien, veremos en el punto siguiente que las películas no tienen ningún tema; esta escena, llamativamente, sí. No sé si porque los dos actores son miembros de minorías étnicas (en el universo de SW no parece que haya mucho racismo, al menos no en las películas). De hecho es uno de los pocos lugares en donde vemos algo del pasado de Rose, insertado a la fuerza porque no quedaba otra opción. De pronto una película que no tiene sustancia se convierte en un historia panfletaria contra el capitalismo extremo y la esclavitud.

En Star Wars siempre estuvo presente el tema de la esclavitud, aunque a veces solo como algo que se menciona (tal vez donde más aparece es en las precuelas, referido a Anakin y su madre; en los comics es mucho más presente, donde tenemos a varios personajes tratando de liberar a sus familiares, por ejemplo). Por un momento me sorprendió que en una película de una megacorporación como es Disney se haga una crítica tan fuerte de la especulación, de la explotación y de la venta de armas. Sin embargo, lo que pasa en Canto Bight queda en Canto Bight. Como si esas escenas hubieran sido escritas por otro guionista, esos temas no vuelven a aparecer, desbalanceando mucho la película. Las escenas de acción sin sentido terminan en el escape de los animales explotados; los personajes se alegran pero, ¿no se da cuenta de que volverán a ser recapturados en poco tiempo? ¿Y ni se preocupan por los niños esclavos? Es como si un montón de anticapitalistas fueran a una reunión de banqueros, tiraran al piso algunas mesas y se fueran contentos pensando en cómo están destruyendo el sistema. Vendrá alguien, lo limpiará, y todo seguirá igual. No puede haber dos héroes más idiotas, ¿no?

El humor está por todas partes y por lo tanto muy mal distribuido. No quiero exagerar: SW es space opera, acción y aventura. Hay escenas de risas, hay escenas en donde sacas una sonrisa, no todo es serio y triste. Hay diálogos y situaciones graciosas en toda la trilogía original, pero también hay escenas tristes. Sonreímos cuando Han trata de conquistar a Leia y ella lo rechaza, por ejemplo, pero nos ponemos mal cuando comprenden que se aman y Han es congelado en carbonita. Nos reímos con lo que dice C-3PO pero no nos gusta verlo ser raptado y desguazado en Bespin.

Ahí está la clave: el humor está en algunas escenas y no en otras. No hay humor en Bespin, por ejemplo, porque ya desde que C-3PO desaparece sabemos que algo anda mal, y termina peor. Y si bien en Episodio I este fue justamente un error grave, el exceso de Jar Jar, en general en las precuelas tampoco está este problema: hay momentos tontos como el de Episodio II en donde a C-3PO le ponen una cabeza de droide de combate, pero no son tantos y están contrapesados por momentos más épicos y duros, como la batalla de Geonosis, en donde vemos morir a algunos jedis.

Mencioné antes la escena de inicio, muy trágica y épica, en la que las tripulaciones de muchos bombarderos de la Resistencia se sacrifican junto con sus naves para destruir a un enorme destructor imperial. Está precedida por una de las peores muestras de humor de la saga, con un Poe Dameron haciendo de payaso y un General Hux haciendo de idiota por varios minutos. Lo único peor hubiera sido un chiste de pedos. Ya sabemos que la mayonesa y la mermelada no se mezclan.

Lo mismo pasa en la residencia de Luke. Ya de por sí tenemos una escena totalmente anticlimática, cuando él tira su sable de luz. Luego todo eso de las criaturas que ordeña y varias escenas más (hay hasta una borrada, en donde le gasta una broma muy fea a Rey, haciéndole creer que están incendiando la aldea)... Los porgs lo hacen peor todavía; si no podían espantar a las aves de la isla y tenían que taparlas con esas criaturas mediante CGI, perfectamente podrían haberlas integrado al paisaje y no poner esas escenas estúpidas en donde interactúan con el pobre Chewie, que está peor utilizado que en ninguna película (sin Han, aparentemente, no sirve para nada).

En fin, un exceso de humor absurdo, muy lejos de las sutilezas que tenían personajes como Han, por ejemplo. Humor físico, gags, y no el humor fino que se da entre personajes bien escritos. Esto rompe la película en algunas escenas, debilitando algunas que, como dije antes, son muy duras e interesantes.


Cuarto punto: las películas no tienen foco ni cumplen con ninguna expectativa
No hay ningún “tema” que las unifique como otro arco de la saga o las identifique como actos individuales. Las trilogías tenían como eje la transformación de la República en Imperio, enfocado en Anakin y los jedis por un lado y la cuestión política por el otro. La trilogía original tenía como foco el ascenso de un nuevo jedi, de una nueva esperanza (primera película), mientras la Rebelión intentaba sobrevivir y cumplir su propósito (que se cumple en la tercera).

Hasta ahora no se ve ningún tema recurrente en Episodio VII y VIII. ¿La supervivencia de la Resistencia? Sí, puede ser, pero es un tema muy vacío. No representa nada fuerte que coincida con las sagas anteriores, que trataban del honor, de la traición, de la lealtad, del poder absoluto que corrompe, de cómo las decisiones personales pueden cambiarlo todo, etc. A veces hay chispazos, como la decisión de Finn en Episodio VII, pero nada más. Los personajes reaccionan a cosas raras que pasan, nada más. Mucho espejos y humo, pero nada de sustancia narrativa.

Se acusó a estas dos últimas películas de tener “agenda feminista”. Kathleen Kennedy, jefaza de LucasFilms, tuvo varias opiniones aparentemente negativas hacia los hombres, como declarar que la franquicia siempre estuvo apuntada a ellos y que ahora eso iba a ser diferente. ¡Como si los fans de SW fueran solo hombres! Jessie Milestone (ver este video) lo deja bien claro: la saga tuvo tanto éxito internacional porque tenía buenos personajes que ejercían roles interesantes, personajes con los que tanto hombres como mujeres podían relacionarse y sentirse identificados. Aquí, como ya vimos, se puso a un montón de personajes femeninos sin necesidad, como Holdo, o no tienen personalidad, como Rose, que es una “fan girl” de Finn y lo sigue como perrito faldero. A Rey todo se le da mágicamente, casi sin entrenamiento puede enfrentar a Kylo Ren y está constantemente pidiéndole a los demás que le ayuden a encontrar el sentido de su vida, en lugar de buscarlo por su cuenta. Milestone tiene razón al exponer algo fundamental: si los fans hicieron que la franquicia fuera tan grande, ¿por qué ahora darles algo diferente? ¿Por qué solo apuntar a las fans mujeres y no a los hombres? Separar el cumplimiento de expectativas por género no es muy positivo, sobre todo porque es una forma de encasillamiento: cada segmento de público masculino y femenino, puede querer cosas diferentes. Seguimos dándole de comer a lo binario.

He leído también opiniones muy valederas acerca de que muchos fans y espectadores ocasionales NO quieren contenido político en sus films de aventuras y acción espacial. Hablando de expectativas: no es algo que uno espere en una película “escapista” y si está mal hecho, como en este caso, no es bienvenido. Que una causa sea justa no implica hablar de ella constantemente, en todas partes y de cualquier manera; yo por lo pronto no estoy en contra del feminismo sino bien a favor, pero como bien dice Milestone, lo que allí se mostró fue mal feminismo: los personajes femeninos parecen ser buenos per se (poniendo a la mujer por encima del hombre en lugar de un lugar de igualdad), y solo pueden demostrarlo al lado de personajes masculinos que siempre arruinan todo (Finn cuando quiere escapar, Poe cuando no confía en Holdo, Kylo cuando decide reemplazar a Snoke en lugar de seguir a Rey).

Otra cuestión, de la que se ha hablado en videos y que es algo básico si uno lo mira bien, son las expectativas. Mucha, mucha gente creció viendo películas de Star Wars en cines, ya sean solamente las precuelas o todas. Ni hablar en la televisión. Mucha gente ama la franquicia, los comics, los videojuegos, etc. Hubo siempre una calidad mínima muy alta en todos los productos, al menos mientras George Lucas estuvo al mando. Puedo comprar los comics de Dark Horse con los ojos cerrados sabiendo que si algún guión renguea un poco, por lo menos el arte es bueno o muy bueno, y generalmente los guiones también lo son.

Ahora bien, dejemos de lado al estereotipo del fan hardcore que siempre se queja, que pide cosas imposibles o que separa la Humanidad entre los herejes que nunca vieron las películas, los fans y los verdaderos fans como él. Pensemos en el fan promedio, que quiere ver una buena película de acción/aventura/ciencia ficción que siga la línea de las demás, las cuales como ya dijimos tenían temas interesantes a nivel narrativo.

Ese fan, que va a ver una, o las dos películas, buscando sustancia, se ve perjudicado dos veces. Por un lado, no la encuentra. Por otro lado, se encuentra con algo que no alcanza sus expectativas. Y aunque esto no tiene por qué ser algo malo, lo es en este caso.

Pensaba justamente en eso cuando por casualidad encontré este video. Ahora bien, no estoy nada de acuerdo con ciertos comentarios ofensivos del autor del canal (de eso hablo en la sección del final), particularmente de cuando se burla de la anatomía de algunas actrices de la película. Dejando eso de lado, la cuestión es esta: no se podía cumplir con las expectativas de todos, eso es cierto. Hay una película para millones de expectativas. ¿Darle mucho espacio a los personajes tradicionales o a los nuevos? ¿Continuar con los mismos temas, las mismas estructuras, o hacer otras diferentes? Estas y otras preguntas tienen respuestas diversas que seguramente hubieran dejado inconformes a muchos. Con estas dos películas lo cierto es que se las respondieron con las peores respuestas posibles. ¿Personajes nuevos o viejos? Matan a los viejos y dejan otros que no tienen personalidad, ni historia, ni nada. ¿Nuevos o viejos temas? Ningún tema, las películas no hablan de nada. Y, como dice el video, la gente queda disconforme y luego muchos defensores de las películas (¡incluso sus creadores!) les dicen que la culpa es suya, y no de la película. Ciertamente la culpa es de la película y es de sus creadores, porque no tomaron las decisiones correctas a la hora de decidir a qué público apuntar, si al nuevo o al “viejo”, y apuntaron a la nada misma. Lo mismo sucedió con los juguetes y el merchandising: sacaron toneladas de cosas que no tienen sentido, y la mayoría terminó en liquidación y ni así lo compran (visitar el canal WCB mencionado arriba es más que reiterativo).

Tal vez el núcleo del hartazgo fue la decisión de hacer que Luke no quisiera entrenar a Rey y refundar la Orden Jedi. Hablemos de expectativas. Episodio VII se centra en encontrar a Luke: sólo él puede entrenar nuevos jedis y ayudar a la Resistencia a sobrevivir. La película termina en un momento cúlmine: Rey le devuelve su sable luz... y tenemos que esperar dos años.

Es obvio que en esos dos años se tejerán mil teorías, millones de espectadores tendrán millones de expectativas. Y creo que en la gran mayoría de ellas, que serán muy razonables (apelemos de nuevo al fan razonable, no al hardcore) Luke aceptaba, tal vez a regañadientes (más o menos como tuvo que hacerlo Obi-Wan) que Rey fuera su padawan.

Pero no. Recuerdo con horror cómo Luke lanzaba el sable por encima de su hombro. Y luego volvemos al punto 3: cuando la galaxia está en peligro nos dan un tour por una isla llena de personajes raros y vacas mutantes, en la cual Rey persigue a Luke como si fuera un sketch de algún programa de comedia, tratando de convencerlo, y él siempre dice no de manera graciosa. ¿Quién había anticipado eso? ¡Nadie! “Ah, es que tenían malas expectativas”, será la frase defensora... pero tal como dice el video citado, uno espera que cuando está hablando con alguien, no le tiren un puñetazo a la cara. Uno puede ir al cine y ser sorprendido de manera grata o ingrata; aquí la sorpresa fue más que ingrata, sobre todo porque estaba mal filmada, tomando en broma una de las decisiones más difíciles de Luke. Si Luke hubiera devuelto el sable, o no lo hubiera aceptado, ¡cuanta más tensión hubiera tenido ese momento!

Creo que ese es el centro de las expectativas mal cumplidas. Creo, en lo personal, que incluso con escenas sobrantes, malos personajes y todo lo demás, la película sería mucho mejor. El “entrenamiento” de Rey es totalmente inverosímil; en Episodio IV Luke claramente no es un jedi, ni siquiera usa el sable de luz en combate, y los hechos de Episodio V se hacen coherentes luego del breve entrenamiento con Yoda (quien tampoco quiere entrenarlo, pero rápidamente acepta, acertadamente; de otra manera la película no hubiera tenido sentido). Así que la pelea con los guardias pretorianos de Snoke y Kylo, aunque visualmente muy linda e interesante, no tiene ninguna coherencia (a diferencia de la del final de Episodio VII).

De alguna manera siento, entonces, que la cuestión se desbarranca aquí. El que Luke no quiera entrenar a Rey es aceptable (incluso es otro eco de Episodio V, y siguen las “referencias”, ejem, copias); el problema en lo narrativo es que a) demora mucho en cambiar de decisión y explicar por qué la tomó (demora que no es necesaria para la trama) y b) está tratado de manera muy liviana y hasta graciosa. De haber hecho lo correcto, de todas maneras no se hubieran cumplido muchas expectativas, pero la película sí le cumpliría al fan razonable. Habría muchas escenas más coherentes y un resultado mejor en general (incluso con todas las demás malas decisiones). Las declaraciones de Mark Hamill al respecto de que “ese no era su Luke”, sino el del director, deja bien a las claras que fue una decisión muy mala: un director que tiene que “forzar” a un actor a hacer un guión, sobre todo cuando ese actor ya hizo tres películas de la saga y conoce lo que quieren los fans, no tiene mucho que ofrecerle a esos mismos fans. No sabe lo que quieren, y solo está rellenando horas de metraje con lo primero que se le viene a la cabeza.


Sobre lo que sentí cuando vi las películas
Fui a ver dos veces Episodio VII. Creo que fue el hype, simple y duro; también compré media docena de figuras porque estaban a la venta con grandes descuentos en una cadena local de supermercados y bueno, aquello fue un paquete. Hace poco terminé de vender las figuras y me despegué totalmente de la película.

En general, lo que más me molestó es que es una copia de Episodio IV. Como dije antes, no tenía tantos errores de personajes: BB-8 era divertido, Finn era interesante, Rey parecía también buen personaje, quise que hubiera más espacio para Poe, etc. Aunque Kylo me pareció exagerado, me interesó lo de la máscara y su búsqueda de ser el nuevo Vader. Pensé que era una película mediocre, como fue mediocre Episodio I. Pensé que la segunda remontaría, al igual que en su momento pasó con Episodio II.

Pero Episodio VIII fue algo totalmente diferente. Como ya dije la escena de Luke y Rey me dejó helado, y no en buen sentido. Quise que la película fuera hacia otra parte rápidamente. Había escenas muy buenas y otras tremendamente flojas, y estas eran la mayoría. Los escapes milagrosos y las pifias tremendas de los personajes no ayudaron, como así tampoco los “homenajes” (como la batalla final en Hoth, digo, en Krayt). Así ya encaminados, teniendo en cuenta todos los fallos anteriores, el final me pareció buen, lógico: Luke sacrificándose por todos finalmente, dando una lección de lo que implica ser un Maestro Jedi y la fuga de los pocos rebeldes.

Volví shockeado. Muy confundido. Me gustó mucho la escena final, y volví como si eso fuera todo. Había muerto Luke. Sentí como si hubiera muerto Star Wars en sí; había muerto Han en la anterior y en la vida real había muerto Carrie Fisher. Ya no había más. Me dio mucha pena porque la franquicia me había acompañado en mi infancia y adolescencia, no en el cine pero sí en la televisión y en los comics. Por unos segundos pensé en vender todas mis figuras de acción. En serio. Quise deshacerme de todo durante algo así como uno o dos minutos de reloj. No sé cuanto fue, fue terrible el sentimiento de vacío.

Lo peor es que quise ir a verla de nuevo, pero esta vez no pude porque ninguna de mis amistades podía. La cuestión dividió a muchos en ese momento y la mayoría la destrozó. En un primer momento me gustó en general (menos lo ya marcado). Sin embargo, terminó siendo una de esas películas que cada vez que la recordas te agradan menos, porque cada vez encuentras más fallos.

Para muchos, incluyéndome, Episodio VIII arruinó lo poco de bueno que tenía Episodio VII. Personajes como Finn desperdiciados y arruinados, Phasma muere sin conocerla más (algo que muchos pedían; ¡tanto se la promocionó como un personaje femenino relevante!), Snoke es revelado y muere sin saber nada de él, casi todo lo referente a Luke... En realidad empeoró las cosas. Según comenta Daisy Ridley (sus palabras son comentadas en este video), J. J. Abrams escribió un boceto de guión de Episodio VIII y IX, el cual fue totalmente ignorado para Episodio VIII por Ryan Johnson. Esta falta total de criterio creativo, de visión a largo plazo, puede ser la explicación real de por qué se perdió todo eso que prometía tanto. Aparentemente Abrams va a “retconear” episodio IX, es decir, tratar de obviar lo más posible lo hecho en el VIII y volver a encaminar la historia hacia algo más coherente consigo misma.


Sobre los sitios que inspiraron esta reseña
Hace tiempo miro con asiduidad los videos de Michael French en Retroblasting, canal de Youtube que recomiendo tremendamente si son coleccionistas pero también si gustan de recordar viejas series animadas y aspectos de la cultura pop. Michael no habla mucho de cine pero sí expresó, de manera bastante clara y abierta, su disgusto por la nueva saga, enfocándose en aspectos muy interesantes y sin caer en “es mala porque sí” o “es mala porque tiene agenda feminista” y opiniones vacías como esas.

Pero el principal sitio de Youtube que inspiró todo esto fue World Class Bullshiters. Aclaré antes un tema importante pero lo hago aquí justamente porque es importante. El sujeto que hace los videos, creo, es un hater casi profesional (y tal vez algo machista, creo, aunque es debatible). Suena pedante (aunque no sé si lo es, a veces admite que puede estar equivocado), tiene una obsesión negativa y tóxica con personajes como Rose, ha hecho comentarios inadecuados sobre Daisy Ridley y tiene una compulsión por ir a las tiendas y filmar, una y mil veces, cómo el material de las últimas películas no se vende incluso con enormes descuentos (he visto fácilmente una media docena, más o menos todos iguales; miren uno solo y ya es suficiente, yo estaba MUY aburrido). Se ensaña con atacar las nuevas películas hasta el punto de que a veces sus videos se convierten en rants y se reiteran de uno a otro (por eso dejé de verlos, salvo que planteen algo interesante en los primeros segundos).

Sin embargo, a pesar de todas esas cosas negativas, este sujeto plantea algunas cuestiones interesantes y que creo, son ciertas. Matemos al mensajero, en este caso, pero no al mensaje. Aunque se ensañe con ciertos temas hasta el hartazgo (Rose Tyco), muchas veces sus argumentos son lógicos y, sorprendentemente, coincidieron con los míos cuando ya había escrito ciertas cosas y veía sus videos.
También vi alguno que otro video para tener otras opiniones, pero encontré que muchos eran de fans hardore que tenían opiniones demasiado exageradas, con mensajes de odio y que no me inspiraron la “confianza” que sí me dio WCB (algo de todo lo que dice es razonable). En este punto ya los títulos del canal de “Diversity in Comics” me espantaron, junto con su mala fama al respecto.

El único videoque me gustó sobre el tema SJW fue este, hecho por una mujer no estadounidense.
Hay cientos, si no miles, de videos sobre el tema. La mala calidad de las películas ha generado todo tipo de reacciones, no solo entre los fans harcore sino también entre los razonables e incluso los que no son fans. Creo que los que las critican y las destrozan son mayoría... pero es interesante ver sus argumentos y encontrar qué hay detrás. Algunos son razonables, otros están en la frontera con los hardcore y otros directamente lo son. Lamentablemente hay muchos que aunque tienen argumentos buenos, también los mezclan con restos de machismo, antifeminismo y críticas sobre los SJW que se salen de lo razonable, por lo que recomiendo que si se van a meter, lo hagan con cuidado y algo de estómago, porque vi muchos que arrancan siendo razonables y terminan derrapando. Si tienen tiempo y están aburridos... atásquense.

Largas ausencias

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Hubo épocas en las que desaparecí por unos meses, pero nunca tanto... la verdad es que perdí el sentido del tiempo.

Pasó más de un año desde el último posteo. En el medio pasó de todo. Empecé un año muy difícil, súbitamente casi sin trabajo, con muchas idas y vueltas, marchas y contramarchas. Proyectos que fueron y vinieron, espacios que se crearon y desaparecieron, algunas cuestiones fallidas o demoradas para 2019... en fin, de todo.

No fue este el único blog que se quedó congelado; de hecho los cuatro o cinco que regularmente actualizaba quedaron en la nada. Hace unas semanas empecé a reactivar uno, luego otro, y ahora le toca a este.

La verdad es que en muchas cuestiones hay algo de incertidumbre. No sé si seguir con algunos blogs, no sé si alguien los lee, pero ey, ¿quién lee blog todavía? No es para ser leídos, a veces, que muchos escribimos. Simplemente lo hacemos.

No sé cómo estaré el año que viene, pero algo habrá, supongo, cuando termine de acomodar algunos temas. Se vienen cambios importantes, sí o sí.

Por lo pronto, en unos días, tendrán bastante para leer. Nos vemos.

Destilando historias

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No, no es magia... y sigue creciendo.

Desde fines del año pasado vengo apostado a que este año sea un año especial, de despegue, por así decirlo. Y ya lo está siendo.

Uno de los principales proyectos editoriales en los que estoy involucrado directamente, Alquimia Comics, sigue creciendo a paso firme y constante, incorporando nuevas series cortas y miniseries, que nos permiten a mí y a su otro fundador, Fede Sartori, descubrir a nuevos artistas. Y por otra parte, nos da la primera alegría del año: una más que exitosa preventa de nuestro primer libro en papel, Boras, que recopila la homónima serie semanal.

Con cifras que nos enorgullecen (únicas en el país, por lo que pudimos saber), sobre todo para ser el primer libro de una editorial naciente, muy nuevita, nos queda claro que es solo el primer paso de muchos. Ya preparamos el segundo libro para este año... más otras sorpresas que esperamos se puedan dar.

Pero no es lo único. Sigo trabajando en guiones. Hace poco entregué uno, muy importante, a su dibujante, dándole trabajo para varios meses. También otro, para un concurso muy conocido. Así, de a poquito, gota a gota, se van destilando todo tipo de historias, lentamente...

Y si bien es cierto que el "lentamente" es un adverbio un poco doloroso, también me permite apreciar más esta faceta de mi vida. Sé que la docencia está un poco en segundo plano, en cuanto a mi interés profesional; ahora sin embargo está en primer plano en cuanto a cuestiones económicas, y desde ya que también agradezco todo lo que me está permitiendo aprender y alcanzar. Es una tarea costosa, pero gratificante, en el corto o largo plazo.

Vamos superando etapas creativas y esto nos hace más creativos, creo yo... Crear es creer. Así que, si bien no voy tan rápido como quiero, como me gustaría, por algo es así... tal vez es como debe ser. Tal vez es para poder destilar mejor, gota a gota, un concentrado más puro, más fuerte, de lo mejor que puedo dar.

Que así sea.